miércoles, 28 de septiembre de 2022

Eriste/Grist - La Espigantosa/Espiantosa - Clot del Chil, por la Aigüeta de Eriste/Grist

 


AQUERAS MONTAÑAS
Eriste/Grist - La Espigantosa/Espiantosa - Clot de Chil
Jueves, 22 de septiembre de 2022

            El naturalista escocés John Muir, que vivió entre el siglo pasado y el anterior, era una persona tan apasionada por el mundo natural y su conservación que fruto de su dilatado acercamiento a él, valoró lo que damos y lo que recibimos, sopesó las expectativas que nos ponemos por meta, y lo dejó claro en esta frase: “En cada paseo por la Naturaleza, uno recibe mucho más de lo que anda buscando”.



            Y aquí, inevitablemente, entra en juego un elemento clave para valorar la intensidad con la que vivimos nuestra vida, la intensidad con la que sentimos la vida, todo aquello que llena nuestros pensamientos cuando estamos frente a ella, cuando estamos con ella, cuando estamos en ella, en esa nuestra casa, como es el mundo natural al que se refería Muir, ya que, si siempre es importante estar con los cinco sentidos en todo aquello que hagamos, en este caso esa importancia se multiplica proporcionalmente a los beneficios que obtenemos. Nos estamos refiriendo a la consciencia, sin ella la vida es como el agua en una cesta. Sin esa consciencia será difícil aprovechar eso que recibimos, y que es superior a lo que aspiramos. Lo que es arriba es abajo, y lo que es abajo es arriba. Lo pequeño está contenido en lo grande, y lo grande tiene su reflejo en lo pequeño.


Crédito: tiempo.com

          Los grandes valles pirenaicos, esconden otros más pequeños que les rinden cuentas, pero también estos son receptores de otros más pequeños todavía. Son esos padres que hacen grandes a sus hijos, esos manantiales que hacen grandes a los arroyos, esos arroyos que hacen grandes a los ríos, y estos a los que rinden, hasta llegar a ese océano de la vida, al que llega el agua, hoy en día, en malas condiciones, a la espera de que continúe ese ciclo eterno, y sea evaporada a la atmósfera pasando por ese proceso de purificación que, luego, en forma de precipitación vuelva a la tierra, como otra manifestación más, como las muchas que hay, de que la vida es cíclica. Consciencia. Sobre todo, consciencia.


            Y con esa consciencia, para cuyo mantenimiento no es fácil mantener la tensión, nos echamos de nuevo al monte, y lo hacemos para visitar uno de esos lugares, quizá no muy conocidos si perseguimos siempre aquellos que nos maravillan por su grandeza, por su extensión pero, si decimos que lo pequeño participa de lo grande, también sabremos ver esa belleza allá donde vayamos. En esta ocasión, partimos de la población de Eriste/Grist para tomar el PR-HU 36, balizado hasta el refugio Ángel Orús, aunque en esta ocasión no lleguemos hasta él. Salimos, pues, del pueblo, pasando junto a la iglesia que reza a San Félix, de origen románico. Subimos por la margen derecha de la Aigüeta de Eriste/Grist (izquierda de la marcha), por dulce camino entre tapiales, que los separan de los campos y al pie de una corriente de agua que nos recuerda a las levadas de Madeira.


           Dejamos a la izquierda el desvío para adentrarnos en la Aigüeta de la Bal y continuamos hasta cruzar el puente de Tramarríus, para salir seguidamente a la pista, que ya no dejamos hasta su finalización en la pleta d’Estallo, donde abandonamos el PR-HU 36, porque tomamos el sendero a la derecha, indicado con nuestro destino. Antes de tomarlo, echamos la vista a la otra vertiente para dejarla caer de arriba abajo acompañando esa espectacular cascada de Espigantosa/Espiantosa. El arranque del sendero es muy brusco, con una considerable pendiente y en un tramo muy cerrado de bojes, lo que nos puede hacer dudar, pero estamos en la traza, que sigue y sigue subiendo sin parar como una hora, hasta que poco antes de cruzar la canal de Clot de Chil pillamos del brazo la curva de nivel de los 1960 metros, que se apiada de nosotros y nos va engañando para subir suavemente y cruzar el circo hasta el otro lado, donde nos espera el refugio, que ya teníamos a la vista.

Crédito: Álex Miquel





            Por encima de nosotros una inclinada estiva donde pace una nutrida cabaña vacuna ajena a nuestra presencia. El refugio sorprende por su construcción que, aunque la estancia interior es la habitual, la apariencia exterior dista mucho de ello. Pero, bueno, es funcional, y seguro que cumple su cometido. Fue construido en 1983 para sustituir a otro anterior, que fue pasto de una avalancha. Un pequeño, pero precioso circo, con ese, inusual, bajante herboso que hace las delicias del ganado, y coronado por varias cotas, de las que no encontramos nombre individual, pero sí colectivo, sierra de San Chulián, que hace muga con el término de Benasque/Benás, un altivo cordal que se asoma también a ese valle. Dejamos todo ello a nuestra espalda para continuar el sendero que, a media ladera, nos lleva hasta un pequeño collado, desde el que se nos abre unas espectaculares vistas al amplio mundo Posets. Tres horas tranquilas hasta aquí.






            Por el otro lado, también panorámica hacia la desembocadura de este valle de Eriste, con su continuidad visual hasta el Turbón. Aprovechamos ambas para contemplar y echar un bocado. Una pronunciada, pero corta canal nos da paso a un ancho barranco que, tras él, nos metemos ya en el bosque, para salir al mismísimo cauce de la Aigüeta de Eriste, que cruzamos por un puente para integrarnos de nuevo en el camino del refugio, a través del PR-HU 36, por el que vamos ya descendiendo hasta alcanzar la pista y seguirla. Una pista que, si quisiéramos abrir otra circular, le podríamos dar continuidad hasta la central de Eriste, pero preferimos disfrutar del camino a partir del puente de Tramarríus, aunque represente repetir itinerario.












            De este modo, entramos al pueblo por donde habíamos salido cinco horas y 35’ antes, habiendo recorrido 13,4 km y habiendo salvado un desnivel acumulado de en torno a los 1075 m D+/-, en una preciosa ruta por el entorno de Eriste.


Webs:

Red Natural de Aragón 

Albergues y Refugios 

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track


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