martes, 7 de octubre de 2025

La Encineta, por las sierras de Arnedillo

Año XIV. Entrega nº 975


IXOS MONS
La Encineta (1098 m)
Viernes, 3 de octubre de 2025

             “Constan estos baños de azufre, de salitre o nitro, y de vitriolo y así serán útiles para todas las enfermedades que aprovechan estos ingredientes». Así explicaba, el doctor Félix Eguía, en 1745, las propiedades de las aguas termales de Arnedillo, en la obra Escrito abstracto de los mejores autores, de las virtudes, y para qué enfermedades son útiles, y de sus ingredientes, las aguas minerales de Trillo, del Molar, de Arnedillo, de Sacedón, y de Buendía.

Ilustración antigua de los baños de Arnedillo (imagen obtenida del blog La Rioja)

            Y esto viene a cuento de unos textos que encontramos en el blog La Rioja, referidos al "rey más nefasto que ha tenido España, Fernando VII quien, debido a su debilidad mental y su estado físico enfermizo, se fijara en Arnedillo para tratar su engorroso mal de gota. Con tendencia a la obesidad, el que pasaría a la historia como el ‘rey felón’ tenía una salud débil desde niño y, además, no se privaba de nada: fumaba compulsivamente, estaba obsesionado con el sexo y comía más de lo necesario, sobre todo carne roja; su plato favorito era el cocido”.


Fernando VII (imagen obtenida del blog La Rioja)

           
            Precisamente, una anécdota, que casi le cuesta la vida, fue la que propiciara la creación del Cuerpo de Médicos Directores de Baños de toda España, a través de un decreto real de 1816. Y no fue otra cosa que su torpeza al caer en una de las pozas de barro.


 Imagen de época (obtenida del blog La Rioja)


            Hoy en día, estamos ante un histórico establecimiento balneario, conocido ya en época romana, que se ha ido modernizando, adaptándose a los tiempos. De él salimos siguiendo las cintas del marcaje de un trail que se celebraría al día siguiente. Sin saber el recorrido, nos aventuramos a acompañarlas hasta que la razón diga basta.



            Del costado del aparcamiento sale una pista, de la que pronto sale un sendero que va subiendo impenitentemente alineándose con el barranco de Nobocazal, entre el seno de éste y las faldas de la Encineta, uno de los bastiones de Arnedillo, a donde pensábamos que iría subiendo, pero vamos viendo que no, al menos de momento.






            Tras el paso por un par de collados de estas sierras calladas, nuestro sendero se precipita hacia el fondo del barranco citado, encontrando enfrente un grupo de corrales espaldados que, lejos en el tiempo de albergar cabras domésticas, ahora son las montesas las que pululan por entre ellos. Alegría da ver fauna, si no es de una de otra.








            Las marcas van subiendo el barranco, hasta que lo dejan para desviarse a la derecha y comenzar a subir por una especie de trocha, que en lo alto se convierte en pista. La vamos recorriendo en un continuo subibaja, hasta que la dejamos para subir por un sendero a lo alto de la loma, que hace de límite municipal con Enciso, ya en nuestro campo visual, así como su embalse. Discurrimos a dos aguas por auténticos toboganes, hasta comprender que las señales no paran de alejarse y, sin saber hasta dónde lo hacen, calculamos que es tiempo de regresar.


Corrales sobre el barranco de Nobocazal

Fondos marinos destripados



Pueblo y embalse de Enciso

            Lo hacemos por el mismo itinerario, hasta bajar al fondo del barranco de Nobocazal, y antes de llegar a los corrales, por no seguir repitiendo, y sin perder de vista la Encineta, nos aventuramos a dejar las marcas, cruzar el barranco y seguir un exiguo sendero, que pronto se pierde, y que nos obliga a tirar de intuición subiendo los abandonados bancales, los que la vegetación y los matorrales menos amables van colonizando.




            Aun por campo a través, pensamos que llevamos bien el rumbo, cuando de repente… se produce el milagro. Volvemos a ver las marcas del trail, lo que aporta un grado de confianza a la intuición que nos ha hecho vagar por estos montes la última media hora. Las seguimos, en decidida dirección a la Encineta, a donde llegamos, apurando la marcha, en veinte minutos más.







            Estamos en terreno conocido. Abandonamos momentáneamente las marcas para hacer una visita al vértice geodésico. De vuelta a las mismas, nos acercan a las antenas, de donde sale un sendero que baja sin piedad, hasta apaciguarse en el pinar, y que nos conduce al de subida “normal” a esta montaña que, siguiéndolo, nos baja hasta la ermita del Sagrado Corazón. Volvemos a abandonar las marcas, que suponemos llevarán al pueblo, para continuar más directamente hacia el balneario, pasando por los miradores de los Gurugús.






Ermita y mirador del Sagrado Corazón

Miradores de los Gurugús

Llegada al balneario

            Una, a ratos, improvisada ruta, que nos ha llevado por las sierras aledañas a Arnedillo, y que nos ha permitido subir a la Encineta, en uno de los cuatro puntos cardinales, con sendas cruces. Realmente, fuera de nuestras intenciones, han salido 15 km, recorridos en tres horas y cuarenta minutos, con un desnivel que calcula el BaseCamp en 920 m D+/- y Wikiloc en 715 m D+/-, alcanzando la altura máxima en los 1098 msnm que calcula el IGN para el vértice geodésico de la Encineta.



RECURSOS DIGITALES

Balneario de Arnedillo 

Blog La Rioja 

Ayuntamiento de Arnedillo 

La Rioja Turismo 

Wikipedia 

Wikiloc   

Facebook 

RAE 

Fundeu

IGN

Geamap 

Hijo de la Tierra 




Las fotos, con sus comentarios, y el track

 

Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.












 

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