Carros de Foc
Sábado 18 a sábado 25
de julio de 2015
Le di un
beso a tu piel
Para que a
tus sueños lo llevara
Y sin
olvidarte de él
Hasta mi
regreso lo guardara.
Así empieza
esta historia de sueños. Unos sueños duros como los caminos de granito. Unos
sueños azulados como las aguas de sus lagos. Unos sueños nítidos como el viento
que nos mece. Unos sueños claros, luminosos, como ese sol que nos acompaña, en
ocasiones jugueteando entre las nubes, que a veces le han vencido. Unos sueños,
en definitiva, que han hecho que vibráramos al compás de esa melodía monódica,
pero melodía al fin y al cabo. Unos sueños pateados entre profundos valles y altivas
crestas de muchos pareceres, entre cuencas que alojan restos prehistóricos,
hielos eternos suavizados en lagos de mirar sereno, entre circos espaldados que
aúpan altos collados donde la mirada se expande hacia el infinito. Unos sueños
que parecían sueños, pero que soñando hemos visto que no lo eran. Si queréis… soñamos
juntos. Podemos.
Carros de Foc
es un clásico entre los clásicos, un circuito que circunda un mundo de tiranía
mineral, en torno al Parque Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, creado
en 1955, participando de las comarcas de Alta Ribagorza, Pallars Sobirà,
Pallars Jussà y el Valle de Arán. Enclavado en el llamado Pirineo Axial, es un
mundo de granitos y pizarras de la Era Primaria (200 MM años), con posterior
modelación en las glaciaciones de la Cuaternaria, que le dieron ese aspecto
agreste a las crestas y convirtieron en bellos lagos los últimos resquicios de
hielos eternos. En el año 1987 algunos guardas de los refugios de la zona
decidieron unirlos en una sola jornada, creando este circuito que tiene varios
puntos de entrada y salida, pudiendo pasar por sus nueve refugios, y si hay
ganas y fuerzas haciendo los picos que se ponen a tiro al paso por los collados.
Un grupo de amigos, ya talludicos, lo hemos hecho en sentido anti horario, y no
en una jornada, sino en seis, que más las de prólogo y de epílogo, han hecho
una verdadera delicia la de compartir caminar y camino por estos valles en los
que la naturaleza se detuvo para hacer su trabajo. Con Lola,
Maite, Caco, José Luis, Luis, Félix, Armando, Fernando Cebrián y Morata y
Víctor, y los que queráis de vosotros, vamos a revivir estas jornadas de
piedras, ríos y lagos, valles y montañas, sueños y luz. Vamos.
Empezamos en 3, 2, 1... |
Sábado, 18
de julio. Etapa prólogo. Estany Gento – Refugi Colomina. Tras la concentración del equipo en
Puente de Montañana, y nuestro buen homenaje como preludio de jornadas parcas
en lo gastronómico, nos ponemos rumbo al punto de partida de nuestras andanzas.
Nos adentramos en la comarca del Pallars Jussà, para llegarnos hasta Capdella,
que con sus 1.420 metros de altitud es el pueblo más alto de la Vall Fosca,
labrada por el río Flamisell, formado principalmente por tres barrancos, que se
unen en las proximidades de la localidad. Uno de ellos, el que parte del estany
Gento es el que superamos en las tripas del teleférico que parte de Sallente,
un embalse donde termina la carretera y dejamos los vehículos.
Estany Tort |
Primeros compases de contacto con el medio, que breves
son al convertirse en fusión. No es fácil identificarte tan rápidamente con un
entorno totalmente desconocido, y la sensación de haberlo conseguido es grata,
muy grata. También para nuestras botas, que pronto se adaptan a la dureza del
terreno. Desde que salimos del teleférico en media hora nos presentamos en el
desvío del estany Tort, por donde pasa una vieja y estrecha vía férrea que
añora los tiempos de su uso como apoyo a la construcción del gran complejo
hidroeléctrico al que han sometido a estos bellos lagos, a estos bellos
paisajes. Este punto es justo en el que entramos en el circuito, y al que
llegaremos dentro de una semana, viniendo de los paisajes que ahora admiramos,
pero que dejamos atrás para acercarnos al refugio en otra media hora más.
Camino de Colomina |
Tarde
dedicada a terminar esa simbiosis con el entorno, dando la vuelta al estany
Colomina, que da nombre al refugio, y lo hacemos comenzando por el lado opuesto
al que indica el camino, y volviendo por éste, algo que nos agrada para mañana,
que no vemos más largo y es de mejor pisar. De nuevo al refugio, observando que
la noche acelera su paso, el día se va a dormir antes de hora porque unos
nubarrones llegan despiadada y agresivamente, descargando una tormenta de
viento y granizo que nadie quisiera ser pasto de ella. Así termina esta primera
jornada de contacto con la montaña. Mañana esto va ya en serio.
Resumen
técnico etapa prólogo: Estany Gento – Refugi Colomina.
Distancia: 2,7 Km.
Tiempo total: 1h 10’. En movimiento: 1h.
D+: 315 m. D-: 55 m.
Altura máxima:
2.400 m (Ref. Colomina). Mínima: 2.144 m.
Estany de Mar |
Domingo, 19
de julio. Primera jornada. Refugi Colomina – Refugi Josep Mª Blanc. Fue tanto el trabajo que le dio a la
noche la tormenta de ayer, que no le ha dado tiempo para barrer todas las nubes,
pero agradecemos su labor, porque a su morir ha dejado un alba algo más
tratable. Sea como sea, comenzamos el circuito, que como acordamos ayer, lo
hacemos por la margen izquierda del lago, en lugar de por la derecha que es por
donde está señalado el camino. Aún quedan restos de la granizada de anoche, la
verdad es que fue muy generosa. Estany de Colomina, en el que vierte el de
Mar. Ambos rodeamos para encarar la primera cuesta fuerte de la jornada para
alcanzar el llamado Paso del Oso. Seguimos ruta para dejar el mundo Colomina y
adentrarnos en el de Saburó, con sus grandes bloques de granito que en su
histórico devenir de las alturas han dejado al descubierto otro valle, otro
circo, otra cuenca habitada por otro lago, y dominada por otro monte, todos
agrupados en un mismo entorno y con un mismo nombre, Saburó, duro nombre como
el granito que lo forma, y como las aristas que lo custodian.
Estany y pico de Saburó |
Progresando hacia el collado |
Pero no nos adelantemos, que antes hay que llegar al
collado que nos ha de abrir a otros mundos. En él se quedan algunos miembros,
que se reservan, es mucho lo que queda por delante… bueno, casi todo. Otros, los que decidimos llegar
hasta la cima, dejamos las mochilas en un abrigo, y ya con menos peso
acometemos el ascenso de los casi 250 metros de desnivel, y lo hacemos
saliéndonos de la ruta más marcada, siguiendo los consejos de los guardas del
refugio. Y acertamos, porque la incomodidad que supone la progresión sobre la
pedrera, hay que valorarla más que la de ir por la misma arista, aunque
finalmente convergemos con ella, y ya a través de creativos pasos nos llegamos
hasta donde está señalada la misma cumbre, que curiosamente no es el punto más
alto, ya que se trata de un enorme
bloque aparentemente inexpugnable. Estamos a 2.912 metros de altitud, y
es el techo de todo el circuito contemplando los picos programados. Breve
contemplación, fotos, abrazos, y de vuelta al collado para coger a nuestras
compañeras de fatigas y seguir camino hasta las orillas del estany Gelat, donde
nos espera el resto de compañeros, que nos aguarda a que echemos un bocado.
Echamos a andar todos.
En la cima del Saburó |
Estany Negre de Peguera |
Es tan versátil este circuito que tiene sus variantes.
Si no fuera porque queremos pernoctar esta noche en el refugio JM Blanc,
tendríamos que tomar a la izquierda el desvío en el que nos encontramos, y al
que hemos llegado al cabo de casi una hora, pero no, no lo hacemos. Seguimos
con lo programado y llegamos a la cuenca del Negre de Peguera, a cuyos pies se
asienta este refugio a orillas del estany Tort de Peguera. Todas las imágenes
que nos desvelan el alcanzar las alturas de cada jornada tienen un enorme
impacto visual, pero ésta es especial. Si en todas hay un desequilibrio en el
dominio del elemento sólido salpicado por las cuencas palustres, en ésta es el
lago el que cobra todo el protagonismo, siendo la amorosa presencia del agua la
que suaviza esa tiranía mineral. Hay que verlo.
Estany Tort de Peguera y refugio JM Blanc. De ensueño |
Bajamos a este gran lago y
luego al del refugio, al que llegamos antes de las tres de la tarde, y con una
climatología adversa que ni está ni se la espera. Tarde de refugio, pero ésta
es especial, porque el entorno es especial. Cena de refugio. Noche de refugio.
Resumen técnico primera etapa: Refugi
Colomina – Refugi Josep Mª Blanc.
Distancia: 9,4 Km.
Tiempo total: 7h. En
movimiento: 3h 50’.
D+: 745 m. D-:
850 m.
Altura Máxima: 2.912 m. (Tuc de Saburó). Mínima: 2.312 m.
Simetrías |
Lunes, 20 de
julio. Segunda jornada: Refugi Josep
Mª Blanc – Refugi Amitges. El mayor espectáculo que se puede ver en el mundo natural, en nuestra
humilde opinión, es el amanecer. Es el que da el punto de partida a la vida, es
el nacimiento, es el comienzo, es el despertar, es al que debemos asirnos con
todas nuestras fuerzas y aprovechar las sinergias de esa arrebatadora energía
que nos brinda. La Madre Tierra ha extendido su generosidad hasta la jornada de
hoy, brindándonos un orto de verdadero ensueño, un orto que raya en lo irreal,
un orto cuyo reflejo en los sueños del lago verdaderamente nos paraliza. Ese
Ojo que todo lo ve, lentamente va calentando el ambiente, va llenando de luz el
espacio, esa luz que pone nuestras miradas en contacto con los montes y los
lagos, despertándolos, haciéndolos presentables a nuestro paso. Vamos a por
ellos en esta segunda jornada.
El alba se nos echa encima |
Dejando el camino atrás |
Retomamos los últimos cientos de metros de ayer para,
desde esa atalaya sin par, despedirnos de este maravilloso entorno. Tras volver
a pasar por el recóndito estany de Llastra nos incorporamos al circuito,
abriendo con pasos nuevos nuestro deambular por estos bellos lugares. Nos
encaminamos al mundo Peguera y Monestero, hasta cuyo collado nos volvemos a
encaramar sin dejar de admirar esas cuencas, esos ojos de mirar serena, de
mirar infinita. Casi dos horas de camino, cuando el ímpetu de voluntari@s, para
la sobre faena del día, nos empuja a acometer el ascenso de un nuevo monte, el
Monestero. Mientras el resto del grupo descansa y arremete el descenso, otro grupeto,
con la ligereza de dejar las mochilas a buen recaudo, enfilamos la subida, que
culminamos al cabo de tres cuartos de hora, y acompañados por tres miembros de
Azuandarines, un grupo de amigos de Azuqueca de Henares unidos por esa pasión
de andar los montes y de impregnarse de sus esencias. Una población ésta de
Azuqueca que nos retrotrae a prolongadas épocas profesionales guardadas bajo siete llaves en las runas de la memoria. Estamos en un extraordinario lugar con
trescientos sesenta grados de auténtica belleza y con varios cientos de metros
de caída libre bajo nuestros pies. Hay que parar como sea ese carrusel de la
memoria. Lo conseguimos.
En la cima del Monestero |
Cielos de Monestero |
De regreso al collado. Mochila a la espalda… y a seguir. La bajada es por la siempre incómoda
glera, aunque hoy no lo es tanto, que nos va engullendo hasta el fondo de este circo. El llevar a gente
por delante, que te marca visualmente el camino, y el haber frecuentes hitos,
no nos hace sospechar que nos hemos desviado del sendero más cómodo, que evita
un verdadero océano de bloques de granito que pone a prueba nuestra paciencia y
creatividad durante más de una hora, seguido de un tramo de vertiginoso
descenso por terreno mixto combinado por solitarios ejemplares de pino negro,
los que van sobreviviendo a los mortales latigazos fruto de las iras de airadas
tormentas, que con una simple chispa son capaces de terminar con cientos de
años de vida entre las entrañas de retorcidos troncos.
Por suelos más amables |
Nuestro futuro se hace presente, y nuestros pies
comienzan a pisar el amable suelo del fondo del valle al unirse con el sendero
que no habíamos tomado, y que venía abrazado al arroyo. Un arroyo que da
descanso y refresco a nuestra castigada piel. Más relajaditos ya hacemos el
largo camino hasta el refugio de Mallafré, donde encontramos al resto de la
cuadrilla, ya comiditos, y que amablemente aguardan a que les alcancemos en tal
faena. Estamos en uno de los puntos emblemáticos del Parque Nacional. Los
enhiestos Encantats nos han ido mirando de reojo a lo largo del rodeo que les
hemos dado, y ahora podemos enfrentarnos a ellos cara a cara, y no, no nos
defraudan. No sabemos quién desafía más, si ellos o los nubarrones que tienen
por montera. Veremos, que aún queda tajo.
Estany de Monestero |
Los siempre agradables cursos de agua |
Dejamos este rincón de paz y seguimos camino. Nos
aupamos al estany de Sant Maurici, otro emblema del parque. Lo acompañamos
mientras nos deja el sendero, que poco a poco se va aupando. Nos hace pasar por
la cascada de Ratera, un mundo por descubrir, y que estamos a punto de hacerlo.
Las aguas se precipitan con un doble sentimiento, jubilosas por agradar, por
llevar sus esencias a la tierra media, pero algo tristes por abandonar sus
orígenes, aunque sabedoras de que algún día regresarán.
Els Encantats reflejados en el estany de Sant Maurici |
Cascada de Ratera |
El sendero sale a la pista, que alcanza el estany de
Ratera, extenso, pero poco profundo. La pista llega hasta el mismo refugio,
pero existe la opción de tomar un desvío para acercarse a un mirador, y es algo
que algunos hacemos. La vista que nos brinda es la típica de este grandioso
lugar, Els Encantats y el estany de Sant Maurici a sus pies. Volvemos a la
senda, y entramos en un pequeño barranco por el que discurre el GR 11, y que
alberga algún que otro lago, hasta que dejamos este itinerario que sube al
puerto de Ratera, que haremos mañana, y se toma un desvío a la derecha que te
va subiendo y subiendo, ampliando el campo visual, y dejándonos en la pista, a
pocas decenas de metros del refugio. Unas decenas de metros que no se ha podido
contener más la nube y que nos ha regalado una lluvia que, bueno, se lo
perdonamos, menos no ha podido ser para el pronóstico que traíamos.
Estany de Sant Maurici, con sus fieles escuderos Els Encantats |
Etapa larga
la de hoy. Seis de la tarde. No queremos despedir este día sin hacer una
merecida mención de Dora, guardesa, hija de guarda, hermana de cocinero,
persona amable y encantadora que nos ha sorprendido por su diligencia y
prestancia. Dicho queda.
Resumen técnico segunda etapa: Refugi Josep Mª Blanc – Refugi Amitges.
Distancia:
16,9 Km.
Tiempo total: 9h 35'. En movimiento: 5h 50'.
D+: 1.415 m. D-: 1.365 m.
Altura Máxima: 2.877 m. (Monestero). Mínima: 1.860 m.
Camino del Port de Ratera |
Martes, 21
de julio. Tercera jornada: Refugi
Amitges – Refugi Colomers. Como todos los días, la noche hace su mejor trabajo y
emplea toda su magia en transformar la atmósfera, de modo que, como la semilla
que muere, cuando lo hace nos regala unos amaneceres para quitar el hipo. A la
hora habitual, en torno a las ocho menos cuarto, ocho, abandonamos el lugar de
pernocta y nos ponemos en marcha. Y lo hacemos contorneando otro reguero de
lagos para llegar al puerto de Ratera, habiendo dado alcance al GR 11, del que
nos despedimos ayer de él para llegarnos al refugio.
Hacia el collado, con el Ratera a la vista |
Los últimos vestigios del invierno se ponen a nuestros
pies para que colaboremos en su sacrificio en aras de un monte totalmente
estival. Se nos abre a la vista la vertiente del Valle de Arán. No sabemos si
es por eso o no, pero lo cierto es que llegamos a los confines del Parque
Nacional. Y claro, todo espacio ha de tener unos límites, pero parece que se
establecen con criterios físicos, morfológicos, paisajísticos, no sé… En este
caso, no encontramos esos criterios. El bello conjunto geológico continúa, los
bellos montes continúan, los bellos lagos continúan, el bello paisaje continúa…
quizá los despachos no… Pero nosotros a lo nuestro.
Estany del Port de Ratera |
En la otra cima del Ratera |
Como en todos los grandes pasos del día, se establece
el mismo plan. Hay quien descansa y sigue tranquilamente, y hay quien sube al
pico de turno. En este caso se trata del Ratera, con sus dos muy próximas
cimas. Seis somos en este caso quienes despojados de las mochilas nos
apresuramos en degustar sus mieles. Una hora tiene la culpa, y otra entre
estancia y bajada. Bien empleadas están. De nuevo al collado para abandonar el
GR 11 y seguir el GR 211.4, que nos baja por el valle de Saboredo y nos hace
recalar en su refugio, en el que teníamos previsto parar a comer, pero sólo
hacemos lo primero, porque es pronto para lo segundo. Lo que sí hacemos es eso,
parar y reagruparnos. No es ni la una y preferimos seguir, parece que hoy los
nubarrones no van a ser tan benévolos.
Mirada infinita. Belleza infinita |
A través de una larga travesía horizontal, o casi, nos
incorporamos al pequeño valle de Sendrosa, enterito, hasta arriba, hasta el
collado del mismo nombre, que deja a la izquierda el pico también homónimo, que
acometemos en solitario al no haber más voluntarios, pero animado por todos. Se
trata de una senda que va serpenteando la cresta, como un horizontal Caduceo de
Hermes, y en ocasiones montándola, pero bien. Conforme vamos avanzando, más
lejana vemos esa cumbre, rota por el tiempo. Cielo oscuro, muy oscuro, por la
zona de Aneto y Maladetas. Primer trueno, no te oigo. Segundo trueno, la cosa
cambia. La drástica decisión hace cambiar el jadeante ritmo y nos pone en
dirección al collado. Algo más de media hora dura el escarceo, al que nos hemos
aventurado porque en la topoguía pone 40’ a cima… será con Iberia, que con
Ryanair…
Nos alcanza el marrón |
Ya estamos cerca |
En el collado nos juntamos con el resto, que ya
marchaba, y continuamos todos juntos la bajada y acercamiento a Colomers, que
se hace de rogar. Los nubarrones van dando muestra de querer venir también a
nuestro encuentro, y lo hacen sin reparos, y su incontinencia se convierte en
mojadina. Llegamos a la presa y alcanzamos visualmente el refugio nuevo, al que
llegamos al casi cuarto de hora, que se nos hace largo. Cuatro de la tarde.
Está enclavado en una orilla del lago de Colomers, y no dispone de agua
caliente, aunque parece que sí de instalación… bueno, ya llegará. Mientras
tanto, a practicar ópera en la ducha. La cena está amenizada por lluvia y más
lluvia en el exterior, que refresca la atmósfera y purifica el ambiente. Otro
día más, y van tres. Estamos en el ecuador.
Resumen técnico tercera etapa: Refugi Amitges – Refugi Colomers.
Distancia: 13,9 Km.
Tiempo total: 8h 25'.
En movimiento: 5h 25'.
D+: 1.115 m. D-: 1.350 m.
Altura Máxima: 2.863 m. (Ratera).
Mínima: 2.109 m.
A la salida de Colomers |
Comenzando la jornada |
Miércoles,
22 de julio. Cuarta jornada. Refugi
Colomers – Refugi Ventosa i Calvell. Otra nueva mañana que amanece serena, aunque con
alguna nube de adorno, que tienen su reflejo en este lago de Colomers que gustoso las
acoge aportando su frescura. Foto de formación… y al turrón. En las decenas de
pasos que median hasta incorporarnos al circuito, se evidencia el mal estado de
Caco, y al estar próximos al único punto de evacuación en las próximas 48
horas, toma la decisión de no castigarse más y abandonar físicamente, que no
anímica ni mentalmente, estoy seguro, esta expedición, que está siendo dura por
los desniveles y el terreno por el que discurre. Nos hace duelo, mucho duelo a
todos, principalmente a ella, claro, pero es lo sensato, la imposibilidad de
dar un paso sin dolor hace presagiar una lesión y no se deben correr más
riesgos. José Luis la acompaña hasta la pista, por donde alguno de los
vehículos públicos que hacen el trayecto, y que bajan vacíos desde el refugio,
se hará cargo de ella hasta Salardú, al menos.
Amaneceres de ensueño |
Despedimos a Caco |
Mientras tanto, los demás seguimos la ruta
adentrándonos en el valle de Colomers, hasta el collado o puerto del mismo
nombre, en donde se nos abre una nueva vista, un nuevo horizonte, una nueva
cuenca, con sus lagos, claro, que tenemos que ir rellenando poco a poco con
nuestra presencia. Tras echar un bocado, que compartimos con un buen número de
vacas, es lo que hacemos, ir bajando hasta coquetear unos metros con el estany
del Port de Caldes y volver a subir a otro collado, del que no hemos encontrado
nombre. Establecemos contacto por radio con José Luis, que ya está llegando al
lago.
Otras cuencas, otros lagos, otros cielos |
Hay que aclarar que este circuito afecta a nueve
refugios, pero que no todos están en el itinerario. Los hay alejados de él,
pero por los que se puede acceder a él. Por la gracieta de sellar el forfait con
todos ellos, y tal y como se ha planteado nuestro periplo, se nos quedaba
descolgado el de la Restanca, y si algo queríamos tendría que pasar por ir de
propio. Estamos en el punto de hacerlo. También en el de hacer el Montardo,
otro de los montes emblemáticos de la ruta. Un Montardo que se esconde entre
las nieblas que van y vienen. Un Montardo que parece no querer saber nada con
nosotros. Otro grupo de voluntarios nos prestamos para bajar a la Restanca, y
volver a incorporarnos a la ruta. Pero hete aquí que los astros se alinean a
favor de que no lo hagamos. Las nieblas que protegían el monte, lo dejan al
descubierto bajando hasta el Port de Ríus, por donde hay que pasar para ir a
ese descolocado refugio.
El Montardo nos espera, aunque éste es el hermano menor |
Lagos en la cara norte |
Bueno, la decisión se toma de forma súbita y unánime.
Nos vamos al monte. Preferimos no ver el refugio desde el monte antes que no
ver el monte desde el refugio. Y dicho y hecho. Mochilas al abrigo de una gran
piedra y ligeros para arriba. El camino va zigzagueando por terreno mixto, y
tras atravesar la loma oriental, damos vista al norte, dejando la pequeña cima
a nuestra izquierda. Encaramos el ascenso final a la cumbre principal, a la que
llegamos al cabo de una hora. Las nieblas siguen yendo y viniendo, como un
enorme telón hecho girones en un más enorme todavía escenario, que se nos
muestra a su placer. Abrazos, fotos, y para abajo, sin dejar pasar la
oportunidad para subir a esa más baja cumbre, que muestra sus vertiginosas
paredes cara la vertiente que hemos de seguir.
En la cumbre del Montardo |
Bajando hacia el refugio |
De nuevo en el cruce, y a seguir a buen ritmo, a ver
si alcanzamos a los demás… Pero no, aunque el tramo es largo hasta el refugio,
dos horas, son dos horas, aunque dicen que han parado a bañarse y a comer.
Bueno, pues eso, ya estamos en el refugio. En esta ocasión es el de Ventosa i
Calvell, al que llegamos antes de las tres y media. Aquí también se puede
iniciar el circuito, accediendo a través del embalse des Cavallers. Tan
afilados como las crestas que nos circundan, de nuevo se oyen sones de ópera en
la ducha. Comemos los que no lo habíamos hecho, y tarde de relax. Y ese relax
dura hasta que los que ya han pasado por esto nos muestran allá a lo lejos,
pero lejos, lejos, y alto, muy alto, el paso de mañana. Se trata del collado de
Contraix, el punto más alto del circuito sin contar los picos. Qué bien nos lo
vamos a pasar mañana… A dormir.
Resumen técnico cuarta etapa: Refugi Colomers – Refugi Ventosa i Calvell.
Distancia: 11,2 Km.
Tiempo total: 7h
20'. En movimiento: 4h 35'.
D+: 1.050 m. D-: 970 m.
Altura Máxima: 2.833 m. (Montardo).
Mínima: 2.135 m.
A la salida de Ventosa i Calvell |
Estany Negre y artística fuente del refugio |
Jueves, 23
de julio. Quinta jornada: Refugi
Ventosa i Calvell – Refugi d’Estany Llong. Con el flequillo pintado por el sol
en los Besiberris y un pequeño nudo en la garganta nace esta nueva jornada, la
quinta y penúltima de esta sensacional vuelta. Y decimos lo del nudo, porque
nos sigue pareciendo igual de lejos, igual de alto, por no decir más que ayer,
ese paso de Contraix. Pero como se hace camino al andar, dejamos este lago de
ojo negro y rasgado y nos ponemos a ello. La genética granítica de esta vuelta
se amontona en forma de grandes bloques, que de vez en cuando nos recuerdan que
son imprescindibles para entender el paisaje, y como no hay logro sin
dificultad, pues ahí los tenemos acompañándonos un día más. Hora y media de
engañifla, por terreno mixto, sorteando bolos, falsos llanos, caminos de agua.
Exageradamente lejos y alto, este paso de Contraix |
Últimos pasos antes del collado |
Cómodo lugar para echar un bocado y pronto al turrón
de nuevo. El panorama, desolador, con el mayor realismo y crudeza, un enorme
embudo se nos muestra. No hay escapatoria, nos hemos metido en una ratonera de
la que no hay más forma de salir que con el paso a paso, todos distintos, todos
quebrados, todos anhelando al siguiente, algunos evidentes, otros hay que
pensárselos. Un centímetro fallido puede ser fatal. Infinita paciencia para
llegar al collado tras más de cuatro horas desde el refugio. Lo hemos
conseguido. Hoy no hay pico. Con sus 2.748 metros, ésta es nuestra cima, y lo
mejor, compartida por todos.
Collado de Contraix, que sabe a cima |
También hay lugares amables |
La bajada al estany de Contraix, salvo un par de
manchas de nieve, también está llena de grandes bloques de granito. La llegada
al lago alivia nuestro cuerpo y mente, dando un respiro de tanta piedra y
dejándonos abrazar por las aguas del lago. Baño y comida. Reposo y a seguir
bajando, que aún queda lo suyo. Los primeros compases siguen siendo por terreno
duro, que al ir dejando atrás los enormes platós, se van suavizando. Casi otras
dos horas y media hasta el fondo del valle y luego subir al refugio por la
pista que hasta él llega directamente desde Aigüestortes, ese paraje que da
medio nombre al parque. Visita al estany Llong, que nomina al refugio, y a
cenar y a la piltra. Otro día que nos engaña favorablemente la predicción
meteorológica. Pero a nuestras garrillas no hay quien las engañe.
Resumen técnico quinta etapa: Refugi Ventosa i Calvell – Refugi d’Estany
Llong.
Distancia: 9,8 Km.
Tiempo
total: 9h 15'. En movimiento: 4h 20'.
D+: 860 m. D-: 1.065 m.
Altura Máxima:
2.748 m. (Coll de Contraix). Mínima: 1.907 m
A la salida de estany Llong |
Estany Llong |
Viernes, 24
de julio. Sexta jornada: Refugi
d’Estany Llong – Refugi Colomina. Salimos del refugio para inmediatamente meternos en
el bosque. La progresión, aunque con desnivel, nada que ver con la de estos
días pasados, mucho más cómoda. Vamos subiendo y subiendo, hasta que tomamos
perspectiva sobre el valle y podemos ver a poniente el paso de ayer, el salvaje
Contraix, como que se riera de nosotros, pero seguro que no lo hace con mala
intención. De todas formas, pronto le damos esquinazo, porque nos metemos en el
valle de Dellui, con sus lagos, cómo no. La subida al collado no representa
excesivo esfuerzo.
Mundo Contraix, que se queda atrás |
Subiendo por el valle de Dellui |
Lo que sí exige un plus es la subida al pico. Bueno,
en realidad hay dos en el punto de mira, el Dellui y el Nariolo más adelante,
pero creo que ese va a tener que esperar mejor ocasión. Mientras unos bajan,
otros subimos. Éste no tiene ninguna dificultad técnica, y como el camino de
todos los anteriores, está bien provisto de hitos, además de salir en el mapa
del GPS, por lo que la progresión es muy sencilla. La cima, espectacular, como
todas también, con vista a dos, tres, infinitas aguas. Y no sólo con vistas,
sino con oídas, porque hay cobertura telefónica y aprovechamos para hacer los
contactos pertinentes, entre los que se encuentra el hablar con Caco, que nos
dice que ya se está tratando de su lesión. Besos y abrazos, y para abajo.
Collado y más allá.
En la cima del Dellui |
Nariolo, que dejamos para otra ocasión |
Conforme vamos descendiendo vamos viendo más claro que
tenemos la otra parte del grupo a orillas de uno de los lagos, muy mermado, por
cierto. Comemos con ellos y seguimos la marcheta hasta varios lagos más abajo
topar la con el Tort y su estrecha vía férrea en desuso, que nos conduce al
punto de entrada de hace una semana, y posteriormente nos direcciona hacia el
Colomina, no sin antes ser pasto de la última tormenta de estos días, que
empieza con ganas, pero parece que se arrepiente y nos deja llegar sin pasar a
mayores.
Comiendo, ya reagrupados |
Ceremonia de iniciación |
Poco más de las tres y media de la tarde son cuando
damos por terminada esta sexta y última jornada. Unas caprichosas brumas adornan la tarde. Tras la
cena, la ceremonia de clausura. El enano abate Luis, asistido por el
correligionario José Luis, ofician los actos de iniciación de los neo
catecúmenos Fernando y Armando, en los que están incluidas las entregas de los presentes ganados en tal
excepcional vuelta.
Resumen técnico sexta etapa: Refugi d’Estany Llong – Refugi Colomina.
Distancia: 13,4 Km.
Tiempo
total: 8h. En movimiento: 5h 15'.
D+: 1.235 m. D-: 815 m.
Altura Máxima: 2.800
m. (Pala de Dellui). Mínima: 1.992 m
Cielos de Saburó (foto de Fdo Cebrián) |
Cielos de la Val Fosca (foto de José Luis) |
Sábado, 25
de julio. Etapa epílogo: Refugi
Colomina – Estany Sallente. Tras las lluvias de ayer, que fueron menos de lo que
quisieron, hoy amanece una mañana con nieblas en los valles. Nieblas que llegan
hasta nosotros, y que por las alturas se
van quedando en esas brumas que el viento mece a su antojo, creando un ambiente
especial, monocolor, pero especial. Con el ritual de todos los días, pero sabedores
de que el itinerario es corto, emprendemos esta última jornada para salir del
circuito por donde entramos.
Nos lo hemos ganado |
El ambiente un poco más apagado, también nos contagia.
Cada uno a lo suyo, quizá con la mente puesta ya en otros asuntos, en los que
nos vamos a encontrar al salir de aquí. Entre unas y otras cosas, abandonamos
estos lugares con una sensación agridulce. Son las dos caras de la misma
moneda. Por un lado, ganas de llegar a casa… pero por otro, duelo por abandonar
este extraordinario entorno. Nos vamos gozados, muy gozados. Tomamos el
teleférico de las 8:30 y el rumbo a casa.
Resumen técnico etapa epílogo: Refugi Colomina – Estany Sallente.
Distancia: 2,2 Km.
Tiempo total: 50'. En
movimiento: 35'.
D+: 30 m. D-: 295 m.
Altura Máxima: 2.400 m. (Ref. Colomina).
Mínima: 2.129 m
Seis duros días de circuito que más las etapas en
entrada y salida, han sumado ocho jornadas de pateo por estos montes, en las
que se ha vivido intensamente esa pasión por este oficio. Nuestros caminos se
han unido con los de las montañas, se ha sentido con ellas, se ha respirado con
ellas, se ha batallado con ellas, se ha subido con ellas. Todo se ha hecho con
y por ellas, y es tanto lo que nos llevamos de ellas que siempre estaremos en
deuda con ellas. A pesar de la monodia del terreno volvemos enriquecidos,
porque cada valle es distinto, cada monte es distinto, cada lago es distinto,
cada día ha sido distinto, como distinta ha sido la luz que nos alumbra y el
agua de los arroyos. Hemos compartido esfuerzos, momentos, lugares, caminar y
camino, continente y contenido en definitiva, por estas tierras salvajes, y
sólo podemos mostrar agradecimiento por todo y por todos. De modo que… hasta la
próxima… porque… habrá una próxima, no? Seguro que sí.
Según la página oficial
de la ruta: http://www.carrosdefoc.com/,
los datos del circuito son:
Refugios: 9
Duración:
5/7 días
Distancia:
55 km
Desnivel:
9.200 m (D+ + D-)
Altura
media: 2.400 m
Cota máxima:
2.745 m (Coll de Contraix)
Al haber formado parte de todas las ascensiones, nuestro
GPS arroja los siguientes datos:
Refugios: 8 (todos, salvo Restanca)
Duración: 6
días (+2)
Tiempo
total: 51h 35’
En
movimiento: 30h 50’
Distancia: 79,5
km
Desnivel: 13.530
m (D+ + D-)
Cota máxima:
2.912 m (Tuc de Saburó)
El reportaje completo de fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/CarrosDeFoc
Los tracks, en:
Et. 0. Estany Gento – Colomina: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333366
Et. 1. Colomina – JM Blanc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333415
Et. 2. JM Blanc – Amitges: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333464
Et. 3. Amitges – Colomer: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333532
Et. 4.
Colomers – Ventosa i Calvell: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333586
Et. 5. Ventosa i Calvell – Estany Llong: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333619
Et. 6. Estany Llong – Colomina: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333643
Et. 9. Colomina – Estany Gento: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10333664