jueves, 14 de julio de 2016

La Muela de Montalbán, el balcón sobre el joven Martín

IXOS MONS
La Muela de Montalbán (1.294 m)
Miércoles, 13 de julio de 2016



Me gustaría darte el mar
Para llenar de luz tu corazón calizo
Como la tierra quebrada
De noche y soledad precipitada
Me gustaría darte el mar

            Sobrecogedoras estrofas de una de las primeras canciones de Joaquín Carbonell, natural de la no muy alejada Alloza, y que como un grito en el vacío reclama para sí y su tierra ese reconocimiento, esa vida mejor, que un día sus gentes buscaron, dejando por aquí su reseco corazón, junto a su resecas tierras, condenando al olvido esos tiempos en los que el hombre sabía extraer de las entrañas de la sierra sus más preciados tesoros.

Viejos abrigos espaldados
            Sí, hoy estamos por las calladas sierras turolenses, concretamente en la cuenca del río Martín, que media entre Montalbán y su Muela, querida, venerada por sus habitantes, y que, signo de los tiempos, se van tensando los vínculos que históricamente han tenido con ella. Situada al sur de la población, nos sorprende porque con ese nombre, lo primero que esperábamos encontrarnos era un peñasco, grande, significativo, pero un peñasco, y lo que vemos es toda una sierra, con entidad propia, con sus grandes paredones, sus lomas, sus barrancos entre ellas. Todo un sistema de varios kilómetros de largo, y también alguno de ancho, que alberga vida, mucha vida, e historia, mucha historia. Historia de pequeños bancales, corros de tierra robados al inclinado terreno, con sus abrigos espaldados, donde seguro se cobijaban del frío, del calor, de las aguas, de todas las inclemencias, aquellas gentes que cuidaban de sus cuatro espigas, de sus cuatro ovejas, para con gran esfuerzo sacar adelante la casa, la hacienda, la familia.

Cruzando el Martín
            Una sierra que duerme con un ojo cerrado y otro abierto. Con el cerrado se mira por dentro, hacia sus grutas, hacia sus cuevas, queridas por el CE El Farallón, de esta localidad, capital histórica de la comarca de Cuencas Mineras. Y con el abierto, y su lágrima, lo hace hacia la cuenca de Montalbán, y su río Martín, que brioso pasa por su vega para ir a dar lección a otra parte, acompañado del GR 262, acondicionado recientemente como Sendero Turístico de Aragón, y que con sus 86 km se lo recorre de principio a fin. Hoy, con el amigo Vicente, también vamos a patear buena parte de esta sierra. Partiendo andando desde la población misma, con gran respeto nos aproximaremos a ella para entrar en el circuito que la recorre, asomándonos a sus miradores, respirando su aire, bañándonos en su luz, contemplando sus horizontes, y aupándonos, por qué no, a su cumbre.


Junto a la fuente Valdemiguel
            Hoy es una de esas jornadas privilegiadas por una cuña de aire frío entre tórridos días. Partimos, como decimos, de la gasolinera, para cruzar el río Martín, e ir aproximándonos hacia la sierra, que orgullosa nos muestra la Chimila, su avanzadilla. En poco más de media hora llegamos a Valdemiguel, donde comienza el circuito. Dejamos pues la pista y nos metemos en el sendero, que comienza a subir, no con muchas ganas, pero sí decidido a ir mostrándonos los más bellos rincones de los pacos de estos montes. Y el primero en llegar es la fuente, que estanca las aguas que bajan por un estrecho y alto barranco, adornado por vegetación que ama el agua. Si éste primero es para adentro, el segundo lo es para afuera. Hablamos del mirador geológico, que nos cuenta por millones de años la historia de estas tierras.


La peña Chimila
            Un frondoso bosque de pino de repoblación es la solución que dieron hace décadas a estas laderas, plagadas de pequeños corros sustentados por trabajosos bancales, y que poco a poco fueron abandonados por sus gentes en busca de algo mejor. Junto a muchos de ellos, yacen las ruinas de pequeños cobijos de piedra seca, con los que nos gustaría establecer un diálogo que nos permitiera arrancarles sus secretos, olvidados en las penumbras de los nuevos pinos. Seguimos, y nuestros pasos se topan con un cruce, que nos abre un corto itinerario hace otro mirador, el de Montalbán, desde el que conteniendo la respiración te permite empaparte de todo lo que te muestra, esa depresión del Martín, que aboca a sus gentes a buscarse junto a él la vida. Retrocedemos sobre nuestros pasos, y nos acercamos a ver la cueva del Greñicas, temido bandolero del siglo XIX, que algo de bueno tendría, porque no es posible que una persona albergue tanta maldad como se le atribuye.

Juan Espés, "El Greñicas", óleo de Antonio Irisarri (cronicasmontalbinas.blogspot.com)
Mirador del Morrón Royo
            De nuevo a nuestro sendero del circuito para subir más y más a lo alto de estas curiosas lomas que conforman esta llamada Muela de Montalbán. A pesar de que el circuito pasa de ella, hemos hecho propósito de llegarnos hasta su máxima altura, marcada por un vértice geodésico. Todos los indicios nos muestran que la vamos dejando a nuestra derecha, pero el tupido bosque desaconseja tirarse hacia ella de forma directa. Seguiremos el consejo de Vicente, que indica rodear el monte por el este, en busca de mejor camino. Pero antes de eso, nos topamos con el tercer mirador del día, el de Morrón Royo, que también se asoma a los abismos de la sierra, mostrándonos el discurrir del Martín.

Camino de la cima
            De vuelta al circuito, en pocas decenas de metros, encontramos una mal señalada entrada al sendero cimero, bajo enormes cables y torres de luz. Un sendero, aunque a tramos lo disimule, que provisto de hitos, y alguno más que ponemos, nos sube en poco más de un cuarto de hora, hasta lo alto de este monte, que con sus 1.294 metros lo es también del conjunto de la sierra. Se trata de una planicie vegetada, aunque permite la vista a sus 360º. Según cuenta Vicente, muchos del pueblo dicen que han estado aquí, pero que pocos aciertan a saber por dónde se llega.

            Bajamos para retomar de nuevo el sendero, e ir bajando ya decididamente por su cómodo discurrir entre pinos, que nos deja en una pista, y luego en otra mayor, para cerrar el circuito, y volver al pueblo repitiendo recorrido los últimos cientos de metros. Una mañana, en la que 14,1 km han bastado para recorrer un extraordinario circuito por esta sierra, en 4h 10’ de tiempo total, del que 3h 20’ han sido en movimiento, salvando un desnivel acumulado en torno a los 860 m D+ y D-. Buenas tierras. Buena mañana. Buena compañía.




domingo, 10 de julio de 2016

Camino de Santiago por Aragón, reandando el Camino francés

IXOS MONS
El Camino de Santiago Francés
(Vía Tolosana) por Aragón
Reandando el Camino francés
Viernes, 8 de julio de 2016
Sábado, 9 de julio de 2016












Cada día tendrá un nuevo horizonte,
cada horizonte un nuevo campanario,
y un viejo hospicio, y un ventero amable,
y un refrigerio simple, y el descanso…

… Emergerá la luz de la mañana,
mudo clarín en toque de relámpago;
tú y yo, y el grupo, perezosamente,
nos pondremos en marcha. Por el campo
se extenderán los corzos al galope,
temblarán las alondras en los álamos,
y en multitud de idiomas
se poblará el amanecer de cantos.



romanicoaragones.com
            Bellas estrofas de Francisco Álvarez Hidalgo, que glosan el camino, el caminar y el caminante. Sujetos pasivo y activo, sólo puestos en contacto a través de la acción, que los une. Una acción que no cesa, que no ha cesado desde los últimos más de mil años, aunque eso sí, con sus altibajos, no pasando ahora precisamente por los mejores momentos este Camino de Santiago Francés, por la Vía Tolosana, que transita por Aragón, y que lo hace por el puerto de Somport, en cuya vertiente meridional se encuentran las ruinas del Hospital de Santa Cristina, fundado a finales del siglo XI, recogido en el Liber Sancti Iacobi, o Códice Calixtino. Escrito por el clérigo francés Aimeric Picaud, entrado ya el siglo XII, este códice le atribuye el lema de Unum Tribus Mundi, situándolo al mismo nivel que los del Gran San Bernardo, en los Alpes, y el propio de Jerusalén. Esos peregrinos, que cruzaban hambrientos el paso, cansados, helados, posiblemente heridos, eran cuidados gratuitamente en el establecimiento durante tres días, según nos indica el maestro Antonio Gª Omedes en su web http://www.romanicoaragones.com/0-Jacetania/441-StaCristina.htm, de donde se ha capturado también la imagen, en la que se recrea el complejo, en el que al faltar documentación que lo atestigüe, no se sabe con precisión, pero se estima un paso de entre 200.000 y 500.000 peregrinos anuales.

El Peregrino, de JA Barrios
            Hoy en día, la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca calcula en torno a 1.000 los que pasan anualmente por este lugar y recalan en la antigua capital del reino en esta primera etapa. Desde los albores de la peregrinación, se han ido abriendo muchas rutas, todas ellas convergentes en Santiago de Compostela, donde cuenta la tradición se encuentra la tumba del apóstol tras llegar hasta allí, desde Tierra Santa, y pasando por Zaragoza, donde se le apareció la Virgen del Pilar. Una simbiosis que aún hoy en día provoca cantidad de movimiento religioso, cultural, lúdico y deportivo. Pero al margen de leyendas y tradiciones, que han de ser sometidas a la conciencia individual humana, lo cierto es que hoy en día el tránsito por el Camino es un motor de desarrollo por los lugares que pasa.


El consejero a su llegada al Somport
            Concretamente, este Camino Francés por Aragón, desde hace décadas ha recibido muy poco apoyo institucional, viéndose relegado a un segundo plano, con diferencia, respecto al paso por el vecino Roncesvalles, con el que se equiparaba en tránsito, siendo el actual como de cuarenta veces superior al nuestro. Alertados por todo ello, el Dpto. de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón, con su consejero José Luis Soro al frente, ha decidido revertir la situación, y en un encuentro mantenido estas semanas pasadas, en el incomparable marco del Monasterio de San Juan de la Peña, con alcaldes de la zona, comarcas, y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, se salió con el compromiso de visitar el tramo aragonés en sus cuatro etapas, completando los más de 100 km, entre el Somport y Undués de Lerda.


            Se ha ido materializando el proyecto, hasta el punto de que estos cuatro días, del viernes 8 al lunes 11, el propio consejero y una quincena de personas de su departamento, gabinete, directores generales, etc, han venido al territorio a hacer el Camino, a pisarlo, a saborearlo, a disfrutar de él, en definitiva, y ver in situ su estado y el gran margen de mejora que actualmente tiene. Los prolegómenos vienen servidos con la firma de un protocolo previo a la confección de una directriz que busca la promoción del Camino. Este documento preliminar, lleva la rúbrica de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca, la Federación Aragonesa de Montañismo, Turismo Aragón y el propio Departamento de Vertebración Territorial. Este acto se realizó en Zaragoza tres días antes del comienzo del recorrido. Un recorrido que tuvimos el placer de realizar acompañando a la comitiva en las dos primeras jornadas.



Acto simbólico de entrega de folletos al Albergue Aísa
            Viernes, 8 de julio. Somport – Jaca. Los primeros latigazos del calor estival zurcen con ansia estos valles pirenaicos por los que discurre esta primera etapa del Camino. Ocho y media de la mañana en el Somport, como en media Europa. Con el amigo Jesús, también de la FAM, a la espera de la comitiva, que hoy va a estar bien acompañada por más de una treintena de miembros de Os Andarines d’Aragón, que sobre las nueve ya están echando pie a tierra de ese autobús que los ha traído desde Zaragoza. Chema, de protocolo del Dpto., junto con Jesús de la FAM, ya están poniendo orden en el reparto de las camisetas conmemorativas y el tríptico, editado al efecto. Las camisetas para los participantes, y parte de los folletos para Perico, del Albergue Aísa.

Palabras de bienvenida del consejero
            Bienvenida del consejero, y alguna instrucción de Ernesto Gómez, vicepresidente de la asociación, atención a los medios, y pasados unos minutos de las 10 nos ponemos en marcha. Y lo hacemos por el sendero habitual, que ha sido objeto de reciente limpieza y acondicionamiento. Por algo se empieza. Tras pasar por las ruinas del Hospital de Santa Cristina, dejamos de lado el trazado nuevo para continuar por el anterior, que sólo cruza una vez la carretera. Caseta del Pastor, en Piedras Rojas; sobrepasando el puente del Ruso, Rioseta se abre a nuestra vista por terreno de viejos bunkers, bajando a Anglasé, donde pronto nos beneficiamos de la sombra a la entrada de Canalroya, donde ya encontramos alguna señal del GR 11 como Sendero Turístico, y que desde su comienzo en la muga con Navarra, en Zuriza, hasta aquí se va a terminar de marcar por el nuevo trazado.

Al paso por las ruinas del Hospital de Santa Cristina
            Seguimos bajando por el bosque, y tras el paso por el puente del río Canalroya, nos metemos ya de lleno en el valle del Aragón, que recorremos hasta Canfranc, pasando por la entrada a la Canal de Izas, bajo el enorme peñasco que alberga el fuerte de Col de Ladrones. Desde el arranque, y lo hará hasta Villanúa, vamos acompañados también por Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc, muy involucrado en devolver a la Estación Internacional de Canfranc el esplendor que nunca tuvo que perder. Hoy en día, el impulso que le están dando en la vertiente francesa, ayudará sin duda en este largo y tedioso proceso de restauración.


Torreta de Fusileros
            Tras una breve parada en la Oficina de Turismo de la localidad, para hacer esa entrega simbólica de folletos, continuamos la marcha, atravesando el pueblo, hasta ese corto, pero incómodo paso por el arcén en el nudo carretero de la boca sur del túnel. Una vez sobrepasada la presa del embalse, unas empinadas escaleras nos sitúan ya a los pies de las ruinas de otra torre defensiva, la Espelunga, que corrió distinta suerte que la restaurada de Fusileros, que pronto dejamos atrás al otro lado de la carretera, metiéndonos ya de lleno en el sendero, considerado por muchos como el tramo más agradable de todo el Camino.


Comida en el Gastroespacio
            El barranco de Ip baja refrescante y generoso. Nos incorporamos al camino que baja del embalse y pronto pasamos el puente de arriba, entrando en el viejo Canfranc, o Canfranc Pueblo, o Canfranc quemao, que de varias formas se le conoce. Una población milenaria que ha tenido su protagonismo a lo largo de la historia, siendo todo un hito en el Camino. Cementerio, puente de abajo y camino ya de Villanúa, con sus afamadas grutas, unos sistemas subterráneos, sin terminar de explorar, en los intestinos de esta enorme mole calcárea que es la Collarada. En la abierta al público, la de las Güixas, nos esperaba Tito Terrén el alcalde de Villanúa, que nos acompaña hasta el centro urbano, donde nos ofrece un refrigerio, y luego la comida en ese nuevo punto de encuentro gastronómico que llaman el Gastroespacio, bautizado con el nombre de nuestro político con más carisma de los últimos tiempos, José Antonio Labordeta, muy vinculado a esta localidad. Se ha incorporado Juan Manuel Ramón, alcalde de Jaca, y abandonan la comitiva los de Canfranc y Villanúa.

A la espera del tren en la estación de Villanúa
            Tras la comida, nos dirigimos andando hasta la estación, para no dejar pasar la ocasión y reivindicar este medio de transporte que simbólicamente sigue funcionando, pero al que hay dar también un fuerte impulso con el fin de que recupere su antiguo uso internacional. El trayecto se hace hasta el apeadero de Castiello, donde nos espera una representación de su consistorio, encabezada por su alcalde Álvaro Salesa, que junto con el de Jaca, acompañan a la comitiva ya hasta el final de la etapa, pasando por el camino habitual. Río Ijuez, Torrijos, Charlé, donde hacemos un alto para refrescarnos del calor reinante, ermita de San Cristóbal con el viejo puente que salva el barranco de Rapitán, y entrada a Jaca por el Árbol de la Salud, donde estaba en la antigüedad la iglesia de San Esteban y el hospital de San Marcos, de vocación leprosera.

Pasando el río Ijuez
            De tiro a la catedral, donde se da por terminada esta calurosa jornada, en la que se ha podido disfrutar de esta primera etapa de unos 30 km de distancia, entre el puerto de Somport y la antigua capital del reino. Una etapa con más historia que presente, plagada de puntos de interés, y que está a la espera de ese impulso para asegurarle el futuro que merece, y que estas jornadas sientan las bases para que así sea. Para ello es necesario diseñar unos planes de actuación inmediata y una buena estrategia a medio y largo plazo.



Al paso por el camino de Mocorones
            Sábado, 9 de julio. Jaca – Santa Cilia. Siete de la mañana. Estación de Autobuses de Jaca. Con Jesús Rivas, también de la FAM, comenzamos esta nueva jornada. Los acompañantes esta vez son miembros del activo grupo de Andarines del Club Atletismo Jaca y del Club Pirineísta Mayencos, de perfil más montañero, pero que siempre hay quien se integra en estas andadas por el monte bajo. Sí, porque hoy dejamos ya los puertos y nos dirigimos por la Balancha y la Canal de Berdún hacia el siguiente objetivo: Puente la Reina, aunque finalmente no lo alcanzaremos debido a las altas temperaturas.

Pasando el puente del Gas
            Catedral, Rompeolas, camino de Mocorones, cementerio y tras un breve tramo junto a la carretera, nos metemos de lleno en el Camino, que tras una fuerte bajada va entre huertas y el canal. Elementos viejos que se alternan con el nuevo del puente que dará acceso a la autopista, y que crea un gran conflicto visual. Cruzamos la carretera a la altura del puente del Gas, para volverla a cruzar frente a la Casa del Municionero, de donde arranca la variante GR 65.3.2, que visita los monasterios viejo y nuevo de San Juan de la Peña, y Santa Cruz de la Serós, incorporándose a éste a la altura de la carretera de Binacua, por donde pasaremos más adelante.

            
Paco Mondano
            Nuestro paso discurre ahora por una gran chopera, para ir a dar a las Batiellas, un antiguo complejo castrense, hoy en desuso. Volvemos a cruzar la carretera para discurrir por el Boalar, frente al IFA (Instituto de Formación Agroambiental), que nos lleva al barranco de Atarés, que también tenemos que cruzar. Pronto nos enfrentamos a la calzada de la subida al paco Mondano, que tras un tramo más amable nos asoma a un mirador, desde el que se divisa ya nuestro objetivo en esa Canal de Berdún. Bajamos a Esculabolsas, donde hacemos otra breve parada, donde se incorpora Luis Masgrau, presidente de la FAM. Al proseguir la marcha, el camino nos lleva a la carretera de Binacua, donde nos encontramos esa señal del sendero de la variante que viene de los monasterios, antes mencionada. En las proximidades de la carretera general, nuevo encuentro con los medios.


En los jardines de la iglesia
            Estamos ya frente a Santa Cilia, la que alcanzamos tras pasar otra vez la carretera. Allí tomamos contacto con los Andarines del CA Jaca y parte de la comitiva. Los primeros se vuelven a su lugar de origen, y todos ya agrupados nos dirigimos al parque de El Salzar atraídos por la sombra. Una visita guiada por la población y algunos de sus interesantes puntos de atención, como por ejemplo la iglesia de San Salvador y la Casa Palacio próxima. Esta casa, llamada también de La Cadena o Palacio del Clavero (de llave) de San Juan de la Peña que, datada en el siglo XVI, albergaba una de las instituciones más importantes del monasterio en sus tiempos, la del encargado de las haciendas y de la gestión económica del cenobio, estando habitada intermitentemente por los frailes del monasterio. Visitamos también el albergue del peregrino, sencillo pero utilitario, con su sala multiusos en la última planta.


            Acudimos al nuevo pabellón del parque para echar un bocado entre amigos, gentileza de Manuel Máñez, alcalde de Santa Cilia. Al final, el consejero nos da la sorpresa de que premia con una medalla a tres chicos que habían soportado como mayores los rigores de la jornada. Bueno, y poco más. Tomamos el microbús que viene a nuestro encuentro y para Jaca, tras dos días intensos en los que hemos puesto nuestro granito de arena por el territorio. Mucho camino queda, pero estamos en él, que es lo importante. 




martes, 5 de julio de 2016

Montpedró, el guardián de la frontera

IXOS MONS
Montpedró (734 m)
Lunes, 4 de julio de 2016



            Con el amigo Raúl, del Club Litera de Montaña, de Binéfar y comarca, volvemos de nuevo a estas tierras para degustar de sus aires, para degustar de su luz, para degustar de su ambiente mediterráneo, porque Aragón es grande. Aragón es grande, sí, pero hoy por hoy hasta aquí llega, porque las aguas del próximo embalse de Santa Ana son compartidas, aunque la presa y el otro bastión, el Montderés, caen de nuestro lado.


Área de Pinyana
            Aunque ya se va perfilando su silueta en el horizonte desde bastante antes de llegar, lo hemos de hacer por Castillonroy, situado en la N-230, que une la capital Lérida, con el Valle de Arán. Pasado el PK 31 dirección Lérida, y justo pasado el gran tubo por el que embuten las aguas del canal de Pinyana, tomamos a mano izquierda una estrecha carretera que conduce a la base de la presa. A 2,3 km de la general, por el ramal que se abre a la izquierda antes de llegar a ella, llegamos a una pequeña área recreativa, con el mismo nombre, dotada de fuente, bancos y la sombra de un pinar, de buen estar, a no ser por lo sucia y descuidada que se encuentra. Sí, estamos en el espacio Pinyana, porque junto a la ermita de Santa Ana, en un pequeño alto se conservan las ruinas de un viejo castillo, también con ese nombre.

SL-L 23
            Dejamos el vehículo para tomar uno de los diferentes itinerarios que hay para alcanzar la cima de este bonito monte. Por un sendero en dirección sur y manteniendo en principio la curva de nivel, lo vamos rodeando hasta que poco a poco va subiendo, llegando al extremo de un estrecho campo de almendreras, que sin meternos en él, continuamos por la senda, que ya con clara vocación de subirnos las pulsaciones va picando hacia arriba, hasta dar con el más domesticado SL-L 23, que viene desde Castillonroy, pero sin mostrar excesivo interés.

Un alto en el camino
            No lo abandonamos ya hasta alcanzar la planicie que tiene de cima este monte, en el que está ubicada la ermita de San Salvador, que despista por su aire recién remozado, pero que cuyos orígenes se dan por románicos, considerando incluso que convivía su uso religioso con el castrense, atribuyéndose un pasado templario. Desde luego, a juzgar por el emplazamiento, no es de extrañar. El camino de subida da amplias lazadas, burladas todas ellas por un vertical sendero que se ha ido trazando a puro de pasar y pasar por él, ajenos a las consecuencias de erosión del terreno, y lo hacen a pesar de estar bien señalizadas las entradas y salidas con una barrera de piedras.


Senderos de paz
            La llegada arriba viene acompañada de una gran sensación de libertad. Al norte, la cadena pirenaica; al sur, las tierras bajas literanas; a poniente, las sierras de esta comarca; y a levante la muga con Cataluña, donde se aprecia meridianamente la depresión que con el tiempo ha formado este Noguera Ribagorzana. Una breve visita a lo que se puede en la ermita, y emprendemos el descenso. Y lo hacemos por otro itinerario. Seguimos el SL-L 23 por la parte norte, la más escarpada. Tanto es así que hay tramos que hay que superar con escalones. Ese estrecho sendero nos deja en el término de una pista con mucha inclinación, que tenemos que descender hasta que el SL se mete por un desvío a la derecha.

La ermita de bajada
            Este SL continúa hasta la ermita de Santa Ana, en el pequeño poblado junto a la presa, pasando antes por el área recreativa, donde nos quedaremos, pero antes, queremos destacar que para evitar un tramo un tanto vertical y que se encuentra en malas condiciones, lo burlamos por un sendero que sale a mano izquierda, y que tras un descenso más suave, nos reconduce al oficial, que ya sin más dilación nos deja en esa área, donde nos espera el vehículo.


            Una tarde muy bien empleada, con un guía de lujo, para subir este monte de no muy relevante cota, pero sí en cuanto a lo que destaca sobre el entorno y a la tradición y devoción que atesora entre las gentes del lugar. En total han salido 6,1 km, recorridos en 2 horas de tiempo total, del que 1h 30’ han sido en movimiento, con 380 metros de desnivel acumulado D+ y D-, en los confines de nuestra querida tierra aragonesa.
  




Norte de la Zapatilla, por la ferrata

VÍAS FERRATAS
Norte de la Zapatilla (2.225 m)
Domingo, 3 de julio de 2016


            El año pasado hicimos de forma experimental esta ferrata, o al menos eso pensamos, porque nadie de los que la hicimos sabíamos que disponía de una nueva equipación. Una equipación que no sólo cubre los dos tramos de subida, sino también el de bajada, que se hace por la vertiente este de la montaña, por un sendero vertiginoso, por cuyo tránsito, y especialmente en algún tramo, viene muy bien disponer de esa sirga a la que maridarte. Este año, a pesar de haber hecho ya alguna vía ferrata, al ser en esta ocasión salida de club, se puede decir que con ella inauguramos la temporada. Bienvenido julio. Bienvenido el verano. Bienvenidos los diez componentes del CP Mayencos que hoy nos hemos colado en esta nueva aventura.


Aproximación
            Esta montaña, muy familiar para los que nos movemos por la zona, llama la atención para los que vienen por primera vez a este valle de Candanchú, y es precisamente por su característica forma que resume su nombre. Entre este monte y su contiguo Tortiellas la naturaleza y el devenir de eones de tiempo han querido que se formara un inclinado tubo, lleno de derrubios pétreos, y que cuando está nevado hace las delicias de los avezados esquiadores. Este tubo, termina en un amplio cono de deyección al que nos tenemos que dirigir.

Entrando en el canchal
            En una mañana soleada hasta rabiar, salimos del parquin de la cafetería de Pista Grande. A través del circuito de fondo nos acercamos hasta la Rinconada, justo hasta donde un pequeño, pero singular monumento nos recuerda un hecho trágico acaecido hace unas décadas. Está próximo a unas verticales paredes, que cuando cargan de nieve se torna peligroso el tránsito. Tras veinte minutos de agradable paseo por el fondo del valle, aquí es donde se empieza a empinar la ascensión, primero por zona herbosa y luego ya definitivamente por el canchal.


Arranque de la vía
            Vamos buscando el incipiente sendero que, con amplias lazadas, hace algo más cómoda la progresión. En poco más de tres cuartos de hora nos presentamos en el comienzo de la vía. Es un lugar relativamente amplio y cómodo, muy apropiado para pertrecharnos con los avíos de la ocasión. Tras comprobarnos unos a otros la correcta colocación del material, y establecer el orden de cordada intercalándonos los más expertos con los menos, comenzamos ya a tocar pared y sirga.






montesparatodos.blogspot

Progresando en vertical
            La vía comienza donde la zapata de roca rojiza da paso a la blanca caliza. Y lo hace en un tramo no muy inclinado, con pasos de IIº. Seguidamente, una sencilla travesía casi horizontal, nos mete en otro tramo, también de IIº, pero más vertical. Poco más de veinte minutos hasta aquí. Cuando empiezas a disfrutar de esta subida, de repente se te acaba la sirga, y en unos cuantos pasos más se te abre un escenario bastante inesperado. La Zapatilla se queda a la izquierda dando paso visual a una extraordinaria panorámica de los montes cercanos hacia poniente, y en general de los que destacan en los Valles Occidentales.


            Buen momento para agruparnos, y echar bocao y trago. Todavía queda un extenso nevero en el paco, nevero que no tenemos que tocar para seguir por el sendero e ir acercándonos a la roca en busca de la entrada de la chimenea, en otro cuarto de hora. La chimenea, también equipada, tampoco tiene ninguna dificultad. Por decir algo, podemos mencionar un paso en el que se estrecha y la mochila te puede bloquear, pero sin ningún riesgo, una vez apercibido de ello, corrigiendo la postura se pasa sin mayor problema, ya que esta tirada está considerada de IIIº.


Hacia la chimenea
            La línea de seguro termina en un pequeño anfiteatro, junto a la boca de otra cueva, de la que ni sabemos, ni preguntamos. A nuestra izquierda, y en lo alto, una gran ventana de luz nos indica la salida hacia la suela de la Zapatilla. Es un momento mágico, te sientes como los animalillos que salen de su madriguera y ven la luz y el entorno tras un largo invierno. Las vistas son espectaculares.


Saliendo de la chimenea
            A partir de aquí, comienza de nuevo la sirga a la que confiar nuestra seguridad. Restablecemos el orden establecido y vamos progresando, primero por el interior de una amplia grieta, y luego por una travesía en diagonal en modo andando, seguido de otro tramo más vertical, en el que hay que echar las manos, pero que no pasa de IIº. Atrás se quedan ya los anclajes, cuando llegamos a lo alto de la loma, por la que se puede circular bien, aunque con un mínimo de atención, pues la caída a ambos lados es considerable, muy considerable.

Ahí estamos
            El llegarse a la cercana cumbre es opcional. Hay quien lo hace, hay quien aprovecha para relajarse un poco. Abrazos, risas, fotos y a comenzar el descenso, que se hace por la ladera este, por un vertiginoso sendero también equipado, y no viene mal, porque las consecuencias de un mal paso serían trágicas. Hay especialmente un tramo con una estrecha repisa, donde la roca te hace salir hacia afuera, pero que con cuidado no representa mayor complicación. En media hora hemos liquidado el descenso, que nos deja en el collado de la Zapatilla, amenizado por el paso de una nutrida cabaña de sarrios con su reciente camada, y que despierta nuestras envidias al verlos progresar monte arriba.

            Una vez en el paso de Tortiellas, nos bajamos por él en busca ya de la base de la estación. Una extraordinaria mañana en lo meteorológico y en buena compañía, para hacer esta vía ferrata, que sin grandes dificultades, es muy variada y disfrutona. Al ir a tramos muy pegados a la pared, o incluso dentro de la chimenea, el itinerario del track adquiere vida propia, pero podemos dar por buenos los datos que consideramos aproximados, y que son que hemos recorrido 7 km, en 5h 10’ de tiempo total, del que 2h 25’ han sido en movimiento, para hacer un desnivel en torno a los 740 m D+ y D-. Una nueva actividad del CP Mayencos, esta vez con fierros. Fierros en la pared, y fierros progresando por ellos. Gracias a todos y hasta la próxima.