miércoles, 14 de junio de 2017

Puerto de la Pez, un cuello entre gigantes

MONS CON NIEU
Puerto de la Pez (2460 m)
Viernes, 9 de junio de 2017



            Fin de semana de actividad mayenca por las queridas tierras sobrarbenses. Sábado y domingo, aunque hoy viernes, con Sara y Marisa hemos hecho una avanzadilla para recorrernos este bellísimo valle del Cinqueta de la Pez hasta su mismísimo circo, subiendo al puerto de la Pez para asomarnos a ese valle francés también del mismo nombre.

Arrancamos desde Virgen Blanca

Primeros compases por el bosque
            Sobrarbe es mucho Sobrarbe. Aunque cierto, sería mucho simplificar decir que se articula en torno a dos ejes, el del Ara y el del Cinca, estando Aínsa, la capital histórica, en su confluencia, y muy próxima Boltaña, la administrativa. El valle más amplio es el del Cinca, al que desembocan cantidad de ríos por uno y otro margen. Uno de ellos, es el Cinqueta, que conforma un valle, el de Chistau, con identidad propia. Un valle que ha sabido conservar unos valores etnográficos muy particulares, aunque están en peligro de extinción.


Contemplando las aguas bravas del Cinqueta de la Pez
Seductores senderos
            Este Cinqueta se puede decir que se forma en la Virgen Blanca, debajo de Biadós, y lo hace con aguas que vienen de la Señal de Añes Cruzes, en la cabecera de ese valle, y con las del Cinqueta de la Pez, que vamos hoy a recorrer. Así pues, algo pasadas las nueve de una mañana limpia, sana, y que anuncia calor, nos disponemos a descubrir las maravillas de este valle, cuya cabecera conecta con el francés de Louron, bajo dos gigantes, la Punta del Puerto (3019 m) a la derecha, y la Punta Es Guerreis (2964 m) a la izquierda, pertenecientes a las crestas de Bachimala y Culfreda respectivamente. De hecho, es aquí donde se dan la mano ambos macizos. Y es por aquí por donde se efectuaba el tráfico de personas y mercancías en tiempos pasados.

Barranco  de Culrueba

Cruce para el Puerto de la Madera
            Por la pista que hemos traído hasta aquí discurre el GR 11, señalizado ya como Sendero Turístico de Aragón, en la etapa de Parzán a Biadós, o viceversa. Lo dejamos para iniciarnos en el PR-HU 114, por un sendero que pronto va ganando altura entre el pinar para mirar por encima del hombro a un río que baja rebosante de alegría. Pronto sale a la pista, que en llegando al puente abandonamos para seguir abrazados al río por el margen derecho. Esa pista se dirige al refugio de Tabernés, que a la vuelta visitaremos. Encontramos también señales de Camino de Santiago, como queriendo poner en valor el paso también de peregrinos por estos puertos.

Vado y barranco de Bachimala

El Cinqueta de la Pez baja mayenco
            En tres cuartos de hora pasamos por el desvío al refugio, y al momento por uno de los barrancos tributarios del río, el de Culrueba, por un puente de madera dominado por una cabaña pastoril. En otro cuarto de hora se alcanza el llamado Vado de Bachimala, donde vierte otro de esos barrancos que engrosan el Cinqueta de la Pez, el de la Madera. Enfrente, el de Bachimala, que se despeña con prisas por su vertical barranco. Cruzamos el principal y nos dirigimos ya a superar el primer gran resalte de la jornada para ir acompañando al río que se desparrama por unas gradas de gran belleza.

Las compañeras de viaje

Barranco del Ibón
            Seguimos por el sendero, y tras ese pequeño congosto se vuelve a abrir el valle en una plataforma, la del Plan de Baliner, en la que siguen confluyendo grandes barrancos, el de Culfreda a la izquierda y el del Ibón a la derecha, que tenemos que cruzar y que nos obliga a descalzarnos porque se siente más fuerte que nosotros. Enseguida, el sendero nos hace pasar también el principal, con apuros. Los recovecos del valle aseguraban que no nos mostrara todas sus cartas, pero ha llegado el momento en el que ya no ha podido mantenerse en su ocultismo. El circo se nos aparece con toda su belleza, con toda su crudeza, con toda su realidad. Frente a frente, el ser humano vs la montaña.

A punto de ofrecernos lo mejor

Comenzando los neveros
            Los cuatrocientos metros de desnivel y llegarnos al fondo del circo, es lo que resta para nuestro objetivo, pero este fondo de valle conserva todavía grandes neveros que tenemos que atravesar, y dos de ellos con suficiente inclinación como para pensar si los pasamos. Nos acercamos a ellos y comprobamos que el estado de la nieve lo permite. Con mucho cuidado vamos trazando huella clavando los cantos de las botas, y con paciencia y sin perder la atención conseguimos cruzar. El último nos lleva hasta un resalte de roca que hay que flanquear por una canal en diagonal, que ya por senda, en un cuarto de hora alcanzamos el puerto.

Progresando tras superar el resalte rocoso

Vallée de la Pez
            Las vistas hacia el valle vecino son espectaculares. Mucho más pendiente que nuestra vertiente no impedía el habitual trasiego de personas y mercancías en los tiempos de necesidad. Como decíamos, aquí confluyen las espectaculares crestas de las estribaciones de los macizos de Bachimala al SE y Culfreda al NW. Ambos se dan la mano y se agachan al mismo tiempo para permitir este paso. Un paso señalizado con el cartel del Puerto de la Pez (2460 m), el direccional a Chistau del PR-HU 114 y la Concha de Camino de Santiago. Un lugar éste que invita a ser acompañado durante largo tiempo, al fin y al cabo es nuestra cima de hoy y habría que degustarla, saborearla, disfrutarla, pero intuimos que no tenemos ese tiempo, las nubes de evolución se están formando a pasos agigantados y amenazan con algo más que formarse. Así que… con las mismas, para abajo, a desandar lo andado.

Estribaciones del Bachimala

Volviendo por los neveros
            Bajamos con cuidado hasta el resalte de roca, pues andamos por unas fajas con mucho patio. Una vez superado, nos quedan los neveros, que cuentan ya con nuestras huellas de subida. El nacimiento de este Cinqueta de la Pez, no lo hace a la vista, que se esconde bajo el  manto nivoso, y que aprovechamos para cruzarlo, evitando así hacerlo más abajo, cuando ya ha cogido fuerza. Bajamos pues por el otro margen hasta el barranco del Ibón, en el que también hay un puente de nieve, que intentamos pasar, pero finalmente desistimos en evitación de males mayores. De nuevo hay que descalzarse para cruzarlo, tras de lo cual, ya con calma aprovechamos para echar un bocado.

Echando un bocado tras pasar el barranco del Ibón

Junto a la cabaña de Culrueba
            Bajamos al Vado de Bachimala, dejamos atrás el desvío al Puerto de la Madera y seguimos desandando lo andado. Barranco de Culrueba, y desvío al refugio de Tabernés, que tomamos, bajando hasta el cauce del río, que pasamos por una palanca de cemento, llegándonos al poco hasta esa explanada que alberga el refugio. Desde aquí, ya por pista hasta el puente de esta mañana, que no hemos cruzado, para dejarla seguidamente y tomar el camino que finalmente nos deja en el punto de partida, concluyendo así una extraordinaria jornada de montaña, por unos lugares desconocidos para nosotros y que nos han invitado a volver.

Refugio de Tabernés

            Una jornada, decimos, de diez, en la que hemos recorrido de cabo a rabo este precioso y recóndito valle del Cinqueta de la Pez, con 17,1 km, en 7h 10’ de tiempo total, del que 5h 25’ han sido en movimiento, con un desnivel acumulado +/- de 1325 metros.







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