viernes, 17 de junio de 2016

Tres Mojones y Ermita, en la Sierra de la Virgen

IXOS MONS
Tres Mojones (1.421 m)
Ermita (1.418 m)
Miércoles, 15 de junio de 2016



            Villarroya de la Sierra, cuyo nombre no es preciso explicar, tiene un pasado medieval convulso, que a partir de 1120, con la reconquista de la zona, comenzó a ser tierra cristiana. Muy próxima a la muga con Soria, sólo la reunificación de Aragón con Castilla por los Reyes Católicos le trajo algo de estabilidad y desarrollo, estando hoy en día en franco declive demográfico, con lo que sus moradores no están muy conformes, aferrándose a su pasado y a su destino en la tierra que les ha visto nacer. Esta villa ha sabido vivir a orillas del Ribota, entre las sierras de Armantes y de la Virgen, que vierte a aquél y al Aranda. Una sierra que forma parte del Sistema Ibérico Zaragozano, y que la cobija de los cierzos más airados. Una sierra que ha visto pasar el tráfico de la época a través de la histórica Vía Romana Saguntum – Bilbilis, que unía el Mediterráneo con tierras aragonesas, y posterior enlace al Cantábrico y a Francia, y por la que se trazó la N-234 que nos ha traído hasta aquí. Una sierra a la que hoy, con José Antonio, visitamos para auparnos a las máximas alturas de ella en esta comarca de la Comunidad de Calatayud.


Cuidados viñedos
            La idea es hacer la segunda y tercera cumbres de la sierra, que son el Tres Mojones y el Ermita, con apenas tres metros de diferencia. Partimos, pues, de Villarroya, de donde sale el PR-Z 96, que con 14 kilómetros lleva al caminante hasta la misma cumbre de este segundo monte, que alberga, además del complejo del santuario varias instalaciones de antenas de comunicaciones. Un PR que circula por la pista, que hasta la mitad está asfaltada. Esa primera parte discurre entre cultivos de almendros, cerezos y vides, y nos lleva al comienzo del monte Salcedo, donde el terreno comienza ya a empinarse y a cubrirse de pinos. En uno de esos claros del bosque, y a punto de dejar el asfalto, dejamos el rodante, para seguir por la pista de tierra, con nuestro llamativo objetivo a la vista.

Tomando el GR 90.2
            Tras una amplia lazada a la izquierda, y como a kilómetro y medio recorrido, encontramos a mano izquierda un viejo letrero que nos indica la toma de un atajo, una tentación difícil de resistir. Lo tomamos, y por un incipiente sendero vamos ganando altura, hasta que se pierde, pero al tener las antenas a la vista, no hay ningún problema de pérdida. A lo que llegamos a los primeros riscos, que para salvarlos ya estábamos buscando visualmente la canal más adecuada, volvemos a encontrar esa traza de sendero, que no dudamos en seguir, pero que nos lleva faldeando en dirección este, hasta dar con la pista una vez superado el collado de la Cruz de Piedra, donde nos incorporamos al GR 90.2 en el tránsito entre Aranda de Moncayo y Viver de la Sierra, justo antes de la última curva para llegar ya arriba.


Llegando al santuario
            La llegada a la planicie cimera es sorprendente, porque te abre unas espectaculares vistas sobre el Aranda en primer plano, con su vega y su embalse Maidevera, y el Moncayo y sus dominios después. No menos espectacular es el recinto que tenemos en la cumbre. Ese complejo que alberga al santuario de la Virgen de la Sierra, en cuyos legendarios orígenes no ha faltado ni el pastor ni la aparición, cuenta con la iglesia y un buen número de edificios anejos, que desvelan un pasado lleno de actividad. Se dice que hasta sanatorio para enfermedades de pulmón llegó a ser, al margen, claro está, de hospital de peregrinos. La romería desde Villarroya es el sábado de Pentecostés, y desde Calatayud el último domingo de agosto. Pero en lo alto del monte tenemos además varias antenas de telecomunicaciones, nada integradas en el entorno.


Tres Mojones y la Grajera
            Nos encaramamos al vértice geodésico, aupado a una zapata de varios metros de altura, desde donde damos un vistazo rápido a todo ello, y tras un bocado rápido, bajamos al collado por la pista, con la intención de ir al monte de al lado, al Tres Mojones, no sin antes subir a otro que tenemos antes, la loma de la Grajera, al que nos aupamos en cuatro patadas. Y desde él, al segundo objetivo real, que con un gran mojón, su nombre hace mención a tres, y es porque confluyen los términos municipales de Villarroya de la Sierra, Aniñón, y el de Jarque, en la comarca ya del Aranda.   

        
De vuelta
             Volvemos de nuevo al collado, y nos incorporamos al PR-Z 96, cuyas señales amarillas nos acompañan por la pista ya hasta el vehículo, contabilizando una distancia de 13,6 km, con 4h 30’ de tiempo total, del que 3h 20’ han sido en movimiento, con casi 700 metros de D+ y correspondiente descenso. Si hubiéramos hecho el recorrido íntegramente andando, nos hubieran salido 30,9 km, con 1.100 metros de D+. Un lugar emblemático, sin duda, de un bello rincón de la comarca de la Comunidad de Calatayud, recorrido en buena compañía.

  


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