domingo, 21 de febrero de 2021

Cueva Palomar, por los aleros de la Foz de Fago

 


IXOS MONS
Cueva Palomar (967 m)
Sábado, 20 de febrero de 2021

            Seguimos por la zona más noroccidental de nuestras tierras pirenaicas, tan ricas en todo… por resumir. Y lo hacemos, también, en otro Espacio Natural Protegido, en este caso en el Paisaje Protegido de las Fozes de Fago y Biniés, dos espacios independientes geográficamente, pero incluidos en el mismo ENP que, declarado en 2010 es uno de los últimos en incorporarse en la Red Natural de Aragón. Sus 2.440 hectáreas en total, repartidas entre las 1.158 del de Fago, y 1.282 del del Biniés, participan del mismo ambiente, albergando una gran riqueza medioambiental y paisajística. 





            En concreto nos damos una vuelta por la Foz de Fago. Partiendo del mirador situado en la carretera HU-V-2021, que une las poblaciones de Villareal de la Canal y Fago, entre el PK 10 y 11 se encuentra un espléndido mirador sobre la propia foz, una enorme rallera horadada durante milenios por las aguas del barranco de Fago que, convertido en el río Majones, recorre el valle de norte a sur, engrosando las aguas del río Veral, que diseña la hermana Foz de Biniés, un poco antes de desaguar este en el río Aragón, a punto de amansar sus aguas en el embalse de Yesa. A poco más de 500 metros carretera abajo, sale un sendero a mano derecha, indicado por un hito. Dejamos el poco agradable, pero solitario asfalto, para encaramarnos al monte por dicho sendero, cuya traza va fagocitando la vegetación, especialmente la menos amable, las aulagas.






            Por entre bosque, que crece a sus anchas, vamos alcanzando la base del roquedo, verdadero paraíso para la avifauna de menor tamaño, como treparriscos, chovas, roqueros, vencejos… pero especialmente para las rapaces, que encuentran en las oquedades de las paredes los lugares ideales para construir sus nidos, quebrantahuesos, buitres leonados, águilas reales y halcones peregrinos, principalmente son sus inquilinos. En menos de media hora de sendero, ascendemos los 160 metros de desnivel hasta alcanzar la cueva Palomar, aunque con escasa profundidad, sorprende por sus dimensiones. Siempre que la vegetación nos lo permita, que no es mucho, tenemos una magnífica vista sobre el fondo del valle, habitado por la carretera, el barranco y la foz que diseña. Continuamos, y al poco, el rumbo W-E que traíamos se torna a casi S-N, donde encontramos una zona con muchos pinos secos, dos de ellos cruzados en el camino, y de los que solo uno pudimos sacar de él. Coqueteando con la curva de nivel de los 900 metros la vamos perdiendo para cruzar un pequeño barranco, desde el que el sendero baja ya decididamente hasta los 840 del fondo, hasta el mismísimo barranco de Fago.








            Un barranco para el que no encontramos paso, lo que nos obliga a descalzarnos y, con agua por encima de las rodillas, pasarlo como podemos. La otra orilla nos acoge con mucha más amabilidad, lo que nos anima a visitar lo que queda del antiguo molino de Fago, a algo más de 2 km por debajo de la población. No solo lo visitamos, sino que compartimos algo de nuestro tiempo con él echando un bocado. Nos incorporamos a la anexa carretera, que recorremos hacia abajo como 400 metros, hasta llegar al puente Camín, de donde parte otro sendero por la margen izquierda del río y que, según las tablillas, lleva a la Plana Monteoscuro y a la Cueva Cucos, destinos que fichamos para otro día.








            Y en poco más de veinte minutos recorremos el kilómetro y medio de carretera que dista hasta los vehículos, concluyendo así una bonita circular por lugares poco frecuentados, sintiéndonos más cerca de esa avifauna que mira desde lo alto la magnífica formación geológica, como es la Foz de Fago, entre humildes sierras, pero que encierran una particular belleza, con su correspondiente biodiversidad, donde lo que menos importa son los datos, pero como los tenemos, los damos: han sido 5,4 km, recorridos muy tranquilamente en 3 horas, salvando un desnivel acumulado total de 185 m D+/-.







Las fotos y el track

jueves, 18 de febrero de 2021

Borda Chimena, a los pies de la Alta Montaña de Ansó

 


IXOS MONS
Borda Chimena (1338 m)
Miércoles, 17 de febrero de 2021


            Elegimos el Parque Natural de los Valles Occidentales para nuestras andanzas de hoy, un Espacio Natural Protegido que, con sus más de 27.000 hectáreas (más otras 7.300 de Zona de Protección), ocupa en total el 18,5% del territorio de La Jacetania, siendo el tercero en extensión de Aragón (tras el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y el también Parque Natural de Posets-Maladeta). Ocupa el territorio más noroccidental de nuestra Comunidad Autónoma, y forma parte de las llamadas Sierras Interiores de los Pirineos, habiendo sido modelado su relieve por los procesos glaciales, las aguas y los vientos, con la ayuda del tiempo. De naturaleza kárstica en la Alta Montaña, sus faldas albergan una verdadera reserva de bosque mixto, destacando el abetal y hayedo.


Comienzo de la ruta

Frondoso hayedo

            Una vez enmarcado nuestro escenario de hoy, nos vamos a esas faldas. Comenzamos la ruta como a 7,5 km de Ansó, en la carretera a Zuriza, habiendo dejado atrás ya el anuncio de entrada al ENP. A unas decenas de metros antes del puente de Zabalcoch, y frente a una nave ganadera en aparente desuso, encontramos la tablilla del S2, de donde parte el sendero, que lo hace con una fuerte cuesta, en la que nos acompaña el trino de los pájaros, que marida con el rumor del río en un murmullo que la hace más agradable. El emboscado sendero hace impenitentes zetas para salvar el fuerte desnivel, hasta que entra en la cuenca del barranco del Maidogui, tras haber dejado el de Marcón, donde desagua. Vamos ascendiendo flanqueado por enormes ejemplares de boj y más grandes todavía de haya, salpicados por algún vetusto cajico.

Cajico por el camino

Marcas del S2

            Las marcas verdiamarillas nos van guiando por el bosque, y al cabo de 45 minutos, ya sobre el barranco del Maidogui, encontramos un desvío, tomando el ramal de la izquierda, tal y como indica la tablilla. En otro cuarto de hora más dejamos a la derecha el desvío a Archibú, otra borda metida en las montañas, y en poco ya alcanzamos el definitivo, este para visitar la borda Chimena que, a 1338 metros de altitud, representa nuestra cima de hoy. Es una vieja borda particular, reconstruida en piedra y tejado de madera, situada en unos campos aterrazados y que domina visualmente todo el valle de Ansó. Por aquí indica un sendero el acceso a Espelunga, uno de los picos de la sierra de Alanos, de donde viene este barranco del Maidogui. Más al sur, la zona de Zotarola, que se va dejando caer hacia Marcón, que vierte aguas también al valle de Espetal, en cuya embocadura se encuentra Siresa, pedanía de Hecho, y de gran relevancia, que la tuvo, en los orígenes del Reino de Aragón.

Tramos amables de sendero


Llegada a la borda Chimena


Nevado Marcón


            Pero no nos despistemos. La llegada a esta borda y su entorno bien merece unos minutos de reposo y contemplación. Tras ello, volvemos sobre nuestros pasos hasta el cruce, para continuar el descenso siguiendo las marcas que traíamos y alguna que otra baliza del S2. El primer tramo de bajada, delicioso, como el último de subida, hasta llegar al fangal, es mucho lo que ha llovido estas semanas atrás, y la tierra no puede absorber más. En media hora, y producto de tanta y tanta agua, sale a nuestro paso una fuente. Seguimos, hasta salir a la Loma Paulín, de la que parte un desvío a Zuriza, con una más que amplia vista sobre el Ezcaurri. De nuevo al bosque, y en menos de media hora descendemos los doscientos metros de desnivel hasta llegar a abrazarnos al río Veral, formado en Zuriza con el aporte de los barrancos de Petraficha (Tachera) y Petrachema (Linza).

Peña Ezcaurri

Loma Paulín

De vuelta por el bosque

Llegando al río

Cerrando la circular en el puente Zabalcoch


            Diez minutos acompañando al río y llegamos al puente Zabalcoch, muy próximos al inicio de la ruta, a la que le hemos dedicado 2h 40’, recorriendo 5,6 km, y salvando un desnivel acumulado total de 375 m D+/-, dando así por finalizada esta circular por un terreno poco conocido de las faldas de esas grandes montañas de la sierra de Alanos.






Las fotos y el track



miércoles, 3 de febrero de 2021

Punta Común, una ralla entre mallos

 


IXOS MONS
Punta Común (1191 m)
Martes, 2 de febrero de 2021

            De nuevo por la Tierra Media, por este Prepirineo que tanto nos gusta. De nuevo por los cuarteles de invierno. De nuevo… por el Reino de los Mallos, esas formaciones rocosas que nos fascinan, y a las que de vez en cuando venimos a rendir culto, porque sí, porque se lo merecen. Su majestuosidad se hace patente desde lejos, pero mucho más cuando circulas por sus pies.



          El Reino de los Mallos, ese lugar privilegiado que mira al sur para acoger las ansias de la tierra llana cuando suspira por dejar de serlo. Que mira al norte sin mucha envidia, porque ya tiene bastante con lo que tiene. Que se mira a sí mismo, presumiendo de sus tres teselas, que comparten unidad geológica, medioambiental y paisajística, digan lo que digan los límites administrativos, ante los que orgullosas muestran la mayor de las indiferencias. Que constriñen a un Gállego vibrante al que miran desde lo alto y que, tras su embalsado, surca apaciblemente esas llanuras en busca del padre Ebro, muy satisfecho de haber nacido, crecido y rendido en esta tierra. Unas sierras inagotables a las que acudimos para disfrutar de los caminos que se pierden, y para que no lo hagan. Esta vez nos marcamos una circular de categoría, desde Murillo de Gállego, por el GR 1 o Sendero Histórico, (que coincide en este tramo con el Camino Natural de la Hoya de Huesca) hasta Agüero, barranco de la Fuente del Piojo, dejando a nuestra izquierda sus mallos, mirándolo todo desde la Punta Común, y volviendo, rodeando la Peña Rueba, de nuevo hasta Murillo. Una bonita jornada por la Tierra Media.






            Pues ahí vamos, al filo de las 9 de la mañana saliendo de Murillo para tomar ese GR 1 que nos acompaña hasta Agüero y que, dejando atrás esa fuente Vieja y su apacible entorno, nos lleva por caminos empedrados a tramos, vestigios de viejas culturas y actividades. El camino va coqueteando con la pista. En una de las entradas a esos caminos, es curioso ver un banco de madera, en el que solo se sienta el tiempo, contemplando a una gran carrasca. Vamos dejando campos a uno y otro lado, campos de olivos, campos de almendros, campos de soledades y hastíos. En hora y cuarto llegamos a Agüero, dejando atrás esa señalización rojiblanca, así como un corto tramo de carretera. Con señales, ahora, de los Senderos de la Hoya de Huesca, con su distintivo azul, nos metemos por el sendero del barranco de la Fuente del Piojo, que deja los mallos a la izquierda, hasta llegar a la collada Pedro en otro cuarto de hora más.





            Un poco de pista y volvemos a tomar el sendero a la izquierda, que nos va llevando por las faldas de la Punta Portolás, que tras llegar al collado Barrera Estanco tenemos que rodear para alcanzar finalmente nuestra cima de hoy, la Punta Común. Ese collado marca divisoria entre el SW que traíamos, y el NE que se nos abre, dándonos vista a la cuenca del Gállego que presuroso sale de su encierro en La Peña. Los apenas 130 metros de desnivel hasta lo alto de esta rallera son un puro placer, con vistas a dos aguas, a la derecha, las carrascas y coscolinas se solazan en la solana, y la izquierda, colonizada por bojes, mira al norte con gran pasión. Estamos, como decimos, sobre una rallera que es continuidad por el NW de la Peña Rueba, uno de los tres grandes macizos que le dan nombre a este histórico territorio que puede presumir de haber sido, fugazmente, pero lo fue, un reino dentro de otro reino. 








            De vuelta al collado, para emprender la larga bajada hasta la ermita de San Chinés y posterior corral de Gallego, aunque en los mapas figura Pardina de Carcavilla. Algo que no tiene sentido, ya que estamos en el término de Murillo, y Carcavilla, que sí era la antigua pardina, convertida posteriormente en central eléctrica, en la margen izquierda del Gállego, lo estaba en el de Ena, actual Peñas de Riglos, lo que no deja de ser otro error de los mapas. 



            Pero sigamos con lo nuestro. Estamos en los montes de la Tolosana, y vamos alternando, también, tramos de pista con sendero, por algunos sitios muy vestido. Tras haber cambiado bruscamente el rumbo, de W-E a N-S, abandonamos la pista, que baja ya en busca de la carretera para cruzarla casi enfrente de la entrada a la central de Carcavilla, para meternos por un sendero a buena altura sobre la carretera y el río, lo que le confiere unas extraordinarias vistas, con los mallos de Riglos al fondo. Aunque a no corta distancia, vamos circulando por debajo de las impresionantes paredes de Peña Rueba, siguiendo las marcas blanquiazules de los Senderos de la Hoya de Huesca. En algo menos de hora y media maridamos tangencialmente con la carretera, para volver a tomar algo de altura, y en poco ya llegar al punto de partida.







            Han sido casi 7 horas de auténtico placer recorriendo parte de estas solitarias sierras, poco a poco amortecidas, y que conviene visitar de vez en cuando, con 18,4 km y 835 metros de desnivel acumulado total D+/-, en una de esas jornadas en las que el tiempo está indeciso, y que hay que dejarle hacer.






Más fotos y el track