martes, 1 de diciembre de 2015

Petrechema, colgado en el abismo

A TUCAS ALBARS
Petrechema (2.371 m)
Domingo, 29 de noviembre de 2015



            Una nueva salida del programa de montaña del CP Mayencos. Salida que tuvo que ser aplazada a causa del mal tiempo, pero que por fin la hemos podido buscar acomodo en el calendario. Para noviembre nos gusta poner una por estos valles, para poder degustar el plácido otoño, y cuál ha sido nuestra sorpresa que entre su adelanto en marchar y nuestro retraso en venir, ya no está. Se ha ido, especialmente de las cotas altas, habiendo cubierto su lugar un manto nivoso espectacular, que ha tenido que luchar contra los enfurecidos vientos, y en aquellos lugares donde ha ganado la batalla, se ha mantenido de forma placentera también, bajo una fina capa de nieve dura, de la que le gusta a cuchillas y crampones.


Dispuestos para la marcheta
             Ocho mayencos, ocho, hemos madrugado más que el día para ponernos en camino hacia los siempre agradables dominios de la cabecera del valle de Ansó. Concretamente, nuestro punto de partida hoy es el Plano de los Llanos, donde se ubica el refugio de Linza, que con sus 1.340 metros de altitud es un excelente lugar para lanzarte a cualquier conquista de los alrededores. Hoy, en nuestro caso, es en el Petrechema donde tenemos puestas todas las miradas. Y a él vamos.

Ástrid en plena progresión
            El día está fresco, radiante, prometedor. No son las nueve y media cuando partimos del refugio, Ástrid y Julio porteando esquíes; y los demás, Josemari, Javier, Paco, Arturo, Manuel y el que suscribe, raquetas y crampones. Los primeros pasos crujen al ir posándolos sobre la hierba y el barro helados. En torno a los 1.700/1.800 metros van a pareciendo ya las primeras nieves sobre nuestros pies. Los esquiadores se tiran sobre sus largos calceros, mientras que los otros vamos aguantando sin pinchos. En hora y media nos presentamos en el collado. Cuchillas a los esquíes y crampones a las botas. Nos metemos en el paco de la Punta de la Escalerilla, y lo que es un cómodo sendero en época estival, se convierte en un paso a media ladera nada cómodo de transitar. Pero lo hacemos, no tenemos otra.


Agrupando para el asalto final
            Al cabo de otra hora nos plantamos ya frente a la subida definitiva, una nevada loma con brusca caída a ambas vertientes nos aguarda. A ella vamos, dejando aquí los esquíes. Casi otra hora de aproximación, culminada con el paso por varias antecimas, que todas te parece la última, pero que no lo es, hasta llegar, ahora sí, al alto definitivo. Siete en una estrecha plataforma de cumbre rodeada de abismo en tres de los cuatro costados. Uno de esos costados, el de levante, está ocupado en proximidad por la Grand Aiguille d' Ansabère. Impresionante. En un ambiente totalmente invernal, aunque con un día totalmente radiante, comenzamos poco a poco el descenso hasta donde se habían quedado los esquíes, desde donde Ástrid y Julio trazan visualmente el itinerario de descenso y se deslizan por él. Los demás, por nuestra parte, a desandar lo andado.



Grand Aiguille d' Ansabère
            Poco más de media hora y nos presentamos en el collado de Linza, donde nos habíamos puesto los crampones, pero que ahora mantenemos para seguir con ellos mientras se mantiene la nieve. Una nieve que es sustituida por barro hasta la llegada al refugio. Han sido 13 km, en 5h 45’ de tiempo total, del que 4h han sido en movimiento, para hacer 1.080 metros de D+ y los mismos de descenso. Hemos saldado más que dignamente la deuda que teníamos con este monte, con el mejor final que se conoce, que es en torno a una mesa, en este caso una de las del refugio de Linza, donde Beni, nos ofrece un platerón de alubias rojas y buenas viandas, que no podemos rechazar.
  




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