martes, 23 de septiembre de 2014

Cilindro de Marboré... hasta el granizo

AQUERAS MONTAÑAS
El Cilindro de Marboré (3.328 m)
Domingo, 21 de septiembre de 2014



            En nuestro trato con la montaña no nos gusta hablar de enfrentamiento ni de competencia, sino de colaboración. Si pensamos en la montaña como algo a lo que enfrentarnos, como algo a lo que vencer, sí, probablemente lo hagamos, pero si no reparamos en que eso ocurre si ella quiere, estaremos perdiendo una oportunidad de mostrar nuestra humildad ante ella y sus poderes. Grandes poderes. En ocasiones, mortales poderes. Con la misma humildad que sentimos su indispensable colaboración, para ponerla bajo nuestros pies en la mayoría de ocasiones, tenemos que tomar la decisión de saber renunciar cuando no está por la labor. Cuando elije la complicidad del mal tiempo en lugar de la nuestra, hay que saber abandonar y no forzar ninguna situación. Nadie vence cuando se consigue, y nadie vence cuando no. Tampoco nadie sale derrotado, de ahí la importancia de ese momento, de ese preciso momento, de ese punto de inflexión en el que ves que la cosa se pone fea y no se consigue arrancarle una sonrisa a esa montaña, sonrisa cómplice, sonrisa imprescindible para auparnos a ella.

El día no engaña
            Cuando la montaña dice no. De todos modos, si bien es cierto que no hemos llegado hasta la cúspide de la bóveda catedralicia, sí lo hemos hecho hasta el arranque de esa cúpula. No hemos llegado hasta la cabeza, pero sí hasta el hombro. Con Sara, Ástrid, Javier, José Antonio, Milagros, Marisa, y la ayuda técnica de Ignacio, en una nueva salida de la Sección de Montaña del CP Mayencos, hemos llegado hasta ese hombro, incluso hasta superar esa primera dificultad que es la chimenea, donde un empeoramiento drástico de tiempo, nos hace tomar la decisión de no continuar y de comenzar ya el descenso.

En los primeros compases
          Esa es la conclusión. A continuación los detalles. Ante la imposibilidad de pernoctar en Góriz, nos presentamos en Nerín a las siete de la mañana, con el consiguiente madrugón. Horacio tiene el bus estropeado, y hace los viajes con un microbús, en el que todos no cabemos, de modo que tenemos que esperar a que baje a por nosotros. Nos dan las ocho de la mañana salvando sobre ruedas los 900 metros de desnivel hasta ese lugar próximo a los miradores donde nos deja. La cosa pinta mal. Una enorme masa de negros nubarrones tiene abducidas a las Tres Sorores extendiéndose por el mundo Marboré, dejando libre la Punta de las Olas y el cordal este del collado de Añisclo, la Suca y las tres Zucas, no dejando pasar el sol, que intentarlo lo intenta, viendo sus reflejos allá por donde se va cuando se ve empujado por la noche. Es una estampa muy poco habitual, la de ver su luz que se abre paso por encima de las nubes y alumbra el oeste a través de unos claros que son nuestra esperanza de hoy.

Pico de las Escaleras
y Torre de Góriz
            Nuestro caminar por el mismo contorno del parque nos permite una mirada de altura, mirada serena, por ese fondo de valle, por ese nacimiento del Arazas a partir de la Cola de Caballo que quieta en su lugar va dando apresurado paso a esas aguas que habiéndose generado a partir de nubarrones como los que nos amparan, bien huyen hoy de estos. Al contrario que nosotros, que vamos a por ellos. Veremos.

Progresando entre fajas
            Nos dirigimos al mundo Arrablo, porque así se llama también la Punta Custodia, cuyas faldas nos dan paso para posicionarnos ya frente a ese collado de Arrablo, o Superior de Góriz, debajo de la Torre de Góriz, o también Morrón de Arrablo. Hora y media hasta aquí. Y del mundo Arrablo, al mundo Góriz, para acortar por encima del refugio, salvando ya un cierto desnivel y metiéndonos en el circo, esa enorme cubeta glacial que en la retirada de esos eternos hielos ha dejado al descubierto grandes extensiones habitadas por fantasmagóricas ciudades de piedra.

Momento cadenas
            Seguimos teniendo el marrón encima, y las pocas aberturas que nos ofrece el vaivén de las nubes nos esperanza, pero no deja de ser un espejismo, el temporal se va consolidando con el día. En veinte minutos nos presentamos ante un corto tramo de pared en el que hay que echar las manos. Pues se echan. Y en tres cuartos de hora más llegamos a una pequeña travesía horizontal, en la que una cadena nos ayuda a cruzarla. Seguimos. Más subida, más platós, hasta que llega el definitivo. Tras superar el último murallón nos encontramos ya en la cubeta donde vive el Lago Helado del Perdido, a casi tres mil metros, que hace de pivote entre las subidas al Perdido y al Cilindro de Marboré. Estamos en el mismísimo seno de las Tres Sorores, entre dos de ellas, quedando el Soum de Ramond, o Pico Añisclo, alineado por el este con el Perdido. Un pico éste último que goza de ver por debajo de sí a todos los demás, estando en el centro de un larguísimo cordal que va desde los Gabietos, que se asoman a Bujaruelo/Gavarnie, hasta las Tres Zucas o Tres Marías, que lo hacen a Pineta y a las faldas que rinden a San Vicenda.

Al mal tiempo buena cara
            Mediodía de reloj. Una oportuna ventana se abre para dejarnos ver esa desafiante pedrera que es la subida hasta el collado que forma el macizo principal del Cilindro, con su Pitón SW (3.194 m), y lo sigue haciendo durante toda su penosa subida, permitiéndonos unas vistas excepcionales sobre Monte Perdido (3.355 m) y el Lago Helado a sus pies. Estamos en el collado, a 3.180 metros, y la ventana sigue, dándonos vista también hacia el mundo Marboré, que por momentos también se muestra aliviado en su respiración. Mientras nos vamos colocando arnés y casco, Ignacio monta el tinglado para superar la chimenea de la derecha (II+), por la que nos disponemos a ir subiendo de dos en dos.




Preparándonos para la faena
            El  tiempo no está bueno, pero se quiere hacer peor, y sin terminar de subir todos, nos muestra su cara menos amable. Repentinamente se cierra de nuevo y los negros nubarrones, que no pueden ya más del peso que llevan, comienzan a soltar unos finos granos de granizo que, acompañado por una brusca bajada de temperatura, desaconsejan seguir camino de la cima. Y aquí estamos, a escasos 120 metros de desnivel, y a media hora de conseguirla, teniendo que renunciar a ella, echando marcha atrás para bajar la chimenea y perder altura por la glera a grandes pasos entre la granizada y los pensamientos de cesión ante la intemperie. No viene mal no haberse quitado el casco.

Progresando por la chimenea
            Hora y media larga tras haber pasado por el Lago Helado, hétenos de nuevo aquí para pillarlo tangencialmente y seguir descendiendo tan deprisa como somos capaces, coincidiendo con algún otro grupo que también huye del marrón. De nuevo dando más vida a esa ciudad de piedra anclada en todo el itinerario hasta la salida del circo, que marca ese gran hito. Giro brusco a nuestra izquierda, y seguimos desandando lo andado en la mañana, dejando el refugio de Góriz a la derecha, junto a su barranco, pasando por debajo de la Punta Escaleras, Torre de Góriz, collado de Arrablo, Punta Custodia… una travesía en la que descarga sobre nosotros agua a jarros, que apenas nos deja disfrutar de nuestro dominio visual sobre ese fondo del Valle de Ordesa, y que algo antes de llegar hasta el punto de partida de esta jornada, nos da una tregua, que nos permite despedirnos de esos grandes macizos que se han quitado la boina para saludarnos.

De bajada
            A la espera de Horacio, echamos un bocado terminando de secarnos. Cinco y cuarto, aquí llega. Vuelta a recorrer en rodante esos 12 km que nos separan de Nerín y cada mochuelo a su olivo. Además de ellos, los que hemos andado nosotros, finalmente han sido 25,6 km, recorridos en 8h 45’, de las que 6h 15’ han sido en movimiento. Los 1.025 metros de desnivel máximo han dado como resultado 1.355 acumulados positivos, y los mismos de descenso. Una jornada con claroscuros, más oscuros que claros, sí, ciertamente, pero en la que hemos sabido disfrutar también de la montaña y de su otra cara, teniendo que mostrarnos satisfechos para que nos permita volver. Gracias a todos y a todo.



Las fotos, en:
El track, en:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7853729

4 comentarios:

  1. volvemos a revivir las risas, el buen rollo del pasado domingo , gracias a este blog, GRACIAS CHEMA!!!!, me lo he vuelto a pasar fenomenal, desde luego no se cómo no nos parecía que hiciera tan mal

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    1. Eso son las ganas que tenemos de sobreponernos a las situaciones. Se llama entusiasmo, y las gentes de las montañas lo tenemos a raudales... como tú. Gracias, Cacatúa.

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  2. ¡Tan cerca del objetivo! Sois unos valientes con las previsiones que hacían... No importa porque el cilindro seguirá ahi. A ver si la próxima vez que vayáis lo puedo hacer. Ánimo campeones.

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    1. Gracias Isidro. A ver si te recuperas y lo intentamos...

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