Año XIV. Entrega nº 976
“Haz las cosas pequeñas con gran amor”. Madre Teresa de Calcuta (1910-1997).
Cita pequeña, de una mujer pequeña que, haciendo cosas pequeñas, muchas cosas pequeñas, el resultado fue grande, muy grande. Fundadora de la congregación de las Misioneras de la Caridad en 1950, le sería concedido, entre otros, el Premio Nobel de la Paz en 1979.
Podemos tomar como ejemplo esa cita para enmarcar la ruta de hoy, ya que es corta, pequeña, pero no por eso la llevamos a cabo con menos cariño porque, lo pequeño es hermoso, como titulaba Schumacher una de sus obras, con esa espléndida frase que procedía de su maestro, el economista Leopold Kohr.
El Zopín, junto con la Peña del Castillo, es uno de los guardianes del congosto que estrecha el río Cidacos antes de ensancharse a placer, suponemos que es lo que más le gusta hacer cuando lleve más agua, en busca de rendirse al Ebro en Calahorra, dejando atrás a la vecina Arnedo.
Con él a la vista desde el primer momento, salimos del establecimiento balneario para dirigirnos al pueblo, pasando por la ermita de la Virgen de la Torre. Tomamos una de las primeras callas a mano izquierda, de nombre Miguel del Pozo que, con notable cuesta, nos sube hasta el espacio reservado para el estacionamiento de caravanas, donde da comienzo el sendero.
Nos hace pasar por la comisura del barranco de las Bodegas, donde encontramos un cruce de caminos, debiendo continuar por el de enfrente. A partir de ahí, ya es todo seguir por el sendero, que en los tramos que más se empina, los antepasados, los verdaderos usuarios de estos caminos, se ocuparon de empedrar para su mejor tránsito. Unas gentes, supuestamente desaparecidos todos, que con su trabajo y esfuerzo fueron convirtiendo las laderas de estos montes en bancales para mejor aprovechamiento del terreno, un terreno que bosteza de aburrimiento añorando tiempos mejores.
Un poco antes de llegar al collado, los restos de unos corrales salen a nuestro paso. Los dejamos a la izquierda para seguir subiendo hasta alcanzar ese collado, que guarda otro precioso testigo del paso del tiempo, una amplia era circular empedrada.
Sólo resta acercarnos al pie del roquedo cimero, treparlo y llegar a la cima, no sé si decir, adornada con una cruz, de las cuatro que coronan sendos montes en torno a Arnedillo. De ellos, éste es el más asequible. A pesar de ello, las vistas son apabullantes sobre el valle, unas vistas que compartimos con los buitres leonados que planean y que nidifican en los roquedos cercanos.
Y poco más podemos contar, que el regreso lo hacemos por el mismo itinerario, y si queremos hacer una variación, tal y como está planteado en esta ocasión, antes de las caravanas, en el momento de llegar al barranco de las Bodegas, sin cruzarlo, tomamos el sendero que lo sobrevuela por la izquierda, hasta llegar al casco urbano en un punto en el que la LR-115 hace una amplia curva para entrar, o salir del pueblo, según le dé. Sólo resta cruzar el pueblo y terminar en el punto de inicio.
Una ruta de tan sólo 5,2 km, algo menos si se hace desde el pueblo, para echar un rato de hora y media, con un desnivel acumulado de 250 m D+/- según BaseCamp y de 233 m D+/- según Wikiloc, alcanzando la altura máxima en los 929 msnm del Zopín.
RECURSOS DIGITALES
Las fotos, con sus comentarios, y el track
Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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