lunes, 6 de septiembre de 2021

Punta de las Olas, Baudrimont SE y Pico Superior de Añisclo, por las bambalinas de Ordesa y Añisclo

 


AQUERAS MONTAÑAS
Punta de las Olas (3022 m)
Baudrimont SE (3026 m)
Pico Superior de Añisclo (3257 m)
Sábado 4 de septiembre de 2021


            Produce una sensación de sorpresa especial que arrebata, que le constituye en una maravilla aparte, con un sello propio e inconfundible, debido quizá a la variedad de acantilados, de anfiteatros, de cascadas, de praderas y de bosque que encierra en un espacio relativamente reducido. Es una de las muchas odas que le brindaba el gran precursor pirineísta Lucién Briet, quien dedicó parte de su vida a ensalzar las bellezas de este valle, y que tres años antes de morir viera convertido en 1918 en el Parque Nacional de Ordesa, y más delante de Monte Perdido, con la ampliación de 1982. 




            Acabamos de celebrar el centenario del segundo Parque Nacional español, tras el de Covadonga. Y con esa efeméride, se ha perdido una muy buena ocasión para la demandada segunda ampliación, como solicitan diversas asociaciones conservacionistas, avaladas por personalidades de gran prestigio en el ámbito medioambiental, como el catedrático emérito Eduardo Martínez de Pisón, que abogaba por pasar de las 15600 has actuales a las 63300, comprendiendo desde la cabecera del valle del Gállego hasta el circo de Barrosa. Pero ya sabemos que no son tiempos para la lírica, aunque estamos convencidos de que sería capaz de enderezar los tiempos. En 1997 fue declarado por la Unesco, Patrimonio Mundial de la Humanidad una superficie de 30639 has, de territorio a ambos lados de la frontera, que por no entender de eso, este macizo de Monte Perdido da juego a un montón de valles, a cuál más espectacular, por la parte española, estaría el Valle de Ordesa, el Cañón de Añisclo, las Gargantas de Escuaín y el Valle de Pineta, y por la francesa, el Circo de Gavarnie, el de Estauvé, Troumouse y Barroude, incluidos estos últimos en el Parque Nacional de los Pirineos, del país vecino. 

Imagen de comunicanza.es


            Y al mismísimo corazón del macizo calcáreo más alto de Europa hemos acudido, pero no a la ruta más concurrida de su máxima cota, sino a alguno de sus escuderos. Con Josemari, Luismari, Fernando y Luis tomamos el bus de las 7 de la mañana en Nerín, que nos sube por la pista que alcanza el alto de la sierra de las Cutas, en un lugar muy próximo al mirador de Zierracils, el más oriental de todos cuantos se asoman a este espectacular cañón que ha formado, y lo sigue haciendo, el río Arazas. Salimos a las 7:45, acompañados por numerosos montañeros, por la transitadísima senda que lleva a Góriz a la mayoría del personal. Nosotros tomamos un desvío a la derecha, para entrar en el GR 11, que nos sube, en principio al collado de Arrablo, o Superior de Góriz. Hora y media escasa hasta aquí, donde el GR 11 baja por el barranco de Arrablo para volver a subir por el circo de Añisclo al collado homónimo, pero también parte un ramal que llega a ese mismo collado por la faja de la Punta de las Olas, marcado como GR 11.9.




            Las lluvias de días pasados han generado un ambiente de nieblas cerradas, que van jugueteando, dejando entrever el espectáculo que vamos dejando debajo en el Cañón de Añisclo. Pronto nos ponemos a la altura de la Torre de Góriz, o Morrón de Arrablo a la izquierda de los enormes paredones del Soum de Ramond o Pico Superior de Añisclo. Seguidamente, discurrimos ya bajo los también grandes paredones de la base de la Punta de las Olas. Al cabo de una hora, dejamos las marcas rojiblancas para desviarnos a la izquierda, dando comienzo al ascenso a esta nuestra primera cota de la jornada. Tras cruzar un barranco con una leve trepada, nuestros pasos se encaminan ya hacia la cumbre por una larga diagonal, a cuyo término nos podemos asomar ya al valle de Pineta, aunque sin muy buenos resultados. Una pequeña trepada más y ya estamos en los últimos compases para llegar a los 3022 msnm de la Punta de las Olas, donde nos tomamos un pequeño respiro.









            Todo un mundo se abre ante nosotros, la fachada oriental del Pico Superior de Añisclo, o Soum de Ramond, y nuestro siguiente objetivo, el Baudrimont SE o Punta de Tormosa, también llamado Punta de Navarro, en recuerdo del célebre montañero aragonés. Entre ambos, la Sima de las Olas, considerada como la cavidad más alta de Europa, y no es de extrañar, puesto que el conjunto de Monte Perdido también lo es. La subida a este Baudrimont se hace en apenas diez minutos, por lo que dejamos las mochilas en un lugar habilitado para vivaquear. De nuevo abajo, para seguir la ruta prevista subiendo a una gran loma, desde la que se ve el Baudrimont NW a la derecha, enfrente la Espalda del Perdido, y más allá la de Esparrets, a donde hay que dirigirse, pero para ello hay que hacer un considerable descenso, para cruzar unos neveros y volver a subir. Es en este momento cuando Luis y yo nos planteamos rebajar nuestras expectativas y acometer el ascenso al Soum de Ramond, que nos parece más interesante. Nos despedimos de nuestros amigos que, como era previsible, ya no volveríamos a ver en toda la jornada.












            Como el arranque de la traza principal para subir la habíamos dejado atrás, vamos tomando otras hasta darle alcance. Son senderos de piedra suelta, pero con la gravilla compactada por las recientes lluvias, lo que facilita la progresión, que llegados al roquedo cimero se hace más pendiente y peligrosa. Una pequeña trepada nos sitúa en la ralla cimera, que transitamos hasta llegar al punto álgido, los 3257 msnm de esta montaña, la tercera más alta de todo el macizo, tras el propio Monte Perdido (3355 msnm) y el Cilindro de Marboré (3325 msnm). Habíamos perdido ya la esperanza de que la fuerza del sol pudiera disipar las nieblas, cuando viene a restaurarla, mostrándonos todo el poderío de la montaña de todas las montañas de este extraordinario macizo, el Monte Perdido, que no podemos resistirnos a sus encantos.





            El descenso lo realizamos por lo que parece la senda más transitada, que no es mucho, hasta una zona de bolos donde perdemos la traza, pero no así la dirección a seguir, que no es otra que la de alcanzar de regreso esa Punta de las Olas, donde aprovechamos para echar un bocado. Al comenzar el descenso nos llevamos la agradable sorpresa de que nos encontramos, con su hija y otro acompañante, a Luis Villar, científico investigador del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) de Jaca, doctor en biología y con diversos estudios sobre la botánica de los Pirineos, especialmente, y el efecto del calentamiento global sobre la flora de altura. La sorpresa y el reconocimiento es mutuo. Seis horas y media hasta aquí, y todavía nos quedan más de tres, que se vacían de nieblas y se llenan de cielos más despejados, que muestran la verdadera magnitud del extraordinario Valle de Ordesa.





            El regreso lo hacemos por el mismo itinerario, descabalgamos de esta montaña para tomar el GR 11, que nos baja hasta el collado de Arrablo y un poco más, donde lo dejamos para continuar bajo la sierra Custodia hasta Cuello Gordo, y luego bajo el Pueyo de Mondicieto hasta el punto de arranque, al que llegamos antes de las 17:30, en la confianza de pillar plaza en el bus de las 18:30, ya que nos habían anunciado que quedaban libres 25, como así fue, dando por finalizada esta gran ruta, subiendo a tres de los grandes de este, también, gran macizo, invirtiendo en ello un tiempo total de 9h 40’ para recorrer 23,2 km y salvar un desnivel acumulado en torno a los 1450 m D+/-.




Más fotos y el track



            Aquí se terminaría nuestra historia, pero esto no queda así, porque quizá tendríamos que haber comenzado el relato diciendo que, igual que un clavo saca otro clavo, esta salida hay que vincularla a la ya lejana del 21 de junio de 2015, en cuya víspera salía un grupo de 7 mayencos del que teníamos que haber formado parte y que no pudo ser por una cuestión familiar de extrema gravedad. Por aquel entonces, de la propuesta inicial de Monte Perdido, se animaron las montañas aledañas y se quisieron incluir en la ruta, programando la friolera de 6 tresmiles más (Superior de Añisclo, Olas, Escaleras, Esparrets, y dos Baudrimont), que con la rebaja real del ambicioso plan, se consiguieron 5 de los 7, que, desde luego, no está nada mal. Quedaron 2, la Punta Escaleras y la Espalda de Esparrets. El primero ya se ha ido haciendo, de modo que el objetivo fundamental de esta salida, propuesta por Josemari, ha sido este último que, claro, se ha acompañado de los que se pillaba de paso. Como el Pico Superior de Añisclo, ni Luis ni el que suscribe lo habíamos visitado, preferimos subirlo y dejar que se cumpliera el objetivo real de la salida. A continuación, transcribimos el relato de Josemari, que conseguía completar la corona del macizo de Monte Perdido:



Una vez que nos separamos, fuimos descendiendo por unas terrazas hacia el nevero que viene del cuello del Perdido.

Aunque la zona a atravesar era bastante horizontal y la nieve hubiera permitido atravesarlo marcando peldaños con las botas, preferimos, ya que los habíamos traído, colocarnos los crampones para atravesarlo.

Una vez atravesado el primer nevero, Luis Mari prefirió continuar con ellos hasta el segundo nevero, porque se trataba de un terreno bastante arenoso y sin grandes piedras, mientras que Fernando y yo, preferimos quitárnoslos y llevarlos en la mano.


       

Muy poco después de quitar los crampones, llegamos al segundo nevero, donde nos los volvimos a calzar para atravesarlo, esta vez con mucha más pendiente y estando la nieve mucho más dura.

Al finalizar este tramo, decidimos quitárnoslos, ya que el último nevero se podía atravesar por su parte inferior, sin tener que descender mucho y donde afloran bastantes piedras, ya que el espesor de la nieve era muy exiguo.




Una vez atravesado este tercer nevero, comenzó la ascensión dura, primero por una glera muy poco estable y después por una canal bastante descompuesta, debiendo poner mucho cuidado en donde se colocaban manos y pies y procurando no echar demasiadas piedras al compañero que venía detrás, aunque alguna cayó.

 Los últimos metros para llegar a cumbre, fueron un paseo triunfal al haber conseguido el verdadero objetivo de la jornada.




Brindamos con el consabido GUASILLO, rezamos una oración por los fallecidos y ausentes y de nuevo para abajo, poniendo más atención si cabe en la bajada, dado el mal estado de la canal.

Una vez abajo y para llegar a la subida al Boudrimont NW, decidimos bordear el segundo nevero por su parte inferior de manera que no necesitásemos colocar crampones, debiendo ir ascendiendo por unas terrazas similares a las que habíamos bajado para llegar al nevero de la Espalda del Perdido.

La ascensión y posterior descenso del cuarto tresmil de la jornada, la realizamos por la misma arista, disfrutando como cosacos, a pesar del patio que se abría a uno y otro lado.

Una vez descendidos decidimos colocar los crampones y subir el nevero hasta llegar al punto por donde habíamos entrado, con el fin de tener más claro la subida, aunque se veía que se podía ascender por muchos sitios.

Una vez llegados al punto donde nos habíamos separado, el camino de vuelta era evidente, aunque lo realizamos un poco más alto para no tener que perder altura, ya que el caos de piedra era imposible salvarlo.



En el Punta de las Olas nos encontramos con Luis Villar, que nos indicó que habíais pasado hacía una hora y media con el fin de llegar a coger el autobús de las 6,30.

Nosotros decidimos no correr y a cambio, cuando llegamos al collado de Arrablo decidimos completar la jornada haciendo también la sierra Custodia, llegando al punto de recogida del autobús justo al mismo tiempo que llegaba, con lo que fue dejar las mochilas en el maletero, subir al autobús y salir para Nerín con unos 15 minutos de adelanto sobre el horario programado.

Según el GPS, realizamos 28 Km, con un desnivel positivo y negativo de 1.940 m, en un tiempo total de 11h 55 minutos.

Si hubiéramos tenido un poco más de tiempo se hubiera ascendido también al Pueyo Mondiceto para lograr hacer 2.000 m de desnivel, pero lo dejaremos para otra ocasión.

Como resumen diremos que fue una jornada EXCEPCIONAL, desde todos los puntos de vista, donde se logró completar todos los tresmiles accesibles del macizo de Ordesa, (quedan el Dedo y el Nudillo, pero esos son de escalada), ascendiendo la Espalda de Esparret a la tercera intentona.



            De esta manera, un pirineísta empedernido, acompañado por dos de sus amigos, conseguía sacar con este clavo, otro que esperaba su turno desde hacía seis años. Nuestra más sincera ENHORABUENA!!!


Las imágenes de esta segunda parte pertenecen a los integrantes de este grupo.


2 comentarios:

  1. Fantástico reportaje y maravilloso blog, me ha gustado mucho. Tienes un nuevo seguidor desde Cantabria, saludos desde http://faunacompacta.blogspot.com/

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    1. Gracias, Germán. Nada comparado con el tuyo, del que me declaro seguidor, también.

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