lunes, 2 de enero de 2017

Cuculo y San Salvador, atalayas del Monte Pano hacia Poniente

IXOS MONS
Cuculo (1.549 m)
San Salvador (1.547 m)
Domingo, 1 de enero de 2017




“...la boca de un mundo de peñascos espirituales revestidos de un bosque de leyenda, en el que los monjes benedictinos, medio ermitaños, medio guerreros, verían pasar el invierno, mientras pisoteaban la nieve jabalíes de carne y hueso, salidos de los bosques, osos, lobos y otros animales salvajes”. Bellas palabras de Miguel de Unamuno, referidas al entorno de San Juan de la Peña, con las que comenzamos el año.

Arrancamos por el barranco de la Carbonera
Peña Cagallón
            Hay quien dice que los comienzos son muy importantes, porque es una forma de grabar unos clichés que luego van a adquirir tendencia. Es por eso de su importancia, como la de crear buenos hábitos, todo lo que suceda en la serie se inclinará a tomar la dirección de lo que ha ocurrido con anterioridad. Cómo vamos a dejar, pues, plantado al monte en un día tan señalado como es éste de primeros de año. De modo que… allá que nos vamos, y no contentos con un monte, hoy dos, el Cuculo y San Salvador.

Cubilar d'O Cuello

Curiosas formas de secos troncos, a nuestro paso
            La solana de Monte Pano de precipita en el vacío sobre unos montes callados, sin apenas presión demográfica lo que hace que crezcan en completa libertad. También por poniente, aunque por allí bajan a beber al pie del macizo más pausadamente. El punto más occidental se llama Punta Atalaya, pero en el más alto es donde se halla la ermita de San Salvador, sin ningún valor arquitectónico, pero muy cuidada, y un vértice geodésico. Y como una prominencia de este gran macizo de conglomerados hacia el norte, como si un monte se desdoblara del original para asomarse a la Canal de Berdún, tenemos el Cuculo. Justo es pasar por los dos, aprovechando de ese modo la mañana.

Berdún estira el cuello para ver el sol

Entre erizones
            Así pues, ocho somos los integrantes de la incursión de hoy a esta mítica montaña, en una mañana que se promete buena, pero que de momento, después de haber visto los -9º viniendo, finalmente arrancamos con -7º. Dejamos los vehículos junto al aljibe del comienzo del barranco de Carbonera, para ir metiéndonos por él, serpenteando como él, disfrutando como él. Las rampas son pendientes y la altura se coge rápido. Pronto la destacada Peña Cagallón se va fundiendo visualmente con su madre, de donde salió en algún momento de la orogénesis de estos magníficos conglomerados.

La Balancha y Oroel. Al fondo, las Treserols y más hermanas y primas

Canal de Berdún
            Los zigzag por este callado bosque son incesantes. En algo más de media hora nos presentamos en un claro, al que llaman el cubilar d’O Cuello, muy próximo ya al collado de las Eretas, donde tomamos rumbo norte para ir aproximándonos hasta esa atalaya que es el Cuculo, a la que llegamos casi babeando de las panorámicas que ofrece. A pesar de haber subido por aquí en numerosas ocasiones, siempre es como si fuera la primera vez. La extraordinaria luz de la radiante mañana pone en contacto nuestra mirada con toda la arquitectura pirenaica que abarca nuestra visión. Pasamos lista, y ahí están todos, desde el Ezcaurre, muga con Navarra, hasta las Tres Marías… y más allá. Cuatro fotos y p’abajo.

Subiendo por la senda del maquis

Lápida de Paco Subías
             Volvemos al collado y emprendemos la subida por la llamada senda del maquis, de la que desviándonos un poco, en una orilla de un cortafuegos, encontramos la lápida conmemorativa del que se dice fue uno de ellos, con la inscripción Paco SUBÍAS (1921 – 1944), del que poco sabemos. Continuamos hasta llegar a San Salvador, donde se nos abre la vista sur, con unas espesas nieblas en los fondos de valle. Se adivina la Galliguera. Se adivina el valle del Ebro. Se ve, sin necesidad de adivinar, el Moncayo al otro lado de ese ancho cinturón del gran río. Visita a la ermita, fotos, bocado, trago, y vuelta, para tomar el sendero de la cornisa, que nos lleva hasta el repetidor de telefónica y un poco más.

En San Salvador

Acantilados de San Salvador
            Se sale a la pista asfaltada que viene de San Indalecio, y en poco se toma un desvío a la izquierda donde nos encontramos un refugio forestal, por cuyo costado nos metemos por entre el bosque para llegar a una nave ganadera, desde la que ya se da vista a la cuenca de Santa Cruz de la Serós. Por entre erizones alcanzamos la entrada a otra senda que baja en diagonal, en recta diagonal hasta la carretera. Se trata de una antigua tiradera de madera, de ahí su trazado. La llegada al arranque se hace transitando por asfalto como kilómetro y medio.

Santa Cruz de la Serós
            Una mañana magnífica, pasada entre amigos, por un terreno ya muy conocido, pero que siempre te descubre algo nuevo. Han sido 11,4 km, en los que le hemos metido 4h 15’ de tiempo total, del que 3h 15’ han sido en movimiento, en una circular con 815 metros de desnivel acumulado D+.
  




El track, en:  https://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15975808

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