martes, 30 de julio de 2019

Le Tour du Carlit, ou les chemins secrets d'Armand

AQUERAS MONTAÑAS
Tour del Carlit (2921 m)
Domingo 21 a sábado 26
de julio de 2019



            De nuevo, un verano más, un año más acumulando juventud, compartiendo montañas y valles, puertos y caminos, con este incombustible grupo, que en esta ocasión ha organizado las jornadas montañeras pirenaicas por la vertiente francesa, en concreto por la oriental, en concreto por la Cerdaña, tierra que fue española, y que hubo de ser compartida en virtud del Tratado de los Pirineos, de 1659, por disputas entre los reinos de España y Francia, teniendo que ceder al país vecino 33 pueblos, de modo que hoy se conoce como la Alta Cerdaña y la Baja Cerdaña, correspondiendo cada una de ellas a un país, que se reparten aproximadamente como la mitad de la extensión, de unos 1085 km cuadrados, y de la población, en torno a los 30.000 habitantes, en los más de 40 municipios.

La molina, Masella y la sierra del Cadí, cerrando por el sur la Cerdaña

Bellos rincones
            Pero eso son cosas de la historia, asuntos puramente administrativos hoy en día, porque el territorio, que no entiende de eso, forma una unidad geográfica basada en una amplia depresión, paralela al eje de la cordillera, regada por un Segre recién llegado a este mundo, que modela el paisaje por lo más bajo, y aupada a sus alturas por las montañas, cuyo mayor exponente es el Carlit, con sus 2921 metros. Una montaña que plantea unos alrededores sorprendentes a los que nos dirigimos, dando una amplia vuelta, con visita incluida. Y lo hacemos con Armand, para el que no guardan secretos estas montañas, y que gusta de darlas a conocer en sus más mínimos detalles, y para ello no siempre hay que ir por los lugares más convencionales. Disfruta y hace disfrutar.


Hotel Relais du Belloch, que nos acoge la primera y la última noche

Domingo, 21 de julio. Primera jornada. Angoustrine – Porté Puymorens.
Listos para el vueltorrio
            Con alguna excepción, toda la jornada de ayer para aproximarnos a estas, para nosotros, lejanas tierras de la Cerdaña. Recalamos en el hotel Relais du Belloch, en Angoustrine, del que salimos los nueve componentes de este año, junto con Armand, en una furgoneta que nos acerca al punto de partida, a unos nada despreciables 1400 metros.

Aproximándonos a Bena

Hacia el collado
            Tierras de media montaña que vamos ascendiendo poco a poco, y desde las que podemos contemplar este gran valle en todo su esplendor. Nos vamos introduciendo por la parte alta de uno de sus afluentes, el valle de Carol, dirigiéndonos hacia la pequeña población de Bena, que no es ni sombra de lo que fue. Está situada al sur de una montaña que lleva su nombre, y que se tenía intención de coronar, pero… no pudo ser, a pesar de los intentos. Demasiado abandono de los caminos, demasiado abandono de las labores tradicionales, hacen que poco a poco el monte vaya recobrando lo que es suyo, lo que nos hace volver al pueblo para tomar el camino, que a la salida del pueblo un indicador nos informa ya de nuestro siguiente hito, el collado del Hombre Muerto, a 11,5 km.

El ganado en los puertos

En el collado del Hombre Muerto
            Los primeros compases discurren por sendero bien definido, acompañado por el susurro del arroyo de Bena que, al superar esa montaña que no quiso conquistarnos, pronto cambiamos por el de Salit, por entre puertos de altura que se muestran menos pletóricos que antaño, por ser más escaso el ramoneo que los perfila. Aprovechando la sombra de unos abedules hacemos un alto para un bocado. Sorprendente vegetación a más de dos mil metros nos acompaña hasta alcanzar el collado, de 2280 metros, techo de la etapa de hoy, donde obligada es también la parada, tras cinco horas y media desde el arranque

Un alto en el camino bajo el collado

















Llegando al hotel
            Por bosque de pino negro, muy a su aire, descendemos hasta Porté Puymorens, que lo alcanzamos al cabo de dos horas y cuarto más, recalando en el primer puesto que encontramos, para el merecido descanso en torno a las rubias. Localidad esta, muy cercana a Andorra, y que a sus 1640 metros de altitud, también está dotada de una pequeña estación de esquí alpino. Tras atravesar el pueblo, recalamos en el antiguo Castel Isard, abierto para la ocasión… y se nota.


Resumen técnico primera etapa: Punto de Partida – Porté Puymorens.
Distancia: 15,4 km
Tiempo total: 8h 30’. En movimiento: 5h 35’.
D+: 1175 m. D-: 980 m.
Altura Máx: 2280 m. (Collado del Hombre Muerto).
Altura Mín: 1400 m. (Punto de arranque).

Bien está lo que bien acaba


Lunes, 22 de julio. Segunda jornada: Porté Puymorens – Ref. Bésines.
Por el GR 107
            Amanecemos en este pequeño hotel que seguro es un auténtico hervidero en la época invernal, pero que ahora reina un lugar cuasi desierto, justo al pie de uno de los remontes de la estación de esquí, en una localidad esta que solo tiene comunicación por carretera con el resto del mundo por puertos, no así por el propio valle, que viene definido por el barranco del gran lago de Lanós. Con estas y otras reflexiones arrancamos en una mañana que promete, y lo hacemos por el GR 107 hasta el puerto, donde hacemos el primer alto. Seguidamente nos metemos por la coma d’en García, donde gran profusión floral nos acompaña, ya que evitamos el tránsito por la pista.

Llegando al puerto carretero

Estany de Coma d'Or
            Nuestra mirada va a lo alto, en busca de ese collado, que resultaba ser el primero de ellos, mediando un pequeño plató antes del definitivo que, al estar en el mundo d’en García, toma su nombre. Aquí se nos abre la vista a otro mundo, al de Ariège, el salvaje Ariège, concretamente con la larga bajada al seno de Bésines. Pero antes… antes hay que hacer un pequeño desvío para dejarnos abrazar por las aguas de estas montañas, y lo hacemos cambiando momentáneamente a la cuenca d’Or, para recalar en las orillas de su lago, donde poco a poco vamos llegando todos, aprovechando para echar un bocado.

A punto de salir del lago

Seno del barranco de Bésines, donde reina la paz
            Volvemos sobre nuestros pasos para alcanzar el alto que nos permita tomar ya definitivamente el descenso, en el que combinamos el tránsito por sendero con el menos cómodo, vestidos de rododendro. En menos de dos horas alcanzamos el seno del valle de Bésines, con sus aguas tuertas, que lentamente alimentan el embalse homónimo. Y en  poco más, subimos la altura que nos separa del refugio, al que llegamos tras más de siete horas desde el arranque. Estamos a más de 2100 metros, ambiente de montaña, hasta para la ruchada, que nos pilla ya a cubierto.


Resumen técnico segunda jornada: Porté Puymorens – Ref. Bésines.
Distancia: 11,9 Km.
Tiempo total: 7 h. En movimiento: 4h 20'.
D+: 1155 m. D-: 860 m.
Altura Máx: 2520 m. (Portella de la Coma d’en García).
Altura Mín: 1640 m. (Porté-Puymorens).

En la cena, ya relajaditos


Martes, 23 de julio. Tercera jornada: Ref. Bésines – Ref. d’en Beys.
Mundo Bésines
            Otra mañana espléndida más, que seguro parirá otra tarde movida. Nos aproximamos al cauce del arroyo en busca del sendero que acoge al GR 10 y al GR 107, que los acompañamos hasta algo pasado el Col de la Coma d’Anyell, que con sus 2470 metros es nuestro techo de hoy. Antes hemos pasado junto a algún otro pequeño lago y un sorprendente nevero que quizá empalme con las próximas nieves.

Como niños... pero sin el como

Los mayencos  entrando en la Reserva
            Este collado se abre a la cabecera del valle de Puymorens, habitada por el lago de Lanós, a donde se dirigen esos GRs, pero no nosotros, que lo hacemos hacia la cuenca que nos va a acoger durante las próximas horas, entrando primeramente en la Reserva Nacional de Fauna de Orlu, un espacio natural de especial protección dentro de otro más amplio. Nuestros sedientos pasos nos llevan hasta las orillas de otro gran lago, el de Faury, al que llegamos tras casi cuatro horas desde la salida. Ocupa el lugar privilegiado de una cuenca granítica, ocupada por un glaciar hace decenas de miles de años, y que ahora se tiene que conformar con lo que queda de él… que es mucho y muy bello. Buscando el mejor sitio lo rodeamos por su flanco este, hasta dar con el lugar ideal para aprovechar sus aguas y echar un bocado en sus orillas.

Lago de Faury, naturaleza salvaje

Reflejos de realidad
            Volvemos sobre el camino para integrarnos en este espectacular mundo salpicado por montañas y lagos, de nuevo el aspecto creativo que ejerce su función para solaz y regocijo de nuestros sentidos. Pequeños y vibrantes lagos van apareciendo en nuestro camino. Nos cruzamos con unas tablillas que nos indican que el GR 7 nos llevaría al lago de Bouillouses, pero nosotros llegaremos por otro itinerario, y mañana, porque hoy toca disfrutar de este lado del Carlit… que, por cierto, ya hemos tenido ocasión de ver su cara menos amable.
La sierra de los Tres Picos Royos, que baja a beber al lago d'en Beys

Gallina del refugio
            Bueno, poco más, en llegando al también gran lago d’en Beys, lo hemos hecho al refugio que en él se refleja, así como la imponente sierra de los Tres Picos Rojos, completando la tercera jornada de montaña, de alta montaña, como la anterior, en casi ocho horas desde la partida en el refugio de Bésines. Estamos en un lugar a poco más de dos horas del aparcamiento de Fanguil, y eso se nota en la cantidad de gente menuda que tampoco se quiere perder estas maravillas.


Resumen técnico tercera jornada: Ref. Bésines – Ref. d’en Beys.
Distancia: 9,6 Km.
Tiempo total: 7h 50'. En movimiento: 4h 15'.
D+: 685 m. D-: 815 m.
Altura Máx: 2470 m. (Coll de la Coma d’Anyell).
Altura Mín: 1960 m. (Refugio d’en Beys).

Cena de refugio, otro momento mágico


Miércoles, 24 de julio. Cuarta jornada. Ref. d’en Beys – Hotel les Bones Hores.
Refugio d'en Beys
            La noche ha hecho muy bien su trabajo de regeneración, y otra extraordinaria mañana se nos ofrece para el mayor de los disfrutes. Toda la pureza reinante se refleja en las aguas del lago. Todo se atropella para inundarnos con su calma en esta primera jornada de la segunda parte del recorrido por estas magníficas y sorprendentes tierras. Poco a poco vamos abandonando este lugar, objeto hace como un siglo, de unas gigantescas obras de ingeniería hidráulica, en su época, para aprovechamiento hidroeléctrico.

La cita con las ocho

Transitando por el GR 7
        Tomamos el camino del aparcamiento, con su GR 7, que abandonamos al cabo de media hora, porque nosotros, al contrario que él tenemos que ir subiendo hasta alcanzar una plataforma con unas vistas privilegiadas sobre el valle de l’Oriège, que también aguantaría el ciclópeo peso de un glaciar, y ahora muestra todas sus intimidades al caminante. Llegamos a unas campas con cabaña, d’en Dela según los mapas, donde no nos entretenemos mucho, ya que nos aguardan más de 600 metros de ascenso, que hacemos tranquilos, agradeciendo que salgan al paso más y más lagos, que refrescan la vista y el ambiente. Un ambiente que se empieza ya a cargar… bueno, como los días pasados, pero hoy… hoy va a ser diferente.

Espectacular, el valle de l'Oriège

En la Portella Gran, sobre el estany Blau
            Algo pasado el mediodía llegamos a la Portella Gran, que con sus 2600 metros es el punto más alto a alcanzar en esta jornada… y ya está alcanzado, así que… a disfrutar de él. A nuestros pies se nos abre otra extraordinaria cuenca, poblada, cómo no, por varios de esos lagos, entre los que destaca el estany Blau, cuyo nombre vendrá, suponemos, del color que delatan sus profundas aguas. Fotos de rigor y a seguir, es lo que nos piden a gritos esos nubarrones que tímidamente salen al mediodía y que hoy se están empoderando demasiado, tanto así que no pueden contener toda su carga y la comparten con nosotros, primero en forma de ligera lluvia, que luego se transforma en más recia, y con la bajada de temperatura, en piedra, que obliga no solo a pertrecharse con las ropas de agua, sino a buscar abrigo hasta que se le pasen los humos.

Tendidas bajadas

Pasando el tímido arroyo, empoderado con la tormenta
            Extensas terrazas, grandes patios para el vacuno y equino se suceden. Tenemos que cambiar de orilla del barranco, que seguro era inofensivo antes de la tronada, pero que se ha convertido en un río sin posibilidades de cruzarlo sin mojarse… más. Finalmente nos decidimos, unos calzados, otros no. En poco ya divisamos a lo lejos el gran lago de Bouillouses, al que nos dirigimos con la amenaza de otra ruchada. Llegamos a sus orillas en una hora más, y en otra las recorremos hasta llegar a nuestro hotel de hoy, el de Les Bones Hores, un lugar privilegiado, y que nos va a albergar durante dos noches.


Resumen técnico cuarta jornada: Ref. d’en Beys – Hotel Les Bones Hores.
Distancia: 14,3 Km.
Tiempo total: 8h 55'. En movimiento: 5h 20’.
D+: 900m. D-: 820m.
Altura Máxima: 2600 m. (Portella Gran).
Altura Mínima: 1885 m. (En ruta, tras el desvío aparcamiento Fanguil).

Lago de Bouillouses


Jueves, 25 de julio. Quinta jornada. Hotel Les Bones Hores – Carlit – Hotel Les Bones Hores.
Bellísimos paisajes lacustres
           Cuatro días dando la vuelta al mítico Carlit, techo de la comarca, y hoy, el quinto, toca  subirlo. Hoy toca ponernos a sus pies. Hoy toca… dejarnos conquistar. Allá vamos. Salimos del hotel en la confianza de que ayer ya “disfrutáramos” lo suficiente de las generosas tormentas. A sabiendas de antemano que todos no vamos a subir a la montaña, iniciamos la marcha con la intención de hacerlo el mayor tramo posible juntos. Los primeros compases por bosque de pino negro, por donde se van intercalando pequeños, y no tan pequeños, lagos, unos vivos y otros agonizando debido a su escasa profundidad, lo que aprovecha la vegetación para colonizarlos, estando abocados a su colmatación.

Con el Carlit como telón de fondo, el grupo todavía unido

Hacia la montaña, todavía juntos
            En dos horas y veinte, de no saber a dónde mirar por haber tanto elemento compitiendo en belleza, llegamos a un lugar en el que, con toda su crudeza, se indica la dirección del pico. Un pico que nos viene teniendo ya en su radar desde hace tiempo, y que a cada paso que damos se nos echa más encima. Es aquí donde parte del grupo decide que ha llegado a lo más alto de hoy. El resto, con Armand, seguimos por fuerte pendiente ya, hasta alcanzar una pequeña cuenca habitada por las heladas aguas, incluso hielos, del lago Helado. Tres horas de marcha hasta aquí. Por encima, el impasible Carlit. Allá vamos.

El lago Helado bajo el Carlit

Algún paso más delicado
            Por sendero definido, pero terreno algo descompuesto, en cosa de una hora, vamos subiendo poco a poco hasta alcanzar la cima, ayudados a tramos por las manos. Momento cumbre. Momento mágico donde los haya. Se dice que lo importante no es la meta, sino el camino, pero cuando se obtienen los dos es cuando surge la magia. Somos los amos visuales de la Cerdaña. Todo el país a nuestros pies, incluso gran parte del itinerario de estos días pasados. Montañas y lagos se reparten el territorio. Unas para arriba, otros para abajo, de nuevo ese símbolo presente tras cualquier manifestación de la Creación, símbolos creadores sin duda, en este caso de belleza, de pureza, de armonía, de poesía. Todo un mundo solo al alcance de unos pocos que, con su esfuerzo, alcanzan estas cotas.

Los mil y un lagos

Hacia el mundo Ariège
            Algunos visitamos la contigua cima norte, para alcanzar al grupo seguidamente, en un descenso que hacemos por el mismo itinerario, al menos hasta el lago Helado, que nos quedamos con ganas de probarlo, pero a estas horas del día tiene ya muchos visitantes. Los walkie-talkie, que nos han permitido comunicarnos con el otro grupo durante el ascenso, ofrecen alguna dificultad para hacerlo en el descenso, pero con la ayuda de los móviles sabemos que han puesto rumbo ya hacia el hotel, por lo que Armand cambia el nuestro, para conocer otro itinerario de bajada. Recalamos en el estany Llong, un lugar paradisíaco que se presta para fundirnos con él, por fuera, y con las viandas por dentro.

Comiendo a orillas del estany Llong

Lugares de ensueño
            En poco menos de hora y media ya estamos de vuelta en el hotel, reuniéndonos con nuestros compañeros, al amor de las rubias y una buena conversación sobre la jornada, la más dura de esta alta montaña, pero que dosificando el esfuerzo ha transcurrido muy placentera.


Resumen técnico quinta jornada: Hotel Les Bones Hores – Carlit – Hotel Les Bones Hores.
Distancia: 15,1 Km.
Tiempo total: 9h 20'. En movimiento: 5h 30'.
D+: 1250 m.  D-: 1250 m.
Altura Máxima: 2921 m. (Pico Carlit).
Altura Mínima: 2000 m. (En ruta, próximo al hotel Bones Hores).

El grupo cimero en el Carlit


Viernes, 26 de julio. Sexta jornada: Hotel les Bones Hores – Dorres – Angoustrine.
... la despedida
            Última jornada de este circuito que nos está descubriendo preciosos lugares de esta cordillera pirenaica que tantos atesora por sus alturas. Hoy toca dejarlos atrás. Hoy, como el primer día, nuestros pasos van a discurrir más por la media montaña, que también tiene sus encantos. Salimos del hotel a las habituales ocho horas de todos los días, para despedirnos de las altas cotas. Más incursiones huyendo de los senderos más transitados nos sacan del bosque y nos llevan a unos grandes claros desde donde podemos despedirnos de ese Carlit, que ha pivotado nuestra marcha en estos seis días, y lo va a seguir haciendo hoy también, aunque se nos pierda de vista.

Descendiendo por los pastos de montaña, con la mirada puesta en el Carlit

Valle de Angoustrine
            Al cabo de dos horas y media llegamos a una pista, que iremos recorriendo durante casi dos horas, metiéndonos poco a poco en ese valle de Angoustrine, localidad a la que nos dirigimos, pero antes hemos de pasar por Dorres, donde tiene su residencia Armand, que para llegar nos hace pasar por un camino bajo un bonito bosque de avellanos, que en algo menos de una hora nos deja en su pueblo, al que llegamos justo a la hora de comer, tras cuya sobremesa lo recorremos brevemente para dirigirnos hacia los baños termales, que ya descubrieran los romanos en sus andanzas por aquí. Unas aguas sulfurosas que emanan a más de 40º y que hacen las delicias de los bañistas.

En el bosque de avellanos, hablando de plantas mágicas

Pintorescas casas en Dorres
            Pero no ha terminado nuestra ruta, que tenemos que llegar hasta Angoustrine. Resistiendo todas las tentaciones de hacer cábalas para bajar motorizados, por poco no vamos a quedar mal, aunque la evolución de las nubes lo aconseje. Ahí tenemos a nuestro Armand busca que te busca senderos sin senderos por entre campos ya baldíos, pero vallados, todo por evitar el temido asfalto. A destacar el paso por un abandonado parque con enormes ejemplares de coníferas.
Aspecto de los baños de Dorres

Seres encerrados en gigantes
Finalmente alcanzamos la carretera que en tres kilómetros une Dorres con Angoustrine, a pocos pasos ya de nuestro destino definitivo de hoy y del conjunto del circuito, el Relais Belloch, que nos acoge como la primera noche, pero que en esta ocasión nos viene justo para guarecernos de otra gran tormenta. Relajaditos todos ya, acudimos a la cena, la última ocasión de juntarnos todos, acompañados por Armand y risas, muchas risas, en torno a una buena mesa, recordando los buenos momentos… porque no ha habido otros, de estos días pasados por las montañas de la Alta Cerdaña, que está al otro lado de una frontera que no existe en nuestros corazones.


Resumen técnico sexta jornada: Hotel les Bones Hores – Dorres – Angoustrine.
Distancia: 16,1 Km.                              
Tiempo total: 9h 15’. En movimiento: 4h 50'.
D+: 560 m. D-: 1270 m.
Altura Máxima: 2155 m. (En ruta).
Altura Mínima: 1345 m. (Angoustrine).

Colofón
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