domingo, 5 de marzo de 2023

Sierra de San Pedro, tierra de escaramuzas

                                                              Año XII. Entrega nº 802


IXOS MONS
Sierra de San Pedro
Sábado, 4 de febrero de 2023

            "La ermita fue posición estratégica en el llamado Frente del Serrablo durante la Guerra Civil. Tomada por la 72ª Brigada Mixta del Ejército Popular de la República al ejército rebelde el 22 de septiembre de 1937. Fue atacada durante un mes con intensos combates por parte del Tabor de Melilla, el tercio de la Legión y la Mehal-la hasta que consiguieron su recuperación, al tercer intento, el 22 de octubre de 1937".

              Leído en el artículo La ermita de San Pedro en Sabiñánigo, mucho más que ruinas, publicado por el Diario del Alto Aragón el 13 de noviembre de 2020.



            Es una frase bien manida esa de que el ser humano es el único animal que tropieza siempre en la misma piedra. Parece que nos empecinamos en aquello de “mantenello y no enmendallo”. Parece, sí. Parece que ese supuesto ente más inteligente bajo la capa del cielo es el carente de memoria y no aprende de sus errores, y en este caso, de sus horrores también. Las imágenes que nos puede evocar el texto del párrafo anterior son las que estamos viendo cotidianamente hoy en día en los medios de comunicación, no hay que esforzarse mucho. El permanente enfrentamiento de unos con otros a escala mundial no es más que el reflejo de lo que ocurre en otros planos. Lo macro siempre es reflejo de lo micro. Mientras no haya luz en las mentes y paz en los corazones, no lo veremos en el mundo exterior, no lo veremos alrededor de cada ser humano.

            Y como conocemos la solución, al menos eso creemos, acudimos siempre que podemos a la “botica” donde encontrar el remedio. Y la buena noticia es que es subvencionado, pero no por ningún seguro médico, no, sino por ese otro “seguro médico” que encontramos ahí afuera, en la naturaleza, en las montañas. Un seguro holístico, un seguro integral, que aglutina la salud física y la psíquica, y al que hay que acudir con humildad y con ganas de aprender, porque siempre volvemos de las montañas más sabios, pero también más ignorantes, porque cuanto más vives, cuanto más experimentas, cuanto más aprendes, más puertas del conocimiento se abren y más mundos ignotos del saber se ofrecen para su exploración. Y eso es lo que te aporta esa luz, esa paz, esa serenidad, en definitiva, para tomar perspectiva y centrarte en lo que realmente importa.


            Y lo que nos importa hoy es auparnos a esa sierra de san Pedro, en las cercanías de Sabiñánigo, para recorrerla, como ya lo hicimos dando comienzo a aquella Puyada a Oturia de 2012, o de regreso de Allué el Día del Senderista FAM de 2013, ambos eventos organizados por el GMS, muy implicado en la recuperación, conservación y señalización de estos caminos, porque son varios los que nos encontramos por aquí, en una sierra con eje NW-SE y que sirve de límite sur para conformar la cuenca del río Basa, en sus últimos compases antes de rendirse al Gállego en la capital de la comarca, tomando el relevo de la de Portiello, que se asoma más a la Guarguera. Son varios, decimos porque, partiendo del puente del Basa, en el extremo sur de la población, es uno el que nos introduce a la sierra, pero enseguida se van ofreciendo bucles para volver, realizando circulares de diversas distancias, para todos los gustos. Apostamos por recorrerla entera, por el PR-HU 161, para bajar a Allué por el PR-HU 163, y regresar por la ladera norte, de nuevo por ese PR-HU 161, que viene de uno de esos bucles.






            Con algún grado bajo cero emprendemos la marcha cruzando el puente sobre el río Basa y abrazarnos a él bajo la autopista para tomar una empinada pista que nos mete ya en un sendero bajo el tendido de alta tensión. Mientras pensamos, aunque no mucho, en la gran afluencia de gente en los centros invernales, nosotros vivimos en solitario el invierno por estos pagos, por estos senderos que, a pesar del aparente letargo, rezuman vida por todos sus poros, aunque contenida a la espera del pronto despertar. Pinos silvestres, cajicos y buxos, nos acompañan en el serpenteante sendero que nos lleva hasta el mirador de san Pedro, para el que hay que desviarse tan solo unas decenas de metros. Un panel te ayuda, si le raspas el hielo, a reconocer lo que te ofrece la vista, la industrial Sabiñánigo, junto a la gran depresión del Gállego a la que se le une otra menor, la del Basa, todo ello con el telón de fondo de las montañas pirenaicas, que aún conservan nieve en sus faldas.







            De vuelta al sendero, enseguida se llega a las ruinas de la ermita de san Pedro, a unos 1100 msnm, de la que no encontramos datación, pero que no muestra mucho interés arquitectónico, y que quedó en ese estado lamentable en la guerra civil, según indicábamos en nuestro primer párrafo. Cincuenta minutos desde el arranque, cuando damos continuidad a nuestros pasos por la loma de esta gran sierra, encontrándonos diversos desvíos que de tomarlos nos harían más corta esta circular. Tras pasar junto a los 1245 msnm del peñón de Cajal, según los mapas, vamos bajando en busca de la Collata, ese cruce de caminos, a 1135 msnm, donde tomamos el que nos lleva a Allué por el PR-HU 163, abandonando el PR-HU 161 que traíamos que, si bien no tiene perdida, no se ve continuidad a esa señalización de tablillas amarillas de la comarca, y que vuelve hacia Sabiñánigo antes que nosotros.






            Allué, última población de la margen izquierda del Basa, que llegó a estar deshabitada, pero que, como ocurre en otros pueblos a los que se les ha facilitado la comunicación, está recobrando vida. La primera mención del sitio está recogida por Canellas en el Cartulario de Fanlo, nº 30, cuando nombra “…una herencia en Allue”, el 16 de marzo de 1054. En 1834 tenía ayuntamiento propio, y en 1845 se unía al de Sardas. Llegamos con la cálida luz de una fría mañana, y nos detenemos en la parroquial de san Juan Bautista, de factura románica y datada a mitad del siglo XII, con un sobrio ábside de tambor. Mientras echamos un breve bocado en los plácidos alrededores, contemplamos esos alrededores más lejanos, los que la vista alcanza, el puerto de santa Orosia y las montañas pirenaicas, cuya mirada nos va a seguir ya en nuestro regreso, que se hace entre margas y cruzando barrancos para, finalmente converger con el camino de ida, que tomamos hasta el punto de inicio.







            Bonita y gélida mañana al principio, pero templada después, con 12,4 km, recorridos en 4h 20’, y con un desnivel acumulado en torno a los 620 m D+/-.


Bibliografía:

Los pueblos y los despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984). 

Toponimia de Ballibasa. José Antº González Sarasa y José Miguel Navarro López. Comarca Alto Gállego (1984) 

Web:

Diario del Alto Aragón 

Senderos FAM

Foro Ciudad  

El Románico Aragonés

Jacetania Express  

Comarca Alto Gállego

SIPCA  

Wikiloc  

RAE  

Geamap  

Hijo de la Tierra 





Las fotos y el track

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