martes, 25 de junio de 2024

Ruta de las Tosas, por el paso histórico ribagorzano

 Año XIII. Entrega nº 878


IXOS MONS
Ruta de las Tosas
Miércoles, 19 de junio de 2024

          "Inspirar pasión entre la familia y los amigos tiene más valor que estar vivo por ellos." Alex Lowe.


Shisha Pangma (imagen de https://www.desnivel.com/)

            Buscando de qué modo empezar hoy esta historia, hemos encontrado una de las frases de este alpinista estadounidense, a la que podríamos añadir la otra suya de “el mejor escalador del mundo es el que más se divierte”. Y su diversión debió de ser muy intensa a juzgar por el poco tiempo que le duró, ya que contaba con tan sólo 41 años cuando murió arrastrado por una avalancha en la ascensión al Shisha Pangma, de 8013 msnm, el menor de los 14 ocho miles, quedando sepultado su cuerpo hasta que fue localizado al cabo de 27 años.



            Y bien está recordar a las gentes que tan apasionadamente, no sólo han vivido la montaña, sino que lo han transmitido a sus congéneres. Salvando las infinitas distancias y los varios miles de metros de diferencia de cota, no deja de ser un espejo en el que nos miramos, porque creemos que no hay mejor legado que el de dejar a los que nos suceden esa pasión por las cosas auténticas, genuinas, desnudas de artificios, con las que te puedes medir con humildad, intentando transmitir esos valores inmutables que te dan una conciencia de estar siempre en el verdadero templo, llevando a cabo el verdadero culto… el culto a la vida.



            En esta ocasión, se han prestado las circunstancias de la frase de cabecera, porque con familiares y amigos hemos compartido esta ruta recién señalizada, sin olvidar que es milenaria, porque antes de inventarse el asfalto, mucho antes, ya se utilizaba como paso natural entre las cuencas del Noguera Ribagorzana, que vierte al Segre, y la del Isábena, que lo hace al Ésera, ambos tributarios del Ebro.



            La ruta de las Tosas, que une las poblaciones de Bonansa y Calvera, perteneciente al municipio de Beranuy, está señalizada como tal en 9,4 km, pero por seguir esa pasión de buscar siempre un puntito más allá, alargamos hasta el entorno privilegiado del monasterio de Obarra.



            En Bonansa encontramos un vestigio romano, la Font Vella, enfrente de la que se hallan las piscinas municipales, de donde salimos. A través del GR 18, acompañamos unos metros la carretera en dirección este y tomamos un camino de bajada, pedregoso por la acción del ganado. Por pista, que vamos burlando en sus amplias lazadas, vamos ganando terreno. Al cabo de tres cuartos de hora, dejamos las marcas rojiblancas del GR, que se dirigen hacia El Cajigar, por lo alto de la sierra de Sis, y continuamos nuestro ascenso por la derecha.





            Por pista, en poco más de media hora, alcanzamos el collado de las Tosas, punto álgido de la ruta de hoy, aunque, en realidad, si nos acercamos al panel de interpretación del mirador, aún nos quedan unos metros, hasta los 1595 msnm totales. Y como va a ser que sí, que nos acercamos, pues eso, que nos da la oportunidad de tomar un respiro contemplando la amplia panorámica del entorno.






            Hacia el norte, el eje pirenaico; al este, la sierra de Sis; al oeste, la Peña Roia y la Cruz de Bonansa; y al sur, el valle del Isábena; y más virado hacia el SW, nuestro descenso, marcado inicialmente por una pista que, ya en descenso hemos de tomar para seguir nuestra ruta. Casi media hora hasta aquí, a lo que le añadimos otra media de parada y contemplación.



            Emprendemos el descenso y, al poco, la pista nos deja en otra, que tomamos a la derecha, hasta que en otra tranquila media hora llegamos al Chuest donde, al borde de un depósito de aguas, la dejamos, tomando ya un definitivo sendero que nos bajará hasta Calvera. Un sendero con preciosos tramos jalonados por cajicos, la variedad marcescente del roble, entre campos que se gestionan solos por debajo, y las rocas de las paredes que, desde arriba, llegan hasta el camino.







            A casi tres horas y media desde el arranque, llegamos a Calvera, con más casas arregladas que personas censadas, lo que nos da una idea de la vida que tiene, aunque no sea permanente. Un pausado paseo por sus calles nos permite retrotraernos a su milenaria actividad cuando el historiador Antonio Ubieto encontró la primera mención en el año 916, en "una venta de tierras", extraída a su vez de Catalunya carolingia, III, nº 127, de Abadal. 






            Además de la limpieza de sus calles y sus ya mencionadas casas arregladas, caben mencionar dos hitos arquitectónicos. Por un lado, la Casa Castell, que es lo que queda en lo alto de la población, del antiguo castillo que custodiaba estos pasos fronterizos en algún momento; y por otro, la parroquial de San Andrés, románica de finales del siglo XI, dando aquí por finalizada la señalización de esta ruta de las Tosas.





            Pero, como anunciado, proseguimos camino hacia Obarra. Y lo hacemos por la pista que nos conduce al cementerio, justo donde arranca el sendero que, a través del PR-HU 213 nos llevaría al mirador de Obarra, y que hemos contemplado la opción de hacer, pero el aspecto del cielo lo desaconseja. De modo que, ya en franco descenso, tomamos el camino, que pronto se convierte en sendero y que, por entre bancales, jalonado por cajicos, nos deposita ya, definitivamente en el sacralizado lugar de Obarra, con el templo dedicado a Santa María, junto a las ruinas del monasterio, y la ermita de San Pablo en medio del prado. 








            Muy cerca ya del aparcamiento concluye esta bonita ruta por caminos milenarios y en la que también podemos dar rienda suelta a nuestra pasión por las montañas, nuestra pasión por el territorio, nuestra pasión por transmitirlo. Han sido en total 12,9 km, recorridos en poco más de cuatro horas y media, con un desnivel acumulado de 485 m D+ / 695 m D- (430 m D+ / 650 m D- según Wikiloc).



Bibliografía: 

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984) 

Web:

Desnivel  

Románico aragonés  

Senderos FAM  

Senderos Turísticos de Aragón  

Wikipedia  

Wikiloc   

RAE  

Fundeu 

IGN 

Geamap  

Hijo de la Tierra 





Las fotos, con sus comentarios y el track 


* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.






lunes, 24 de junio de 2024

Bonansa - Cirés - Gabarret, una vuelta por el GR 15

 Año XIII. Entrega nº 877


IXOS MONS
Bonansa - Cirés - Gabarret
Martes, 18 de junio de 2024

            “Cuando volví a mi pueblo, se había instalado una fría novedad: un tanatorio. ¿Qué iba a ser de aquellos descendientes de mi abuelo que contaban chistes junto a la puerta de los difuntos de cuerpo presente? Años después, mi abuela Francisca —la que guarda tres mortajas, por si acaso, para no molestar—, me pidió que le pinte los labios cuando muera. Empecé a creer que la gente de su generación estaba obsesionada con la muerte. Me equivocaba. Nada amaban tanto como la vida y ni la soledad ni las ausencias ni los miedos minarían su instinto de permanencia. No sé si podré pintar los labios a mi abuela, pero he conocido a quienes le cerrarán los ojos a la tierra”. Virginia Mendoza.



            La prosa poética de esta periodista y antropóloga valdepeñera, nos acerca al drama demográfico, social y familiar de cientos de pueblos altoaragoneses, que han ido viendo espaldar sus casas, arruinar su pasado, inquietar su presente y tambalear su futuro. Uno de esos pueblos es Gabarret, del que nos cuenta Antonio Ubieto que, en 1385, con dos fuegos, pertenecía al Condado de Ribagorza; en 1646 contaba con 4; en 1857, que ya pertenecía a Bonansa, con 30 habitantes, y en 1970 con 7. Algo de todo ello recordarán las piedras que siguen en pie, y las que reposan alrededor del pequeño templo que rezaba a San Pedro desde el siglo XII, o quizá desde finales del anterior.



            Por más que visitemos despoblados, y van ya varios cientos, no deja de sobrecoger el alma su estado y la mella que han hecho en ellos las circunstancias que impulsaron la paulatina desaparición antrópica. 



            Pero antes de Gabarret, pasaremos por Cirés, y para ello, partimos de Bonansa, en concreto de las piscinas, para seguir el GR 15 en dirección de la parada del bus a pie de carretera, y meternos por un camino de bajada a mano derecha, donde nos encontramos enseguida con una caseta, el antiguo y único molino, que llaman “la mola de Navarri”. El camino, bien señalizado, va combinando por el bosque, senderos con pistas, hasta llegar a un sorprendente espacio, como es el Prat del Campo, una amplísima extensión de prado, en menos de una hora, donde abrimos la circular, siguiendo por el GR 15. 






            Cuarenta minutos más para llegar a Cirés, que nos recibe un paisano a caballo, con un rebaño de ovejas y algún perro de esos que no les gusta mucho ampliar su catálogo olfativo. Algo que soluciona el pastor con un mando a distancia (cosas veredes, amigo Sancho). Subimos al pueblo por el costado de la parroquial de San Cristóbal, que datan en el siglo XII, y nos llegamos hasta lo más alto para continuar por camino, y luego por pista, hasta lo que creíamos que sería la ermita de Sant Bartomeu/San Bartolomé… pero sólo nos encontramos en lo que ha quedado tras décadas descuidada. Suponemos que habrá tenido sus mejores momentos desde el siglo XII. 










            De vuelta al pueblo, tomamos la carretera que lo une a Pont de Suert, como unas decenas de metros, hasta que una baliza del GR 15 nos desvía a la izquierda por un sendero que pronto abandonamos, dejando también las marcas rojiblancas, para ir en busca de una pista que nos lleva ya a Gabarret… o lo que queda de él, a donde llegamos tras media hora desde Cirés. Nos encontramos alguna casa en ruina total, y otras más conservadas, así como una nave ganadera en lo alto del pueblo. La salida la hacemos junto a la parroquial de San Pedro que el tiempo va desmontando piedra a piedra.






            Retomamos la pista, que nos lleva hasta la comisura del barranco, dando un leve rodeo para, entre largos pasillos de floridas jaras, tomar decididamente ya rumbo al Prat del Campo, donde cerramos la circular tomando de nuevo de la mano el GR 15. Ya sólo nos queda desandar lo andado, y en hora y media más llegar a Bonansa.






            Finalmente, han salido 4 horas y 50 minutos, para hacer esta ruta por el interior profundo del municipio de Bonansa, a través de 14,6 km, y salvando un desnivel acumulado de 565 m D+/-, aunque Wikiloc lo rebaja a los 500. La altura máxima alcanzada ha sido la de la ermita de San Bartolomé de Cirés, con sus 1240 msnm.



Bibliografía: 

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984) 

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados II. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984) 

¿Quién te cerrará los ojos? Virginia Mendoza. Libros del K.O. (2017)

Web:

Libros del K.O.  

Románico aragonés  

Despoblados en Huesca 

Bonansa  

Senderos FAM  

Senderos Turísticos de Aragón  

Wikipedia  

Wikiloc   

RAE 

Fundeu 

IGN

Geamap 

Hijo de la Tierra



Las fotos, con sus comentarios, y el track

* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.