Peña Forca AQUERAS MONTAÑAS Cerro de Lenito (2339 m) Pico del Achar de Forca (2390 m) Peña Forca (2390 m) Rincón de Alano (2357 m) Jueves, 17 de septiembre de 2020
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sábado, 19 de septiembre de 2020
Cerro de Lenito, Achar, Peña Forca y Rincón, la tetralogía oriental de Alanos
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Valles Occidentales
lunes, 14 de septiembre de 2020
Pico Arnales, el pequeño de los Infiernos
AQUERAS MONTAÑAS
Pico Arnales (3002 m)
Lunes, 14 de septiembre de 2020
Los primeros rayos de sol peinan las cumbres |
Las montañas del Balneario de Panticosa son un mundo, pero en ese mundo hay muchos submundos. Hoy hemos estado en uno de esos submundos, que es un mundo en sí mismo, y que no es otro que el de Pondiellos. Muchos accidentes geográficos que comparten ese nombre, pico, aguja, collado, ibones… en una bellísima cuenca que completan los Infiernos-Arnales y el Garmo Negro. Pero como no lo vamos a hacer mejor, dejamos que lo exprese Ansel Adams un fotógrafo, especialmente de naturaleza, californiano, que nos dejó dicho: “Creo que el mundo es incomprensiblemente hermoso: una perspectiva infinita de magia y maravilla.” Pues nos viene al pelo, porque es fácilmente aplicable a cualquier montaña de los Pirineos, y a estas nuestras de hoy, también.
Ibones de Pondiellos, entre el Garmo Negro y los Infiernos |
Ibones Azules |
Con la amiga Lidia, emprendemos hoy una nueva ruta por estas montañas para alcanzar la cima del Arnales, apéndice suroriental del macizo de los Infiernos, y que se asoma a poniente a la preciosa cuenca de los ibones de Pondiellos, y la vista a levante la comparten los ibones Azules y los propios ibones de Arnales. Eso como más inmediato, porque tiene a su disposición un buen elenco de montañas a uno y otro lado para contemplar. De momento, nos situamos en el Balneario de Panticosa, una extraordinaria cuenca glaciar condenada a sufrir permanentemente el dislate urbanístico de quien lo proyectó y construyó, pero también de quien lo consintió. Pero vamos a comenzar a elevarnos, como única forma de salir del espanto.
Ibones de Arnales |
Hacia el collado de Pondiellos |
Y lo hacemos tomando la ruta del Garmo Negro, pasando primeramente junto a la fuente de La Laguna o fuente Purgante, para continuar por el bosque por camino bastante descarnado, debido a la gran cantidad de tráfico humano que soporta. Tras los primeros compases por el bosque, la Majada Baja y la Alta de Argualas se suceden, habiendo dejado a la izquierda el desvío para los ibones de Ordicuso. El transcurso junto a un arroyo aporta frescor a una mañana ya fresca de por sí. La llamada de un viejo amigo, que no de un amigo viejo, nos viene bien para coger resuello en la empinada cuesta. Pronto entramos en la zona de grandes bolos que hacen agilizar el paso, dirigiéndonos al collado de Pondiellos.
Aguja de Pondiellos |
Pequeño ibón bajo los Infiernos |
Dejamos atrás el camino del Garmo Negro y la cuesta se empina más si cabe, alcanzando finalmente el collado en unas dos horas y media. Un collado que nos muestra la belleza de los ibones de Pondiellos, en una cuenca entre los Infiernos y el Garmo Negro. Es un rincón salvaje que ejerce gran poder de atracción. Nuestra ruta establece un marcado rumbo a la derecha, para pasar por las faldas del pico de Pondiellos, hasta el cuello de Saretas, para dirigirnos a la rinconada que forman los Infiernos con nuestra montaña de hoy, el Arnales, por cuyas faldas también pasamos. Finalmente nos encaramamos a un pequeño collado que da vista a la cuenca de los Azules, y que forma el bajante de los Infiernos, para hacer un cresteo final hasta la misma cumbre.
Lidia, a punto de coronar |
Cresta para subir a los Infiernos |
Momento de cumbre. Sí. Momento en el que nos cobramos la recompensa del esfuerzo. Como tres horas y media sin tregua por terreno granítico, poco cómodo, pero que nos ha permitido auparnos a este tresmil más bien escaso, pero que no le importa lo más mínimo, ni tampoco a nosotros. Lo que sí le importa, y también a nosotros, es lo que nos ofrece, además de unas vistas sobre unas montañas y unos valles rabiosamente bellos y salvajes, con innumerables cuencas que albergan esos restos glaciares en forma de ibones, la paz y la tranquilidad de vernos en una solitaria cima con todo un mundo a nuestros pies.
Pedreras infinitas |
Y después del subidón viene la peor parte, la del descenso, que lo realizamos por el mismo itinerario, recorriendo los mismo hitos que en la subida, y que se suceden por el mismo orden, pero a la inversa, habiendo invertido un tiempo total de 7h 55’, bastante holgado, por cierto, para recorrer 9 km, y salvar un desnivel acumulado total de 1370 m D+/-, con un balance más que positivo de la jornada de alta montaña de hoy, con un tiempo y una compañía inmejorables.
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Tresmil
Ubicación:
Balneario de Panticosa -Alto Gállego -Aragón
sábado, 12 de septiembre de 2020
Chipeta Alto, la proa varada en la Mina
AQUERAS MONTAÑAS
Chipeta Alto (2175 m)
Sábado, 12 de septiembre de 2020
A la faena |
Una gran proa varada en el océano del tiempo se yergue sobre la Mina, en la Selva de Oza. Decenas de veces contemplada. Decenas de veces anhelada. Decenas de veces dejándonos ver por el rabillo de su ojo. Finalmente se ha interpuesto en nuestros planes y se lo hemos puesto fácil para que su altivez descanse bajo nuestros pies, uniendo su destino con el nuestro, al menos por un momento que, como siempre, se ha hecho corto, muy corto. Hoy, acompañados de un par de Carlos, hemos estado en Chipeta Alto.
Lo que no tenía que ser noticia, es. Un barranco con agua |
Sin perder de vista el objetivo |
Ocho de la mañana. Parquin de la Mina, en la Selva de Oza. Aún no sé si queriendo o sin querer, nuestros pasos se dirigen por el barranco de Acherito, hasta que convencidos de que no era el camino correcto, lo asumimos, pero no lo enmendamos, porque nos lleva a unos parajes bellísimos, en una combinación entre salvajes, bellos y solitarios. Un camino que, de seguirlo nos hubiera llevado al collado de Anzotiello, teniendo que ir al de Petraficha. Hora y media sumidos en el error, pero nada de arrepentimiento, porque este apartado valle merece la pena ser transitado. De reojo no dejamos de ver nuestro objetivo, pensando que tendríamos que ir hacia él. Y es lo que hacemos al ver, pasado el mallo de las Ferrerías, un sendero que sube por su ladera norte, al que nos dirigimos.
Valle de Tacheras, con la sierra de Alanos |
Una interminable pala nos espera |
Una vez en él, lo continuamos, pasando por una zona kárstica, hasta que damos asome al barranco por donde discurre el GR 11, al que accedemos tras descender una zona delicada de roca magmática, pero con muy buena adherencia. Dejamos para el descenso el averiguar dónde ha estado el despiste, de momento, seguimos ya hacia el collado de Petraficha, hasta el que se puede acceder bien por aquí, bien desde Zuriza a través de Tacheras, de donde tenemos unas vistas increíbles sobre esa sierra de Alanos, Ezcaurre, Abizondo…
Paredes imposibles |
De vuelta del asome |
Nuestra llegada al collado se produce al cabo de dos horas y media largas, tan solo un cuarto de hora más que el indicado en la tablilla de arranque, a pesar del vueltorrio que hemos dado. Este collado está entre el pico que le da nombre, Petraficha, y el Chipeta Alto, nuestra montaña de hoy, y a la que nos dirigimos por sendero evidente, entre unos infinitos pastizales por los que accedemos a la cumbre, culmen de un altiplano inclinado. Si queremos prolongar, que queremos, unos pasos, lo hacemos por una estrecha ralla, sin dejar de mirar a los abismos de ambos lados. Ahora sí, ahora podemos decir que hemos llegado hasta el final. Nos sentimos como Leonardo di Caprio en la proa del Titánic, un enorme barco varado en las eras geológicas que lo han hecho emerger sobre estas tierras.
Ibón de Acherito, bajo las Peñas del Ibón |
Guarrinza |
Las vistas hacia levante son apabullantes, el casi kilómetro de abismo se diluye entre la extensión que alcanza nuestra mirada, tanto hacia Guarrinza, como hacia la Selva de Oza. El sur no le tiene envidia, el gran sistema Lenito, Forca y Alanos es auténticamente espectacular. Si es por poniente, la suave ladera de nuestra montaña deja mecer la vista hacia Zuriza y su particular vigía, la Peña Ezcaurre y su escudero el Abizondo. Y si es al norte, otro mar pétreo de salvajes montañas como los Anzotiellos, Gorretas, mallo del Acherito, Petrechema, Agujas de Ansabère… y los más lejanos Mesa de los Tres Reyes, Anie… En fin, una auténtica disputa por ver cuál se lleva la palma en porte y belleza.
La sierra de Lenito-Peña Forca y la de Alanos |
En el descenso nos encontramos escenas como esta |
Tras el repaso y el bocado, vuelta al collado y descenso por el GR 11, ahora sí, hasta el final, que es precisamente donde nos encontramos con el despiste, pues justo en la cleta, donde habíamos visto unas tablillas indicando los dólmenes de Acherito y Ferrerías Norte, es donde se echa en falta también la del GR 11… que ya nos lo tendríamos que saber, pero es lo que tiene no frecuentar tanto como se debería.
Con todo y con ello, le hemos metido 13,5 km, en 5h 45', salvando un desnivel acumulado total de 990 m D+/-, para pasar una mañana entre los bellos paisajes de los Valles Occidentales.
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Ubicación:
Selva de Oza -La Jacetania -Aragón
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