martes, 27 de diciembre de 2022

Puerto de Santa Orosia, en olor de santidad

                                                                Año XI. Entrega nº 789


IXOS MONS
Puerto de Santa Orosia (1550 m)
Martes, 20 de diciembre de 2022

            “Las gentes de Sobrepuerto, como las de todo el Viejo Aragón, tenían a la santa como algo propio, pues eran hijos predilectos de ella. Si en algunas calamidades, como plagas y sequías, auxiliaba a gentes del llano u otras tierras distantes, siempre lo hacía con carácter subsidiario”. (Enrique Satué).



            Lo que iba a ser una ruta atravesando la sierra de Portiello, otrora visitada, abortada en esta ocasión por el volumen de agua del río Basa, se ha convertido en la clásica ascensión al puerto de Santa Orosia por la Ruta de las Ermitas, visitada en multitud de ocasiones y que siempre la hacemos como si fuera la primera vez. Ya hemos manifestado en algún momento que no somos mucho de santos ni de vírgenes, pero tenemos un profundo respeto a quien lo sea, y no solo hablando de presente, sino de todos los tiempos que han hecho que una ruta más por la media montaña serrablesa se haya convertido en olor de santidad por la profunda devoción que se le tiene en un extensísimo territorio, pero centrado en este lugar a Santa Orosia. Aquí encaja perfectamente el concepto de hierofanía que acuñó el filósofo rumano Mircea Eliade y su famosa trilogía, que conjuga tres aspectos naturales de primer orden: roca, vegetación y agua.


            Santa Orosia, abogada de la sequía, y que bajo su advocación se realizaban ritos destinados a la curación de enfermos mentales. Espirituados, endemoniados, se llamaba a esas personas que sentían alivio bajo su manto, algo que fue prohibido en la posguerra. Se dice que Orosia era hija de unos reyes bohemios del siglo IX, y que de paso por aquestas tierras fue interceptada por una partida de musulmanes, encabezada por Aben Lupo, quien la tomó prisionera obligándola a abrazar el islam, algo a lo que se negó la princesa, por lo que fue torturada y decapitada. Sus restos fueron encontrados por el pastor Guillén, de Guasillo, quien alertado por un ángel que le indicó la ubicación de los restos, los repartió, llevando la cabeza a Yebra de Basa y el resto a Jaca, siendo patrona de ambas poblaciones. Fue canonizada por el papa León XIII en 1902.


            Historias de la historia necesarias, como otras tantas, en unos tiempos de dóciles mentes. Su festividad se celebra el 25 de junio, fecha en la que se congrega una numerosa comitiva de oferentes de muy distintos pueblos cercanos y menos cercanos que se reúnen en el santuario, situado en el puerto de Santa Orosia. Y lo que pueda verse como un puerto más de la media montaña pirenaica, con unos caminos que por varios sitios lo alcanzan, realmente es un lugar con una personalidad propia, y sus accesos, verdaderos senderos de peregrinación con un egregor alimentado por la devoción de cientos, de miles de personas a lo largo de los siglos, y es algo que se puede sentir en su ruta más significativa, que es la que parte de Yebra de Basa y recorre el barranco de Santa Orosia, encontrando ocho pequeñas capillas y ermitas rupestres por el camino hasta alcanzar el puerto.




            Partimos, pues de Yebra de Basa. Y lo hacemos por el GR 16.1, variante del Sendero de Serrablo, que une las localidades de Sallent de Gállego y Nocito, siendo también una variante del Anillo de Sobrepuerto, y el último tramo del Camino del Pastor, que pone en valor el recorrido que hizo el mencionado Guillén desde lo que sería el santuario hasta Jaca. Salimos de la población hacia el norte y, dejando a la derecha la pista que sube a puerto, tomamos la de la izquierda, dejando entre ambas la primera de las ermitas de la jornada la del Augusto. Se cruza un pequeño arroyo y seguimos ya de forma decidida el camino para ir dejándonos engullir por el barranco de Santa Orosia. Hasta cruzarlo, pasamos por dos pequeñas capillas, la de las Escoroniellas y la de las Arrodillas, construida sobre un bloque monolítico de arenisca con dos cazoletas y una cruz incisa entre ambas que, cuenta la tradición que son las marcas de la santa.





            En cosa de una hora desde el arranque se cruza el barranco, pasando al margen izquierdo, por el que continúa el sendero sin parar de ascender, y donde se encuentra un reciente desvío señalizado como Cruz d’a Gualda, que en pocos metros da acceso a un mirador sobre el valle y las fajas donde se encuentran las ermitas rupestres a visitar. Seguimos y nos encontramos con el desvío a Sorna, por el que volveremos. Finalmente, y bajo la vistosa cascada del Chorro se alcanza la primera de la serie de ermitas rupestres, la de la Cueva, que visitamos, encontrando precedido por el campanario, una gran cavidad, con altar dedicado a la santa y con una salida posterior a un extraordinario balcón en el interior del salto de agua. Volvemos sobre nuestros pasos para seguir el camino.










Aspecto de la cascada en febrero de 2015


            Al poco tenemos la ermita de San Cornelio, también llamada de San Acisclo, y más arriba la de San Blas y la de Santa Bárbara. El camino, que discurre bajo imponentes conglomerados, se va empinando, hasta alcanzar la última de ellas, la de la Cruz o de O Zoque, ya en el puerto, que añora tiempos mejores en los que daba de pastar a miles de cabezas de ganado, siendo una de las entradas a Sobrepuerto, a caballo entre las comarcas del Alto Gállego y el Sobrarbe, que de ambas participa, pero conservando la unidad de ese espacio y de ese tiempo. Un altiplano presidido por el santuario de Santa Orosia, un icono referente en la redolada, en una muy amplia redolada, llegando su influencia incluso hasta la Galliguera. Son decenas, si no cientos, las cruces que se reúnen para dar culto a la santa y a sus atribuciones para mediar ante las catástrofes naturales y la liberación de los demonios, según creencia popular. Tanta es la devoción que algunas de esas cruces, hoy en día pertenecen a pueblos ya deshabitados, pero que cuentan con algún romero para conservar la tradición.








            Aprovechamos para echar un bocado y acercarnos hasta el santuario, con su generosa fuente que desparrama sus aguas para vivificar ese barranco de Santa Orosia, protagonista hidrológico de la ruta. Como media hora de pista, disfrutando del momento y del lugar y nos topamos con el desvío a Sorna, que lo tomamos para visitar el mirador, que nos da vista a la fachada de enfrente, donde se encuentra la faja que hemos recorrido, con sus ermitas. Volvemos al sendero y en diez minutos lo recorremos hasta cerrar la circular en el de la mañana, que lo tomamos de vuelta ya hasta Yebra.





            Una extraordinaria ruta, que no deja de serlo por más veces que la recorramos, y en la que hemos invertido hoy 5 horas y 10 minutos, recorriendo 13,4 km y salvando un desnivel acumulado total de en torno a los 735 m D+/-.


Bibliografía:

Guía de Sobrepuerto. Varios autores. O Zoque, Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto (2014)

Web:

Sabiñánigo 

Catholic 

Senderos FAM 

Piedras Sagradas  

RAE 

Geamap  

Hijo de la Tierra 





Las fotos con comentarios y el track.





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