viernes, 24 de julio de 2020

Feria del Libro 2020 y presentación "Tierras de Jaca", en Jaca

Tierras de Jaca. 25 paseos y excursiones

Día del Libro en el Pasaje del Carmen
Presentación en la Casa de Cultura María Moliner
Jaca, miércoles, 23 de julio de 2020



            En la jornada de ayer, justo a tres meses de su fecha original, se celebraba el Día del Libro en Jaca, con presencia de libreros en la calle. Gracias a la amabilidad de Angelines, de Librería DANTE, que nos acogió en su stand, tuvimos la oportunidad de departir con todo aquel que se acercó para interesarse por las publicaciones de Prames, "100 cimas, 100 paisajes. Aragón comarca a comarca", publicado en 2018 con la colaboración de Turismo de Aragón; y el recientemente aparecido "Tierras de Jaca", con el apoyo del Ayuntamiento de Jaca. Gracias también a la Librería General, que también ofrecía las publicaciones.






            Por la tarde, y en el marco de la celebración, que la Concejalía de Cultura, dirigida por Javier Acín, hacía un gran esfuerzo por recuperar, se llevaba a cabo la presentación de esta última obra, que recoge 25 rutas por los alrededores de la ciudad y otros lugares del municipio. Ante una treintena de personas, casi el cupo máximo que permitía el nuevo aforo del Salón de Actos de la Casa de Cultura María Moliner, era el propio Acín, en compañía de Domingo Poveda, Concejal de Deportes, quien abría el turno de intervenciones, dando la bienvenida y resaltando que en general es razón de queja entre los políticos hablar de la "herencia recibida", y que en este caso lo es, porque este proyecto fue presentado a la anterior corporación, pero que el sentido es totalmente positivo porque esta publicación era necesaria, ya que viene a cubrir un hueco en el campo de la divulgación del senderismo como instrumento para conocer el territorio, y sus valores medioambientales y paisajísticos, así como el patrimonio cultural. Destacaba la figura
del autor como persona comprometida con Jaca y con la montaña y que "no es que acuda mucho a la montaña, sino que forma parte de ella", añadiendo que "... en su especial forma de contar las vivencias no se limita a un simple relato de su paso por la montaña, sino que añade un plus de interés por otros aspectos fuera del meramente deportivo".



            Seguidamente era Rafa Yuste, responsable de la editorial Prames quien agradecía el apoyo del Ayuntamiento de Jaca, que es fundamental en este tipo de proyectos, ya que el esfuerzo editorial es importante, pero que vieron clara la propuesta del autor, porque Jaca se merecía una publicación de este tipo, ya que es un centro turístico de primer orden. 



            A  continuación daba la palabra al autor, quien comenzaba agradeciendo la asistencia, y la colaboración del ayuntamiento en la edición y en arropar la presentación, concluyendo el apartado de agradecimientos destacando la presencia de un alpinista y comunicador de primer nivel, como es Sebastián Álvaro, que no podía pasar desapercibida, dirigiendo también unas palabras al público asistente, en las que focalizaba la simple actividad de andar como la más natural y conveniente para la salud física, mental y emocional del ser humano, y que de igual modo que admiramos las grandes montañas de la Tierra, tenemos que
apreciar la sencillez de los caminos y el placer de recorrerlos, disfrutando de la gran riqueza natural y paisajística del entorno de Jaca, destacando la actividad de andar como la base para el montañismo, y como cauce para desarrollar la capacidad de observación de la Naturaleza. 



            Finalizábamos el turno de intervenciones desgranando el contenido del libro, ofreciendo las claves de su estructura, con un prólogo del Alcalde, introducción del propio autor, plano de la ciudad con los puntos de interés turístico, otro con los de inicio de las rutas, un resumen de todas ellas con los datos técnicos, explicación del Método MIDE, y un código QR que da acceso a un alojamiento con los tracks de las 25 rutas. Seguidamente, y apoyado de forma gráfica, se hacía un recorrido por todas ellas, encabezadas en el libro por los datos técnicos, MIDE y perfil, así como cartografía precisa, y un destacado de algún aspecto poco desarrollado en el texto. El acto, uno de los primeros culturales tras el confinamiento, culminaba con la firma de algunos ejemplares portados por los propios asistentes.


            Gracias a los asistentes, a Prames y al Ayuntamiento. Y a Jacetania Express, Rafa Yuste y Ernesto Gómez, por las imágenes.






Peñas Roya, Blanca y Sabocos, de cresteo por los abismos de Tendeñera

AQUERAS MONTAÑAS
Peña Roya (2573 m)
Peña Blanca (2557 m)
Peña Sabocos (2754m)
Miércoles, 22 de julio de 2020



            “Si no escalas la montaña, jamás podrás contemplar el paisaje”. Desconocemos la afición por la montaña de Pablo Neruda, gran poeta y político chileno del siglo pasado, pero hemos de reconocer que con esta corta, pero contundente frase, lo clavó. Porque es así, hay que subir alto para tomar perspectiva, hay que subir alto si quieres ver las cosas desde arriba, hay que subir alto, para vestirte de paisaje, para integrarte en el paisaje, para contemplar los paisajes, para fundirte con ellos, para ser uno con ellos, porque es el único modo de comprenderlos, de amarlos, recibiendo centuplicado todo lo que des por ellos. ¿Y qué podemos dar por ellos? Nuestro reconocimiento, nuestra valoración, nuestro más profundo agradecimiento.

Peña Roya y Peña Blanca desde la cuenca de Asnos

Una cría de marmota sale a nuestro paso
           Y con esas premisas emprendemos hoy una nueva ruta. Nueva porque es un nuevo día, y nueva por lo novedosa para uno. La Sierra de Tendeñera es una de las llamadas Sierras Interiores del Pirineo, que con cierta envidia ve el comienzo de ese Pirineo Axial. Años, muchos años viendo esta sierra, viendo este monte al atravesar el puerto de Monrepós, viéndolo ahí enhiesto en la gran muralla de Tendeñera, como una cota del tridente formado por ella misma, al oeste, la propia Tendeñera, coronando la sierra, y su vecino Otal, o Arañonera, que también la llaman. Una ancha pala, inconfundible, desafiante, altiva, atractiva, magnética, de mirada dulce pero implacable. Hablamos de ti, Peña Sabocos, y lo sabes. Hoy nuestras miradas se van a cruzar hasta juntarse. Nuestros corazones van a latir al unísono, guiados por ese diapasón que es la Naturaleza vibrante.


Listos para la marcha

LA APROXIMACIÓN Y EL ASCENSO
            Con los amigos, Toño y Juan, nos dirigimos a Hoz de Jaca, para tomar la pista que sube hasta la parte alta de las pistas de alpino de Panticosa. Dejamos el vehículo en la falda norte del Mandilar desde donde emprendemos la marcha. La mañana está titubeante, sin saber si va a poder con unos nubarrones que la atenazan, y también a nosotros. Continuamos por la pista, acortándola en algunas lazadas, y subimos hasta el ibón de Asnos, que apacible refleja en sus aguas los murallones que tenemos que alcanzar.

Siguiendo el antiguo GR

Entramos en la glera,
que aún conserva alguna mancha de nieve
            Al poco, tomamos un desvío a mano derecha, con trazas de pintura rojiblanca, que entendemos corresponden a un antiguo marcaje de GR 11, y que nos desafía para averiguarlo. Como media hora por terreno herboso, cruzando pequeñas cuencas colmatadas, y entramos ya en el tirano mundo mineral. Los macizos se nos van echando encima, como tiene que ser si queremos alcanzarlos. El blanco de las calizas y el royo de las areniscas pugnan por ocupar el espacio, pero se respetan. Sin apenas darnos cuenta comenzamos ese ascenso… sin apenas darnos cuenta, decimos, al principio, porque conforme vamos subiendo sí que nos damos cuenta, ya se encarga la cuesta de ello. Seguimos por el itinerario marcado, y lo hacemos hasta el llamado Portillón Chetro, que alcanzamos en otros tres cuartos de hora. El agobio de la subida tiene su recompensa al llegar y abrir la ventana de esta brecha, pudiendo contemplar todo un mundo que se abre a nuestra vista. El mundo del sur… que también existe.


Llegando al Portillón Chetro

LA TRAVESÍA Y LAS CIMAS
La primera mirada al sur
            Ya estamos a lomos de esta gran sierra. Ya estamos subidos al cordal, con unas vistas impresionantes a los cuatro costados. Ya solo queda recorrerlo para visitar las tres cimas que nos proponemos, y que son las más occidentales de la sierra de Tendeñera. Nos dirigimos primeramente hacia ese extremo de poniente, para alcanzar la Peña Roya, cuya cima está ocupada por un talabarte que imaginamos necesario, pero que afea una barbaridad. Salimos de la hermana roya para continuar periplo y llegarnos a su hermana Blanca, para que no tenga envidia. De nuevo contemplación, de nuevo admiración, de nuevo agradecimiento… y de nuevo, fotos. Aún apuramos un poco más el cordal en busca de arañar unos metros más, por terreno más delicado, y lo hacemos hasta que la delicadeza se convierte en claro riesgo.

En la Peña Roya

Sabocos y sus abismos
            Volvemos sobre nuestros pasos. Saludamos de lejos a la roya y continuamos. Pasamos junto al Chetro, de cerca, este sí, y emprendemos el tránsito por la cresta. Casi una hora de auténtico placer, de auténtico delirio saboreando los espacios de ambos lados, pero solo cuando el terreno lo permite, ya que hay pasos técnicos en los que hay que estar muy centrado. Una travesía entre el cielo y la tierra, variada, disfrutona, con grandes y verticales paredones al norte, que trazan abismos sobre los mundos de Asnos y Sabocos; y más suaves praderíos al sur, por donde vienen a beber esas sierras menores que se unen perpendicularmente a la que transitamos.

Cuando el suelo se pone de pie

Sierra de Partacua y su somontano,
con el embalse de Búbal al pie
            Un poco antes de llegar a cumbre, dejamos el arranque del sendero de descenso, ese itinerario que visto de lejos nos ha impresionado por su gran verticalidad y su visual falta de conexión entre tramos. Con la confianza de que nos trate mejor que a la vista, lo dejamos para luego, porque hay que terminar de disfrutar de las mieles que nos tiene reservadas el ascenso, cuyo último tramo se ha empinado lo suyo. Bien. Ya hemos llegado, ya estamos aquí, sobre una de las grandes cotas de esta sierra paralela a la gran cordillera. No contentos con eso, dejamos las mochilas que hagan compañía al vértice geodésico, y alargamos nuestros pasos hasta el extremo oriental para contemplar a vista de pájaro ese gran circo que hace el quiebro de esta sierra hasta llegar a su máxima altura, la que le da nombre. Un asombroso y gigante espacio digno de cualquier otro escenario de grandes montañas del mundo.


Cresteo para llegar a Sabocos

EL DESCENSO
Sorprendente circo en la cabecera del barranco del Infierno
            Mirando posteriormente el track, asombra ver que hemos estado tanto tiempo en movimiento como parados, y eso está justificado, solo se explica por la atracción que se siente por permanecer rato y rato… y más rato en este lugar, tanto en ese espolón oriental como en la propia cima. Al filo de las dos de la tarde salimos de este magnético sitio, volviendo sobre nuestros pasos, pocos pasos, hasta el arranque de ese vertiginoso sendero, visto de lejos, al que expectantes nos enfrentamos, comprobando que de cerca no lo es tanto… bueno sí lo es, claro, pero con algo más fácil tránsito que el que aparentaba.

Descenso, aparentemente impracticable

Impresionante, el macizo del Vignemale
            Las calizas y areniscas se van sucediendo, los verticales tubos y las más horizontales travesías se van sucediendo, las interminables zetas se van sucediendo, también la pérdida de perspectiva conforme vamos bajando, siempre en presencia de los enormes paredones y los retorcidos pliegues, testigos de un sufrimiento geológico de millones de años que, por ello, esperamos haya sido menor el sufrimiento. Entre unas cosas y otras, hora y media de salvaje descenso hasta alcanzar la paz en el lecho herboso de esas pequeñas cuencas que salpican el terreno. En poco ya cerramos la circular y llegamos al ribete del ojo de mirar sereno de ese ibón de Asnos, que lo dejamos ahí, a sus anchas.

El sufrimiento de piedra

Descendiendo
            Menos de media hora más y llegamos al vehículo, cargados de una energía especial que, a cambio del esfuerzo, nos ha regalado esta extraordinaria ruta, a la que le hemos metido 8 horas de tiempo total, la mitad en movimiento, para recorrer 10,8 km y salvar un desnivel acumulado de 1085 m D+/-, en una jornada con una compañía que lo ha dado todo por llenarla, y en la que el tiempo ha basculado a nuestro favor.


Las fotos y el track

jueves, 16 de julio de 2020

Cueva de los Contrabandistas y Puerto Viejo-Somport, una mañana por Candanchú

IXOS MONS
Cueva de los Contrabandistas (1795 m)
Puerto Viejo - Somport (1695 m)
Jueves, 16 de julio de 2020



            Teniendo los parajes tan cerca, y tan bonitos ellos, no hay excusa para no visitarlos. En los grandes paisajes también hay pequeñas rutas, que hay que saber apreciar y dejarte mecer por ellas. Porque lo importante no es lo largas que sean, ni el tiempo que duren, ni siquiera lo alto que subas. No. Lo importante es la intensidad con la que las vivas, la compenetración que consigas con el medio, la actitud con la que abordes cada paso, cada respiración, cada mirada, transformado todo ello en un profundo respeto por el entorno.

Candanchú

Llegando al estadio de Biathlon,
camino de la Cueva de los Contrabandistas
            Por más que visitemos un mismo paraje hemos de saber leer que nos ofrece distintas cosas, la luz es distinta, el aire es distinto, los seres que lo pueblan son distintos, incluso nosotros somos distintos. Hoy volvemos a Candanchú, y como no todo va a ser rutas largas, hoy elegimos cortas, y tanto son que empalmamos dos, la subida a la Cueva de los Contrabandistas, y una circular por Puerto Viejo, adentrándonos en el Espacio Nórdico Le Somport, partiendo ambas del aparcamiento de Pista Grande.


Candanchú

CUEVA DE LOS CONTRABANDISTAS
Atravesando el circuito de fondo
            Desde el mismo punto de salida se puede apreciar el franco objetivo de esta sencilla y corta, pero bonita ruta, que atraviesa la zona central de la Estación Invernal de Candanchú para adentrarse en el circuito de Esquí Nórdico, donde nos aparece un vistoso puente, que antecede al estadio de biathlon, el único olímpico de España, sometido en estos momentos a restauración. Nos viene una subida y el cruzar por dos veces la ancha pista del circuito. Estando en esa segunda vez, hay que ir unos metros a la izquierda para tomar  a la derecha un sendero, marcado con hitos, por el que se circula de forma muy cómoda. Mientras se van alternando las blancas rocas calizas con las royas magmáticas, que nos recuerdan el mundo Anayet, habremos pasado de territorio español al francés, pero no se lo preguntes al paisaje, que no lo sabe.

Aspecto del valle d'Aspe

Estadio de biathlon
            Un poco antes de llegar hemos de atravesar un pequeño barranco, cuyo talud para bajar se ha desprendido, habiendo dos opciones para ello, abriéndose unos metros antes. Recomendamos ir por el de arriba y volver por el de abajo. Un corto tramo con rocas grandes en el camino y ya estamos bajo la protección de la cueva, que por más que lo intentemos no conseguimos que nos cuente sus secretos. Los algo más de doscientos metros de desnivel, y menos de dos kilómetros, bien se pueden hacer en menos de una hora bien tranquilos. Eso para llegar a la cueva, que para bajar se duplica, pero antes de emprenderla bien podemos disfrutar desde esta atalaya de unas magníficas vistas sobre el entorno inmediato y no tan inmediato. Este lugar no es solo de destino, que también es de paso, porque continuando el camino subiríamos a un embudo, salida natural del paraje de Loma Verde, pero eso lo dejamos para otro día. Ahora ya, sí, con tranquilidad recorremos el mismo itinerario para regresar al punto de partida.  

Imagen tomada desde dentro de la cueva

PUERTO VIEJO - LE SOMPORT
Antes de cruzar el barranco
            Una vez en el punto de partida y regreso de la anterior, sin necesidad de mover el vehículo, ponemos el contador a cero y emprendemos esta otra ruta por la solana de Candanchú y el paco de Le Somport. Para ello tomamos la empinada pista que sube entre la pista de Trineos y el barranco Sapos. Nos lleva a unas instalaciones de la Escuela Militar de Montaña, que nos prohíbe el paso para continuar por la pista, por lo que, antes de cruzar el puente nos encaramamos a la ladera en busca de un sendero, que nos va subiendo barranco arriba.

Sendero que nos sube a col de Besata

Muga 300
            Nos topamos con una pista, con la misma prohibición en dirección derecha. Tomamos a la izquierda y la continuamos hacia arriba. Por terreno de brezos, pronto la cruza un sendero, que lo tomamos a la derecha, y que nos sube hasta el col de Besata, en la misma línea fronteriza, de hecho, podemos encontrar la muga 300 en una gran piedra incrustada en el suelo. Nos encontramos señales de pintura verde, que son de la Senda de Camille, y que se van a la derecha, en busca del puerto carretero de Somport. Nosotros seguimos de frente, para atravesar un tramo con un desprendimiento, y continuar hasta dar con la pista Azul del circuito de fondo, que tomamos a la izquierda para subir ya por bosque hasta el col de Pin Sec, que con sus 1695 metros es la cota más alta de esta ruta.

Col de Besata

Tránsito hacia la pista azul
            Continuamos por la ancha pista, ya en descenso, y cuando gira a la derecha podemos aprovechar para detenernos y disfrutar de las vistas en ese mirador, mientras echamos un bocado. Cuando lo hayamos hecho, podemos seguir por esa misma pista, y a pocos metros nos encontramos un desvío a mano izquierda. Lo tomamos para bajar y girar a la izquierda cuando terminemos de hacerlo. Veremos enfrente un monolito, que también es muga. Antes de llegar a él seguimos por la derecha, por donde se intuye es la pista de fondo. Seguimos, y encontramos alguna señal más de la Senda de Camille, así como otro de esos monolitos, por el que, este sí, pasamos, para encontrar ya huellas de un ancho camino que nos dirige a la base de la estación, pasando por debajo del tele arrastre. Habremos recorrido unos 4 km, en algo más de una hora, con unos 120 metros de desnivel acumulado D+/-.

Muga 297b bajando hacia la estación

            Dos ruticas que bien se pueden hacer en una mañana, incluso en familia, disfrutando de las montañas de Candanchú, un valle que nos ofrece multitud de posibilidades.