domingo, 13 de enero de 2019

Mirador de Sierra Plana, y el crujir del Portet

IXOS MONS
Sierra Plana (1835 m)
Ibón del Portet (1976 m)
Domingo, 13 de enero de 2019



            Una fría y gris mañana de enero echada por los montes del Valle de Tena, concretamente por los de Lanuza, ese pueblo que llegó a estar deshabitado a causa del embalse de las aguas de uno de los ríos pirenaicos… qué extraño… de qué me suena eso… Sí, un embalse de esos que pagamos entre todos, o sea, público, cuya explotación es privada, y que sirve para tener luz en casa y pagarla al precio que marca el privado sin que el regulador público haga muy bien su trabajo… En fin, tengamos la fiesta en paz y mirémoslo por el lado bueno, y es que gracias al tesón de sus antiguos pobladores, y al de un festival de músicas alternativas, se ha ido levantando, dando verdadero gozo verlo ahora, con sus chamineras humeantes de nuevo.

Exiguo embalse de Lanuza, a los pies del pueblo que le da nombre

Fría mañana
            Una fría y gris mañana de enero, decíamos, con el amigo Toño nos echamos al monte, y lo hacemos para cubrir una circular por encima de Lanuza, en cuyos alrededores dejamos el rodante, para tomar el PR-HU 195, un sendero que, a menos de 100 metros carretera abajo, sale del PR-HU 92, en su tramo Sallent-Panticosa, y que de arrancada es de mucho cuidao… como dirían por aquí “o burro biello non fizo”. Unas escalinatas de madera sujetan el terreno, de lo pendiente que está. “Las Cuastas”, lo llaman a este primer tramo, está dicho todo. Más adelante se apacigua un poco, pero tras vadear el barranco de Rutaviesas, medio helado, vuelve a empinarse para superar un gran peñascal que dejamos a nuestra izquierda. 

Arranque del sendero
Un tramo del sendero
            En tres cuartos de hora salimos del bosque a una zona de tasca, muy codiciada por los jabalíes,  a juzgar por el rastro que dejan. Ya se va viendo nuestro primer objetivo a nuestra izquierda, la peña Rigualda, coronada por una gran antena. Pero entre ella y nuestra posición media un gran circo que forma ese barranco de Rutaviesas. La tentación es acortar, perder un poco de altura y subir directos hacia la antena, pero optamos por seguir el PR que, en principio nos aleja un poco, pero con el suelo helado a tramos pensamos que es la mejor opción.
 
Sierra de la Partacua al fondo
Barrancos helados
            Poco más de media hora nos cuesta llegar a los 1860 metros de la explanada de Sierra  Plana, sobre la peña Rigualda. Ciento cincuenta metros dirección al valle, se recorren para situarse por encima del mirador, al que no merece la pena bajar porque no va a mejorar las vistas. Y ¿qué vistas?, pues las de un valle triste con unas montañas tristes, en una mañana triste, que claman a gritos la nieve que no llega. Raca en la divisoria, que va invadiendo los montes de Formigal ante la impasible Foratata. El Pazino mirando para otro lado. Y la Partacua y Tendeñera preparándose para hacer de barrera por si llega. Una mañana en blanco y negro a la que hay que buscarle aliciente, alegría, entusiasmo, como los que nos han traído hasta aquí.

Mirador de Sierra Plana... y lo que él ve.

Camino al ibón
            Hasta aquí llega una pista, que no es aconsejable tomar para subir, o descender, porque da muchísima vuelta. El regreso, pues, lo hacemos continuando la circular por ese PR-HU 195 que nos va a bajar por el barranco del Portet. Pero antes tomamos la pista, ahora sí, porque no termina en la antena, sino que lo hace en el pequeño ibón del mismo nombre, de modo que nos acercamos, que cerca está. Sí, bajo los paredones del cordal de Cerrez, Fenías y Garmo del Pico, que esconden el mundo Argualas-Algas-Garmonegro, se abre camino este barranco, que muy por debajo de los dos mil metros, se deja represar sus aguas.

Pequeño ibón represado del Portet

Otra imagen de la pequeña pero impactante cuenca
            A pesar del frío reinante, no es el suficiente como para mantener la capa de hielo que flota en la superficie, lo que hace que asistamos a un fenómeno que asombra. Son los crujidos del alma del ibón, que impactan la nuestra, y que ponen de manifiesto una vez más los poderes de la naturaleza y la adaptación de los seres vivos al medio y a las circunstancias. Pequeña es la lámina, pero no cabe entera en el plano fotográfico, lo que nos obliga a subirnos a un cabezo, sorteando las manchas de nieve y hielo, para sacarlo entero. Con casi dos mil metros, es nuestra cumbre de hoy, y de la que, como de todas, no nos bajaríamos.

Las aguas llegan al ibón bajo una espesa capa de hielo

Antigua cabaña de pastores
            Pero hay que hacerlo. Para retomar el PR habría que volver sobre nuestros pasos hasta la antena, por lo que optamos por bajar a la brava por el ancho barranco hasta llegar hasta él, y ya sin dejarlo seguirlo hasta el final. De cara al valle, y con unas vistas espectaculares, vamos bajando. Se pasa por un amplio collado con una caseta, peña Plana según los mapas, y continuando, llegamos hasta la carretera de Sallent a Lanuza, donde nuestro PR-HU 195 se rinde al PR-HU 92, que ya por asfalto en menos de un kilómetro nos deja en el vehículo.

Bajando, con la cuenca de Lanuza a la vista

            Una buena forma de echar la mañana a la espera de la gran nevada que, de momento, se resiste. Por nuestra parte, bien empleada ha estado. Han sido 3h 45’ de tiempo total, del que 3 horas han sido en movimiento, para recorrer 8,7 km, y salvar un desnivel acumulado cercano a los 800 metros D+/-.


Más fotos, y el track.

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