miércoles, 8 de julio de 2020

Cima Norte de la Zapatilla, por la vía ferrata

VÍAS FERRATA
La Zapatilla
Martes, 7 de julio de 2020



            Las vías ferrata son instalaciones que permiten acceder a lugares, y por lugares, podríamos decir también, que sin ellas nos sería imposible. Están situadas en puntos de interés, y que a través de su ascenso nos proporcionan unas vistas extraordinarias. Aunque todas tienen algo en común, todas son distintas, todas se caracterizan por algo, pero la que nos hemos marcado hoy como objetivo quizá sea más atípica, y lo es por su ambiente de alta montaña. Es de dificultad media-baja, pero el itinerario que traza hace de ella algo muy especial. Es un monte que destaca desde lejos por su característica forma de zapatilla, que le da nombre, y nunca será igual su contemplación antes que después de haber transitado por su suela, antes que después de haber trepado por sus paredes, antes que después de haber subido por su chimenea, introducido en su cueva, y asomado a su espectacular balcón. Con amigos de Os andarines d’Aragón, hoy visitamos la vía ferrata de la Zapatilla, en Candanchú.

La mañana no se las prometía muy felices... pero cambió de parecer

LA APROXIMACIÓN
Monumento a los caídos por un alud, en la Rinconada
            Al filo de las ocho y media de la mañana, nos reuníamos en la estación invernal, que nos recibía con las mejores galas estivales, salvo en el ambiente fresco, por no decir frío, producido por la gabacha, que había llegado antes que nosotros a nuestro objetivo de hoy. Pero la veleidad de las nieblas se tornaba a nuestro favor consiguiendo que se replegaran a sus cuarteles norteños. Sol. Pleno sol, ya en nuestro tránsito por el circuito de fondo en dirección a la rinconada, a la que llegábamos al cuarto de hora. Además de un vistoso abrevadero para el ganado, encontramos un pequeño monumento que recuerda el accidente por alud de un grupo de militares.

Cono de deyección del Tubo de la Zapatilla

Se va adquiriendo perspectiva
            Apenas desnivel hasta aquí. Ahora empieza lo bueno. Llegados a este punto, comienza nuestro ascenso hasta el pie de vía. Primero por las laderas herbosas del barranco, y luego y por la pedrera del cono de deyección del tubo de la Zapatilla. Una pedrera inclinada, y a cuyo inicio ya es aconsejable ponerse el casco, porque estamos bajo perpendiculares paredes, por encima de las cuales pueden circular sarrios y tirar piedras. El ascenso, aunque incómodo, cuenta a tramos por traza de sendero, debiendo aproximarse a la pared de la derecha para mayor comodidad.



Preparando los avíos

PRIMER TRAMO DE LA VÍA FERRATA
            A casi una hora desde la salida, este último tramo ha hecho que nos entregáramos a fondo, pudiendo coger resuello mientras nos colocábamos los pertrechos para subir con seguridad. Estamos en terreno calizo, de gran adherencia. La vía comienza por una chimenea, que te alza a un tramo horizontal con gran exposición, tras del cual se sucede otro vertical por una especie de diedro, a cuyo final encontramos el extremo de la instalación, debiendo extremar la atención para terminar de subir a una sorprendente explanada, que se presta para hacer un alto y echar un bocado. Esta primera parte, que no pasa de IIº, ofrece unas vistas extraordinarias sobre el espacio Candanchú bajo nuestros pies, y a su término se nos abre ya panorámica sobre las montañas de los Valles Occidentales, no en vano estamos ya a dos mil metros.

Descansando entre uno y otro tramo

Chimenea a superar
            Si el tiempo acompaña, como era el caso, la estancia aquí es muy agradable… pero hay que continuar, y lo hacemos siguiendo el sendero marcado con hitos, debiendo ir aproximándonos ya a nuestra izquierda, donde, tras un primer espolón se nos abre el comienzo de la segunda parte, el inicio de una vertical chimenea que sube a una pequeña cueva que, sin necesidad de alumbrado, podemos superar. La chimenea no pasa de IIIº, pero en algunos pasos nos puede incomodar la mochila. En la parte alta, encontramos dos pequeñas grapas, las únicas de todo el recorrido, que nos ayudan a superar el último tramo.


En el balcón, antes de iniciar el ascenso por la suela

POR LA SUELA DE LA ZAPATILLA
Saliendo del agujero
            Llegamos al punto más sorprendente de la vía, al asome, una imagen avivada por el paso de la oscuridad a la luz y por toda la panorámica que se nos abre, y más pensando en dónde estamos, en la mismísima suela de la Zapatilla. La salida al balcón y la aproximación y enganche a la sirga, es una maniobra que hay que hacer con sumo cuidado, ya que estamos sin asegurar. Son tan solo unos pasos, pero que no admiten errores. Una vez asegurados, se presta otro momento de contemplación, antes de continuar.

Progresando por la suela

Vamos llegando a la cima
            Por el interior de una ancha brecha se va progresando, hasta que desaparece, quedando más expuesto, pero siempre unido a la sirga. Una sirga que, a nuestro parecer debería tener más anclajes, y hacerlos más cortos, para respetar una de las reglas, que consiste en no ir más de una persona enganchada al mismo tramo. Se sucede una travesía horizontal, que termina en otra más vertical, con llegada ya a esta cima norte de la Zapatilla, dando por terminada la vía ferrata, que más que eso, en realidad es una vía de escalada, abierta en 1965 por Ursi Abajo y Jesús Ibarzo, y equipada con sirga de seguridad en 2015 por la Compañía de Esquiadores y Escaladores del RCZM “Galicia 64”, con el apoyo de la Comarca de La Jacetania, y los Ayuntamientos de Jaca y de Aísa y Ansó, en cuyos términos se reparte esta singular montaña. Leyenda que reza en un cartel al comienzo de la ruta.

Muralla de Borau y Aspe

CIMA Y DESCENSO
Justo al borde de la brecha
            Una vez llegados a la cima norte, aunque ancha, hay que extremar la precaución, recordando que ya no estamos asegurados. La panorámica hacia todo nuestro entorno es auténticamente espectacular. Los valles de Astún, Canalroya, Izas, Tortiellas, todo a nuestros pies. Los macizos de Aspe, la Muralla de Borau, Castillo de Acher y todos sus vecinos de los Valles Occidentales, Collarada y sus secuaces… en fin sería prolijo nombrarlo todo, y aún se nos escaparía algo. Nos guardamos para el final el nombrar a la verdadera cima de la Zapatilla, en dirección sur, que se nos abre a la vista y que es difícil sustraerse a la tentación de alcanzarla a través de una zona herbosa al principio, y rocosa al final.

Depresión de la Tuca, sobre la cuenca de Tortiellas

En el descenso
            En pocos metros se pasa por el punto donde se inicia el descenso, pudiendo dejar las mochilas. El camino a esa cumbre se ve frustrado por una brecha, que fácilmente se podría superar con un pequeño rápel, pero que nos contentamos con contemplarla. De vuelta a las mochilas, nos volvemos a asegurar a la sirga para realizar el vertiginoso descenso hasta el collado del Tubo de la Zapatilla. Un sendero nos va bajando hasta el mismo paso de Tortiellas, desde donde se abandonan las alturas que dominan este gran espacio, para dirigirnos hacia el de Candanchú, primero por la ancha y pendiente pista de Tortiellas y luego, por sendero hasta la base de la estación, a donde se llegaba al filo de las dos de la tarde, tras haber recorrido unos 6 km, en 4h 35’, salvando un desnivel acumulado de en torno a los 700 metros.
En la cima norte de la Zapatilla

            Lo mejor estaba por llegar, los cinco Andarines y los tres Mayencos, en torno a una mesa en el refugio PepeGarcés, de Montañeros de Aragón, atendidos, y muy bien, por su guarda Mateo.


Las fotos y el track

2 comentarios:

  1. Magnifica cronica para una salida con buena compañia

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    1. Muchas gracias. No sé quién eres, pero intuyo que estás cerca de ella.

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