sábado, 10 de abril de 2021

Jasa - Hecho, por el GR 15

 


IXOS MONS
Jasa - Hecho
Viernes, 9 de abril de 2021

            El 26 de junio de 2012, el entonces Departamento de Economía y Empleo, con Francisco Bono al frente, y el de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, de Modesto Lobón, del Gobierno de Aragón, presidido a la sazón por Luisa Fernanda Rudi, publicaban con el número 159/2012, el Decreto de Senderos Turísticos de Aragón. En él se regulan los senderos de Aragón que revisten la condición de recursos turísticos, con el que se sentaban las bases para lo que ha ido siendo un largo camino por recorrer. Al año siguiente, en Orden del 4 de noviembre de 2013, se publicaba el Manual de Senderos Turísticos de Aragón, con la finalidad de alcanzar un estándar de calidad y seguridad en los senderos turísticos de Aragón como infraestructuras de ocio y deporte, que consolide a nuestra Comunidad como referente en la práctica del senderismo, según reza en su artículo 2.



            En primera instancia, se eligió un sendero GR por cada provincia para comenzar su migración con la revisión, acondicionamiento y señalización derivadas del susodicho manual. Por Teruel fue el GR 8 (Sendero del Maestrazgo), por Zaragoza el GR 90 (Sendero Ibérico Zaragozano), y por Huesca el GR 15 (Sendero Prepirenaico). A partir de ello se ha ido extendiendo la red a golpe de presupuesto anual. El GR 15, que es el que nos ocupa, cruza las montañas del territorio altoaragonés por debajo de su hermano mayor, el GR 11, y lo hace por lugares menos espectaculares, más humildes, pero no por ello carentes de interés, porque discurre descubriendo rincones con encanto, por itinerarios muy poco concurridos, y por caminos de viejo, que eran las únicas vías de comunicación antaño entre los pueblos, con tramos empedrados, flanqueados por esos muros de piedra seca tapizados de musgo que evocan otros tiempos.



            Hoy recorremos uno de esos tramos, en concreto desde Jasa hasta Hecho (Echo en aragonés), una ruta que pasa por Aragüés del Puerto, y Urdués, y lo hacemos en una mañana de esas con un tiempo indeciso pero que te invita a irte con él a donde vaya. Y así ha sido, un ligero goteo de arranque y llegando a destino, con un apoteósico final ya a cobijo. Pero entre tanto nos ha dejado hacer. ¿Hacer qué?, lo que se hace en estos casos, que es recorrer los caminos, apreciando el entorno que va despertando a la indomable fuerza que cada año trae la estación, y que se refleja en el renovado ímpetu que empuja a la naturaleza a ofrecer todo su esplendor en esa generosidad que la caracteriza.



             Al filo de las nueve de la mañana, salimos de Jasa, esa pequeña población típica montañesa, para dirigirnos a Aragüés del Puerto, la otra que habita en el valle, por entre campos y sus tapiales. La imagen que nos ofrece el Bisaurín, todavía sin ser invadido por el temporal que se avecina, va a ser la mejor de la mañana, un poco tétrica, pero espectacular. En diez minutos se llega a cruzar el río Osia, que en 16 km cruza todo el valle, desde que nace en Lizara, hasta que desagua las esencias de la alta montaña en el Aragón Subordán. Pasamos al término municipal de Aragüés del Puerto. Otro poco más y alcanzamos la carretera, que cruzamos con máxima atención. Bordeamos el pueblo por su izquierda, hasta que se deja penetrar para darnos salida ya para tomar el camino.



            En veinte minutos de ascenso, en los que se van intercalando tramos empedrados, el camino se interna por bosque de pinos, con abundante presencia de grandes cajicos, llegamos al Cuello Chilica que, con sus 1175 metros es el punto más alto de la ruta de hoy, y que además es la güega entre Aragüés del Puerto y el Valle de Hecho, a cuya capital nos dirigimos. De bajada, y ya por el barranco de Bagüés, el sendero nos deposita en media hora en una pista que pronto converge con un tendido de luz. Al cuarto de hora sale un sendero a mano derecha, que tomamos para llegar en pocos pasos a un paraje especial, o al menos eso pensarían los que fundaran el antiguo poblado medieval de Catareita, a los pies del barranco homónimo, hoy Catarecha. Se desconoce la fecha exacta de la despoblación, con el consiguiente traslado de sus gentes a Urdués, pero sí se sabe que el propietario era Pedro Cornel, que lo vendió al rey Jaime II de Aragón en el siglo XIII, no apareciendo ya en el censo de 1495. De todo ello solo queda la ermita, cuya última reconstrucción data de 1659, y según las crónicas aportaba una cruz a la romería del santuario de Santa Orosia.




            Dejamos este magnético lugar pasando junto al barranco y a una gran explanada a modo de merendero con seguro más actividad en otros tiempos. Entramos en el llamado Camino del Puerto que, tras superar un alto, nos lleva hasta el mismísimo Urdués, bajo la sierra de Maíto, una muy tranquila población de escasos 60 habitantes, pero que llegó a tener en torno a 400, y de la que ya se tiene constancia en el siglo IX. La atraviesa el barranco de Romaceite, al que se le une el de Fayanás. Ambos tenemos que cruzar para salir del núcleo rural y sus típicas construcciones, por rampa cementada que enseguida nos mete a un sendero, dejando unas naves ganaderas abajo, a la izquierda. Se van alternando tramos de pista y de sendero. Se alcanza un alto, el último de hoy, el de San Lorenzo según los mapas, para bajar ya decididamente hacia Hecho, llegando al fondo del barranco de San Juan, con unas vistosas tuberías que no aportan visualmente.











            En diez minutos más entramos en Hecho, y lo hacemos por otra ermita, la de la Virgen de Escaués, patrona de la localidad. Solo nos queda cruzar el puente sobre el río Aragón Subordán, y recorrer la población, bajo la impaciencia ya de los primeros compases de lluvia, hasta llegar al vehículo, habiendo recorrido unos 12 km, en 3h 40’, y con un desnivel acumulado de 535 m D+ / 645 m D-






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