domingo, 6 de enero de 2013

Con raquetas a Pombie

RAQUETAS
Con raquetas a Pombie (2.032 m)
Soum de Pombie (2.134 m)
Pic de Moustardé (2.055 m)
Sábado, 5 de enero de 2013


  




         Viernes noche. Suena el teléfono.

-          ¡Hola Chema!
-          ¡Hola Javier! ¿Qué pasa?
-          Que estoy saliendo de Zaragoza y tendría que mirar mañana un camino, para hacerlo con raquetas con el grupo a mitad de enero, y era por si me podías acompañar.
-          Sí, sí, sin problemas, ya había echado planes, pero los que he hecho los puedo deshacer. Y, ¿a dónde quieres ir?
-          Pues es uno que sale de Escarrilla…
-          Podemos pasar a verlo, pero el arranque cuenta que estará sin nieve. De todos modos, si tú quieres podemos acercarnos, y para hacer raquetas, siempre tenemos el Portalet.
-          Ok. Te recojo mañana.

Peyreget y Midi d'Ossau
Así empieza la historia de hoy. Pues bueno, no es mal comienzo. Nos encaminamos hacia el Valle de Tena. Comentamos el camino de la Partacua. Subimos hasta Lacuniacha, y ni rastro de nieve. Definitivamente, nos vamos al Portalet. Pasadas las once de la mañana, de una mañana radiante, extraordinaria. Son regalos de este anticiclón que nos está achicharrando el invierno, que nos está achicharrando la nieve, que nos está achicharrando la moral. Pero mientras esté con nosotros, habrá que disfrutar de él. No hay más remedio.

Filas de coches en la carretera. Midi d’Ossau y Peyreget, dominando el Circo d’Aneu, que es nuestra opción invernal para pasar otra buena mañana de raquetas. Nos las ponemos ya a pie de carretera, y arreamos ya camino del refugio de Pombie. Mucho personal raqueteando y con esquís de montaña. Subimos hasta el collado (2.129 m), desde donde tenemos una buena panorámica de todo el circo. También el refugio de Pombie, a donde nos dirigimos. El viento nos azota, pero al bajar un poco se le pasan las ganas.

El sol, reinando en la mañana
A partir del collado se abre una cuenca a nuestra derecha, con una pendiente considerable. Es el Caillou de Soques, que llega hasta la carretera, a varios cientos de metros por debajo. El camino es estrecho, con tramos en los que la huella permite andar con las dos raquetas en paralelo, pero con otros en los que sólo cabe una, de modo que hay que andar con una delante de la otra.

El viento crea unos ventisqueros y unos caprichosos campos de dunas que tapizan el suelo decorándolo con bellas formas.

Finalmente, y a casi dos horas de haber salido del coche, llegamos al refugio. Situado a 2.032 metros de altitud, está en un lugar estratégico, en un lugar privilegiado, con un ibón a sus pies, ibón que está aletargado bajo una capa de hielo y nieve que nos niega su visión, pero sabemos que está ahí, con los ojos cerrados, a la espera de su momento para regalar a todos su belleza.

Ibón de Pombie, bajo la nieve
El refugio guardado está cerrado. Sólo abierto el libre, en el que podemos ver una sala con cocina, bancos, mesa y algo de comida; y otro cuarto con catres y mantas. En el pasillo, terminal para aviso de socorro. ¿Qué más se puede pedir? Varios montañeros en el exterior echando un bocado. También nosotros. Es gente mayor. También nosotros. Son franceses. Tampoco nosotros. Pero aunque no tenemos en común el idioma, hay algo mucho más fuerte que nos une, y es la admiración por estos paisajes, la admiración por estas montañas, por este sol, por este aire, por esta luz. Sí, es algo en común.

Algo más de media hora se nos va entre bocado y bocado, entre reflexión y reflexión. Hay que marchar, hay que dejar este extraordinario lugar. Volvemos al collado (2.129 m), y lo hacemos por el mismo camino ladeando por esta empinada pendiente. Desde aquí, hacia el E se nos abre un cordal, que comienza por el Soum de Pombie (2.134 m), al que abordamos y continuamos hasta el Pic de Moustardé (2.055 m), desde donde nos volvemos a empapar de tanta y tanta belleza que tenemos a nuestros pies.

De vuelta al collado y para abajo, con una nieve ya transformada, pero que no impide que descendamos hasta el plató del circo, y alcancemos el coche para volver a nuestro valle, para volver a Jaca. Cuatro horas, paradas incluidas, para hacer los más de ocho kilómetros, y los 1.080 metros de desnivel acumulado.

La guinda de la tarta es que parando en Escarrilla, encontramos el arranque del camino que buscábamos, de modo que un día 10.


El reportaje completo de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/ConRaquetasAPombie





martes, 1 de enero de 2013

Mal año, mal pelo... y más

ENTRENOS
MAL AÑO, MAL PELO... y más
Año Viejo y Año Nuevo
Entreno con Baño
Sansilvestre Villanúa
Lunes, 31 de diciembre de 2012



            La Vida envuelve todos nuestros actos. La Vida envuelve todo nuestro entorno. Es algo que saben bien los vitacultores. Y también saben que el ser humano, en su actual estado, está atrapado en dos parámetros, el espacio y el tiempo. En el plano físico no podemos escapar a ellos. También se sabe, y eso por parte de todo el mundo, que el espacio, el entorno, el medio natural está lleno de vida, es vida. Pero lo que no se tiende a considerar con tanta facilidad es que el tiempo también es un ser vivo. Sí, lo es.

            El tiempo tiene su pasado, su presente y su futuro, como cualquier ser vivo. Y como con cualquier ser vivo podemos interactuar con él. Pero eso sólo en el presente. El pasado es algo sobre lo que ya no podemos actuar; es un archivo que podemos analizar, del que sacar conclusiones, pero no podemos reescribir sobre él. Al futuro lo llamamos porvenir, y es por eso, porque está por venir. Sobre él tampoco podemos actuar directamente, pero sí lo podemos hacer sobre el presente, y esa es la clave que vamos a tratar de descifrar.

            El presente es el resultado del pasado, es el fruto de nuestra simiente del pasado, de modo que no podemos hacer mucho por él, pero sí podemos, y debemos, hacer y mucho en él, y de ese modo actuaremos por y para el futuro, porque será el resultado del presente. Debemos ser capaces de proyectarnos hacia el futuro, visualizándonos, viendo cómo nos queremos encontrar en varios años hacia delante, para ir encaminándonos hacia ello.

            Todo esto para decir que si el tiempo es un ser vivo, debemos considerarlo así en momentos como estos en los que despedimos el viejo año y damos la bienvenida al nuevo. Nos despojamos de vestidos viejos, raídos, sucios, impregnados por todo lo negativo que hemos vivido en el periodo que termina, y nos disponemos a estrenar otros nuevos, que en principio son sólo unas telas sin darles forma, pero que en estos primeros días del mes hemos de ir ajustando a nuestra talla para lucirlos el resto del año.


            Este trámite de año viejo y año nuevo en estas fechas no obedece a ningún patrón biológico, es puro convencionalismo, pero no quita para que influya y mucho sobre nosotros. Por ello hay que verlo como un símbolo. Para despedir el año, en muchas culturas ancestrales lo hacen con ritos de purificación. Y el agua es un buen elemento para ello. En la actual civilización occidental, tan alejada de la naturaleza y sus manifestaciones ven estas cosas como impropias o coloquialmente “de locos”, pero no hay que dejarse intimidar y hacer lo que se considere más adecuado. Como todos los años, un grupo de amigos hacemos un entreno especial en la mañana de Nochevieja, y es que terminamos con un baño en las aguas del río o barranco que elegimos con anterioridad.

El grupo en la fuente de Sinués
            En esta ocasión, hemos vuelto a las pozas artificiales construidas en el río Estarrún, unos cientos de metros por encima de Lastiesas. Sí, dejamos los vehículos y subimos trotando por la carretera de Aísa hasta el desvío de Sinúes, por el que nos metemos. Dos kilómetros de empinada carretera para llegar a este bello y recóndito pueblo, que dejamos atrás para dirigirnos a un camino de monte que nos sube a un mirador señalizado sobre una cresta caliza, desde donde se observan las cimas nevadas de la cabecera de este solitario y atractivo valle: Llanas de Bozo y Garganta, Aspe… y el gigante comarcal que se deja ver también desde aquí, la Collarada, la cumbre más alta desde que la cordillera comienza de rodillas dejando de ser cántabra.

Bajando por el robledal
Seguidamente, y ya de bajada, nos metemos en el robledal, un extraordinario y bucólico bosque que nos permite impregnarnos de su magia, impregnarnos de su pureza, impregnarnos de su energía, a lo largo de varias vueltas y revueltas, que nos depositan de nuevo en la carretera, en un lugar muy próximo al desvío que hemos tomado para subir. De vuelta por la carretera hasta las pozas, y sin pensarlo mucho, al agua, para luego compartir los productos propios de estos días, regado todo ello por una botella de cava… y un té caliente que oportunamente Xaro nos ofrece. Ha sido hora y cuarto para hacer los cerca de doce kilómetros, contando paradas, en esta fría mañana, en la que nos hemos encontrado hielo en alguno de los tramos.

Pozas de Lastiesas
Pues ya está, un año más hemos sobrevivido al momento, en una mañana en la que el sol no ha podido con unas nubes altas que anuncian el cambio de tiempo que se pronostica para esta noche. Con un sol, decimos, que a pesar de todo, ha hecho sus esfuerzos para acompañarnos tímidamente y hacernos el rato un poco más agradable.

Despedidas, buenos deseos, y cada mochuelo a su olivo. Pero no queda ahí la cosa, no, que hay quien le ha parecido escasa la “purificación” y lanza el órdago de correr la Sansilvestre en Villanúa. Pues ahí que estamos. Son las seis de una tarde calmada y agonizante, con muy pocos grados, y con un ambiente espectacular, cuando llegamos al polideportivo, en el que entre cientos y cientos de personas disfrazadas de lo más insospechado, tomamos la salida. Acudimos con Jesús, pero nos encontramos a mucha gente conocida. De los de esta mañana, Álvaro y Javier, pero hay más, muchos más. Han sido sólo en torno a tres kilómetros, que hemos hecho en un cuarto de hora, a la marcheta, pero ya empiezan a notarse en las garrillas tanta “purificación”.

Tras la Sansilvestre en Villanúa
Bueno, como creemos que ya tenemos bastante por hoy, a ver si entramos con buen pie en este año que va a comenzar, en el que no hay muchas razones para pensar que, en líneas generales, va a ser mejor que el que termina, pero para el que debemos de hacer un esfuerzo para disminuir nuestras dosis de victimismo y de lamentación, y aumentar las de ilusión, optimismo, ganas, proactividad, en definitiva, para afrontar lo que venga, para sentir que, al menos, por lo que a nosotros respecta hacemos lo máximo que podemos hacer para sobrellevarlo, y como un ser vivo que es, hacemos todo lo posible por alimentarlo con buenas viandas.

Muchos ánimos a todos y Feliz Año Nuevo!!! 


Los reportajes completos de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/BanoDeNochevieja2012
https://picasaweb.google.com/chematapia/SansilvestreEnVillanua


domingo, 30 de diciembre de 2012

Raquetas en el Circo d'Anéu

RAQUETAS
Raquetas en el Circo d'Anéu
Sábado, 29 de diciembre de 2012



          Las grandes inestabilidades atmosféricas suelen venir precedidas de algún día extraordinario, días anticiclónicos, con vivos azules y un sol radiante. Estamos pues en uno de esos días, y lo aprovechamos para echarnos de nuevo al monte, con los amigos Juan, Sofía e Íñigo. Y de qué modo mejor que raqueteando por ese escenario grande, luminoso, de suaves pendientes, lejos de toda la parafernalia de los cercanos remontes de Formigal, y con el omnipresente Midi d’Ossau. Estamos hablando del vecino circo d’Aneu, que al ser Parque Nacional está libre de cualquier elemento que altere la armonía del entorno, y que por más que congregue a muchas personas es tan grande que no se notan aglomeraciones de personal. Sí, es grande, en todos los sentidos.

Otra forma de disfrutar
            Sobre las once de esta preciosa mañana, y con una ligera y fresca brisa de sur, dejamos el vehículo junto a otros muchos que hay a pie de carretera y nos disponemos a calzarnos las raquetas. La nieve está dura, excelente para esta disciplina, cada vez más popular entre los que queremos acercarnos a las montañas en esta época del año. Vemos también esquiadores de fuera pista, que con sus tablas de travesía gustan de abordar también las cumbres nevadas.

Extraordinaria cuenca d'Anéu
            Ascendemos por la parte derecha de la cuenca, para ir subiendo poco a poco, hasta alcanzar un alto rocoso, en cuyas soleadas faldas hacemos un descanso para echar un bocado y disfrutar de ese sol que no encuentra ningún impedimento para calentar, para vivificar casi toda esta zona que tenemos a nuestro alrededor. Y decimos casi toda porque al ir tan bajo en estos días tan cercanos al solsticio, las cumbres medias que cierran el circo por el sur quieren protagonizar con su sombra esos cambios de temperatura que hemos ido notando al subir.

            Momento de solaz y regocijo, como decimos, de contemplación y de aporte calórico de alimentos. Y poco más. Vamos bajando buscando el fondo del barranco, observando esas foyas que caprichosamente van construyendo los vientos. Conforme vamos descendiendo vamos coincidiendo con más y más grupos de personas, algunas de edad avanzada, que da muy buena sensación el verlos haciendo ejercicio por este magno escenario.

Íñigo y Sofía
            Algo más de tres horas de paseo por este incomparable lugar que ve pasar y acoge a todo tipo de personas. Vemos desde escenas familiares, con los niños jugando con sus trineos; pasando por personas mayores paseando por el fondo del circo, con suaves pendientes; otras que quieren alargar los recorridos, metiéndose ya por rutas más empinadas;  y hasta los aguerrido esquiadores que suben y bajan picos o hacen travesías por collados. Todos, unos y otros, disfrutando, en definitiva de un bello lugar, y por lo que hoy respecta, de una extraordinaria mañana. Parece que viene cambio, parece que vienen precipitaciones, y parece también que viene frío. Combinación perfecta para que este manto nivoso se siga acrecentando y podamos gozar de la estación invernal.



El reportaje completo de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/RaquetasEnElCircoDAneu


martes, 25 de diciembre de 2012

Belén Popular Mayencos... y más

IXOS MONS
Belén Popular Mayencos... y más
Peña Oroel
Domingo, 23 de diciembre de 2012


            Si no fuera porque tenemos el calendario delante no sabríamos muy bien qué estación acaba de entrar, si el invierno o la primavera, porque la mañana que ha salido parece como si se hubiera equivocado de mes. Todo esto para decir que hace una bonanza climatológica, que está muy bien para aprovecharla en compartir unas horas con amigos y conocidos, pero que esperamos se recoloque, porque es frío, y cuanto más, mejor, lo que tiene que empezar a hacer.

Peña Oroel
Parece que cuanta más desafección religiosa hay, con más fuerza surge la tradición belenista. Parece. Creemos que está bien, que las tradiciones están para seguirlas, sobre todo si se está a gusto con ellas. El Belén Popular de Mayencos se lleva subiendo a la Peña Oroel desde hace años, muchos años. Desde luego, no tantos como se lleva paseando el Montañero, que comenzó su andadura allá por el 68. 


Sobre este particular, no se nos escapa el comentario de Germán en el Parador mientras nos preparamos para subir:

- ¡Anda, si estamos los cuatro que subimos el belén el primer año!
- ¿Cómo dices, Germán? – pregunto.
- Sí, pues eso, que estamos aquí Fernando Val, Miguel Ángel Pardo, Ángel Mesado y yo, los cuatro que empezamos la tradición.
- A ver, a ver, explícame eso. – insisto.
- Hay fotos y reseña de prensa. Era el 29 de diciembre de 1968, en segundo intento, cuando comenzamos siete la ascensión, pero tres se quedaron en el refugio, porque el día era absolutamente invernal, con más de 20º bajo cero en cumbre, y un viento infernal. Los cuatro, con tres pares de crampones subimos el belén. ¡Qué aventuras!

Ángel Mesado, Miguel Ángel Pardo y Fernando Val, junto a
Germán Lanaspa, que hace la foto, en la cumbre de la Collarada
Y es cierto, porque una vez en nuestras manos esa reseña de prensa, podemos ver que le da tratamiento casi, casi, de expedición. Se trata del Heraldo de Aragón del viernes 24 de enero de 1969. Hasta en eso se parece a las viejas crónicas, al cabo de casi un mes de lo ocurrido:

“La sección de Montaña “Los Mayencos” de Jaca, tras la Misa de Gallo que oyeron en la iglesia de los PP Capuchinos, en marcha nocturna realizaron un primer intento de ascensión por Villanúa al pico de Collarada, que resultó infructuosa por el mal estado de la nieve… / … el día 29, el mismo grupo, con una cordada de apoyo, inicia un segundo ataque, saliendo con una fuerte nevada. A las 6:45 alcanzaron la Trapa. Al amanecer, pese a la ventisca que impedía la visibilidad a más de ocho metros, la patrulla, que conocía el terreno y que pisaba firme, pudo alcanzar el refugio de pastores. A las once, preparados con crampones y encordados en corto, inicia el ascenso por una nieve totalmente helada, y que progresivamente se convertía en hielo absoluto. Los cuatro jóvenes atravesaban al mediodía los Campanales. Nueva esperanza: el cielo se abrió, despejándose rápidamente, pero la velocidad del viento arreciaba y la consiguiente ventisca se hacía cada vez más fuerte, viéndose en varias ocasiones obligados a clavar los piolets para evitar ser arrastrados.

Los cuatro precursores, cuarenta y cuatro años después
en la Cruz de Peña Oroel
La nieve era ya hielo cuando se alcanzaba la última etapa. “La Moñeta” requería otra técnica y toda la decisión que exige esta pendiente de más de 60º; se apeló a que avanzara uno de los cuatro de la patrulla y tres sujetaran la ascensión; y a las 14:30, con más de 20 grados bajo cero, y tras haber salvado un nivel superior a los dos mil metros, con entusiasmo se inicia la rápida colocación del belén  y la contemplación indescriptible por tanta belleza a la vista y a los cuatro puntos cardinales entre dos naciones”.

A que contado así parece épico. A que parece más de lo que fue realmente. Indudablemente, el paso del tiempo y la mejora en las técnicas, materiales y equipamientos nos hacen perder la perspectiva. Pero es evidente que para la época fue una gesta. La crónica del Heraldo la firma anónimamente un Interino, y aunque terminada ya de relatar la ascensión, si nos parece chocante el estilo de hace cuatro décadas y media, no nos resistimos a reproducir lo siguiente:

Collarada en mayo de 2012
            “Se inicia el descenso quince minutos después de una prueba montañera que cuenta a la hora de los valores de estos jóvenes, que precisamente no desean sino que figure el nombre de la sección, y un servidor, que ha recabado los datos directamente al enterarse de la proeza, para resaltar su ejecutoria en aras del montañismo bien controlado en misión responsabilizada que les lleva a objetivos estudiados por caminos viables por difíciles que sean, y por tanto, no podemos olvidar a tantos que en pasadas invernadas les precedieron sin terminar, pero quizás con mayor esfuerzo, como los recientes del Teide y Caralps. Huelga describir un Collarada majestuoso de nieves perpetuas y de altitud 2.885 metros…”

            ¿Será verdad que ya no nieva como antes?, porque o es verdad, o esto de las nieves perpetuas exagera un poco, pero lo que es innegable es que fue auténticamente meritoria esta primera puesta de belén.

En el collado
            Pues aquí estamos, siguiendo con nuestra crónica de hoy, en la que hay que destacar que es un verdadero placer poder compartir mañana, poder compartir actividad con estos cuatro libros de montaña vivientes, que dan esa perspectiva romántica de aquellos años, a la que llegamos un pelín tarde… o no tanto, y que apreciamos con emoción, lejos de marcas y records, lejos de dorsales.

Mañana compartida, decimos, porque en una misma actividad se pueden unir muy diversas intenciones, tantas como personas suben todos los años para estas fechas con la ilusión de subir las figuras, en las que cada uno deposita sus ilusiones, sus anhelos, sus esperanzas, y sus deseos, para encumbrarlos en lo más alto.

            Y ahí vamos, a lo más alto de la Peña Oroel, hasta la mismísima Cruz, a donde nos encaminamos esta cuarentena de personas, de todas edades que cada una nuestro paso vamos recorriendo el retorcido camino hasta las neveras, a donde vamos llegando y contemplando el espectáculo que nos ofrece la vertiente sur con ese mar de nubes cubriendo el fondo de los valles. Al fondo, el Moncayo, como un dios que ya no ampara, que decía el ilustre Labordeta. Más al oeste, los picos de Urbión, también nevados.

En torno al nacimiento
            En la parte norte, la ya archiconocida vista de la cordillera pirenaica, sí la nuestra, la más querida. Siempre está ahí, para nuestro deleite, para nuestras confidencias. Siempre.

            Son aproximadamente las once de la mañana cuando llegan los más rezagados, los más sufridos, los que tienen que meterle más esfuerzo, los que más mérito tienen… Reunimos las figuras y los tres diáconos que nos acompañan dirigen unas palabras, y unas plegarias. Terminamos con unos villancicos, que algo de ensayo ya merecían, pero bueno, lo que cuenta es la intención.

            Cada uno ya a su ritmo, a eso del mediodía comenzamos el descenso. Un pretexto nuevo para una ascensión ya trillada, pero no por eso menos interesante.

            A los Mayencos y a los no Mayencos, Feliz Navidad, y Feliz Año Nuevo a tod@s.



El reportaje completo de fotos, en: 
https://picasaweb.google.com/chematapia/BelenPopularMayencosPenaOroel02



domingo, 23 de diciembre de 2012

La Partacua con raquetas

RAQUETAS
La Partacua con raquetas
Sábado, 22 de diciembre de 2012


              Entre borrascas de días pasados, y anticiclones de venideros, cabalgamos sobre esta mañana que no nos deja cielos muy limpios, pero que nos permite disfrutar de una bonanza climatológica muy poco propia de este primer día de invierno. Y como nada podemos hacer contra eso, lo asumimos y nos damos un buen paseo con raquetas por la zona de la Partacua. La idea es partir desde Lacuniacha (1.380 m), ese parque faunístico con animales salvajes en semi libertad, para seguir por la pista hasta alcanzar la cola del ibón de Tramacastilla, y volver por la pista hasta mediado el camino entre este pueblo y Sandiniés... pero no va a ser así.

Plana Alta de Boj
            Al poco de meternos en la pista ya encontramos nieve, y nos ponemos las raquetas. Conforme vamos avanzando se abre ante nosotros la sierra de la Partacua, ese macizo que, junto con el de Tendeñera, constriñe al jovencísimo río Gállego. Su máxima altura, Peña Telera (2.762 m), se sabe más alta que algunos que la cortejan, pero se tiene que aupar para competir con otros, pero sabe que no puede ser. Por más altiva que se muestre, no puede ser. De todos modos, es uno de esos montes con nombre de mujer que nos tiene auténticamente cautivados, y como que lo veneramos de lejos. Desde julio de 1974 que lo subimos, no hemos vuelto a visitar su cumbre, y seguro, seguro que nos está esperando. Va a ser pronto. Verás.

El sol juguetea con la
Corona del Mallo
            Plana Alta de Boj, justo en el desagüe del barranco que viene del ibón de Piedrafita, donde hace casi cuatro décadas albergó un campamento juvenil, sin el refugio hoy existente. Sólo con una tienda militar a modo de pabellón para emergencias y otra gran tienda, llamada La Ponderosa, como cocina y despensa. Y las tiendas de chicos y monitores. Tan sólo eso contra los elementos. ¡Qué verano! Son recuerdos que se agolpan en la mente al pasar por aquí.

            Continuamos por la pista, cubierta de nieve, de una nieve que no ofrece su mejor cara. Una capa costra, y húmeda por debajo, que hace bastante penosa la progresión. Llegamos a una caseta, desde donde se enfila la vista a los corredores de Telera. Dos horas y media desde Lacuniacha. No es un buen tiempo, y se está tan bien aquí… Ambas cosas, y el estado de la nieve, desaconsejan continuar para cumplimentar lo proyectado, de modo que parada y fonda, y vuelta por donde hemos venido, no sin antes pegarnos una buena media hora en el cara sol que nos ofrece.

La costra de la nieve nos muestra
las últimas lluvias
            La vista desde aquí hace que nos entretengamos en reconocer unos y otros picos, sin conseguirlo del todo. ¡Cuánta belleza! Y la sierra de la Partacua, que se extiende hasta converger con montes que cierran el circo de Ip. La esbelta Punta Ezcarra, siempre presente.

            Nos vamos. Nos calzamos de nuevo las raquetas y a desandar lo andado, por una nieve que no se deja querer. Al pasar por un pequeño acceso al ibón de Piedrafita, nos metemos, haciendo un amago de acercarnos a él, pero desistimos y nos metemos por el barranco, que a tramos nos lo pone difícil, pero que finalmente nos deja en la Plana Alta de Boj, para seguir bajando por la pista y algunos alcorces, y llegar al punto de partida.

            Cinco horas de actividad, para salvar los apenas 550 metros de desnivel acumulado, y calculamos unos dieciséis kilómetros. No todas mañanas salen igual de bien, pero hemos disfrutado del entorno y de los enormes espacios abiertos que siempre ofrece el pasear por la base de esta sierra.


El reportaje completo de fotos, en:
https://picasaweb.google.com/chematapia/LaPartacuaConRaquetas



jueves, 20 de diciembre de 2012

Capricornio

Capricornio
21.dic.12 11:12
19.ene.13 21:52
(hora solar)


            Capricornio. Con él comienza el invierno en el hemisferio norte, precisamente en el solsticio, cuyo significado viene del latín, y es “sol quieto”. Ello es debido a que durante las primeras jornadas, en las horas centrales del día, el sol no cambia su trayectoria. La órbita de nuestro planeta con respecto al sol es elíptica, de modo que tiene un momento de máximo acercamiento, llamado perihelio, y otro de máximo alejamiento, llamado afelio. Pero no es tanto eso lo que influye sobre la temperatura, sino la incidencia más o menos perpendicular de los rayos. En días próximos al solsticio de invierno estamos en el perihelio, y el planeta tierra recibe los rayos de forma más perpendicular en el hemisferio sur, por eso allí comienza el verano y aquí el invierno.

                Las asociaciones mitológicas de Capricornio son dudosas, aunque hay una débil referencia a Pan, cuya madre le abandonó a causa de su fealdad, pero que contaba con éxito a la hora de seducir a las ninfas. Fue un antiguo dios babilónico conocido como el “antílope del océano subterráneo”, el cabrito con cola de pez, el carnero-pez.

                Durante este primer signo de invierno la nieve cubre buena parte del hemisferio boreal. La superficie terrestre tiene una costra de tierra dura, helada, en la que el aumento del volumen de agua en estado sólido aísla las capas más profundas del subsuelo, impidiendo que prosiga la pérdida de temperatura al no escapar el aire intersticial que ocupa el terreno. Merced a esto, la vida se concentra en las raíces, y la producción de fitohormonas que almacenan su potencial vitalógeno para meses de primavera alcanza sus niveles óptimos.

                Capricornio muestra el predominio de radiaciones de Saturno, Cronos, el Anciano de los Días, y exhibe las partes leñosas de la vegetación, en las que parece que la vida ha desaparecido. En los animales, Saturno está representado por los huesos. Así como el leño es la parte que sostiene al vegetal pegado al terreno, los huesos son los que sostienen a los animales superiores despegados del terreno. He ahí una prueba más del distinto nivel de conciencia de unos seres y de otros. Pero eso no quita para que en Capricornio, ciertos animales se mantengan inmersos en la tierra, como dando un paso atrás con atavismo de reptil. Las viviendas subterráneas son estrechas, obligándoles a reptar por ellas. La angosta arquitectura de las madrigueras hace que pierdan poco calor y conserven el vapor de agua del cuerpo, y al disminuir la combustión lo hace también el gasto calórico.


                En el calendario de la Revolución Francesa, este mes se llama Nivoso, y es el tiempo en el que la escasez permite hacer mayor aprecio de la supervivencia en cada día, con la esperanza inconsciente de tiempos futuros, que no serán tan duros. Es la Ley de la Naturaleza. Para el ser humano, asegurado en el calor de un buen hogar, es ocasión de júbilo ese triunfo sobre el frío, sobre el manto nivoso, sobre la muerte del año. Son los días más cortos del año, es tiempo de hogar, leña en la chimenea y sopas en el puchero.

                Es signo de tierra, y en el organismo corresponde con las rodillas, de modo que nos vendrá bien cualquier ejercicio relacionado con ellas: flexiones, fricción con nieve, marcha en cuclillas… En cuanto a la fisionomía, guarda relación con las grutas, de hecho el hueco poplíteo es uno de los externos mayores del cuerpo. Con grutas, decimos, con cavidades. Los nacidos bajo este signo son más proclives a la soledad, al desánimo, es por ello que adquiere especial relieve la necesidad de realizar actividades en grupo; la risoterapia será especialmente benéfica. Sin embargo, su personalidad está representada por un búho en una noche de luna llena, símbolo de sabiduría y de lucidez, de ensoñación y de agudeza de ingenio, de valor moral, opinión acertada y protección natural contra los peligros invisibles. Tienen por misión el sondear los Misterios de la Naturaleza, y favorecer los beneficios que se derivan del buen empleo de la cautela, la previsión y la meditación. A fin de que pueda cumplirla con eficacia, hereda por nacimiento las siguientes predominantes:

                Alma meditabunda, introspectiva y comprensiva; carácter práctico, cauto y concentrado; espíritu reverente devoto y melancólico; imaginación vivaz, soñadora y creadora; juicio sereno, comedido y penetrante; temperamento ambicioso, emociones profundas con afectos austeros. Ánimo de protección hacia los suyos y, por contra, arrogancia contra lo que considera inferencias de personas ajenas a sus asuntos. Al estar regido por Saturno, el planeta de la obstrucción, han de hacer más esfuerzos para conservar el nivel vital.

                Pero como decimos siempre, no hay dos personas en el mundo, ni en la historia, que hayan nacido al mismo tiempo y en el mismo lugar, luego las influencias cósmicas, por poca diferencia que haya nunca son las mismas. Son rasgos generales, tendencias, supeditados siempre al mayor o menor grado de evolución espiritual de la persona. En este signo, el de la cabra, los astrólogos distinguen siempre entre dos tipos. La cabra montés, ágil, que trepa limpiamente de risco en risco, ascendiendo siempre montaña arriba en busca de pastos más puros; y la cabra doméstica, que se ve recluida al pequeño trozo de pasto al que tiene acceso dentro del rebaño. Por eso se habla de que el que está bajo el prototipo montés es ambicioso, emprendedor, aspirará siempre a subir, conseguirá llegar lejos socialmente. Sin embargo, el doméstico estará más atrapado en el valle, y aunque también con ambición, desistirá pronto debido a las dificultades derivadas de la brutal competencia. Si es sensato, se aclimatará sin mayores problemas, pero será más triste su vida.


                Tiene especial relieve su sentido del humor, su sagacidad. Personas de pocas palabras, pero de gran ingenio para el comentario preciso e irónico, excesivo en ocasiones. De mente seria y racionalista, sus pautas de pensamiento son constructivas y tiene gran habilidad para planificar en detalle. En el plano afectivo no tiene excesiva facilidad para relacionarse con los demás, especialmente en circunstancias íntimas, debido a su timidez. En cuanto al mundo profesional, al ser signo de tierra, no es amigo de la inestabilidad, necesita seguridad. La preocupación por el éxito de los hijos puede llegar a ser excesiva, pero siempre tendrá recursos para animarles a ser más y mejores. Los padres de hijos Capricornio deben velar siempre para que pasen de ser cabras domésticas a monteses.

                Así son ell@s y así hay que quererl@s. Bien amig@s, muchas felicidades a l@s Capricornios, y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


Imágenes extraídas de diversas Web

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Pascua de Navidad

¡FELIZ NAVIDAD!
Miércoles, 19 de diciembre de 2012


            A lo largo del año existen cuatro fiestas cardinales, Pascua de Navidad, Pascua de Resurrección, San Juan y San Miguel, y no están puestas por capricho en el calendario, no, que corresponden a cuatro fenómenos cósmicos, a cuatro de los tránsitos en la relación de nuestro planeta con el Sol. Así pues, son el solsticio de invierno, el equinoccio de primavera, el solsticio de verano y el equinoccio de otoño. Han sido fiestas paganas que siempre han estado ahí, y que la tradición cristiana se ha encargado de reemplazarlas con "su" contenido. Durante estos cuatro tránsitos se producen en la naturaleza gran afluencia y circulación de energías que ejercen influencias sobre la Tierra y sobre todos los seres que la pueblan, los mundos mineral, vegetal, animal y humano, cada uno en su nivel de conciencia. Los estudiosos han constatado que si el hombre se prepara, si se predispone ante esos influjos, si se pone en armonía consigo mismo, se pueden producir en él grandes transformaciones.

                La tradición cristiana relata que Jesús nació en el solsticio de invierno, al comienzo de Capricornio, que está relacionado con las montañas, con las grutas, y es precisamente en la oscuridad de una de ellas donde se sitúa ese nacimiento. Es ahí, en la oscuridad de cada ser humano donde tiene que nacer esa luz que el principio crístico viene a representar. Cada año, el 25 de diciembre, a medianoche, la constelación de Virgo asciende en el horizonte, por eso se dice que Jesús nació de una virgen. José y María, dos seres purísimos, elegidos, como no podía ser de otra manera, pero necesarios carnalmente para el nacimiento de Jesús. El Creador no puede quebrantar sus propias Leyes. Bueno, en realidad, sí puede, pero no lo ha hecho, ni lo hará jamás.

                El hombre, para estar a bien con su madre, la Tierra, tiene que comprenderla. Si no sabe lo que es la Tierra, si no la conoce, si no tiene con ella relaciones afectuosas, respetuosas, conscientes, pocas o ninguna posibilidad tiene de ser receptor de esa luz, de ese nacimiento, de esa renovación, que como toda regeneración ha de venir siempre de arriba a abajo y de dentro a afuera. El propio hombre ha salido de la Tierra, es su fruto, su hijo. Nunca se piensa que la Tierra es un ser inteligente, se la estudia bajo aspectos puramente físicos, geográficos. La Tierra es la criatura más desconocida, más despreciada, más desdeñada, y por ese motivo se producen tantas desgracias. Sí, porque no respetamos a nuestra madre, que es la que nos ha dado el cuerpo, y la que nos lo acogerá.

                La Vitacultura es el culto a la Vida y a todas sus manifestaciones. Existe una gran ciencia acerca de las relaciones del ser humano con su madre la Tierra, del comportamiento para con ella, de cómo hablarle, de cómo agradecerle, de cómo pedirle, de cómo extraer fuerzas de ella y de cómo confiarle todas nuestras impurezas para que las transforme. La Tierra absorbe todas nuestras inmundicias y las transforma en flores, en frutos, en cultivos, en alimentos, en definitiva. Es verdaderamente prodigioso. Pensemos en ello.

                En la tradición cristiana todo es simbólico. Nos habla de un establo, que no es otra cosa más que nuestro cuerpo físico. Y nos dice que había un buey y un asno. Ahora esto se desmiente porque se dice que no hay evidencias históricas. Realmente no lo hay de nada, o de casi nada. Como decimos, todo es simbólico, y estos dos animales tienen su fundamento, que revelamos a continuación. En la Antigüedad, el buey, el toro, era considerado como el principio de la generación, de la fertilidad, de la fecundidad. Está bajo la influencia de Venus, el planeta del amor, y representa la energía sexual. El asno lo está bajo la influencia de Saturno, planeta que rige la agricultura, a la que tan ligado ha estado este animal tradicionalmente; representa la personalidad, es decir, la naturaleza inferior del hombre. Son el principio masculino y femenino que encontramos por todas partes en el Universo. Los dos estaban para servir a Jesús. Los dos están para servir a ese nacimiento, a ese renacimiento que se tiene que producir en cada uno de nosotros.

          Cuando un ser toma la decisión de ponerse a trabajar para su mejora, para su perfeccionamiento, desencadena en él las fuerzas de la personalidad y de la sensualidad, las más bajas, las que están en las grutas del ser, que son las más afianzadas y que sienten que van a ser trabajadas, que van a ser objeto de transformación, y por ello se rebelan. Podríamos decir que el asno es el combustible, y el buey es el comburente que lo va a transformar, como la vela se transforma en llama. Por eso son los dos necesarios, por eso no son prescindibles, por eso no los podemos eliminar por decreto. Se dice que los dos estaban presentes en el establo. Los dos han de estarlo para nuestra transformación. Los dos estaban calentando al Jesús niño con su presencia, con su aliento. El aliento es vida, se dice que una persona muere cuando lo pierde. Pues ahí estaba ese aliento de vida, como una reminiscencia del primer soplo del Creador en el principio de los tiempos. La historia es lo que nos cuentan las crónicas, pero hay que ir más allá, hay que ir al verdadero significado de las cosas. No nos quedemos con las formas, lo importante es el contenido. Las Sagradas Escrituras están llenas de símbolos, que hay que descifrar. 

                Y el pesebre, ¿qué significa el pesebre? La oficialidad nos hablará de pobreza, de humildad, de sencillez, de renuncia. Sí, pero hay algo más. Si el establo es el cuerpo físico, el pesebre es uno de sus órganos, concretamente el centro Hara, considerado como el segundo cerebro. El harakiri es el suicidio ritual de los japoneses, y actúa por desentrañamiento, clavándose una daga en el abdomen, precisamente en ese centro Hara, situado a unos centímetros por debajo del ombligo, y es donde se ubica simbólicamente el pesebre, es a lo que se refería Jesús cuando decía: “… de su seno brotarán ríos de agua viva…”. Así como el pesebre es el receptáculo de Jesús niño, el centro Hara lo debe ser de las energías del principio crístico que nos ofrece anualmente el solsticio de invierno. El centro Hara, pues, es un centro de energías de primer orden en nuestro organismo, que hay que conocer y comprender, para ir a favor de su funcionamiento para un mejor equilibrio psíquico del ser.

                Así es que, ya veis, se puede ser creyente o no, de unas tradiciones u otras, de unas religiones u otras. Podemos irnos por las ramas todo lo que queramos, podemos atrincherarnos detrás de cada una de nuestras convicciones, podemos incluso matar por ello, como de hecho está ocurriendo en el mundo. Por eso no nos debemos quedar sólo con ello, debemos ir al fondo de la cuestión, debemos explorar los Grandes Misterios, ecuménicos, universales, únicos, para todos los seres humanos.

                Nos queda mucha mili todavía, indudablemente, pero no hay marcha atrás, estamos en el camino, y de todos depende el recorrerlo de buen rollito o no, de trabajar para mejorarnos, para perfeccionarnos, o para derribar al de al lado en nuestro propio beneficio. Y eso es algo contenido en el tan traído y llevado espíritu navideño, y que de nosotros depende el que no se limite sólo a estas fechas. Mientras no nos demos cuenta de que somos células de un mismo cuerpo, mientras no nos demos cuenta de, como decía Jesús, ya de mayorcito, que “… lo que a ellos hiciereis, a mí me lo hacéis…”, no saldremos del estado en el que nos encontramos. Así es que muchos ánimos a tod@s, que hay mucho trabajo por delante, que como decía Aquél, "... mucha es la mies y pocos los segadores...". 

                 Un recordatorio especial para los que, por una u otra razón, más sufren. Y para unos y otros, FELIZ NAVIDAD a tod@s, y que nos hagamos merecedores de todos nuestros deseos para el próximo año.

                           



Imágenes extraídas de diversas Webs.