lunes, 26 de mayo de 2014

1ª Marcha Senderista de Jaca

ANDADAS
1ª Marcha Senderista de Jaca
"Pueblos de la Solana"
Domingo, 25 de mayo de 2014




            Tantas andadas. Tantos caminos. Tanto tiempo. Tanto esfuerzo. Todo ello es buen aval para que el Club Atletismo Jaca, se haya decidido a organizar una convocatoria que encaje en el Calendario de Andadas Populares de Aragón, que coordina el club Os Andarines de Aragón, en colaboración con la FAM.

Listos para la salida
            El entusiasta grupo de Andarines del citado club, junto con el Ayuntamiento de la ciudad, han querido dar realce a los pueblos de la llamada Vereda Oeste, o en lenguaje más tradicional, la Solana de Jaca, compuesta por Banaguás, Abay, Novés, Araguás del Solano, Caniás, Guasillo y Asieso, con las raíces de todos ellos hundidas en el ya lejano siglo XI de nuestra era. Época y tierras de reconquistas y de revoluciones culturales, de avances castrenses y eclesiásticos, de refundaciones clericales y de intercambios de cromos, muchos intercambios de cromos. Época de florecimiento, de nuevos horizontes, de capitalidad y de fueros. De sangre, sudor y lágrimas, en definitiva.

Abrazando la Ciudadela
          Pero hoy, si hablamos de sangre será la producida por alguna zarza a nuestro paso. Hoy, si hablamos de sudor, será en pocas letras, porque la temperatura nos ha dado un respiro. Y hoy, si hablamos de lágrimas, será de alegría. Sí, hoy es un gran día, el gran día. Hoy se ha recogido el fruto de tanto trabajo, de tanta preparación, de tanta gestión. Todo ello se ha visto compensado cuando en torno a las ocho de la mañana te sientes rodeado por esos más de 160 participantes que recogiendo su dorsal acuden a tomarse su vaso de chocolate con churros para comenzar con fuerza esta jornada.

Cruzando la pasarela en la Botiguera
            Se han dispuesto dos recorridos. El de 15 kilómetros es común al de 30 hasta Abay, segunda y última población visitada para este más corto trayecto que ya se da la vuelta por el llamado camino del río, pasando por ese crucero que aguanta los airados cierzos y que tantos y tantos peregrinos habrá visto pasar y en el que habrán depositado sus plegarias. Volviendo a la Botiguera, continúa ya hacia Jaca, entrando por el Columbario hasta el puente de San Miguel, joya del románico tardío. Una vez cruzado, subir recto hasta el Rompeolas con llegada en el punto de partida, ejemplo de catedral románica europea, casi milenario testigo de una época que trajo el esplendor a esta tierra.

Llegando a Banaguás
            
Camino de Abay
            Junto con Olga, nos toca abrir el recorrido de 30 km, que une todos los pueblos de la Solana, que baja barrancos, que sube coronas, por unos caminos que se reconcilian con los andarines, que se reconcilian con el tiempo, que nos guiña el ojo y que esperemos lo tenga más abierto que cerrado. Pues bien, vamos a ello.

        Aunque no es una marcha competitiva, desde los primeros pasos cada uno va buscando su sitio para desarrollar el ritmo que le haga terminar más cómodo. Dejamos atrás la Catedral, dejamos atrás la Ciudadela, y nos llegamos hasta el Rompeolas, para iniciar el Camino de Santiago, que nos permite ya ir viendo alguno de los pueblos por los que hemos de pasar. Cementerio y continuamos el jacobeo, hasta cruzar el canal y bajarnos al soto para cruzar el rio Aragón por esa pasarela colgante que hubo que reparar tras las avenidas de hace año y medio. El cielo y la tierra siguen haciendo buenas migas.

Cruzando el Lubierre
            El barranco de Castelillo, en sus últimos suspiros nos acoge para sacarnos al camino que viene de Abay, por el que tomamos dirección a Jaca hasta que nos desviamos para subir a Banaguás. El ambiente está húmedo y no hace calor, sin embargo hay que beber, y lo hacemos aquí, en la plaza custodiada por la iglesia de San Juan Bautista y la casa abacial. Seguimos a por la segunda etapa. Por una vereda junto a fosforescentes campos de cereal, y con la vista puesta en los montes pinatenses, volvemos a cruzar el barranco de Castelillo para subir de nuevo a una corona y volverla a bajar para entrar en Abay, donde nos ofrecen ya algo para comer, y no sólo para beber. Llevamos como 10 km, y éste será el punto de retorno de los que participan en la de 15 km, que volverán ya directamente a Jaca.

Novés y Araguás a la vista
            Nosotros seguimos en dirección a Ascara, hasta toparnos con el Lubierre, que nos trae sus esencias de la cabecera del valle de Borau. Comienza un tramo que discurre por bolos de río, el que cruzamos cómodamente en tres puntos gracias a las últimas actuaciones. Con claro rumbo hacia el norte, enseguida se nos abre a la vista un panorama de verdes campos a derecha e izquierda, que las primeras gotas de lluvia realzan la visión de los tres próximos pueblos a visitar, Novés, Araguás del Solano y Caniás. Llegamos al primero con esas gotas que quieren afianzarse. También agua por dentro, que nos ofrecen junto a la iglesia.

Pasos perdidos entrando
en Araguás del Solano
            Rendimos homenaje al pueblo, que como en todos, hemos de callejear hasta dar con su salida. Sigue lloviendo. Agua que alegra a los campos, que alegra al ambiente. Nos dirigimos hacia Araguás del Solano por unos cientos de metros de asfalto. Estamos en el punto más alto y más lejano del recorrido. También tenemos aquí avituallamiento. Dejamos atrás este cuarto núcleo, y por camino de viejo, y con hierbas a la rodilla vamos a por el quinto, y lo hacemos bajando a la carretera de la Solana, para en cuestión de unas decenas de metros, a la altura del molino, ir en busca del Lubierre. Abrazados a él lo remontamos hasta cruzarlo por un puente poco medieval de cemento y tubos, pero que hace su papel.

            Como todo caminante sabe, el río es el punto más bajo de cualquier itinerario, de modo que de nuevo a subir, y en esta ocasión, por un sendero con algún tramo verdaderamente bucólico. Cumpliendo el segundo tercio, llegamos a Caniás, donde nos ofrecen sólidos y líquidos para continuar nuestra ruta, que inicia un corto recorrido por carretera hasta meternos a la izquierda por un camino entre campos, y ya directos en dirección oeste, sin dejar de ver esa extraordinaria panorámica que es el Campo de Jaca, con ese barco varado en el espacio y el tiempo, que nos muestra su figura desafiante. Hablamos de la Peña Oroel.



Rincones para perderse, en Guasillo
            Coronas y barrancos recorremos hasta llegar al próximo objetivo, Guasillo, el decano de la Solana, mencionado ya en documentos del siglo X. La parroquial de San Adrián luce en su fachada principal el emblema pinatense, un Agnus Dei coronado. Bebida isotónica y a continuar hacia Asieso, donde nos echamos el último trago de agua y bajamos ya hacia el río Aragón, ese que da nombre al territorio. Por buen camino y buenas vistas salimos de nuevo a la carretera, bajo el cerro de San Miguel, y en unas decenas de metros la abandonamos para dejarlo a nuestra derecha y bajar hacia el puente de románico tardío, bien encajado en el paisaje.

            Tras él, un desvío a la derecha para subir a la corona de Jaca por la Diagonal, que nos aúpa hasta el Rompeolas. Un rodeo a la Ciudadela, para poderla contemplar por sus cinco costados, nos lleva de nuevo a enfilar la entrada hacia la Catedral, dando por concluido este extraordinario circuito que ha nacido con vocación de quedarse, y que los amigos del Club Atletismo Jaca se han currado ofreciéndonoslo a propios y extraños, que no lo son si aman estas tierras tanto como nosotros.


            La comida en el Palacio de Hielo pone el cierre a esta extraordinaria jornada pasada entre amigos, por los caminos de la Solana de Jaca, y que esperamos verlos al año que viene, que seguro que se mejora y amplía la oferta. El terreno da de sí para ello, y esta gente que la organiza, también.


Artículos relacionados:

El viernes estuvimos, una vez más, reconociendo el terreno. Las fotos, en:
  
Y las fotos de la jornada senderista, en:

martes, 20 de mayo de 2014

Géminis evolutivo

GÉMINIS evolutivo
21.may.14  02:59
21.jun.14  10:51
(hola solar)



            Seguimos con la descripción de los rasgos fundamentales de cada signo zodiacal, según la evolución del individuo. Le toca el turno a Géminis, el tercero y último de primavera. Por tanto, tras definir con sendas frases sus arquetipos involutivo y evolutivo, pasamos a dar unas pinceladas de lo más destacado atendiendo al nivel de evolución.




            El Arquetipo Involutivo es: “que la inestabilidad realice su trabajo”, por lo que el individuo realizará en las primeras etapas de experiencia los conflictos de dualidad representados por el contraste materia vs espíritu. Significará cambio y experiencias, que le llevarán a maduración personal, lanzándolo a la búsqueda de valores más trascendentes. El Arquetipo Evolutivo es: “reconozco mi otro yo, y en la decadencia de ese otro yo, resplandezco y crezco”, por el que el individuo busca la unificación entre el alma y la personalidad, convirtiéndose en mensajero para la humanidad, conservando su versatilidad.

            El Tipo Inferior de Géminis tiene una psicología basada en lo primitivo y superficial, siendo muy inestable, ligero y adaptable. Es raro que muestre apego profundo hacia recuerdos, lugares, personas o cosas del pasado. Puede cambiar muy rápidamente de ropa, estudios, trabajo, amistades o residencia, igual que lo hace de su opinión sobre las cosas. Está en todo y en nada, con continua división interna, que le impide perseverar en nada. Su cuerpo astral necesita constantemente emociones nuevas, excitantes, tendiendo al vagabundeo afectivo. Antojadizo, inestable, itinerante. Necesidad de comunicación que degenere en sensacionalismo, morbo o crítica. Superficial en lo afectivo, tendente al poco compromiso, y a los cambios constantes, lo que le lleva a la infidelidad. Su facilidad para el cambio le hace muy adaptable, lo que puede degenerar en astucia y picaresca, que puede utilizar para el engaño.

            El Tipo Medio de Géminis es un gran explorador mental, con curiosidad intelectual por todas las facetas de la vida. Quiere conocerlo todo. Ese afán le lleva a estar interesado por los viajes por lo que supone de intercambio y enriquecimiento de personas, idiomas culturas, con gran talento e ingenio para la  conversación. Mentalmente lógico y racional, con capacidad para la concentración y la asociación mental. Va a lo concreto, rehuyendo de lo filosófico y espiritual. Buen lector, asimila y reconvierte la información para elaborar nuevas ideas que transmite a los demás. Conscientemente o no, busca un ideal, aunque ignora cuál. Disposición alegre. De talante liberal, no conservador. El dinero lo utiliza para saber y conocer, más que para tener. Huye de la rutina, y necesita continuos estímulos físicos, afectivos o mentales. No es amigo de contratos matrimoniales ni compromisos, ya que coartan su libertad, sin embargo es  muy sociable y no soporta la soledad.

            El Tipo Superior de Géminis, debido a su versatilidad y experiencia en la vida, en etapas anteriores, desarrolla el sentido del discernimiento, lo que le convierte en liberal y progresista, no dogmático ni fanático. Esa versatilidad ha evolucionado hacia la comprensión fluida y analítica de las personas y de las circunstancias. La facilidad para el acercamiento mental hacia cualquier dirección, desarrolla la capacidad intuitiva, lo que le hace abarcar y comprender los extremos, convirtiéndolo en un buen mediador, facilitado también por su necesidad de comunicación, y no sólo entre sus congéneres, sino entre él y todos los reinos de la naturaleza, e incluso entre él y los niveles superiores, lo que le confiere buenas facultades mediúmnicas, en pos siempre de una integración consciente.

                Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Géminis y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


                 
                El orto del sol al comienzo y final de Géminis, es (hora solar):
21 de mayo        amanece 04:54
21 de junio         anochece 19:48

                Las lunas de este mes de Géminis, son (hora solar):
·         Menguante, en Piscis                   Miércoles, 21 de mayo, a las 13:00
·         Nueva, en Géminis                        Miércoles, 28 de mayo, a las 18:41
·         Creciente, en Virgo                       Jueves, 5 de junio, a las 20:40
·         Llena, en Sagitario                        Viernes, 13 de junio, a las 04:13
·         Menguante, en Piscis                   Jueves, 19 de junio, a las 18:40

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Fuente del texto: Apuntes extractados de Antroponomía y Vitacultura
Imágenes: Extraídas de diversas web


domingo, 18 de mayo de 2014

Monte de San Cristóbal

ANDADAS
Monte de San Cristóbal (Alpartir)
Ojos de Pontil (Rueda de Jalón)
Sábado, 17 de mayo de 2014




            Para las sensibilidades no existen las altas ni las bajas cimas. Vida la hay en todas partes, y hoy vamos en pos de ella a baja cota. Vamos, decimos, a la sierra de Algairén, que forma parte del sector central de la Cordillera Ibérica, y que esconde rincones con una extraordinaria variedad botánica, como ésta que llevamos entre manos.

Entre retamas salimos de Alpartir
            El Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) convoca asiduamente jornadas y seminarios de divulgación botánica, y el encargado de hacerlo es Daniel Gómez, investigador del centro y responsable del herbario de Jaca, tercero en importancia de España y primero en especies pirenaicas. Le acompaña Roberto del Val, agente de protección de la naturaleza de la DGA en la zona, buen conocedor del territorio y de sus plantas, divulgador e impulsor de rutas botánicas, como la que hoy nos ocupa.

Fuente en el convento
            Comenzamos desde Alpartir para visitar el recinto y las ruinas del convento de San Cristóbal, que significa "portador de Cristo", en cuya historia merece la pena detenerse. Fue construido en el siglo XV, concretamente en 1444, fundado para “recreo espiritual y honesta diversión de los Padres Claustrales de San Francisco, de Calatayud”, que comenzó siendo un pequeño eremitorio, y se convirtió en un convento en toda regla, con su iglesia, ermita de la Virgen del Pilar, sus dependencias monacales, sus huertos, caleras, neveros… todo ello intra muros de un cercado de más de un kilómetro de perímetro, del que se conserva buena parte. Como curiosidad, cabe destacar una fuente en la zona principal de su interior, algo que no es habitual en estos montes, y que desde luego, sería determinante para ubicar el complejo. Muy cerca, aunque fuera de los muros, están las ruinas de la ermita de San Clemente.

Ruinas de la iglesia
            Al margen de la presencia de la fuente, con ese flujo ininterrumpido de agua, la situación estratégica es auténticamente privilegiada, siendo atalaya sobre una muy extensa panorámica que llega desde los cultivos de Alpartir hasta las huertas de La Almunia, en primer término, y la depresión del padre Ebro a los pies del pre Pirineo, a continuación. Con mejor o peor suerte, estuvo habitado hasta la desamortización de 1835. Casi cuatrocientos años de vida, de mucha vida. Si tenéis interés en ahondar en la historia, lo podéis hacer directamente consultando la página web de sus sucesores http://www.ofmval.org/7/ara/30aragon/01conv/16alpartir.php.

Una de las muchas paradas
            En torno a estas ruinas, a lo largo del cerro donde se encuentran, comienza y termina una circular ruta botánica, que cuenta con 30 paneles informativos de otras tantas especies vegetales que colonizan estos suelos, y que sería prolijo mencionar, teniendo en cuenta además que somos legos en la materia. En esta dirección tenéis información detallada: http://www.asafona.es/revista/?p=1040.

Pozo nevero abovedado 
              Al poco de arrancar, a la altura del segundo panel, nos encontramos las ruinas de la ermita de la Virgen del Pilar, mandada edificar en 1652 por Jaime Ximénez de Ayerbe, canónigo del Pilar. Junto a ella hay uno de los neveros, llamados así unos pozos en los que se conservaba la nieve para uso fuera de temporada. Seguimos enfilados por el sendero, que nos conduce hasta los límites del muro, que tenemos que sobrepasar para continuar por corta pendiente y encaramarnos a lo alto del monte, coronado por un vértice geodésico. Estamos a 735 metros de altitud, y se mejora ostensiblemente la vista respecto a las del convento, especialmente porque desde aquí se dominan los 360º de horizonte, en concreto sobre el valle del Jalón y sus poblaciones. Y qué decir de los montes, por aquí tenemos las sierras de la Nava y Monegré, Tablado, Virgen y Vicor, y cómo no, la máxima altura de la Ibérica, el Moncayo.

Dando explicaciones en la cumbre
            Visita a la planicie cimera en busca de lirios, que para cuya máxima expresión floral hemos llegado como dos semanas tarde. Acometemos el descenso por sendero poco firme y empinado, siguiendo más paneles informativos. A la altura del nº 20, que nos muestra el aladierno, se encuentra la boca de la cueva del Tío Chirras, descrita por vez primera en 1971 por el Grupo de Espeleología Martel, de Zaragoza. Hasta el 27 nos lleva la bajada, en la que vemos restos de caleras, y que nos deja en la ermita de San Clemente, extra muros, mandada edificar por fray Clemente Tejero en 1613, en honor del papa del mismo nombre. Para terminar el circuito nos quedan 3 paneles, pero dado el retraso horario que llevamos, optamos por regresar ya directamente sin volver a entrar en los muros del convento.

Salvia
            Qué decir de la labor divulgativa de Daniel. Pues que nos contagia de su entusiasmo y de su pasión por este mundo de las plantas, que encierra no solamente el conocimiento de una extensísima clasificación, que también, sino todo lo que con unos criterios básicos podemos entender sobre su vida y su adaptación al medio. Hay que partir de la base de que son las flores, que no dejan de ser “sólo” una de las partes de la planta, las determinantes para definir la estructura de dicha clasificación, y que por su forma se dividen en familias, y que hay cientos de ellas, pero que en 6 u 8 están incluidas el 90% de las plantas que nos podemos encontrar.

Daniel en acción
           Otro aspecto apasionante a tener en cuenta es el concerniente a la capacidad de adaptación que tiene cada especie, cómo se las ha arreglado evolutivamente para, bajo la premisa de mínimo esfuerzo y máximo ahorro, conseguir la máxima eficiencia reproductiva. Y en cuanto al hábitat, decir que si todas las partes de la planta están en dos medios, el aéreo y el terrestre, nos están comunicando mucho de lo que ocurre en ellos dos, es decir, el clima y los suelos, y no sólo los actuales, sino echando la vista atrás tratando de seguir el hilo evolutivo que las ha traído hasta nuestros días.

            Todas estas ideas, es lo que nos transmite cada vez que nos muestra una planta, que son varias veces a lo largo de todo el recorrido, apoyado, desde luego, por Roberto, gran conocedor del territorio, y Pedro, geólogo, que también nos acompaña.

En el aula de los Ojos de Pontil
            De vuelta, a Alpartir a echar un bocado, y seguidamente nos dirigimos hacia Rueda de Jalón, para visitar uno de esos lugares que merece la pena conocer. Se trata de los Ojos de Pontil, un humedal de unas 6 Has de extensión, y que es un conjunto de manantiales de grandes dimensiones, rodeados de una zona húmeda con vegetación palustre de gran valor ecológico. Estas surgencias ofrecen un caudal medio de 400 l/s de agua a 22,4 º, conjunto que destaca por estar ubicado en medio de una zona esteparia. Tras varios estudios, el origen de estas aguas lo han encontrado en los amplios afloramientos de calizas adosados a la sierra de Nava Alta, donde se filtra el agua de lluvia hasta alcanzar el nivel freático, hasta a más de 100 metros de profundidad, a partir de lo cual inicia un lento camino a través de los poros y fracturas de las calizas, terminando en los Ojos, donde una falla hunde la formación, provocando el rebose.


           A su alrededor hay creada una vasta zona de humedal con más de 100 especies localizadas, entre las que destacan las sosas, tamarices, juncos, aneas, y los carrizos, que se están haciendo los amos del territorio, convirtiéndose en especie invasiva.

                Y poco más, amigos. Una jornada distinta, en la que se ha puesto de manifiesto, una vez más, que la naturaleza, aun en su más mínima expresión, nos puede dar lecciones, haciendo bueno el dicho de que no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta a los cambios, lo que es una muy buena lección a aprender, y que de la que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos, así como a Daniel, Roberto y Pedro por todo lo que han compartido hoy con nosotros.



martes, 13 de mayo de 2014

El infierno de Larrau

AQUERAS MONTAÑAS
El infierno de Larrau
Domingo, 11 de mayo de 2014



            En las actuales generaciones no lo sé, pero en la nuestra nos enseñaron que el infierno era un lugar de fuego eterno, por lo que piensas que si algo va a sobrar allí va a ser calor. Sin embargo, hoy lo que hemos visto y sentido ha sido todo lo contrario. Sí, hoy hemos asistido a otro concepto muy distinto de infierno, ya que desde el mismo punto de partida, hasta el de llegada, que improvisadamente ha sido el mismo, nos hemos visto envueltos en una auténtica ratonera meteorológica, totalmente inesperada en esta época del año, pero que nos recuerda que siempre hay que contar con ello.

            La montaña no es muy distinta a las personas. De visita ocasional suelen ofrecer siempre su mejor cara, pero si las frecuentas te puedes encontrar con la otra, con la menos amable, lo que te obliga a gestionarlo en condiciones, para salir lo más indemne posible.

Logo de la Sociedad de
Montaña Sherpa,
de Logroño (extraido
de su propia web)
            La Sociedad de Montaña Sherpa, de Logroño, por medio de unos de sus habituales programadores de salidas, Román Soriano y Rosa Heredia, nos habían enamorado con esta travesía por una de las aristas más bellas del Pirineo Navarro, que por línea fronteriza une el puerto de Larrau (1.580 m), en la cabecera del valle de Salazar, con el refugio de Belagoa (1.420 m), en el vecino valle del Roncal, con el reciente marcaje del GR 12 como hilo conductor.

            Y la cosa prometía, porque el escenario es extraordinario. El pico Orhi, con sus 2.020 metros de altitud es la primera cima de más de dos mil metros que nos encontramos en el Pirineo si venimos desde el Cantábrico. A sus pies está el mayor hayedo/abetal de Europa, el de Irati. Está en la muga entre Nafarroa y Zuberoa, si lo decimos en el habla local, y es el punto de partida de esta atractiva travesía, concretamente el puerto de Larrau, por donde discurría una buena parte de la llamada Ruta de la Lana, itinerario seguido durante siglos por las caravanas de mulos que exportaban la fibra animal a Europa.

Orhi (web pirineos3000)
            Ayer pasamos calor en el monte, y para hoy teníamos anunciado un cambio de tiempo, con entrada de frente y bajada de temperaturas, pero lo que nos encontramos es mucho más que eso. En los 1.580 metros de altitud de este puerto tenemos una niebla cerrada con una ventisca de norte que trae una fina lluvia que antes de ponernos a andar ya la sentimos sobre nuestra piel, y al poco de ponernos a andar, en cualquier parte de nuestro cuerpo.

Selva de Irati (web megaconstrucciones)
Hay quien, los menos, deciden no afrontar la situación y quedarse en el autobús, que vemos marchar rumbo a la cabecera del Roncal, donde está previsto que nos recoja. La mayoría, y somos en torno a 45/50 vamos saliendo, y pronto se evidencia el distinto ritmo y el gran inconveniente que supone. Al encontrarnos en condiciones de escasa visibilidad debido a la niebla, hemos de ir todos juntos, procurando no perder contacto visual entre unos y otros, pero para los rápidos significa que han de ir esperando con frecuencia, lo que supone acrecentar la sensación de frío que ya se tiene andando; y para los menos rápidos, que se ven un tanto obligados a forzar su ritmo.

Puerto de Larrau (web paisajesciclistas)
            Lo previsto era hacer el cordal, con posibilidad de ascender a las accesibles cimas del Orbizcaya (1.656 m), el Gaztarria (1.725 m), el Ochogorrigañe (1.925 m), el Baracea (1.893 m) y el Lacarchela (1.982 m), por lo que el mayor atractivo de esta ruta estriba en las vistas que nos ofrece a ambos lados de donde discurrimos, que evidentemente hoy se lo guarda para sí mismo. Frío, lluvia, niebla, viento, son ingredientes que se añaden además, desde el principio, a este guiso, que para que no se convierta en desaguisado, aun apurando la situación a criterio de algunos, y no siendo motivo para ello, a criterio de otros, se toma la decisión de volver.

Ochogorrigañe (web mendiak)
            Habiendo llegado casi a mitad de camino, en el mojón 244 de la muga nos vemos llamando al rescate del autobús, para que vuelva a Larrau a recogernos. Y aquí estamos de nuevo, al cabo de tres horas desde que hemos salido, chupidos d’aigua por fuera y por dentro, pero contentos por haber tomado la decisión acertada. De camino valle abajo, de camino hacia el buen tiempo, hacemos parada en Ochagavía para comer y echar algo caliente al cuerpo, pero nos encontramos un pueblo tomado por las celebraciones de comuniones infantiles, lo que nos obliga a ir buscando abrigos por los rincones de sus calles.

            El recuerdo en la convocatoria de los organizadores, sobre la necesidad de traer dos litros de agua y crema solar no ha sido el suficiente motivo como para convencer al tiempo y que nos dejara usarlo, de todos modos, como en todas garitas hay que hacer guardia, no se puede considerar que haya sido una mala jornada. Distinta, eso sí. Y no se puede decir que no hemos hecho gasto, ya que hemos recorrido casi 12 kilómetros, con 530 metros de desnivel positivo acumulado, y los mismos de descenso, en 3 horas y cuarto de actividad, de las que más de 2 y media han sido en movimiento. Habrá que insistir en esta bella ruta. Sin duda.

Único instante lúcido de la jornada. De vuelta al autobús.


Las pésimas condiciones meteorológicas han posibilitado hacer tan sólo la foto de salida y la de llegada.


lunes, 12 de mayo de 2014

Peña Canciás

IXOS MONS
Peña Canciás
Sábado, 10 de mayo de 2014



            Hoy vamos a asomarnos a una de esas atalayas privilegiadas de una sierra menor del Pirineo, la Peña Canciás, que a pesar de su humilde cota (1.928 m), puede presumir de una notable prominencia (493 m), y de unas excelentes vistas sobre el gran norte.  Separa municipios, el de Sabiñánigo y el de Fiscal; separa cuencas, la del Gállego y la del Ara; separa  comarcas, la del Alto Gállego y la del Sobrarbe; y separa orientaciones, la sur y la norte. Partiendo de Laguarta, en la Guarguera, subimos por la sur, y bajamos dando un larguísimo rodeo faldeando por sus caras este y norte, hasta Borrastre, próximo a Fiscal.

Casa de Villacampa, en Laguarta
            En el arranque de esta singular carretera de la Guarguera, a los pies del Monrepós, nos incorporamos con Sara y Javier, a la comitiva de los amigos de Esbarre, para hacer en autobús los últimos kilómetros hasta Laguarta, capital de este despoblado valle de la Guarguera, perteneciente al municipio de Sabiñánigo, y cuna del insigne Pedro Villacampa y Maza de Lizana, nacido en 1776 y héroe de los Sitios de Zaragoza, que llegó a ser Capitán General de los Reales Ejércitos y senador por la provincia de Huesca. Su casa natal está enfrente de la iglesia de San Salvador. Y por cierto, en el Arrabal de Zaragoza tiene su recuerdo en forma de calle, a una manzana de la de Jorge Ibort, otro destacado personaje de la resistencia rabalera.

Dos buenas mozas puyando
            De aquí partimos en una calurosa mañana, creemos que la última antes de una vuelta de tiempo anunciada a partir de la próxima jornada. Vamos buscando el arranque del PR-HU 9, un camino de viejo que une esta población con Borrastre, en el vecino valle de Broto, junto a Fiscal, su cabecera de municipio.

      El camino va subiendo por entre erizones por descarnados tramos poco atractivos. Nos emboscamos, y en hora y media ya damos vista a nuestro objetivo, identificando también montes de la cuenca de Sabiñánigo y Jaca. Seguimos, y en cosa de media hora más nos presentamos en el llamado collado de la sierra Gallardón (1.615 m), donde nos desviamos del PR para ir subiendo hacia la cresta que se despeña hacia el norte, donde está la cima, que alcanzamos, subiendo sin contemplaciones de zigzagueo, en hora y cuarto más. En total, como tres horas y media para llegar al vértice geodésico, que marca nuestro objetivo de hoy.

Cresta cimera
            El gran norte ya va anunciando ese cambio de tiempo que se va a producir en las próximas horas, pero mientras eso ocurre, tenemos el placer y la obligación de disfrutar del momento y del lugar, y que aprovechamos para pasar lista. Sí, están todos, los que conocemos y otros muchos más que se nos escapan. Momentos únicos los de poner en contacto nuestras miradas con ellos, a través de la luz que todo lo inunda.

De nuevo en el bosque
    Fotos y más contemplación. Tentempié, para que el estómago sepa que nos acordamos de él, y para abajo. Y lo hacemos por otra ruta más al oeste que la que hemos empleado para subir. Los primeros compases son por no muy amigable terreno, de conglomerados y piedras sueltas que merecen nuestra atención, porque les gusta juguetear bajo nuestras botas. Llegamos a terreno arbolado, y abrazados un buen tramo a un barranco vamos perdiendo altura a marchas forzadas hasta llegar de nuevo a los prados que anteceden a tomar el PR, donde echamos ya un bocado en condiciones, y descansamos un rato, antes de iniciar el largo descenso hasta Borrastre.

Enormes buxos
            Por bosque mixto, de mejor ver que pisar, nuestros pasos, nuestros cientos de pasos, nuestros miles de pasos, nos van encaminando durante dos largas horas hasta una pista, ya sobre el barranco de San Juste, donde nos encontramos con el desvío a esta localidad, y que desestimamos para seguir hacia Borrastre, que alcanzamos al cabo de otra media hora más, donde nos espera el autobús, que haciendo una parada técnica en Fiscal, por no decir cervecera, nos devuelve a nuestro vehículo a los pies del Monrepós, para volver de nuevo a Jaca.

            Una muy buena jornada de monte, en muy buena compañía también, en la que nos hemos deleitado con las mieles de este sinclinal al que llaman Canciás, y que asoma en verticales paredes hacia la vega de Fiscal, en plena cuenca del Ara, con unas vistas hacia el gran norte que muchos otros quisieran. Más de 19 kilómetros en casi ocho horas de actividad, de las que más de cinco han sido en movimiento, para subir 1.300 metros de desnivel acumulado, y bajar
1.640.




¿Habéis oído hablar del duende de la Guarguera? Pues se me ha colado en la cámara de fotos casi hasta el final, tiñendo de gris una jornada que no lo ha sido. De todos modos, ahí las tenéis:


El trac, en:

jueves, 8 de mayo de 2014

En torno a la Balle Berde

IXOS MONS
Sestrales
Jueves, 1 de mayo de 2014
Ruta del Canal
Viernes, 2 de mayo de 2014
Garganta de Escuaín
Sábado, 3 de mayo de 2014
Muro de Roda
Domingo, 4 de mayo de 2014



            La Balle Berde. Sí, pocos conocen así a este entorno. Es como se denomina en belsetán al Valle de Pineta, al menos a la mayoría de él, dejando esta última acepción únicamente a lo que llaman el "cul" del valle, el circo, allí donde se reconcilian las dos vertientes de este valle sin parangón, de este valle moldeado por los hielos glaciales y que nos ha dejado al descubierto la geología que hoy conocemos, que sustenta a esta extraordinaria vegetación que tanta frescura nos ofrece a los sentidos, y que junto con los valles de Añisclo y Ordesa, es una de las tres grandes grietas que el macizo del Perdido deja a sus pies. Teniendo como base el refugio de Ronatiza, también Pineta para entendernos, hemos pasado estos cuatro días dejándonos llevar por las bondades del clima de media ladera, ya que por las alturas estaba muy bruto, y nosotros no nos tratamos con esa gente.



JUEVES 1
Buen comienzo
            Por no ir de tiro al refugio, y perder medio día, hoy lo aprovechamos para directamente meternos en la montaña. Hoy estamos la máxima expresión del grupo, somos siete, junto con Javier, Cris, Joserra, Ástrid, Sara y Rafa. Nuestro objetivo, los Sestrales, y desde San Úrbez en Añisclo, que… vaya pechugada. Úrbez, Urbicio, Urbano, según las gafas dialécticas con las que se mire, también anda el hombre un poco a caballo entre la historia y ese aura de leyendas que siempre reviste a los personajes destacados en los oscuros y convulsos años de guerras santas, batallas, conquistas y reconquistas. No vamos a escribir cosas de él que ya están escritas, valga por ejemplo el enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Urbicio, donde nos da detalle de su vida y milagros. Lo que sí queremos destacar es que su nombre está asociado a sequías y rogativas, ya que es uno de los abogados a los que acudir para pedir agua para los campos y cosechas, para la tierra en definitiva, porque se dice de él que su sensibilidad llegaba al término de hablar con la naturaleza y sus elementos, con los animales domésticos e incluso los salvajes. ¿Y quiénes somos nosotros para ponerlo en duda?

Viejo puente de San Úrbez
            Al estar la carretera en un solo sentido de circulación, dejamos los vehículos en el mirador de la Tella, colgado sobre un río Aso que se abre paso a tajo bajo enormes paredones, y desde donde vemos al norte los restos de un Sercué que quiere salir del olvido, y su Mondoto encima, que ya estaba antes que él. Enfrente, el otro bastión de esta parte del congosto de Añisclo, nuestro objetivo de hoy, los Sestrales. Un breve tramo de carretera y enseguida nos metemos al sendero que nos baja hasta los rupestres dominios de este centenario santo afincado en las montañas. Un viejo puente se deja ver desde el nuevo, y no hay que hacer muchos esfuerzos imaginativos para visualizar la actividad popular efectuada durante siglos sobre él. Hoy es día de romería, pero hasta aquí no ha llegado todavía. Veremos a nuestra vuelta.

              Se  habla mucho de los tonos ocres y marrones que nos ofrece el otoño, pero mucho menos de los verdes de la primavera, y ahora es el momento de disfrutar de ellos. Es lo que hacemos mientras nos metemos por el GR 15, diseñado sobre el viejo camino a Bestué, en el valle de al lado, camino que unía los valles de Puértolas y éste de Ballibió.  Por entre hayas y robles, bojes y aliagas vamos tomando altura con el entusiasmo de los primeros momentos.

Respirando
          En una larga y empinada pedrera nos despistamos, tomando un camino más evidente que el real, y nos lleva a emboscarnos, y que nuestras ganas de tirar y no reblar hacen que lo hagamos más y más, hasta que finalmente desistimos, bajando no sin algún tropiezo, de nuevo hasta la pedrera, donde recordamos estaba la última señal de GR vista. Efectivamente, seguimos por bosque, pero por camino. Unas duras lazadas nos permiten ganar altura, y asomarnos ya a dar vista sobre el Añisclo bajo a nuestros pies, y toda la tierra de Aínsa por encima de él. Peña Montañesa se aúpa para mirarse en el embalse de Mediano.

Trepando por Sestrales
            Disfrutando del robledal, nuestros pasos van entre medio de paredones y abismos. Hora y cuarto desde la pedrera media hasta llegar al desvío. Abandonamos el GR 15, que se dirige a Bestué, y tomamos el ramal de la izquierda, para encañonarnos en una abierta chimenea por la que trepamos hasta una faja de cómodo discurrir, y por la que nos dirigimos ya hacia nuestro objetivo. Las altivas paredes del Fraile y los Sestrales tenemos enfrente, y únicamente nos invitan a reconsiderarlo mientras echamos algo al cuerpo.

Vida que se retuerce por
salir adelante
            Son casi las cuatro de la tarde, y es la hora de haber estado aquí pero ya de bajada, una vez hecho cima, de modo que es lo que hacemos, bajar y desandar lo andado ya de tiro hasta la ermita, 700 metros más abajo. Una ermita que luce sus mejores galas porque acoge a romeros, oferentes y visitantes en general… como nosotros, que con respeto entramos para palpar de primera mano esa devoción popular que aún se profesa en este lugar, a este santo que huía de los hombres para acercarse a la naturaleza. ¿Será por eso que vivió 100 años? Día de farteras, bebidas y guiñotes… ojalá, pero me temo que así no se llega a esa edad.

            El pequeño siempre rinde cuentas al grande. El Aso lo hace al Bellós en este punto, y para verlo más de cerca, nos bajamos para hacer el llamado circuito de san Úrbez. Un pequeño desvío, próximo ya al molino de Aso, nos permite acercarnos a unas pequeñas pozas que caprichosamente ha labrado, y lo sigue haciendo este pequeño río al que vierten todos los torrentes desde Fanlo, cabecera del valle y del municipio. Nuestros desnudos pies atraviesan esa piel del agua en pos de su interior, para sentir que el flujo sanguíneo acude hacia la nuestra. Momentos.

Nos aproximamos al río Aso
            Retomamos el sendero y la subida hacia el mirador de la Tella, donde nos despedimos de Javier. De tiro ya hacia Pineta, nos paramos en el mirador que hay sobre y enfrente de Añisclo, donde claramente se ven los diálogos entre Mondoto y Sestrales, diálogos que los han hecho quebradizos, ásperos, salvajes, sí, salvajemente bellos, como el río acentuado que los une por los pies. Más momentos. Cuando salimos de la abstracción nos convertimos en tiranizados por el reloj. Más de una hora todavía hasta el refugio, al que llegamos justo a la hora de cenar, no sin antes haber dejado un vehículo en la Venta de Salinas, para la recogida de mañana.

            Con liada y todo, han sido como 15 kilómetros, en 8h 20’ de actividad, de las que 5h han sido en movimiento, para solucionar los cerca de 1.600 metros de desnivel positivo acumulado, y otro tanto negativo.




VIERNES 2
Por los puertos sigue el marrón
            El tiempo por las alturas sigue estando bruto, intratable. Seguimos por zonas más amables. Hoy, sin Javier, nuestro objetivo es llegarnos hasta Tella por el PR-HU 137, la llamada Ruta del Canal, ya que discurre por unas fajas que albergan esta obra de la ingeniería de principios del siglo pasado que es la construcción del canal del Cinca, un camino artificial de agua que la lleva desde el embalse de Pineta, a 1.150 metros de altitud, hasta las proximidades de Tella, 14 kilómetros más abajo, pero sin perder apenas desnivel, formando parte todo del entramado hidroeléctrico de Lafortunada.

PR-HU 137
            Dejamos los vehículos en el Kanguro Truchero, a pie de presa del embalse de Pineta, cuyo cemento dejamos atrás para meternos ya de lleno en un bosque que nos acoge amigablemente. Este camino se puede tomar también desde Bielsa, cuyo indicador nos encontramos, y que no hacemos caso para no perder altura, lo que nos esclaviza a deambular por senderos más cerrados y menos transitados hasta retomar el correcto, un camino no sólo ciclable, sino anunciado como una de las rutas más bellas y salvajes que se pueden realizar en BTT.

Camino por la faja
            Faja colgada entre paredones y abismos, que alberga el canal y nuestro caminar a su vera o encima, según tramos. Piedra trabajada, piedra rebajada, incluso horadada para el buen hacer de la construcción de esta obra de ingeniería, como atestiguan varios paneles a lo largo del recorrido. Un descarnado barranco media hasta llegar al llamado mirador del Pratet de la Mascarina, como a un tercio de camino hasta Tella. El sendero se alterna entre bosques y abismos, pero casi siempre del brazo del canal. Se nos abre visualmente el valle de Chistau, regado por un Cinqueta que rinde al Cinca, y amparado por unas cumbres detalladas en otro panel, el del mirador del Caixigar, porque quejigos, robles, son los que nos ofrecen toda su longevidad.

Campas próximas a Tella
            No sólo las personas, no sólo los ríos, también los caminos tienen su jerarquía, y son los pequeños los que rinden a los grandes. Llegamos a un cruce, donde el que manda es el GR 19, que cose y descose esta cuenca de la hermosa comarca del Sobrarbe. Lo seguimos un breve tramo, hasta llegar a otro cruce, donde lo dejamos con la promesa de tomarlo de vuelta. Continuamos de nuevo por el PR-HU 137, y lo hacemos ya hasta unas hermosas campas que huelen a Tella, y cuyas anchuras nos permiten ver el Portillo de Tella, ese paso que el cordal de las Tres Marías permite para ir a Bielsa por una variante del GR 19, el .1, por el que ya dejamos nuestros sudores, genios y manías en el Ultra del Sobrarbe.

Llegando a Tella, con su Portillo al fondo
            En cuatro horas y tres cuartos, incluida la emboscada innecesaria, hasta llegar al abrevadero donde nos indica la subida a Tella y la llegada a su dolmen. Optamos por esto último, y al amor de su milenaria historia nos echamos un bocado para asegurar fuerzas para el regreso. Un regreso que hacemos dándole la espalda a este enclave a casi 1.400 metros de altitud, dominando un agotado ya valle del Cinca. Un pueblo que ha resurgido de sus cenizas, siendo destino de visitas turísticas, ya que se encuentra en un lugar auténticamente privilegiado, y estando en el vórtice de leyendas de brujas y aquelarres, como se puede ver en la Casa de la Bruja, un centro de interpretación ubicado en la antigua casa de la maestra, y dedicado a la brujería, etnobotánica y en general a todos los aspectos relacionados con este apasionante tema.

GR 19, camino de Venta de Salinas
            Una lástima, pero estimamos que no hay tiempo para ello. Volvemos al abrevadero y tomamos el GR 19, que discurre por pista, hasta que dejamos que se lleve a esa variante que sube al portillo, y nos metemos por el sendero ya sin dejar el principal. Ha sido una promesa. Y en una hora de despiadado descenso por un sendero de bosque con retorcidos ejemplares de roble, nos presentamos en la carretera, un poco por encima de la entrada al valle de Chistau, donde encontramos el vehículo dejado ayer, en el que se van Rafa, Cris y Ástrid, no sin antes acercarnos a los nuestros, para ir al refugio, a donde acude Javier, que viene de mil batallas e himnos jaqueses. En el balance de hoy salen 22 km, con 6h 50’ de actividad, de las que 5h 20’ han sido en movimiento, para salvar 1.400 metros de desnivel positivo acumulados, y 1.800  negativos.





SÁBADO 3
Anamnesis en Revilla
            Ya nos gustaría empezar hoy de otro modo, pero no, el marrón sigue metido en la cabecera de Pineta, y nos dice que hasta mañana no se va. Jaime, el guarda, ya nos dijo ayer que hoy haría menos nubosidad y más viento. Lo ha clavado. Después de darle muchas vueltas, optamos por visitar las gargantas de Escuaín, otra de esas grietas, aunque menor, por las que se desangran estos macizos calizos del Perdido y compañía. Hoy estamos con Sara, Javier y Joserra, y allá vamos.

Caminos con encanto
            Una hora de coche para llegar a Revilla, donde una singular serie de bancos de piedra artificial hace un guiño a la historia para que no se olviden los nombres de las casas. Aquí comienza la historia de hoy, que termina siendo menos presuntuosa de lo previsto. Nos limitamos a adentrarnos por una faja del río Yaga para dejando por arriba los desvíos de Foratarruego y Puerto de Revilla, alcanzar el Puente de los Mallos, por el que cambiaremos de orilla, para bajar por la vertiente derecha hasta Escuaín, y luego a Revilla de nuevo.

           Bien pues, al turrón. El rey indiscutible de hoy es el Castillo Mayor, que altivo se impone a lo largo de todo el recorrido. Cruzamos el umbral del parque, y nos metemos ya de pleno derecho. Un solitario bosque, pero lleno de vida nos acompaña hasta llegar al puente de los Mallos, que une las dos orillas del Yaga a varias decenas de metros de altura, desde donde vemos bajar a su aire las aguas de Gurrundué, por el barranco del mismo nombre.

Barranco de Carcil
          Echamos un bocado y seguimos por el bosque sin apenas desnivel, y tras cruzar el barranco de Carcil, llegamos al cargadero, un claro de tasca en el que se reúne el ganado para meterlo en el transporte. Junto a ello, un cartel del parque nos indica la dirección para San Vicenda, allende cuello Viceto. La vista que se nos ofrece del circo de Gurrundué es de lo más alpino, sin tenerle envidia a cualquiera de los grandes circos que se forman en este macizo. Desde aquí una pista que pensábamos más incómoda, nos va bajando poco a poco hasta Escuaín, que poco a poco se va recuperando del duro golpe de la despoblación. Visitamos el centro de acogida del parque, donde nos advierten de que no hay puente para pasar el río y no saben si el caudal de agua lo permite. Veremos. En una rápida visita, se nos da buena cuenta de la gran vida rupícola de los alrededores. Y hacia ella vamos precisamente, hacia los miradores, donde nos recreamos, como lo hace toda la avifauna que se solaza aprovechando las térmicas.

Cruzando el Yaga
            Vuelta al pueblo para, tras un breve tramo asfaltado, tomar el GR 15 que nos deja en el río habiendo descendido casi 300 metros de desnivel. Y sí, se puede pasar, aunque a punto está de que no. A partir de aquí, sólo subir y subir para recuperar esos mismos casi 300 metros que nos permitirán llegar a Revilla, tras casi dos kilómetros de carretera.

            Y con las mismas, de nuevo a Pineta. Hoy han sido 19 km, con 7h 45’ de actividad, de las que 4h 45’ han sido en movimiento, para salvar más de 1.230 metros de desnivel positivo acumulados, y lo mismo en descenso.





DOMINGO 4
Iglesia fortificada
            Último día, primero de buen tiempo. Mientras estos dos días atrás estábamos a 8º y con frío de norte, hoy con -2º no se nota tanto, la mañana está serena, e invita a ir a por ella. Seguimos los cuatro, pero José Ramón marcha a primera hora. Con Javier y Sara decidimos ir hacia Aínsa para visitar Muro de Roda, ese enclave medieval con su conjunto religioso militar situado en lo más alto de la sierra de Gerbe. Es un lugar realmente sorprendente, y su situación le confiere unas vistas auténticamente espectaculares. A levante, la Fueva, con su capital Tierrantona; a poniente, la cuenca del cinca, ocupada en gran parte por el embalse de Mediano. Pero lo mejor está al norte, con la Peña Montañesa en primer plano, Mondoto, Sestrales y Castillo Mayor en segundo, y al fondo la inconfundible silueta de las Tres Sorores y de las Tres Marías, con el tajo del collado de Añisclo entre ellas.

Interior del conjunto
            Ya se habla de este lugar a principio del siglo XI, cuando se construyó por orden de Sancho III el Mayor para reconquistar Sobrarbe y Ribagorza desde el entonces todavía condado de Aragón. De este ruinoso conjunto, lo que mejor se mantiene en pie es su muralla y la iglesia, que bajo la advocación de Santa María, es de una sola nave, con tres grandes ábsides. Su interior está plagado de pinturas alusivas algunas de ellas a la vida de Jesús, y tumbas en el suelo, al más estilo pinatense.

Miradas
          El recinto amurallado da cabida también a varias casas, algunas en ruinas, otras lo atestiguan tan sólo unos montones de piedras. En el centro de todo ello, el cementerio, cuya extensión parece desproporcionada con el conjunto. En el exterior, y antes de llegar, tenemos otro conjunto de edificios, mucho más pequeño, que lo compone la ermita prerrománica de San Bartolomé, el ayuntamiento y la cárcel.

            Como soñar es gratis, vemos en este lugar un extraordinario conjunto restaurado, donde cada casa es habitada por un artesano que ofrece sus productos a los visitantes que por aquí se acercan, y que son informados de la historia de este antiguo condado, en uno de los edificios habilitados para tal uso.





            En total, han sido 56 km, con casi 23 horas de actividad, de las que 15 han sido en movimiento, para salvar más de 4.700 metros de desnivel positivo acumulados, y más de 5.100 de descenso, sin contar el paseo del domingo. Y eso, y mucho más es lo que ha dado de sí estos cuatro días, en los que hemos descubierto rincones que merecían ser vistos y visitados, en los que hemos disfrutado del paisaje y de los amigos, y de los que nos van a quedar muy gratos recuerdos, que se traducirán en ganas de volver.


Piedra y espacio. Historia y paisaje. (Foto de Javier).