domingo, 23 de mayo de 2021

Ecosistemas pirenaicos, desde Ara con José Miguel Navarro

 


IXOS MONS
Ecosistemas Pirenaicos
Domingo, 23 de mayo de 2021

            No cabe duda de que la principal cualidad necesaria para el aprendizaje es la de tener una mente curiosa. Sin curiosidad no hay búsqueda, y sin búsqueda no hay hallazgo, y sin él y su puesta en práctica no hay evolución, solo estancamiento. El biólogo y filósofo británico Thomas Huxley nos dejó esta frase que resumía muy bien lo que estamos diciendo: Intenta aprender algo sobre todo y todo sobre algo… y por más que lo intentemos… pero bueno, por lo menos, eso, lo intentamos.




             



            La fundación 3piedras, con base en la localidad de Ara, es una iniciativa que busca promover la creación artística orientada a aportar soluciones a retos sociales contemporáneos. En particular, la necesaria reconexión entre seres humanos y naturaleza, así como la recuperación del mundo rural como marco de convivencia entre ambos.



            Es algo que leemos en la tarjeta de presentación de su web (3piedras.org), cuyas instalaciones hemos tenido el placer de conocer con motivo de la asistencia a una actividad de las programadas por el colectivo que, formado por un puñado de entusiastas e ilusionadas personas, encabezadas por Luis y Bea, y ante el reto que supone la despoblación rural, tratan de sensibilizar a las personas con respecto al entorno y su sostenibilidad, además de regenerar la vida rural, el emprendimiento rural y las relaciones comunitarias.




PIRINEOS MONTAÑAS VIVAS

            Organizado por Cristina, una de las colaboradoras de la asociación, bajo el título de “Ecosistemas Pirenaicos”, era José Miguel Navarro, el encargado de dirigir la actividad. Persona polifacética, experto en Naturaleza y Medio Ambiente, con grandes conocimientos antropológicos, etnográficos, botánicos, y de cualquier otra índole relacionada con nuestros queridos Pirineos, en calidad de Educador Ambiental, con su presentación “Pirineos. Montañas vivas”, hacía un recorrido por la geología, la botánica y la historia humana de nuestra cordillera. El resultado de condensar 65 millones de años en poco más de una hora encantaba a los asistentes, que cubríamos el aforo máximo permitido.


            En ella iba desgranando las distintas formaciones geológicas existentes en la cordillera, dependiendo de su datación. Así pues, simplificando mucho, podemos hablar de tres procesos orogénicos, en los que han quedado definidos el Pirineo Axial (o eje pirenaico), de composición granítica; las Sierras Interiores, fundamentalmente calizas; y las Sierras Exteriores, compuestas por los conglomerados, existente entre estas últimas la llamada Depresión Media. Todo ello resultante del choque entre dos placas tectónicas, la Ibérica y la Euroasiática, que en su colisión desplazaron el llamado mar de Tetis, emergiendo a la superficie el relieve que hoy contemplamos, y que va desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo, en unas dimensiones aproximadas de cerca de 500 km de largo, 150 km de ancho en su zona central, y 3404 metros en su máxima altura, que es el Aneto. Un relieve que, aunque al ojo humano sea estable, está sujeto a los avatares de la erosión, estando en permanente evolución, gracias a la acción de las aguas y los vientos, sus mayores constructores.


            

            A continuación, daba un somero repaso por la flora pirenaica, distribuida en los distintos pisos bioclimáticos, mostrando ejemplares de gran belleza y detallando algunos de los recursos que algunas especies tienen para su pervivencia, basada en la polinización. Terminaba el segmento botánico deteniéndose en la belleza de las orquídeas que, con más de 25.000 especies son las plantas más evolucionadas. Finalizaba haciendo una síntesis de la vida de nuestros antepasados prehistóricos que, con la retirada de las grandes masas glaciares de hace unos doce mil años, comenzaban a poblar nuestras montañas, dejándonos un rico legado entre el Neolítico y la Edad de Bronce, de dólmenes, menhires y crómlech. 






ECOSISTEMAS ETERNOS

            El propio José Miguel complementaba la actividad con el taller “Ecosistemas eternos”, que bajo la premisa de que la vegetación absorbe de noche lo que proporciona de día, consiguiendo su autoabastecimiento, trata de emular a menor escala lo que les ocurre a las plantas con relación a la atmósfera, y cuyo ensayo consiste en realizar dicha réplica con los elementos necesarios introduciéndolos en un compartimento estanco, como puede ser un frasco de cristal con tapa hermética. La fórmula sería: 6CO2 + 6H2O + Luz solar → C6H12O6 (glucosa) + 6O2.



            Primero se introduce una capa de grava volcánica mezclada con carbón, añadiendo encima otra de tierra y turba. Para mejorar la composición se coloca alguna pequeña piedra a modo de decoración, colocando ya dos o tres fragmentos de planta, dependiendo del tamaño del recipiente, preferentemente autóctona y que tenga vida todo el año, introduciendo con cuidado la parte de raíz en la tierra. Habiendo realizado este proceso, José Miguel, nos muestra su “pequeño cultivo envasado” y sin abrir desde hace tres años, ya que lo que las plantas exhalan de día lo absorben de noche.




            3piedras, una asociación que, en tres años ya de vida, en su proceso creativo, no cesa de proponer actividades para difundir los valores del territorio en esta localidad de Ara a los pies de la Peña Oroel. Sin duda un proyecto loable y que se quiere dar a conocer. 


En la web y en Instagram.


viernes, 21 de mayo de 2021

Ruta combinada de las Fuentes, en el entorno de Jasa

 


IXOS MONS
Ruta combinada de las Fuentes
Miércoles, 19 de mayo de 2021

            La tradición popular sitúa en Jasa a una mora que habitaba cerca del Bisaurín. Un señor de la zona quiso apresarla y la persiguió montando a caballo hasta llegar a Jasa, pero la mora era tan veloz y esquiva como el viento. Durante la persecución creyó tenerla a su alcance, ya que vio a la mora sentada en una piedra descansando. Pero al mismo tiempo que se acercaba empezaba a surgir agua de esa piedra. El agua salía continuamente, cubriendo las piernas de la mora, hasta que esta desapareció.



            Los Pirineos, lugar mágico por excelencia. Su geografía y su historia se presta a ello. Una geografía e historia que ha sido a lo largo de los siglos caldo de cultivo de fábulas y leyendas. Gentes curtidas, duras, como su clima, con una gran tradición de comunicación oral, que han necesitado construir esa aureola de mitos y leyendas, quizá para sobrevivir a esos largos inviernos de aislamiento, dando contenido a las beiladas en las cadieras en torno al fogaril. Hoy, ofrecemos la que envuelve a la fuente de la Zamputia, una de las ocho que visitamos en esta ruta, y que damos comienzo con ese PR-HU 151 “Senda de las Cuatro Fuentes”, que recorremos completo, y que empalmamos con un corto tramo del GR 15 "Senda Prepirenaica" y una buena parte del PR-HU 155 “Camino del Paco Jasa”, con otras cuatro. 




            Pues hechas las presentaciones, nos dirigimos a Jasa, una de las dos poblaciones del valle de Aragüés-Jasa.



PR-HU 151 “SENDA DE LAS CUATRO FUENTES”

            La carretera A-2605 parte de Jaca, recorre la Solana de Jaca y el valle de Aísa para comunicar con el valle de Aragüés-Jasa. Partimos de esta población para transitar por ella como unos trescientos metros en dirección a Aísa, cuando nos encontramos ya el desvío a mano izquierda, donde comienza esta ruta PR-HU 151, que nos va metiendo por el barranco de Hortalones, justo por encima de unas naves ganaderas. El sendero se incorpora a un camino más ancho, por el que circula el agua a placer en un corto tramo, motivado por las recientes lluvias. En cosa de media hora desde el inicio del PR nos encontramos ya con la primera de las cuatro fuentes, Fuen de Chil. Continuamos por sendero boscoso, en el que van apareciendo grandes ejemplares de cajicos. A otra media otra de la primera, Los Fondañazos es la segunda de las fuentes de la ruta. Como la anterior, está a la espera de actuación para aumentar su atractivo. 



            El tránsito por el bosque se hace muy cómodo. Diez minutos más y llegamos a la tercera, la Fuen de Calzinar, que seca ve con tristeza cómo corre el agua a sus pies, proveniente del cercano manantial, y que comparte camino con el visitante. Estamos en el punto de inflexión de la ruta, habiendo entrado en el barranco de Fuentemayor. Y en otros diez minutos se pasa por la última, la de Fuendemayor, la más curiosa y con mas caudal de todas. El camino discurre entre tapiales, anunciando ya la llegada a terreno más domesticado, de hecho, se pasa junto al Pajar del Sastre, una antigua borda recuperada para recreo. Y ya, en nada llegamos a la carretera A-2605, dando por finalizado el PR.





COMPLEMENTO DE LA RUTA POR GR 15 Y PR-HU 155

            Apenas 300 metros de carretera en dirección a Jasa, que transitaremos con sumo cuidado, y nos encontramos la indicación de “Fuente la Zamputia, Jasa por GR-15”, que tomamos para incorporarnos al GR bajo una explotación ganadera. Encontramos la fuente a los diez minutos desde la carretera, una fuente que, además de buenas aguas, ofrece la leyenda de la mora del lugar (entiéndase mora no con connotación racista, sino con la de hada o símbolo mágico, algo que ocurre en multitud de lugares en los Pirineos). Seguidamente, encontramos el área de recreo de la Tejería, también con su fuente. Junto a ella, la borda Sandiniés, según los mapas, con buena extensión para acampadas organizadas. 




            Dejamos el ancho camino para seguir por la izquierda, siguiendo las indicaciones del GR 15, hasta dar con otro poste con tablillas, donde abandonamos dicho GR para tomar el desvío de la izquierda, donde arranca el PR-HU 155, que tomamos para continuar con la segunda parte de nuestra ruta combinada de hoy. El sendero comienza cruzando el barranco Larrigo, para ir subiendo por la ladera entre bosque también, en un tránsito más que agradable. En algo más de media hora se alcanza un camino más ancho, dejando a la izquierda el desvío a la fuente del Mercader, y su posterior conexión con el GR 15 camino del collado de la Loma de Aísa. En cinco minutos dejamos el PR para tomar dirección al refugio del Puyarrón, que encontramos en pocos pasos. Los quince minutos siguientes discurren por la solana de esta loma, que da ya vista al barranco de Puyarrón, en un terreno de matas y arbustos sin camino definido. 


            A la fuente Marijuán, cuyo entorno también merece un saneado, ya le llega sendero, que recorremos como una media hora, dándole la vuelta a la loma y entrando en el paco para volver a cruzar el barranco de Larrigo y subir ya al lavadero de Jasa, bien arreglado y con fuente contigua, cuyo desagüe, y debido a la profusión de las recientes lluvias, es incapaz de contener toda el agua, discurriendo por el bonito y mantenido empedrado camino.







            Los sonidos de las campanas de la parroquial de la Asunción, que se esfuerzan en tañer su capacidad máxima horaria, nos acompañan en la entrada a Jasa, una población que se esfuerza por sobrevivir todavía del sector primario, pero que ha encontrado en el turístico un buen complemento para poder mostrar los grandes atractivos del entorno, como los que nos hemos encontrado hoy al combinar estas dos rutas, saliendo finalmente una distancia de 9,6 km, recorridos en 3h 50’, con un desnivel total acumulado rondando los 500 m D+/-.





Las fotos y el track


domingo, 9 de mayo de 2021

Directos a la Cruz de Oroel, por la vía Mayencos




IXOS MONS
Cruz de la Peña Oroel (1769 m)
Sábado, 8 de mayo de 2021

            El símbolo de la Cruz se lo apropiaron para sí los precursores de una de las religiones monoteístas más importantes, pero lo cierto es que sus raíces se hunden en la noche de los tiempos. Todas las representaciones geométricas, de dos o tres dimensiones, tienen su significado y también sus secretos y desde luego, la cruz no escapa a ellos. Nos quedaremos con lo más obvio, que tiene dos elementos el vertical y el horizontal, fruto de desplegar un cubo (tridimensional), con el que guarda muy buenas relaciones.




            Hoy en día hay quien piensa, y están en su derecho de hacerlo, por supuesto, que lo alto de las montañas deberían de estar libres de simbolismos, porque ven en ello una apropiación, un sentirse superior ante quien no reconozca esos símbolos, o en el caso de los buzones u otros artilugios artificiales, la contaminación de la pureza de las cumbres. Lo cierto es que las montañas son de todos, pero no así los símbolos. No ponemos ni quitamos, quizás la edad y la costumbre de verlo nos haga relativizar esa cuestión. Lo que sí es cierto es que mejor le iría a la humanidad si tuviéramos más abierta la mente, lo que nos aportaría empatía y tolerancia. Nuestra (con sentido de cercanía, no de propiedad) sierra más emblemática, la Peña Oroel, no está libre de la recurrente cruz, y de gran tamaño, por cierto, porque mide 8,4 metros de altura, más otros dos de anclaje en la tierra, y lleva ahí desde que en 1902 fue colocada, sustituyendo a otra. Pero dejemos el imaginario colectivo y volvamos a lo nuestro, en concreto a lo vertical y horizontal, porque eso es lo que hemos hecho hoy para acceder a ella, un tránsito vertical y otro horizontal.


            Al margen de los senderos habituales, hay otra forma de acceder a la Cruz, y es por alguna de las vías de escalada que albergan los verticales paredones. Una de ellas, quizá la más concurrida, es la vía Mayencos, que asciende por su cara norte. Partimos del Parador por el sendero habitual, y a los pocos metros encontramos un viejo aljibe, por donde nos desviamos a la derecha para continuar por sendero de bosque, algo interrumpido por un río de piedras primero, y por un barranco después. Finalmente, al cabo de algo más de media hora, se consigue ya tocar roca, esos conglomerados característicos que forman la Peña Oroel. Se continúa por la derecha, siendo ya conveniente la colocación del casco que nos proteja. El sendero discurre por entre el bosque, a tramos más definido que en otros, pero sin dificultad alguna para seguirlo. Nos vamos encontrando señales de pintura y algún clavo de escalada de los antiguos. En una clara dirección E-W, en una hora desde el arranque se llega ya a la base de la chimenea, de IIIº, siendo la mayor dificultad que alberga la vía.











            Hasta aquí, el bosque nos ha ido dando la oportunidad de poner a nuestro alcance visual los enormes patios que vamos generando con nuestra ascensión. En poco más de hora y media desde el Parador tenemos ya la Cruz a la vista, y hacia ella nos dirigimos, por terreno ya descarnado y con gran exposición. En llegando a su vertical, otro de esos viejos clavos invitan a subir directos a ella, pero por una aparente vira a la derecha, dando un pequeño rodeo, se sube con más facilidad. Ya estamos arriba, relajados y habiendo disfrutado un montón por esas repisas, por esas fajas, por esas chimeneas, bien pegados a la pared, y con unos enormes patios bajo nuestros pies, con unas increíbles vistas sobre el Campo de Jaca. Rara es la vez que llegas aquí y no te encuentras con gentes conocidas, y esta ocasión no es la excepción, de modo que, saludos pandémicos y de vuelta, que la mañana está estorbada y no invita a quedarse mucho tiempo.








            Como vamos bien de tiempo y no todos del grupo conocen la cima oriental de la Peña, la Punta Bacials, se acepta la propuesta de ir a visitarla, de modo que hacemos la larga tirada hasta allí. De esta forma, la verticalidad la complementamos con la horizontalidad. Primeramente por la cornisa hasta el collado, donde echamos algo al cuerpo. Luego subimos a la cornisa, contemplando en primer término esos pozos severos puestos en valor no hace mucho tiempo. En media hora llegamos a la entrada al sendero de bajada, pero lo dejamos para la vuelta, porque en diez minutos alcanzamos esa Punta Bacials, que ofrece otra perspectiva, esta vez, de todo el espacio oriental. Todo el praderío que hemos dejado atrás ofrece desde aquí su máxima expresión, llevando la mirada hacia el final de la Peña, hacia esa Cruz tan visible desde muchos kilómetros de distancia en cualquier dirección.












            De vuelta, tomamos el sendero y descendemos por él hasta salir, en tres cuartos de hora, a la curva 13 del camino habitual, habiendo dejado atrás el desvío que baja a Barós, y que hubiera sido otra opción, pero nos hubiera obligado a caminar por la carretera hasta el Parador. De este modo, desde esa curva 13, llegamos a él en media hora, pasando por el desvío que hemos tomado para subir por esa vía Mayencos.



Más fotos.
La imagen de cabecera está tomada del blog pirineodeluis.blogspot.com