domingo, 1 de julio de 2018

Chimenea del Estrato de Bernera, otra mirada sobre Lizara

ESCALADA
Chimenea del Estrato de Bernera (PD+)
Sábado, 23 de junio de 2018



            Una actividad diferente toca hoy. Nuestros habituales caminos horizontales se tornan verticales… bueno, aunque no del todo, pero con los mismos elementos de seguridad como si lo fueran. Partiendo del refugio de Lizara, hoy nos acercamos hacia el macizo de Bernera para alcanzar uno de los murallones que lo sostienen y transitar por una chimenea, la del Estrato la llaman, y es que es por eso, porque la vía está equipada por esa debilidad de materiales más blandos intercalados entre los más duros. Así es que, hoy, con Julio, Carlos, María y Merche, vamos a la Chimenea del Estrato de Bernera, una sencilla vía de unos 220 metros de longitud, por roca caliza de pura adherencia, muy adecuada para iniciarse en escalada de largos en alta montaña, según indica su equipador Julio Benedé, quien la cataloga de PD sup.

El equipo, antes de salir de Lizara

Croquis de la vía,
equipada por Julio Benedé
            Bueno, hechas las presentaciones, allá vamos. Poco más de las ocho de la mañana, refugio de Lizara. El tiempo, como si no hubiera roto un plato en su vida. El invierno y la primavera los ha aprovechado bien para descargar la conciencia, en forma de agua y nieve, de todo lo que nos negó en verano y otoño. Era consciente de que no se portó muy bien el año pasado, y lo ha querido compensar en lo que llevamos de éste, y parece que ya ha tenido bastante. Nosotros hace semanas que nos hubiéramos conformado ya, pero… él manda. Y lo que nos ha mandado esta jornada han sido unos cielos limpios y unas temperaturas suaves, aunque por la mañana, que a partir del mediodía, la cosa comenzaba ya a cambiar. Pero bueno, nos dejó hacer.

Con ganas de monte, y bien pertrechados

La bien amada chorrota
            La chimenea es franca, se muestra ya desde el mismo refugio, algo que es bueno para ver en qué condiciones está, ya que es bastante usual que escurra agua, y más tras los episodios continuados de lluvias de los últimos meses. Aunque se ve un nevero en el comienzo, comprobamos que está seca, por lo que nos dirigimos a ella. Se toma el tramo común de GR 11 y GR 11.1 que se dirige al collado del Bozo, y que al cabo de algo más de una hora abandonamos antes de llegar a él. Y lo hacemos para tomar ya dirección hacia esa chimenea, que se nos muestra a cada paso que damos más y más enhiesta, más altiva, más en su sitio, pero que con humildad y con nuestro esfuerzo vamos a dejarnos hacer uno con ella.

A los pies de la vía

Julio, comenzando el ascenso
            Montamos dos cordadas. En la primera, Julio tira de Merche y de mí a continuación. Y detrás, Carlos y María. El comienzo de la vía se sitúa a más de 400 metros sobre la plana de Lizara, lo que le confiere ya una muy buena perspectiva hacia esa zona y los montes del Foratón hasta la Espelungueta. No así sobre Bisaurín ni sobre la Estiva, que nos la tapa la propia pared. Aunque en la reseña del equipador figura que no son necesarios los pies de gato, los hemos traído y los utilizamos. Se trata de una tapia bastante tumbada, con buena adherencia. Bueno, empieza el baile. Y lo hace con un IIº y dos IIIº hasta alcanzar la primera reunión. Es muy agradable y de subir sin dificultad. Seguidamente se van sucediendo los tramos y las reuniones hasta alcanzar la última, donde confluye con el término también de otra vía, algo más expuesta, que veníamos trayendo a nuestra izquierda, por en medio de una gran placa, que de IV+ tiene algo más dificultad que ésta, siendo común el primer largo. A ésta la llaman la de la Placa del Estrato.

Merche, asegurada y asegurando

María cierra la segunda cordada
            Al cabo de dos horas y cuarto, en un tramo en el que el inclinado estrato por cuyo seno hemos ido subiendo, como cansado, se tumba, alcanzando el final de la vía. Un pasamanos de cuerda guía el también final de la de la Placa hasta aquí, donde nos encontramos un tinglado para rapelar, hayas subido por cualquiera de las dos. Nosotros, al ir cinco y ser de no menos de cinco o seis largos, pensamos que le íbamos a meter mucho tiempo y optamos por abandonar la vía por un itinerario marcado con flechas rojas y algún hito, y que conduce por ladera inclinada hacia un punto en el que ya se da vista al valle de Aísa, restando solo el bajar al sendero del nuevo trazado del GR 11 muy cercano al collado del Bozo.

Momento de la escalada, con el mundo Foratón al fondo

Por las cornisas del escape de la vía
            Todavía en el ascenso, y habiendo salido ya de la vía, incluso habiéndonos despojado ya de los pertrechos, habíamos tenido un percance,  que pudo tener peores consecuencias de las que tuvo, ya que una piedra de gran tamaño se desprendió arrastrándome en el primer momento, provocando un par de revolcones con resultado de abrasiones cutáneas en las extremidades y una fuerte contusión en el tobillo que, aunque con dificultades, no me impidió continuar hasta el collado, donde los compañeros me hicieron una cura de circunstancias y otros que estaban allí descansando me prestaron sus bastones para terminar de bajar hasta el refugio. Gracias a todos ellos.

En una de las reuniones. Imagen de Julio
            Y sin poder hacer ya la ferrata cercana al refugio, de esta forma terminaba esta jornada de montaña, de forma diferente y con algo que contar.

Imagen de Merche al final de la vía

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