lunes, 23 de febrero de 2015

Piscis evolutivo

PISCIS evolutivo
18.feb.15 23:50
20.mar.15 22:45
(hora solar)


            Con Piscis finalizamos la estación invernal, y con él el ciclo anual de los signos según el nivel de evolución del individuo. Como venimos haciendo, tras definir con sendas frases sus arquetipos involutivo y evolutivo, pasamos a dar unas pinceladas de lo más destacado atendiendo al nivel de evolución del individuo.


            El Arquetipo Involutivo es: “entra en la materia”, por el que el alma límpida y pura
entra en el plano material, oscureciendo su luz al sumergirse en los vehículos de la personalidad que, muy inmadura va a iniciar la ronda de reencarnaciones. El Arquetipo Evolutivo es: “abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo”, por el que el individuo comienza su largo aprisionamiento en la forma, debiendo aprender las lecciones del servilismo, hasta convertirlo en servicio

            El Tipo Inferior de Piscis,  tiene el principio mental poco desarrollado, y el vínculo entre el alma y la personalidad muy debilitado, no transmitiendo el cuerpo etérico la energía dinámica de la voluntad, por lo que el sistema endocrino funciona deficitariamente, careciendo de vitalidad el organismo físico, lo que le confiere al individuo tendencia a la inactividad, a la pereza, a la indolencia. Seguro e indeciso, débil de carácter por esa falta de voluntad. Falto de orden y método, no soporta la disciplina. Con dificultades para afrontar con lucidez los problemas cotidianos, lo que le hace huir de la realidad por medio de la imaginación, o lo que es peor, la bebida y las drogas. De vida inestable y caótica, es víctima de sus sueños imposibles, de proyectos quiméricos, de esperanzas utópicas y de amores platónicos. Tipo receptivo, vulnerable e impresionable, debido a su astralismo. De temores obsesivos por la enfermedad y la muerte, temeroso de la oscuridad y de la soledad, busca compañía y protección. Excesivamente susceptible, su mundo emocional le aporta cambios repentinos e irracionales de humor, por motivos psíquicos o sencillamente debidos al clima o a las fases de la luna, cayendo fácilmente en la melancolía y la depresión.             

            El Tipo Medio de Piscis es un individuo pacífico, bondadoso, simpático y cordial, debido a que ha iniciado el proceso de transmutación de la personalidad a la individualidad, teniendo ya una cierta elevación espiritual. Con pocas ambiciones humanas, no le atrae el rango, el poder o el liderazgo. No da cabida a la codicia. Tolerante con los demás, se le  hace difícil imponerse. No mira con superioridad, ni juzga, ni critica, siendo comprensivo y piadoso, fluyendo su amor con facilidad en cualquier ayuda que pueda prestar, teniendo habilidad para mitigar el sufrimiento ajeno. Humilde, paciente y sumiso, sabe aceptar y escuchar en silencio el consejo y la opinión de los que considera que saben más que él, debido a su comprensión profunda y serena de las personas. Se sintoniza fácilmente con las artes creadoras, con la mística, con el idealismo y el lado oculto de la vida. Debido a su sensitividad, necesita estímulos que lo motiven, una inspiración, un amor, un ideal, Dios. De vida pura y limpia, necesita ajustarse continuamente con las Fuerzas Blancas a través del servicio dedicado, siendo consciente de su papel y responsabilidad sobre los que le rodean. Buen amante y romántico en sus relaciones de pareja.      

            El Tipo Superior de Piscis, es místico por naturaleza, aspirando al apogeo cósmico y a liberarse de las cadenas materiales. Su realización de orden moral y espiritual empieza a partir de la aceptación del olvido de sí mismo, de desapegarse de la personalidad, sacrificando su “yo” en pos de una entrega y servicio a los demás. Según va avanzando en su evolución, la personalidad se va transmutando hacia una manifestación superior, los poderes psíquicos inferiores en facultades espirituales superiores, como la negatividad en control positivo del alma, la clarividencia y clariaudiencia en telepatía, el instinto en intelecto y luego en intuición, el egoísmo en altruismo, la adquisición en renuncia, la inhibición espiritual y mental en expresión del alma y sensibilidad mental. El apego a las condiciones de la  personalidad (identificación con la forma), en desapego de ella y capacidad para identificarse con el alma.

            Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Piscis y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


                El orto del sol al comienzo y final de Piscis, es (hora solar):
18 de febrero    amanece 07:05
20 de marzo       anochece 18:26

                Las lunas de este mes de Piscis, son (hora solar):
·         Creciente, en Géminis              Miércoles, 25 de febrero, a las 17:15
·         Llena, en Virgo                         Jueves, 5 de marzo, a las 18:07
·         Menguante, en Sagitario          Viernes, 13 de marzo, a las 17:49
·         Nueva, en Piscis                      Viernes, 20 de marzo, a las 09:37


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Fuente del texto: Apuntes extractados de Antroponomía y Vitacultura
Imágenes: Extraídas de diversas web



sábado, 21 de febrero de 2015

Cráteres en la nieve de Santa Orosia

MONS CON NIEU
Ruta de las Ermitas
Yebra de Basa
Viernes, 20 de febrero de 2015



            Hay días en los que haces cuentas y te salen rosarios. Hay días en los que haces unos planes, pero hay un no sé qué, o un qué sé yo, que te los tuerce… o te los endereza, que nunca se sabe. Bueno, hoy creo que ha sido esto último, porque dejar una actividad que mientras haya suficiente nieve se puede hacer cualquier día, como son las raquetas, por otra para visitar un fenómeno inédito, y que no sabes cuánto va a durar, ni cuándo va a volver, creemos que es una buena elección. ¿Habrá sido la santa?, puede, porque ella, o no, nos han llevado hasta Yebra de Basa para dar comienzo a la tan manida Ruta de las Ermitas y ver de cerca ese pozo de nieve helada que la intermitente cascada y el viento que la mece, van artísticamente forjando. Estamos hablando de ese cráter en la nieve de Santa Orosia. Allá vamos.

Nueva señalización
Camino del Pastor
            Con un sabio golpe de timón ponemos rumbo a Yebra para ponernos en camino. La mañana luce hermosa, ajena a la que dicen va a ser la siguiente, que nos va a traer otro frente atlántico con aire frío en las capas altas, los mejores ingredientes para que nos deje otra vuelta de nieve, para que no se nos olvide que aunque hayamos entrado en el último mes de la fría estación, seguimos en ella, seguimos en invierno. Pero hoy vamos a disfrutar. Con Sara y Eva damos inicio pues a esta ruta que estrena señalización, aunque no sabemos si está completada en la totalidad del recorrido, porque es un viejo proyecto de poner en valor el llamado Camino del Pastor, que unía las poblaciones de Jaca y Yebra de Basa con el Santuario de Santa Orosia. Creo que merece la pena detenerse en esto.

Cabeza de la santa
            La leyenda y la historia, unidas cual elegante caída de una falda plisada, contentan a unos y a otros. En una tierra, como en la que estamos, cuyos tiempos se cuentan por batallas, por idas y venidas, por conquistas y reconquistas, ha sido muy fácil añadir elementos sobrenaturales a los propios acaecidos, elementos que han quedado en la memoria colectiva y que han motivado tradiciones que han unido generaciones. Esta que nos ocupa hoy nos cuenta que Orosia era hija de los reyes de Bohemia, y vino a estos pagos a casar con un príncipe visigodo. Aunque buscaron refugio en algún lugar de los Pirineos, ella y su comitiva fueron descubiertos por los sarracenos. Su cabecilla, Aben Lupo, dio muerte a su tío, el obispo San Acisclo, a su hermano, San Cornelio, y a otros acompañantes en su presencia, porque la quería para sí. Ella, lejos de ceder, siguió firme en la defensa de su fe, lo que originó su martirio y posterior descuartizamiento. Todos sus miembros, incluso su cabeza, fueron separados de su cuerpo y arrojados a las montañas para que fueran pasto de las bestias. Orosia, y seguimos con la leyenda, sintió sed en tan trágicos momentos, intercedió para que manara una fuente de puras aguas, que aún perdura junto al santuario que con los años fue erigido. Fueron ángeles los que reunieron sus restos y les dieron sepultura.

Martirio de Santa Orosia
            Pero claro, la alternancia tiene que hacer imperar su ley, y a unos años de oscuridad le siguieron otros de luz. Seguimos. Al cabo de dos o tres siglos, estando Guillén de Guasillo pastoreando por el lugar, se le apareció el cuerpo y la cabeza de la santa, dejándole el mensaje de que depositara la cabeza en Yebra y llevara el cuerpo a Jaca. Es lo que hizo, y al llegar a la entonces capital del reino se produjo el primer milagro atribuido a la santa, si es que la aparición no lo fue, y es que al llegar el pastor a Jaca las campanas adquirieron vida propia y repicaron sin parar para acoger en la catedral los restos, que desde entonces se conservan en un arca bajo el altar mayor. Sancho Ramírez también jugó su baza a favor de la puesta en valor de las reliquias, revitalizando el Camino de Santiago que atravesaba el Somport, en detrimento del que pasa por el Puerto del Palo.

Imagen de espirituado
            Suponemos que por considerar que el infiel actuó poseído por el maligno, se le atribuyen a Santa Orosia el patronazgo de la liberación de demonios y malos espíritus, además de ser la intercesora ante las desgracias naturales, como sequías, plagas y pestes. Hoy en día, seguimos teniendo exorcistas y exorcismos, demonios y endemoniados, y una desarrollada ciencia que no termina de dar explicación a tantas y tantas anomalías que padece el ser humano, y que pueden resumirse en su alejamiento del mundo natural, pero ese es otro tema.

Cruzando el barranco de Santa Orosia
            Como en el juego de la Oca, volvemos a la casilla de salida. Salimos de Yebra, decimos, en una mañana que da los últimos coletazos de un mini periodo anticiclónico, que serena el ambiente y el espíritu. Junto a la ermita del Augusto, muy próxima al casco urbano, tomamos el embarrado camino que la sombra hiela, para cruzar el arroyo y salir al sol, ese que más calienta, y meternos de lleno en el sendero que va enfilando hacia el barranco. Escoroniella primero y Arrodillas después van sembrando el camino de enclaves orosinos, hasta llegar al cruce de ese barranco por un puente de escurridizas tablas.



Cascada y cráter en la nieve
            El paso a la vertiente izquierda aporta el ya continuo manto nivoso que va aguantando nuestro pisar, devolviéndonos ese acompasado crujir. Al cuarto de hora pasamos por el desvío que por Sorna sube a la pradera, en busca de la pista que lleva al santuario. El camino que traemos algo pisado está, pero el que nos tienta, en absoluto, pero es algo que no nos detiene para metemos por él. A tramos evidente, otros no, lo vamos subiendo hasta llegar al alto, donde se nos ofrece un mirador sobre el tajo contrario del barranco, unas paredes de conglomerados propias para albergar más y más cobijos rupestres y pastoriles con nombres de santos y santas. Entre otros, nuestro objetivo de hoy.

Ermita de la Cruz
      Seguimos en un ambiente agradable pero extraño. Es mediodía, y aun con la fuerza del sol en lo más alto apenas nos hundimos en la nieve. Subimos hasta tener a la vista el santuario, y en un momento oportuno, cuando vemos que la pista se desvía de nuestro itinerario, optamos por cruzar el barranco, viendo enseguida la silueta de la ermita de la Cruz, donde parte el camino de bajada. Bocado y trago en un abrigo y nos llegamos hasta ella, para dar comienzo ya al descenso junto a estas imponentes paredes que se pingan para formar parte del vacío, para formar parte del espacio que el Basa ha ido labrando a lo largo de milenios.



Cráter en la nieve de Santa Orosia
            Seguimos pisando nieve; nieve y barro. De vuelta ya hacia el fondo del barranco, en una amplia faja entre los conglomerados, se halla un rosario de pequeños eremitorios rupestres. Santa Bárbara, San Blas, y la Cueva y San Cornelio, amenizado estos últimos por lo que nos ha traído hoy a hacer esta singular ruta. Se trata de una gran acumulación de nieve helada, que ha ido siendo horadada por la exigua, pero incesante aportación de agua de la cascada, que con el permiso del viento se precipita al aire por delante de las ermitas. Un cráter sobre la nieve de Santa Orosia es la formación inédita creada por los elementos y que embellece uno de los rincones de por sí más bellos de la redolada.



            Y poco más, después de contemplar de la cara y del revés, desde arriba y desde abajo, este raro fenómeno, apretamos la bajada hasta cerrar el círculo en el desvío de la Sorna, tomado a la subida. Desde aquí, ya sendero común, pasando por el cruce del barranco, que nos lleva a pasar por las ermitas de abajo, enclavadas entre las adornadas margas por los últimos jirones de nieve. Cuatro horas y media de auténtico placer, pateando estos montes y sus historias de moros y cristianos, de mártires y martirios, de pastores y milagros, de demonios y endemoniados. Una mañana diez.




Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/CrateresEnLaNieveDeSantaOrosia

lunes, 9 de febrero de 2015

Raquetas por La Partacua

RAQUETAS
Raquetas por la Partacua
Domingo, 8 de febrero de 2015



            El colofón a una intensa semana teniendo el placer de raquetear por los alrededores de Jaca, ha sido esta salida programada en el calendario de actividades de la Sección de Montaña del CP Mayencos para el presente año. El escenario ha sido uno de los más amplios, más bellos, más espectaculares de nuestro entorno. Valle de Tena, Piedrafita de Jaca, las faldas de La Gran Dama de Peña Telera nos aguardan. Allá vamos.



Amplios espacios tensinos
            Sara, Silvia, Jorge, Pedro, Julián y servidor picapedrero formamos la nómina de esta expedición por los blancos paisajes de estas bellas montañas que conforman la llamada sierra de La Partacua, cuyos hitos más occidentales se apresuran en busca del circo de Ip, y los orientales casi se amorran en un curso de río de nombre con tintes extranjeros, pero que no despiste, porque es el único hijo varón del Ebro que por su izquierda discurre íntegramente por esta tierra que es Aragón. Hablamos del Gállego, que se abre a tajo entre esta sierra y La Tendeñera, marcando ambas el límite entre el Valle de Tena, de marcado carácter alpino, y la Tierra de Biescas, que placentera busca la cuenca de Sabiñánigo, capital de la comarca.

Circulando junto a las dunas
            Pues aquí estamos, con un termómetro escandalizado de lo que nos muestra, y con unas inmensas ganas de calzarnos las raquetas en busca del sol que pronto nos va a ir alumbrando y calentando. El Parque Faunístico de Lacuniacha está cerrado, pero no es por dificultades en el acceso. De todas maneras, tomamos el camino viejo, el que parte a la vera de los lavaderos. Unas decenas de metros y ya nos las colocamos, discurriendo por entre árboles rendidos ante tanta y tanta carga de nieve que están soportando desde hace ya unos días, y que no es aliviada por la ola de frío continental, seco, que estamos padeciendo. Pronto salimos ya al acceso al parque, que tomamos por un margen ya trillado de huellas raqueteras.

Estratos en la nieve
            El silencio, sólo roto por el crujir del caminar, se funde con el nevado paisaje, ofreciéndonos un amplio panorama hacia los montes panticutos, hacia los desmelenados montes panticutos, que se ven despojados de sus blancas cabelleras por el incesante viento que esparce las minúsculas partículas de nieve. En un pis pas salimos del bosque y comenzamos a pasar por zonas verdaderamente castigadas por ese viento, aquí de momento en calma, y que ha formado unas caprichosas formas que asemejan a dunas, otras a los estratos erosionados de las areniscas, otras de difícil definición, pero igual de bellas.

Esto se va empinando
            El tránsito raquetero de jornadas pasadas ha dejado una ancha y cómoda huella con nieve asentada… demasiado cómodo como para seguir mucho tiempo así, de modo que casi sin querer… alguno digo, nos salimos de la pista y nos dirigimos hacia una ladera, siguiendo otras huellas aunque con nieve menos pisada, lo que obliga a trabajarlo más. Esa ladera se va empinando más y más, alcanzando una amplia repisa más cómoda de transitar, pero que no lleva a ninguna parte, por lo que aunque nos hagamos los despistados no tenemos muchas más opciones que la de acometer el tramo final, que aunque sin ningún peligro, sí que ofrece ya un desnivel considerable.

            Llegados a lo alto de la loma, nos descubre sus secretos… aunque no del todo, pero de eso ya no tiene culpa. A nuestros pies, la cubeta que alberga el ibón de Piedrafita, que placenteramente duerme bajo su blanco cobertor. Es invierno, todo late bajo una capa que aísla del exterior. Sí, todo ser vivo ralentiza su latir, todo ser vivo se mira para sus adentros, se ocupa de sus propios asuntos, a la espera de un nuevo despertar… porque siempre hay un nuevo despertar.



Progresando
            En lo alto de esta loma, sólo nuestras huellas y las del viento, que entreteje unos pliegues sobre el helado manto de nieve. Eso donde se conserva, porque hay corros en los que ya ha hecho pasto de ella. Abajo, en la vaguada, vuelve a verse otro recorrido que se dirige hacia la presa del ibón. Vamos bajando para incorporarnos a él, y tras cruzarla, nos aposentamos para echar un bocado, con respeto y admiración hacia estas inmensas masas de roca y nieve de La Telera y sus vecinas, en una mañana que nos ofrece su mejor cara.

Dando cara a la montaña
            Seguimos las huellas, que cruzan barrancos, suben y bajan pequeñas lomas, hasta llegar a la pista, por la que continuamos, aunque no mucho tramo… es tan aburrida. Volvemos a salirnos para probarnos de nuevo en laderas, que nos van subiendo y subiendo por nieve virgen, hasta dar de nuevo con esa pista que nos despista, pero que unos inequívocos corralones junto al refugio de Plana Alta de Boj nos dan la referencia para ya no despegarnos de ella hasta el término de nuestra vuelta donde hemos comenzado, en Piedrafita de Jaca y su precioso conjunto urbano, que atesora ese bien preciado que va a dar futuro a campos y prados, a montes y valles, a ríos y mares.

            Damos término de este modo a casi cinco horas de auténtico disfrute, con un nada despreciable desnivel de 600+ metros. Buena mañana. Buena compañía. Vamos, pa’ repetir.