miércoles, 4 de junio de 2014

Vía Ferrata Peña Rueba

VÍAS FERRATAS
Peña Rueba
Domingo, 1 de junio de 2014



        La Peña Rueba, por algunos considerada como el último bastión sureste de la sierra de Santo Domingo, en realidad más que de ella, participa del conjunto geológico de los conglomerados de Agüero y Riglos, entre los que se encuentra. Con estos últimos, forma una amplia garganta por la que un impetuoso río se abre paso. Un Gállego, que de las Galias trae su nombre al nacer justo en el límite con Francia, allá en el Portalet. 

            Valle de Tena, Tierra de Biescas, Galliguera, todos te quieren para sí, pero has de marchar a embalsar para dar descanso a tu fatigado devenir. De las mansas aguas del ya centenario embalse de La Peña, por cuyas venas corre sangre de mi sangre, sales con ganas de seguirle el paso al tiempo y de reflejar estos inhiestos montes para que se te queden bien grabados en tu memoria, que vas a ir perdiendo en tu vocación de ir en busca de tu morir en tumbas milenarias cesaraugustanas. Sí, en altas cumbres has nacido, y en tierras bajas has decidido acabar tus días. En los 200 km de recorrido desde tu cuna hasta tu lecho, has sido fiel al territorio, como ningún otro río por la izquierda del Ebro, y eso es de agradecer. En ellos has visto de todo, y tan a gusto has estado que seguro que vuelves. Te esperamos.



Aproximación
            Pero no es de ríos de lo que venimos a hablar aquí, que ya lo hemos hecho. Es de montes. Es de una distinta forma de abordarlos, a través de unos equipamientos metálicos que facilitan el acceso por zonas sin ellos sólo aptas, o no, a escaladores. El origen de este sistema, aunque hay algún testimonio anterior, se establece con fines militares en Dolomitas para la Primera Guerra Mundial. Y como tampoco estamos para hablar de historia, al menos de ésta, vamos con la nuestra.

Pechugazos de glera
            Y esa nuestra no es otra que la de las veces que llevamos intentando hacerla en el CP Mayencos, siempre abortada por el mal tiempo. Pero hoy no, hoy no tenemos excusas y podemos decir que la hemos recorrido. En realidad se trata de una cremallera que puedes ir abriendo o cerrando por cualquiera de los dos lados. Es por eso que hay quien piensa que se trata de dos vías. Técnicamente hablando, también pensamos que se trata de dos, porque entre una y otra tenemos la cima y un buen tramo de pared sin anclajes. A gustos. Por nuestra parte, como le teníamos ganas, hacemos las dos. Il capo Juan Bazán, de Aragón Aventura, lo tiene claro, mejor subir por la que se toma más al NW, y bajar por la SE, que es por la que descienden los escaladores.

En progresión vertical
            Es como lo hacemos. Y para ello, nos dirigimos a Murillo de Gállego junto con el susodicho Juan, Josemari, Javier, Sara y Marie. Nos acercamos motorizados todo lo que podemos, y aun con todo tenemos hora y media hasta alcanzar el comienzo de la vía. Un acceso que hacemos a puro de acercarnos a la pared y contemplar ya alguna de sus vías de escalada clásica, aunque equipadas, y unos techos que quitan el hipo. Nos metemos en el circo y vamos avanzando entre una vegetación deseosa, como nosotros, de que le visite ya el buen tiempo que las borrascas de norte le niegan.

Pasos horizontales
            Por una ancha canal y un delicioso tramo llano y herboso llegamos a la base de una corta pero inquieta glera, que nos acerca ya hasta los primeros hierros. Casco, arnés y disipador son, en cinco palabras, los materiales im-pres-cin-di-bles para la práctica de esta actividad. Una actividad que comienza vertical, muy vertical… vamos, del todo. No es una vía para principiantes, más bien ya para iniciados, que con la necesaria concentración no ofrece mayores problemas. En menos de media hora cambiamos de registro, pasando de la verticalidad a la horizontalidad, pues llegamos a la cresta que, además de invitarnos ya a una sucesión de travesías horizontales, no totalmente equipadas, atención!!!, nos ofrece unas excelentes vistas sobre la vertiente norte. A nuestros pies un recién desembalsado Gállego que serpentea abriéndose paso por entre estas peñas. Los sinclinales de San Juan de la Peña y Oroel. Y por encima de ellos, el eje pirenaico que aquejado de moquitas por el lado francés espera una pronta recuperación.



Seguimos cresteando
            Otra media hora hasta la cumbre, un amplísimo espacio para solaz y regocijo. También para echar un bocado. Si impresionantes han sido las vistas hacia el norte, no lo son menos hacia el resto de vientos de la rosa. Unos Mallos de Riglos, con su pueblo a sus pies, que rompen todos nuestros esquemas al tenerlos que mirar por encima del hombro. Unos Mallos de Agüero, también con el suyo, que aunque más alejados y modestos, pugnan por llenar el espacio. Con Rueba a nuestros pies forman una barrera de paisaje entre la montaña y el llano, entre las sierras exteriores del Pirineo y la Hoya de Huesca. ¡Cuánta diversidad! Y todo en el mismo territorio. El Gállego no sale de su asombro. Tampoco nosotros. Como curiosidad, podemos decir que Agüero y Riglos pertenecen a la provincia de Huesca, mientras que el alineado Murillo de Gállego lo hace a la de Zaragoza. Pero los montes pasan de eso, saben que ellos estaban antes que las divisiones administrativas de despacho.

Cielos y abismos. Seres
            El cielo se va viendo decorado por unas nubes de evolución nada sospechosas de que se vuelvan contra nosotros. No nos cansamos de contemplar todo lo que tenemos a nuestros pies. Es auténticamente espectacular el panorama que nos ofrece esta peña. Pero tenemos que marchar, tenemos que bajar, y para ello vamos en busca de la otra vía ferrata que asegure nuestros pasos. Por ladera de inclinación media, con conglomerados y piedras sin conglomerar, atención!!!, la encontramos, al cabo de unos veinte minutos, cuando da comienzo más verticalidad. La verdad es que se agradece. Nos vamos maridando a la sirga, a razón de uno por tramo, atención!!! Al cabo de un cuarto de hora pasamos por la base de un gran apéndice rocoso, también equipado, y es para que los que suban por donde nosotros bajamos, no pasen de aquí y puedan tener el gustazo de hacer una cima.

            Como nosotros ya hemos hecho la nuestra, seguimos bajando, y lo hacemos entre espolones, chimeneas y pasos horizontales, que en media hora nos plantamos en el comienzo de la vía, en nuestro final. Otra media hora más hasta alcanzar el vehículo, ya con calor, más que con el que hemos salido de aquí hace más de cinco horas, de las que en movimiento ha sido una y tres cuartos, con los habituales despistes satelitales al avanzar en vertical. Una verticalidad, y horizontalidad, que de todo ha habido, que nos ha permitido ascender 540 metros de desnivel acumulado, con el consiguiente descenso, en una mañana en la que nos hemos sacado una espinita que llevábamos clavada desde hacía mucho tiempo, y que hará que miremos de otra manera a esta peña a nuestro paso. Como todo en la vida, es cuestión de paciencia… porque al final, todo se alcanza.




Las fotos, alguna de Josemari y Javier, en:


El trac, de Javier, en:

lunes, 2 de junio de 2014

El Cuculo

IXOS MONS
El Cuculo (1.550 m)
Viernes, 30 de mayo de 2014



            Hoy, porque es hoy. Cualquier excusa nos parece buena para echarnos al monte. Ahí teníamos al Cuculo, que no paraba de hacernos guiños, y en uno de ellos, en uno que se ha visto solo, sin nieblas, es cuando nos ha querido enamorar para que lo subamos. Son listos estos montes. Nos dejamos querer.

La peña Oroel rasgando el horizonte
            La emprendemos por el barranco de la Carbonera, a unos kilómetros de Santa Cruz de la Serós en dirección al monasterio viejo de San Juan de la Peña. El bosque está como siempre, como nunca. Grandes seres vestidos de árboles, de arbustos, de pequeñas plantas rastreras, es igual, no hay ser pequeño, sólo hay cuerpos pequeños. Todos están ahí, cumpliendo su función, para sí mismos y para el resto de bichos vivientes que nos acercamos para disfrutar de su compañía, de su entorno, de su estar… La vida fluye entre ellos, y entre ellos y nosotros. No hay mejor sensación que la soledad de un bosque, aunque a decir verdad, nunca estás solo en el bosque.

Caminos, siempre caminos
            Con estas y otras reflexiones se nos pasa el rato. Y mejor así, porque si lo que hay que pensar es en el desnivel, otra cosa hubiera sido, porque hay tramos muy, pero que muy empinados. Pues eso, que en una hora escasa nos plantamos en el collado entre el macizo principal, al sur, a nuestra izquierda al llegar, y esa avanzadilla hacia el norte que es el Cuculo, que quiere asomarse sobre los abismos de la Balancha, para decirle a la cordillera que aunque los avatares geológicos lo han dejado ahí, que aunque los movimientos orogénicos han puesto esa gran depresión por en medio, no paran de verse reflejados con gran admiración en las grandes cimas, de donde el tiempo y la erosión dejan cauces como el ocupado por el Aragón, por el Lubierre, por el Estarrún, por el Subordán, o por el Veral, por citar los más cercanos, y eso es algo que esta humilde cima te muestra con orgullo cuando llegas a ella tras cuarenta minutos desde el collado, por senderos entre erizones y tomillos, que con su intenso aroma nos hace más agradable la ascensión.

El bosque encantado
            Sigue el norte amulagao tras la cordillera. Las nubes no se atreven a pasar, pero sí lo hace el viento, su embajador, que llega recio y frío, sin darse cuenta del calendario que manejamos. Al fin y al cabo, ¿qué más le da? Sólo piensa en hacer valer sus fueros. Todo se eriza ante él, todo se arruga ante él, todo se encoje ante él. No hay quien pueda con él.

            De vuelta al collado, las nubes mueven sus caprichosas formas para dejar paso al sol que más calienta, lo que confiere otra temperatura, otro temple. Subimos hasta el macizo principal, pero desistimos acercarnos hasta su extremo oeste, donde está la ermita de San Salvador, que coquetea con los cuatro puntos cardinales, y que soporta los cierzos más airados… y los bochornos… y los fagüeños… todos.

Restos del pozo nevero
            Una vez llegados a la pista asfaltada, la burlamos para patear el sendero, que a tramos vuela al compás de los buitres que merodean el entorno. Pero es hora de bajar de las alturas y tomar asfalto hasta la pradera de San Indalecio, donde lo primero que nos encontramos son esos restos de antiguos pozos neveros, que tanto ayudaban a la economía doméstica de estos pueblos.

            Sendero hasta el monasterio viejo, y la, que sepamos ineludible, carretera hasta el punto de partida. Hemos invertido 4h 20’ de actividad, de los cuales, 3h 25’ han sido en movimiento, para recorrer los 13,6 km y salvar 900 metros de desnivel acumulado de ascenso y los mismos de bajada. Una mañana como otra cualquiera, pero diferente, en un lugar como otro cualquiera, pero diferente.



Las fotos, en:

lunes, 26 de mayo de 2014

1ª Marcha Senderista de Jaca

ANDADAS
1ª Marcha Senderista de Jaca
"Pueblos de la Solana"
Domingo, 25 de mayo de 2014




            Tantas andadas. Tantos caminos. Tanto tiempo. Tanto esfuerzo. Todo ello es buen aval para que el Club Atletismo Jaca, se haya decidido a organizar una convocatoria que encaje en el Calendario de Andadas Populares de Aragón, que coordina el club Os Andarines de Aragón, en colaboración con la FAM.

Listos para la salida
            El entusiasta grupo de Andarines del citado club, junto con el Ayuntamiento de la ciudad, han querido dar realce a los pueblos de la llamada Vereda Oeste, o en lenguaje más tradicional, la Solana de Jaca, compuesta por Banaguás, Abay, Novés, Araguás del Solano, Caniás, Guasillo y Asieso, con las raíces de todos ellos hundidas en el ya lejano siglo XI de nuestra era. Época y tierras de reconquistas y de revoluciones culturales, de avances castrenses y eclesiásticos, de refundaciones clericales y de intercambios de cromos, muchos intercambios de cromos. Época de florecimiento, de nuevos horizontes, de capitalidad y de fueros. De sangre, sudor y lágrimas, en definitiva.

Abrazando la Ciudadela
          Pero hoy, si hablamos de sangre será la producida por alguna zarza a nuestro paso. Hoy, si hablamos de sudor, será en pocas letras, porque la temperatura nos ha dado un respiro. Y hoy, si hablamos de lágrimas, será de alegría. Sí, hoy es un gran día, el gran día. Hoy se ha recogido el fruto de tanto trabajo, de tanta preparación, de tanta gestión. Todo ello se ha visto compensado cuando en torno a las ocho de la mañana te sientes rodeado por esos más de 160 participantes que recogiendo su dorsal acuden a tomarse su vaso de chocolate con churros para comenzar con fuerza esta jornada.

Cruzando la pasarela en la Botiguera
            Se han dispuesto dos recorridos. El de 15 kilómetros es común al de 30 hasta Abay, segunda y última población visitada para este más corto trayecto que ya se da la vuelta por el llamado camino del río, pasando por ese crucero que aguanta los airados cierzos y que tantos y tantos peregrinos habrá visto pasar y en el que habrán depositado sus plegarias. Volviendo a la Botiguera, continúa ya hacia Jaca, entrando por el Columbario hasta el puente de San Miguel, joya del románico tardío. Una vez cruzado, subir recto hasta el Rompeolas con llegada en el punto de partida, ejemplo de catedral románica europea, casi milenario testigo de una época que trajo el esplendor a esta tierra.

Llegando a Banaguás
            
Camino de Abay
            Junto con Olga, nos toca abrir el recorrido de 30 km, que une todos los pueblos de la Solana, que baja barrancos, que sube coronas, por unos caminos que se reconcilian con los andarines, que se reconcilian con el tiempo, que nos guiña el ojo y que esperemos lo tenga más abierto que cerrado. Pues bien, vamos a ello.

        Aunque no es una marcha competitiva, desde los primeros pasos cada uno va buscando su sitio para desarrollar el ritmo que le haga terminar más cómodo. Dejamos atrás la Catedral, dejamos atrás la Ciudadela, y nos llegamos hasta el Rompeolas, para iniciar el Camino de Santiago, que nos permite ya ir viendo alguno de los pueblos por los que hemos de pasar. Cementerio y continuamos el jacobeo, hasta cruzar el canal y bajarnos al soto para cruzar el rio Aragón por esa pasarela colgante que hubo que reparar tras las avenidas de hace año y medio. El cielo y la tierra siguen haciendo buenas migas.

Cruzando el Lubierre
            El barranco de Castelillo, en sus últimos suspiros nos acoge para sacarnos al camino que viene de Abay, por el que tomamos dirección a Jaca hasta que nos desviamos para subir a Banaguás. El ambiente está húmedo y no hace calor, sin embargo hay que beber, y lo hacemos aquí, en la plaza custodiada por la iglesia de San Juan Bautista y la casa abacial. Seguimos a por la segunda etapa. Por una vereda junto a fosforescentes campos de cereal, y con la vista puesta en los montes pinatenses, volvemos a cruzar el barranco de Castelillo para subir de nuevo a una corona y volverla a bajar para entrar en Abay, donde nos ofrecen ya algo para comer, y no sólo para beber. Llevamos como 10 km, y éste será el punto de retorno de los que participan en la de 15 km, que volverán ya directamente a Jaca.

Novés y Araguás a la vista
            Nosotros seguimos en dirección a Ascara, hasta toparnos con el Lubierre, que nos trae sus esencias de la cabecera del valle de Borau. Comienza un tramo que discurre por bolos de río, el que cruzamos cómodamente en tres puntos gracias a las últimas actuaciones. Con claro rumbo hacia el norte, enseguida se nos abre a la vista un panorama de verdes campos a derecha e izquierda, que las primeras gotas de lluvia realzan la visión de los tres próximos pueblos a visitar, Novés, Araguás del Solano y Caniás. Llegamos al primero con esas gotas que quieren afianzarse. También agua por dentro, que nos ofrecen junto a la iglesia.

Pasos perdidos entrando
en Araguás del Solano
            Rendimos homenaje al pueblo, que como en todos, hemos de callejear hasta dar con su salida. Sigue lloviendo. Agua que alegra a los campos, que alegra al ambiente. Nos dirigimos hacia Araguás del Solano por unos cientos de metros de asfalto. Estamos en el punto más alto y más lejano del recorrido. También tenemos aquí avituallamiento. Dejamos atrás este cuarto núcleo, y por camino de viejo, y con hierbas a la rodilla vamos a por el quinto, y lo hacemos bajando a la carretera de la Solana, para en cuestión de unas decenas de metros, a la altura del molino, ir en busca del Lubierre. Abrazados a él lo remontamos hasta cruzarlo por un puente poco medieval de cemento y tubos, pero que hace su papel.

            Como todo caminante sabe, el río es el punto más bajo de cualquier itinerario, de modo que de nuevo a subir, y en esta ocasión, por un sendero con algún tramo verdaderamente bucólico. Cumpliendo el segundo tercio, llegamos a Caniás, donde nos ofrecen sólidos y líquidos para continuar nuestra ruta, que inicia un corto recorrido por carretera hasta meternos a la izquierda por un camino entre campos, y ya directos en dirección oeste, sin dejar de ver esa extraordinaria panorámica que es el Campo de Jaca, con ese barco varado en el espacio y el tiempo, que nos muestra su figura desafiante. Hablamos de la Peña Oroel.



Rincones para perderse, en Guasillo
            Coronas y barrancos recorremos hasta llegar al próximo objetivo, Guasillo, el decano de la Solana, mencionado ya en documentos del siglo X. La parroquial de San Adrián luce en su fachada principal el emblema pinatense, un Agnus Dei coronado. Bebida isotónica y a continuar hacia Asieso, donde nos echamos el último trago de agua y bajamos ya hacia el río Aragón, ese que da nombre al territorio. Por buen camino y buenas vistas salimos de nuevo a la carretera, bajo el cerro de San Miguel, y en unas decenas de metros la abandonamos para dejarlo a nuestra derecha y bajar hacia el puente de románico tardío, bien encajado en el paisaje.

            Tras él, un desvío a la derecha para subir a la corona de Jaca por la Diagonal, que nos aúpa hasta el Rompeolas. Un rodeo a la Ciudadela, para poderla contemplar por sus cinco costados, nos lleva de nuevo a enfilar la entrada hacia la Catedral, dando por concluido este extraordinario circuito que ha nacido con vocación de quedarse, y que los amigos del Club Atletismo Jaca se han currado ofreciéndonoslo a propios y extraños, que no lo son si aman estas tierras tanto como nosotros.


            La comida en el Palacio de Hielo pone el cierre a esta extraordinaria jornada pasada entre amigos, por los caminos de la Solana de Jaca, y que esperamos verlos al año que viene, que seguro que se mejora y amplía la oferta. El terreno da de sí para ello, y esta gente que la organiza, también.


Artículos relacionados:

El viernes estuvimos, una vez más, reconociendo el terreno. Las fotos, en:
  
Y las fotos de la jornada senderista, en:

martes, 20 de mayo de 2014

Géminis evolutivo

GÉMINIS evolutivo
21.may.14  02:59
21.jun.14  10:51
(hola solar)



            Seguimos con la descripción de los rasgos fundamentales de cada signo zodiacal, según la evolución del individuo. Le toca el turno a Géminis, el tercero y último de primavera. Por tanto, tras definir con sendas frases sus arquetipos involutivo y evolutivo, pasamos a dar unas pinceladas de lo más destacado atendiendo al nivel de evolución.




            El Arquetipo Involutivo es: “que la inestabilidad realice su trabajo”, por lo que el individuo realizará en las primeras etapas de experiencia los conflictos de dualidad representados por el contraste materia vs espíritu. Significará cambio y experiencias, que le llevarán a maduración personal, lanzándolo a la búsqueda de valores más trascendentes. El Arquetipo Evolutivo es: “reconozco mi otro yo, y en la decadencia de ese otro yo, resplandezco y crezco”, por el que el individuo busca la unificación entre el alma y la personalidad, convirtiéndose en mensajero para la humanidad, conservando su versatilidad.

            El Tipo Inferior de Géminis tiene una psicología basada en lo primitivo y superficial, siendo muy inestable, ligero y adaptable. Es raro que muestre apego profundo hacia recuerdos, lugares, personas o cosas del pasado. Puede cambiar muy rápidamente de ropa, estudios, trabajo, amistades o residencia, igual que lo hace de su opinión sobre las cosas. Está en todo y en nada, con continua división interna, que le impide perseverar en nada. Su cuerpo astral necesita constantemente emociones nuevas, excitantes, tendiendo al vagabundeo afectivo. Antojadizo, inestable, itinerante. Necesidad de comunicación que degenere en sensacionalismo, morbo o crítica. Superficial en lo afectivo, tendente al poco compromiso, y a los cambios constantes, lo que le lleva a la infidelidad. Su facilidad para el cambio le hace muy adaptable, lo que puede degenerar en astucia y picaresca, que puede utilizar para el engaño.

            El Tipo Medio de Géminis es un gran explorador mental, con curiosidad intelectual por todas las facetas de la vida. Quiere conocerlo todo. Ese afán le lleva a estar interesado por los viajes por lo que supone de intercambio y enriquecimiento de personas, idiomas culturas, con gran talento e ingenio para la  conversación. Mentalmente lógico y racional, con capacidad para la concentración y la asociación mental. Va a lo concreto, rehuyendo de lo filosófico y espiritual. Buen lector, asimila y reconvierte la información para elaborar nuevas ideas que transmite a los demás. Conscientemente o no, busca un ideal, aunque ignora cuál. Disposición alegre. De talante liberal, no conservador. El dinero lo utiliza para saber y conocer, más que para tener. Huye de la rutina, y necesita continuos estímulos físicos, afectivos o mentales. No es amigo de contratos matrimoniales ni compromisos, ya que coartan su libertad, sin embargo es  muy sociable y no soporta la soledad.

            El Tipo Superior de Géminis, debido a su versatilidad y experiencia en la vida, en etapas anteriores, desarrolla el sentido del discernimiento, lo que le convierte en liberal y progresista, no dogmático ni fanático. Esa versatilidad ha evolucionado hacia la comprensión fluida y analítica de las personas y de las circunstancias. La facilidad para el acercamiento mental hacia cualquier dirección, desarrolla la capacidad intuitiva, lo que le hace abarcar y comprender los extremos, convirtiéndolo en un buen mediador, facilitado también por su necesidad de comunicación, y no sólo entre sus congéneres, sino entre él y todos los reinos de la naturaleza, e incluso entre él y los niveles superiores, lo que le confiere buenas facultades mediúmnicas, en pos siempre de una integración consciente.

                Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Géminis y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


                 
                El orto del sol al comienzo y final de Géminis, es (hora solar):
21 de mayo        amanece 04:54
21 de junio         anochece 19:48

                Las lunas de este mes de Géminis, son (hora solar):
·         Menguante, en Piscis                   Miércoles, 21 de mayo, a las 13:00
·         Nueva, en Géminis                        Miércoles, 28 de mayo, a las 18:41
·         Creciente, en Virgo                       Jueves, 5 de junio, a las 20:40
·         Llena, en Sagitario                        Viernes, 13 de junio, a las 04:13
·         Menguante, en Piscis                   Jueves, 19 de junio, a las 18:40

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Fuente del texto: Apuntes extractados de Antroponomía y Vitacultura
Imágenes: Extraídas de diversas web


domingo, 18 de mayo de 2014

Monte de San Cristóbal

ANDADAS
Monte de San Cristóbal (Alpartir)
Ojos de Pontil (Rueda de Jalón)
Sábado, 17 de mayo de 2014




            Para las sensibilidades no existen las altas ni las bajas cimas. Vida la hay en todas partes, y hoy vamos en pos de ella a baja cota. Vamos, decimos, a la sierra de Algairén, que forma parte del sector central de la Cordillera Ibérica, y que esconde rincones con una extraordinaria variedad botánica, como ésta que llevamos entre manos.

Entre retamas salimos de Alpartir
            El Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) convoca asiduamente jornadas y seminarios de divulgación botánica, y el encargado de hacerlo es Daniel Gómez, investigador del centro y responsable del herbario de Jaca, tercero en importancia de España y primero en especies pirenaicas. Le acompaña Roberto del Val, agente de protección de la naturaleza de la DGA en la zona, buen conocedor del territorio y de sus plantas, divulgador e impulsor de rutas botánicas, como la que hoy nos ocupa.

Fuente en el convento
            Comenzamos desde Alpartir para visitar el recinto y las ruinas del convento de San Cristóbal, que significa "portador de Cristo", en cuya historia merece la pena detenerse. Fue construido en el siglo XV, concretamente en 1444, fundado para “recreo espiritual y honesta diversión de los Padres Claustrales de San Francisco, de Calatayud”, que comenzó siendo un pequeño eremitorio, y se convirtió en un convento en toda regla, con su iglesia, ermita de la Virgen del Pilar, sus dependencias monacales, sus huertos, caleras, neveros… todo ello intra muros de un cercado de más de un kilómetro de perímetro, del que se conserva buena parte. Como curiosidad, cabe destacar una fuente en la zona principal de su interior, algo que no es habitual en estos montes, y que desde luego, sería determinante para ubicar el complejo. Muy cerca, aunque fuera de los muros, están las ruinas de la ermita de San Clemente.

Ruinas de la iglesia
            Al margen de la presencia de la fuente, con ese flujo ininterrumpido de agua, la situación estratégica es auténticamente privilegiada, siendo atalaya sobre una muy extensa panorámica que llega desde los cultivos de Alpartir hasta las huertas de La Almunia, en primer término, y la depresión del padre Ebro a los pies del pre Pirineo, a continuación. Con mejor o peor suerte, estuvo habitado hasta la desamortización de 1835. Casi cuatrocientos años de vida, de mucha vida. Si tenéis interés en ahondar en la historia, lo podéis hacer directamente consultando la página web de sus sucesores http://www.ofmval.org/7/ara/30aragon/01conv/16alpartir.php.

Una de las muchas paradas
            En torno a estas ruinas, a lo largo del cerro donde se encuentran, comienza y termina una circular ruta botánica, que cuenta con 30 paneles informativos de otras tantas especies vegetales que colonizan estos suelos, y que sería prolijo mencionar, teniendo en cuenta además que somos legos en la materia. En esta dirección tenéis información detallada: http://www.asafona.es/revista/?p=1040.

Pozo nevero abovedado 
              Al poco de arrancar, a la altura del segundo panel, nos encontramos las ruinas de la ermita de la Virgen del Pilar, mandada edificar en 1652 por Jaime Ximénez de Ayerbe, canónigo del Pilar. Junto a ella hay uno de los neveros, llamados así unos pozos en los que se conservaba la nieve para uso fuera de temporada. Seguimos enfilados por el sendero, que nos conduce hasta los límites del muro, que tenemos que sobrepasar para continuar por corta pendiente y encaramarnos a lo alto del monte, coronado por un vértice geodésico. Estamos a 735 metros de altitud, y se mejora ostensiblemente la vista respecto a las del convento, especialmente porque desde aquí se dominan los 360º de horizonte, en concreto sobre el valle del Jalón y sus poblaciones. Y qué decir de los montes, por aquí tenemos las sierras de la Nava y Monegré, Tablado, Virgen y Vicor, y cómo no, la máxima altura de la Ibérica, el Moncayo.

Dando explicaciones en la cumbre
            Visita a la planicie cimera en busca de lirios, que para cuya máxima expresión floral hemos llegado como dos semanas tarde. Acometemos el descenso por sendero poco firme y empinado, siguiendo más paneles informativos. A la altura del nº 20, que nos muestra el aladierno, se encuentra la boca de la cueva del Tío Chirras, descrita por vez primera en 1971 por el Grupo de Espeleología Martel, de Zaragoza. Hasta el 27 nos lleva la bajada, en la que vemos restos de caleras, y que nos deja en la ermita de San Clemente, extra muros, mandada edificar por fray Clemente Tejero en 1613, en honor del papa del mismo nombre. Para terminar el circuito nos quedan 3 paneles, pero dado el retraso horario que llevamos, optamos por regresar ya directamente sin volver a entrar en los muros del convento.

Salvia
            Qué decir de la labor divulgativa de Daniel. Pues que nos contagia de su entusiasmo y de su pasión por este mundo de las plantas, que encierra no solamente el conocimiento de una extensísima clasificación, que también, sino todo lo que con unos criterios básicos podemos entender sobre su vida y su adaptación al medio. Hay que partir de la base de que son las flores, que no dejan de ser “sólo” una de las partes de la planta, las determinantes para definir la estructura de dicha clasificación, y que por su forma se dividen en familias, y que hay cientos de ellas, pero que en 6 u 8 están incluidas el 90% de las plantas que nos podemos encontrar.

Daniel en acción
           Otro aspecto apasionante a tener en cuenta es el concerniente a la capacidad de adaptación que tiene cada especie, cómo se las ha arreglado evolutivamente para, bajo la premisa de mínimo esfuerzo y máximo ahorro, conseguir la máxima eficiencia reproductiva. Y en cuanto al hábitat, decir que si todas las partes de la planta están en dos medios, el aéreo y el terrestre, nos están comunicando mucho de lo que ocurre en ellos dos, es decir, el clima y los suelos, y no sólo los actuales, sino echando la vista atrás tratando de seguir el hilo evolutivo que las ha traído hasta nuestros días.

            Todas estas ideas, es lo que nos transmite cada vez que nos muestra una planta, que son varias veces a lo largo de todo el recorrido, apoyado, desde luego, por Roberto, gran conocedor del territorio, y Pedro, geólogo, que también nos acompaña.

En el aula de los Ojos de Pontil
            De vuelta, a Alpartir a echar un bocado, y seguidamente nos dirigimos hacia Rueda de Jalón, para visitar uno de esos lugares que merece la pena conocer. Se trata de los Ojos de Pontil, un humedal de unas 6 Has de extensión, y que es un conjunto de manantiales de grandes dimensiones, rodeados de una zona húmeda con vegetación palustre de gran valor ecológico. Estas surgencias ofrecen un caudal medio de 400 l/s de agua a 22,4 º, conjunto que destaca por estar ubicado en medio de una zona esteparia. Tras varios estudios, el origen de estas aguas lo han encontrado en los amplios afloramientos de calizas adosados a la sierra de Nava Alta, donde se filtra el agua de lluvia hasta alcanzar el nivel freático, hasta a más de 100 metros de profundidad, a partir de lo cual inicia un lento camino a través de los poros y fracturas de las calizas, terminando en los Ojos, donde una falla hunde la formación, provocando el rebose.


           A su alrededor hay creada una vasta zona de humedal con más de 100 especies localizadas, entre las que destacan las sosas, tamarices, juncos, aneas, y los carrizos, que se están haciendo los amos del territorio, convirtiéndose en especie invasiva.

                Y poco más, amigos. Una jornada distinta, en la que se ha puesto de manifiesto, una vez más, que la naturaleza, aun en su más mínima expresión, nos puede dar lecciones, haciendo bueno el dicho de que no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta a los cambios, lo que es una muy buena lección a aprender, y que de la que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos, así como a Daniel, Roberto y Pedro por todo lo que han compartido hoy con nosotros.



martes, 13 de mayo de 2014

El infierno de Larrau

AQUERAS MONTAÑAS
El infierno de Larrau
Domingo, 11 de mayo de 2014



            En las actuales generaciones no lo sé, pero en la nuestra nos enseñaron que el infierno era un lugar de fuego eterno, por lo que piensas que si algo va a sobrar allí va a ser calor. Sin embargo, hoy lo que hemos visto y sentido ha sido todo lo contrario. Sí, hoy hemos asistido a otro concepto muy distinto de infierno, ya que desde el mismo punto de partida, hasta el de llegada, que improvisadamente ha sido el mismo, nos hemos visto envueltos en una auténtica ratonera meteorológica, totalmente inesperada en esta época del año, pero que nos recuerda que siempre hay que contar con ello.

            La montaña no es muy distinta a las personas. De visita ocasional suelen ofrecer siempre su mejor cara, pero si las frecuentas te puedes encontrar con la otra, con la menos amable, lo que te obliga a gestionarlo en condiciones, para salir lo más indemne posible.

Logo de la Sociedad de
Montaña Sherpa,
de Logroño (extraido
de su propia web)
            La Sociedad de Montaña Sherpa, de Logroño, por medio de unos de sus habituales programadores de salidas, Román Soriano y Rosa Heredia, nos habían enamorado con esta travesía por una de las aristas más bellas del Pirineo Navarro, que por línea fronteriza une el puerto de Larrau (1.580 m), en la cabecera del valle de Salazar, con el refugio de Belagoa (1.420 m), en el vecino valle del Roncal, con el reciente marcaje del GR 12 como hilo conductor.

            Y la cosa prometía, porque el escenario es extraordinario. El pico Orhi, con sus 2.020 metros de altitud es la primera cima de más de dos mil metros que nos encontramos en el Pirineo si venimos desde el Cantábrico. A sus pies está el mayor hayedo/abetal de Europa, el de Irati. Está en la muga entre Nafarroa y Zuberoa, si lo decimos en el habla local, y es el punto de partida de esta atractiva travesía, concretamente el puerto de Larrau, por donde discurría una buena parte de la llamada Ruta de la Lana, itinerario seguido durante siglos por las caravanas de mulos que exportaban la fibra animal a Europa.

Orhi (web pirineos3000)
            Ayer pasamos calor en el monte, y para hoy teníamos anunciado un cambio de tiempo, con entrada de frente y bajada de temperaturas, pero lo que nos encontramos es mucho más que eso. En los 1.580 metros de altitud de este puerto tenemos una niebla cerrada con una ventisca de norte que trae una fina lluvia que antes de ponernos a andar ya la sentimos sobre nuestra piel, y al poco de ponernos a andar, en cualquier parte de nuestro cuerpo.

Selva de Irati (web megaconstrucciones)
Hay quien, los menos, deciden no afrontar la situación y quedarse en el autobús, que vemos marchar rumbo a la cabecera del Roncal, donde está previsto que nos recoja. La mayoría, y somos en torno a 45/50 vamos saliendo, y pronto se evidencia el distinto ritmo y el gran inconveniente que supone. Al encontrarnos en condiciones de escasa visibilidad debido a la niebla, hemos de ir todos juntos, procurando no perder contacto visual entre unos y otros, pero para los rápidos significa que han de ir esperando con frecuencia, lo que supone acrecentar la sensación de frío que ya se tiene andando; y para los menos rápidos, que se ven un tanto obligados a forzar su ritmo.

Puerto de Larrau (web paisajesciclistas)
            Lo previsto era hacer el cordal, con posibilidad de ascender a las accesibles cimas del Orbizcaya (1.656 m), el Gaztarria (1.725 m), el Ochogorrigañe (1.925 m), el Baracea (1.893 m) y el Lacarchela (1.982 m), por lo que el mayor atractivo de esta ruta estriba en las vistas que nos ofrece a ambos lados de donde discurrimos, que evidentemente hoy se lo guarda para sí mismo. Frío, lluvia, niebla, viento, son ingredientes que se añaden además, desde el principio, a este guiso, que para que no se convierta en desaguisado, aun apurando la situación a criterio de algunos, y no siendo motivo para ello, a criterio de otros, se toma la decisión de volver.

Ochogorrigañe (web mendiak)
            Habiendo llegado casi a mitad de camino, en el mojón 244 de la muga nos vemos llamando al rescate del autobús, para que vuelva a Larrau a recogernos. Y aquí estamos de nuevo, al cabo de tres horas desde que hemos salido, chupidos d’aigua por fuera y por dentro, pero contentos por haber tomado la decisión acertada. De camino valle abajo, de camino hacia el buen tiempo, hacemos parada en Ochagavía para comer y echar algo caliente al cuerpo, pero nos encontramos un pueblo tomado por las celebraciones de comuniones infantiles, lo que nos obliga a ir buscando abrigos por los rincones de sus calles.

            El recuerdo en la convocatoria de los organizadores, sobre la necesidad de traer dos litros de agua y crema solar no ha sido el suficiente motivo como para convencer al tiempo y que nos dejara usarlo, de todos modos, como en todas garitas hay que hacer guardia, no se puede considerar que haya sido una mala jornada. Distinta, eso sí. Y no se puede decir que no hemos hecho gasto, ya que hemos recorrido casi 12 kilómetros, con 530 metros de desnivel positivo acumulado, y los mismos de descenso, en 3 horas y cuarto de actividad, de las que más de 2 y media han sido en movimiento. Habrá que insistir en esta bella ruta. Sin duda.

Único instante lúcido de la jornada. De vuelta al autobús.


Las pésimas condiciones meteorológicas han posibilitado hacer tan sólo la foto de salida y la de llegada.