sábado, 25 de septiembre de 2021

Jasa-Aragüés-Lizara-Jasa, por el camino Batestata/Canal y sierra de la Estiva

 


AQUERAS MONTAÑAS
Jasa - Aragüés del Puerto - Lizara - Jasa
GR 15 - PR-HU 150 - S7 - Sendero Lizara - GR 11/GR11.1 - Sierra Estiva - PR-HU 156 - PR-HU 152
Punta de Cuello Bozo (2088 m)
Punta Napazal (2117 m)
Petrito (2118 m)
Mesola (2168 m)
Cucuruzuelo (1972 m)
Jueves, 23 de septiembre de 2021

            

            De la multitud de reflexiones del pensador y filósofo chino Confucio, extraemos esta, que hoy nos viene al pelo, y dice que El silencio es el único amigo que jamás traiciona, y lo decimos porque hemos disfrutado de una larga jornada de montaña envueltos en ese etéreo elemento, el silencio, porque es eso lo que nos hemos encontrado en las más de nueve horas de ruta por las montañas. ¡Ay, el silencio!, es de lo que somos dueños si lo mantenemos, por el contrario, somos esclavos de lo que decimos…



            El valle de Aragüés/Jasa es uno de los comprendidos en los llamados Valles Occidentales del Pirineo Aragonés, cuya cabecera está enmarcada en el Espacio Natural Protegido del mismo nombre. Perteneciente a la comarca de La Jacetania, y alberga las dos poblaciones mencionadas, cada una con su término municipal, pero unidas en la Mancomunidad Forestal Aragüés del Puerto – Jasa, que gestiona los recursos de pastos, forestales, etc… Todo ello en este valle rico en patrimonio medioambiental y paisajístico, con esos dos núcleos de población que resisten los embates de la modernidad, respetando la arquitectura tradicional, mostrando bellos rincones urbanos, con gran orientación al turismo de montaña, pero conservando todavía la actividad agropecuaria. Está regado por el río Osia, que nace en la cabecera del valle, en el paraje denominado Lizara, base de numerosas excursiones de Alta Montaña, teniendo en el Bisaurín su máxima altura con sus 2670 msnm, y no solo del valle, sino de todo el Parque Natural de los Valles Occidentales.


            Desde Jasa, pasando por Aragüés del Puerto, ascendemos este valle por su seno hasta los llanos de Lizara. Un valle perpendicular al eje pirenaico, formado por las sierras de Gabás y Maíto, al oeste, que ya recorrimos en días pasados; y la de la Estiva al este, también visitada en varias ocasiones, volviendo por esta última hasta nuestro punto de arranque. Una larga ruta combinando varios senderos balizados y no, aupándonos a las cotas de esta sierra, que parte aguas entre este valle y el de Aísa, al este. Hemos transitado por GRs, PRs, senderos del parque… y para su mejor seguimiento e identificación, hemos compartimentado el texto por los tramos incluidos en las distintas marcaciones.


GR 15. Jasa – Aragüés del Puerto

            El GR 15 es un sendero de Largo Recorrido que, en la parte aragonesa transita por el Pirineo a media altura, desde un lugar próximo a Pont de Suert, (Lérida) muy cerca de la güega con Aragón, hasta el Vértice de Algaraieta, que lo hace con Navarra. Pasa por las dos poblaciones objeto de nuestra visita de hoy, con un recorrido de apenas 1,3 km que, en nuestra dirección, comienza en Jasa, saliendo del casco urbano por una deliciosa vereda que nos conduce hasta el río Osia, que se cruza por un puente metálico, con la extraordinaria vista del macizo del Bisaurín. Se sube a la carretera, donde abandonamos el GR para transitarla hacia arriba, con cuidado, como unos 50 metros y tomar una larga escalinata que nos deja en la calle Lizara de Aragüés del Puerto, que la recorremos hasta la salida norte del pueblo, donde nos volvemos a incorporar a la carretera de Lizara, que tomamos, pasando por el área deportiva de la Molina, hasta la villa San Ignacio, donde nos desviamos a la derecha para tomar el PR-HU 150.


PR-HU 150. Aragüés – Puente de Labati, por los caminos de Batestata y del Canal

            Algunos de los senderos de viejo alrededor de las dos localidades del valle, están balizados con la señalización de Pequeño Recorrido, y su marca blanca sobre amarillo, que al ir desapareciendo las labores tradicionales van siendo lento pasto de la vegetación, pero que está en los planes de ambos ayuntamientos ir recuperándolos para potenciar su interés turístico. Son varios los que hemos recorrido en esta larga ruta. El primero de ellos, es el PR-HU 150, que lo hacemos íntegramente, desde este extremo hasta el otro, en el puente de Labati, pasando por los caminos de Batestata y del Canal. 


            Los primeros pasos nos llevan a cruzar el río, y coger un ancho y pedregoso camino, por el que hay que estar atento para no subir mas de la cuenta y tomar un sendero a la izquierda, que nos mete en el bosque, y a los veinte minutos de recorrerlo, cruzamos un barranco, y enseguida unas tablillas anuncian la salida al puente de las Monjas, pero nosotros seguimos a lo nuestro, por un zigzagueante sendero que toma altura hasta dar, en diez minutos más, con el camino del Canal, y en otros veinte, un desvío a la izquierda nos da la opción de asomarnos en cuatro pasos al Osia y su cascada de Labati. Volvemos al sendero y pronto ya salimos a la carretera de Lizara, siendo este el extremo superior del PR-HU 150. Para continuar, pisamos asfalto unos cuantos metros a la izquierda, para cruzar el puente y proseguir nuestro camino.





S-7. Puente de Labati – Corralones

            Una vez cruzado el puente de Labati, se abre a la derecha una pista, donde da comienzo el sendero del parque S-7, en los mismos límites del Parque Natural de los Valles Occidentales. Obviaremos dos sucesivas curvas pronunciadas a la izquierda para seguir rectos, pasando a sendero en la segunda de ellas. Todo el recorrido transcurre inmerso en un envolvente y solitario bosque, acompañados por ese amigo silencioso que mencionaba Confucio. En poco más de media hora, y tras cruzar un puente sobre el barranco de la Cueva del Oso, llegamos de nuevo a la carretera de Lizara, justo enfrente de los Corralones.




SENDERO LIZARA. Corralones – Lizara

            A partir de aquí, apenas 300 metros de carretera ascendente, y en una curva a la derecha, surge de frente el sendero que nos sube ya a Lizara. Los primeros compases son muy pendientes, de modo que hay que tomárselo con calma si queremos guardar fuerzas, queda mucha ruta todavía. Nos alineamos con el barranco de la Cueva del Oso, que terminamos cruzando. A los veinte minutos de haber comenzado el sendero tras dejar atrás el asfalto, está el desvío para ir a la Cueva del Oso, cuya visita es opcional, ya que hay que regresar al sendero por el que venimos. Una visita que merece la pena, ya que se llega en cinco minutos. De nuevo al sendero, para cruzar otra vez el barranco y enfrentarnos ya a una corta, pero valiente cuesta para llegar a salir del bosque y poder admirar la grandiosidad de la cabecera de este valle, los grandes macizos que cierran los llanos de Lizara por el norte.




GR 11 / GR 11.1. Lizara – Collado del Bozo

       Nos acercamos al refugio y aprovechamos para echar un bocado, tres horas y cuarto hasta aquí bien lo merece. Ya hemos concluido el trayecto de ida. Se podría decir que estamos a mitad de recorrido de la ruta, pero tan solo en términos de concepto, ya que queda el de vuelta, mucho más duro, posiblemente como el doble de tiempo y desnivel, pero no nos agobiemos y disfrutemos del momento, contemplando esas enormes masas pétreas que desafían al más pintado, en cuyas redes ya hemos caído en alguna ocasión. Reemprendemos la marcha saliendo de este apacible lugar abrazándonos al GR 11, que con el GR 11.1 comparte ruta hasta el collado del Bozo donde nos dirigimos, no sin antes desviarnos un poco en los llanos, para visitar el dolmen, uno más de los innumerables vestigios de vida neolítica por estos lares, y es que llevan miles de años gustando estos paisajes.




            En poco más de una hora nos presentamos en el collado, que da vista a la cabecera del valle de Aísa, con el espectacular tridente que lo cierra al norte, las Lienas de Bozo y Garganta, y el Aspe, cuyo cordal hace de divisoria de aguas mediterráneo/atlánticas y que surgen sobre un aparente caos kárstico. Aquí, a casi dos mil metros de altitud, el GR 11 y su variante toman distintos rumbos, mientras que el primero se incorpora al barranco de Igüer, hacia el norte, el segundo baja para fajar por sus faldas los tres macizos mencionados. Para evitar celos entre ellos, nosotros lo hacemos hacia el sur, comenzando el ascenso a esta gran sierra de la Estiva, que recorreremos en su totalidad, subiendo a todas las cotas que se nos presentan. 


SIERRA DE LA ESTIVA

            El comienzo es un corto tramo bastante escarpado que hay que tomar por la izquierda, y que una vez superado ya podemos circular con toda normalidad por el mismo lomo de la sierra, que reparte sus aguas entre el valle por el que hemos venido (Aragüés/Jasa) y el de Aísa. El primer promontorio que nos encontramos, señalado con un montón de piedras, bien merecería un bautizo, pues no encontramos nombre en los mapas. Entre uno y otro de los que nos vamos a seguir encontrando media una vaguada, con lo que el subibaja es constante. El siguiente ya sí, ya sí tiene nombre, y es la Punta de Cuello Bozo. En menos de una hora alcanzamos el Mesola, con sus 2168 msnm techo de la sierra y de nuestra ruta, habiendo dejado atrás la Punta Napazal y el Petrito. 











            Aunque varias veces visitada esta atalaya, no podemos por menos que, tras cinco horas y media desde el arranque, detenernos para contemplar lo que nos ofrece, y que es mucho, pero especialmente al norte, que es donde se alzan los grandes macizos que cierran estos valles. Sobre Lizara, Bernera y Bisaurín, y más allá, Agüerri, Peña Valencia, Lenito, Peña Forca… Y sobre Napazal/Rigüelo, las Lienas, Aspe, pico Garganta de Aísa, Sombrero, Lecherín, Mallos de Lecherines, Rigüelo, y su más allá está ocupado por las montañas que forman el circo de Ip, Moleta, Tronqueras, Pala de Ip, Punta Escarra, Hombro de Escarra, pico del Águila, Pala de Alcañiz, Cuchillares y todo lo que oculta el Collarada, que bien se muestra ante nuestros ojos, Collaradeta, Peña Nevera y los Somola. Mucha tela que cortar, aunque la mayoría ya ha pasado por los talleres de costura. Rendimos homenaje a todo ello.


            Aunque un subibaja, el tránsito por la loma ha sido muy cómodo al ir por tasca, en los últimos compases para llegar a la cima del Mesola ya ha predominado la piedra, que es lo que nos encontramos para bajar y alcanzar el collado homónimo, que une esta pétrea cima con el arbolado monte de Cucuruzuelo, al que nos dirigimos. Al cuarto de hora del collado, y acompañados ya por el pino negro y su ambiente, llegamos a una pequeña explanada donde se halla un promontorio de piedras, como señalando el punto más alto de esta parte de la sierra, pero es un poco más allá donde encontramos el vértice geodésico en un lugar donde la loma se desparrama ya hacia el sur. Junto a él, encontramos la tablilla del PR-HU 156, que viene de Jasa.





PR-HU 156 y PR-HU 152. Cucuruzuelo – Jasa

          Tenemos por delante un largo descenso, no en vano, para llegar a Jasa, marca 3 horas en la tablilla, por el PR-HU 156, por el camino de la Estiva, aunque lo abandonaremos un tramo para combinarlo con el PR-HU 152, cuando se encuentra con él al venir del collado de la Loma de Aísa, pero vayamos por partes. Podemos ir siguiendo las balizas del PR, aunque no con gran exactitud, pues la vegetación ha cerrado algún paso, pero la dirección es claramente SW. Por nombrar algunas referencias del camino, podemos decir que en un cuarto de hora se llega a un cubilar en el que una tablilla te indica que es un “acaloradero de las vacas”. En cinco minutos más se llega a la Fuente Nueva. En otros veinticinco, al Plano Mayor. Y en cinco más, a otro emplazamiento con refugio y fuente, de las Bacías, en un lugar que rezuma recuerdos de un pasado mejor, y que clama a gritos que le restablezcan su esplendor, al menos en lo que a senderos se refiere.





            Una vez probados los “dulces” abrazos de las barzas por donde nos dirige la tablilla, nos buscamos la vida por la izquierda hasta encontrarnos de nuevo con las marcas. A la media hora de las Bacías llegamos a una borda a pie de pista, que tomamos a la derecha, hasta llegar en poco a la Loma Cotín, donde dejamos momentáneamente el PR-HU 156 para llegarnos hasta el mirador Peña Petarnal por el PR-HU 152, cuyo desvío tomamos a los cinco minutos, mirador que alcanzamos en diez minutos por sendero de bosque. Una magnífica atalaya para contemplar a uno y otro lado esta parte baja del valle, que la encontramos muy limpia, por lo que pensamos que, a diferencia del que traemos, el camino que nos espera lo estará también. Nos volvemos a emboscar para continuar por este mismo PR que, efectivamente, encontramos muy limpio, y que recorremos como un cuarto de hora hasta llegar al siguiente mirador, el de la Peñeta, provisto también de refugio, y al que nos acercamos desde un desvío a pocos metros.








            Es aquí donde convergemos con el PR-HU 156 que hemos abandonado en la Loma Cotín, y que juntos hacen el trayecto ya hasta Jasa. En un cuarto de hora salimos a la pista, que recorremos como media hora hasta llegar ya al punto de partida, de donde hemos salido hace 9h 10’, habiendo caminado 27,8 km, y salvado un desnivel acumulado total de en torno a 1455 m D+/-. Un largo e intenso recorrido por el seno del valle y por una de las sierras que lo forman. 





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