martes, 25 de enero de 2022

Anillo de Sobrepuerto, GR 16 Biescas - Yebra de Basa

 


IXOS MONS
Anillo de Sobrepuerto
GR 16 Biescas - Yebra de Basa
Orós Bajo, Oliván, Susín, Lárrede, Javierre del Obispo, Satué, San Román de Basa
Domingo, 23 de enero de 2022

           “Sarrabol, Serrabol, Sarrabli, Sarraul, Sarrauri, Sarrablo, Serrablo. Las bases documentales no nos aclaran el origen del topónimo y en el campo lingüístico no se ha señalado el significado de este término. A primera vista no nos parece que tenga visos de ser voz latina y podría plantearse la posibilidad de que fuera de origen musulmán y pudiera haber nacido en los siglos IX y X. Pone en duda, hasta el momento, esta posibilidad el silencio y ausencia del topónimo en las fuentes musulmanas conocidas. La noticia de la intitulación de un “obispo en Serrablo”, en pleno siglo XI, y la lugartenencia de “Serrablo”, en el siglo XIV, nos confirman la existencia de la entidad comarcal serrablesa. 

Guía Monumental de Serrablo. Antonio Durán Gudiol y Domingo Buesa Conde. Amigos de Serrablo 1981.



AMIGOS DE SERRABLO

Medalla de Oro a las Bellas Artes (1985)

            En el año 1971, y debido a la complicidad entre Julio Gavín, a la sazón vicepresidente de la Comisión de Fiestas de Sabiñánigo, y Antonio Durán, Canónigo Archivero de la Catedral de Huesca y estudioso por aquellos años de la singularidad de las iglesias de Serrablo, se sembraba la fructífera semilla de la Asociación Amigos de Serrablo, que en este medio siglo, gracias al ingente trabajo de un activo grupo de voluntarios, liderados por ilustres figuras del mundo de la cultura y muy ligados al territorio, y a la ayuda institucional, han recuperado del olvido y de las barzas un buen puñado de iglesias y ermitas de esta zona, cuyo nexo se halla en el propio estilo arquitectónico, llamado mozárabe por unos, lombardo por otros, pero que, indiscutiblemente agrupan una serie de templos de gran valor histórico, artístico y patrimonial, románico de cualquier modo, fechados en los siglos X y XI, aunque hay algún ejemplo anterior, y que gracias al ingente trabajo de la asociación se ha puesto en valor, así como otros aspectos relacionados con la vida, usos y costumbres de los pueblos y sus habitantes de la zona, especialmente de la subcomarca de Sobrepuerto que, en un goteo incesante en los años previos, en aquella década de los 70 ya había culminado un doloroso éxodo que dejó desgarrada el alma del paisanaje que marchó y del paisaje que quedó, y que poco a poco se va componiendo haciéndose dueño de casas y haciendas. A lo largo de este medio siglo, la asociación se ha hecho acreedora de cerca de una treintena de reconocimientos, entre los que destacan la Medalla de Oro a las Bellas Artes (1985), Declaración de Utilidad Pública, por el Ministerio del Interior (2000) y Premio Europa Nostra (2002).



GLACIARES PIRENAICOS

Crédito: turismodearagon.com

            Un territorio sembrado de antiguos monumentos que no nos deben hacer olvidar el verdadero monumento natural que, muchísimo más antiguo, y con la benigna climatología de los últimos milenios, se ha ido perdiendo, quedando reducido a minúsculos depósitos testimoniales a los pies de las grandes montañas de las cabeceras de estos valles. Nos estamos refiriendo al glaciar del Valle de Tena que, según los descubrimientos geológicos llegaba hasta las mismísimas puertas de Sabiñánigo. En la Torre Defensiva de los Bagüés (siglo XVI), de Senegüé se encuentra el Centro de Interpretación de los Glaciares, un lugar idóneo para ello ya que la localidad está enclavada en el término de una de las morrenas laterales, bien visible en sus proximidades. Un glaciar, como río helado que es, tiene su movimiento, imperceptible, pero movimiento, y por el seno de este, virtual hoy en día, glaciar va a discurrir nuestra ruta de hoy, junto a la fértil vega que los hielos dejaron.


ANILLO DE SOBREPUERTO

            Pues de todo esto trata este proyecto que, con gran tesón, algunas personas e instituciones están sacando adelante, y al que queremos sumar nuestra humilde aportación. Una acción más para poner en valor estos parajes, colonizados que estaban desde hacía más de un milenio y que encontraban en el régimen feudal su sistema de administración del territorio. Un territorio que fue pasto de la gran transformación de la sociedad de mediados del siglo pasado, y que lo convertía en un auténtico desierto demográfico en el que el tiempo ha ido siendo testigo de la falta de humo en las chamineras, de la falta de ramoneo en los puertos y de la falta de cultivos en los bancales, haciendo que la naturaleza se haya ido haciendo cargo de lo que siempre había sido suyo.

Crédito:senderosturisticos.turismodearagon.com

            El Anillo de Sobrepuerto pretende, en cuatro exigentes, pero preciosas etapas (más una necesaria variante), rodear este mágico territorio por sus somontanos, recorriendo caminos de viejo para visitar alguno de sus antiguos emplazamientos y cruzando de unos valles a otros esos puertos tan transitados antaño por sus habitantes, con sus ganados o en las visitas anuales a las ferias de los pueblos al piedemonte, y que van a ser objeto de nuestros comienzos y fines de etapa. Estos son: Biescas, Yebra de Basa, Fiscal y Broto, de donde haremos incursiones para rodear estos altiplanos con sus montañas, barrancos, su historia, leyendas en un decidido intento de que sigan permaneciendo vivos en la memoria. Se puede comenzar en cualquiera de las localidades indicadas, y realizar en cualquiera de los dos sentidos. Por nuestra parte, y sin razón especial alguna, hemos elegido dar comienzo en Biescas, para culminar en Yebra de Basa. Un trayecto identificado íntegramente con la reciente señalización como Sendero Turístico de Aragón, del veterano GR 16, o Sendero de Serrablo.


BIESCAS – ORÓS BAJO

            Una ruta, quizá la menos pegada geográficamente, pero por la que hemos querido iniciar como aproximación a ese interior mágico, a esa alma del Sobrepuerto, rindiendo culto a este otro gran y próximo territorio, que es el Serrablo, por el eje del Gállego, lleno de pueblos que siguen resistiendo el embate de los malos tiempos para el sector primario, pero que lo hacen gracias a las buenas comunicaciones. Salimos pues de la floreciente Biescas, capital de la subcomarca Tierra de Biescas, en la moderna comarca del Alto Gállego y que, junto con la de La Jacetania, constituyen el llamado Biello Aragón. Salimos, pues, de la plaza de la villa, para dirigirnos al cercano recinto ferial y tomar la Vía Verde, que en su kilómetro y medio asfaltado y en un brusco giro final a la izquierda nos lleva a cruzar el domesticado barranco del Sía por la carretera interior que une Biescas con los pueblos de la margen izquierda del Gállego. Una carretera que dejamos inmediatamente para continuar por las indicaciones, y que nos introducen en un bonito sendero ribereño. Dejamos atrás las casas espaldadas del Molino de Orós, que callan más que lo que cuentan. Tras una hora desde la salida, llegamos a Orós Bajo, con su iglesia de Santa Eulalia (siglos XI y XII) primer hito de arte serrablés que nos encontramos.










CASCADA ORÓS BAJO, BARRANCO D’OS LUCAS

            ¿Cómo pasar de largo? Sería imperdonable hacerlo. El trazado del GR 16 nos va a saber aguardar los cuarenta minutos que nos va a costar entrar y salir de este tramo del barranco d’os Lucas para visitar la cascada, un monumento natural que ha sabido labrar el agua a lo largo de decenas, centenares, de miles de años y que, en su caída, deja al descubierto los distintos estratos que conforman estas montañas, bellísimas formaciones geológicas revestidas de artísticos paños de hielo en esta época del año. Un barranco este que trae las escorrentías de la fachada occidental del Erata, cabecera del valle de Espierre/Barbenuta. En Orós Bajo indica un cartel que hay como 15 minutos hasta el fondo del barranco, al que se llega por un camino muy erosionado debido a la inclinación de la pendiente a los materiales blandos del suelo; un trazado corto, pero no apto para todo el que quiere satisfacer su curiosidad llegando hasta el final. Hay tamos realmente peligrosos, y en esta época más aún por el hielo.









ORÓS BAJO – OLIVÁN – SUSÍN – LÁRREDE

            De nuevo en Orós Bajo, y tras dos horas desde el comienzo, retomamos nuestro inseparable GR 16, que nos mete de nuevo por un sendero que a los diez minutos pasa por la capilla de la Virgen de las Articas, y en cinco más dejamos a la izquierda un desvío que sube a Barbenuta, llegando en otros cinco a Oliván, a la salida del barranco homónimo, uno de los accesos a estas tierras de Sobrepuerto. Inevitable pasar por la parroquial de San Martín (siglo XI), otro bellísimo ejemplo del mozárabe serrablés. Bajamos a orillas del susodicho barranco y tomamos dirección este para remontarlo hasta el puente, que cruzamos para continuar por la pista hasta encontrar, a la derecha, el desvío por un sendero que nos sube a las puertas de Susín en veinte minutos a buen paso. Se puede decir que la proximidad de este singular enclave justifica la visita, pero la dejamos para la jornada en la que comencemos aquí la variante (GR 16.1), que nos lleve a Yebra de Basa por el puerto de Santa Orosia, otro lugar mágico del entorno.





            En un lugar muy próximo, como decimos, y con las edificaciones de Susín a la vista, continuamos nuestro itinerario por un delicioso sendero, con algún enorme cajico que estremece el alma a su paso. En poco más de media hora, salimos del bosque a la altura de La Torraza, o Torre del Moro, una esbelta torre defensiva que se cree formaba parte de un castillo que, situada en un lugar estratégico, vigilaba el ancho cauce del río Gállego, estando hermanada con la de Escuer. Está catalogada como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón. Un no muy cómodo y pendiente camino nos baja a Lárrede, en donde hay que desviarse unas decenas de metros para aproximarse a otra de las joyas monumentales de Serrablo, la iglesia de San Pedro (siglo XI), ejemplo típico del subestilo larredense, declarado Monumento Nacional en 1931. Vamos cumpliendo hitos en este itinerario cultural y medioambiental de primer orden.






LÁRREDE – JAVIERRE DEL OBISPO – SATUÉ – ISÚN DE BASA

            De Lárrede bajamos a la carretera local que une estos pueblos, y que transitamos unas decenas de metros para continuar siguiendo las señales, que nos suben por un sendero que burla la carretera, a la que nos asomamos un poco más arriba, para volverla a recorrer un breve tramo, hasta encontrar a la derecha unas escaleras que ayudan a subir el talud. Estamos a las puertas de la Liena Caxicar, una corona en la que enormes ejemplares de cajicos se han sabido buscar la vida que ahora disfrutan conservando los camales desde los últimos cortes hace ya unas décadas. En un punto de ese recorrido, un extraordinario mirador se abre para dejarnos contemplar esa cuenca del Gállego, que toma su nombre de las Galias, en cuyas proximidades nace, siendo el único afluente directo del Ebro, por su margen izquierda, que sus casi 200 km de recorrido los hace por territorio aragonés. Un amplísimo cauce que visualizamos con hielos eternos de varios cientos de metros de espesor, y en el que nos sentimos como pequeñas bacterias en su interior.


            El tránsito por este lugar, rodeados de seres centenarios, se vuelve muy íntimo y sensorial. La compañía que aportan a la soledad de la jornada es algo indescriptible. Lugar mágico, sin duda, pero hay que continuar. Se baja y se cruza la carretera para dirigirnos ya hacia Javierre del Obispo, localidad a la que no se llega, pero se pasa muy cerca. Se baja la carretera local unas decenas de metros para continuar por camino a la izquierda, y enseguida se sale a la local de Satué. En hora y media desde Lárrede nos presentamos en Isún de Basa, por cuya localidad sí que pasamos, visitando incluso su parroquial de Santa María, datada también en el siglo XI, bañada ya de una luz crepuscular que invita a darse prisa si no queremos llegar a oscuras a Yebra de Basa.





ISÚN DE BASA – SAN ROMÁN DE BASA – YEBRA DE BASA

            Cinco horas largas desde la salida de Biescas, y las señales nos indican que nos quedan todavía hora y media a Yebra de Basa. Son las 16:50 y no nos lo podemos permitir, de modo que aceleramos el paso. Nos encontramos un cartel artesano que, con la indicación de Yebra, nos desvía a la derecha, pero que no tomamos, porque se trata del antiguo camino a Biescas. Continuamos por el GR 16, que lo hace continuando la trayectoria. Al poco, dejamos atrás el desvío para San Román de Basa, localidad que se queda algo alejada. Otros veinte minutos y el sendero sale finalmente a una pista, que va tomando la dirección contraria a nuestro objetivo, pero que se las arregla para enfocarnos a él metiéndonos de nuevo por un camino que nuevamente transita por entre margas, para llegar finalmente a las proximidades de nuestro destino, a cuya plaza llegamos tras cruzar un último obstáculo, el barranco de Santa Orosia, que encontramos serias dificultades para cruzar, pero que nos informan de que le van a dar pronta solución. 







            Robusta y casi a oscuras encontramos la parroquial de San LorenzoFinalmente, y tras algo más de seis horas y media, habiendo recorrido 26,7 km, con un desnivel acumulado de 810 m D+ y 785 m D-, con las últimas luces del día, damos por terminada esta extraordinaria etapa de somontanos, pasando por caminos de viejo por el seno de un antiguo glaciar, convertido en el cauce del río Gállego, y visitando localidades y territorios ganados para el cristianismo en torno a verdaderas joyas monumentales reunidas en el conjunto de las Iglesias del Serrablo.






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