domingo, 14 de agosto de 2022

Petite Facha, sin nombre, peña Aragón y Cambales, los lejanos sub tres mil en la frontera del olvido

 


AQUERAS MONTAÑAS
Petite Facha (2949 m)
Sin nombre (2876 m)
Peña Aragón (2919 m)
Cambales (2966 m)
Viernes y sábado, 12 y 13 de agosto de 2022

“Cual en la tuya brotan en mi cima

relámpagos y rayos de tormenta;

un mismo jugo a ti y a mí me alimenta

y un espíritu mismo nos anima.

Yo, como tú, soy montaña

y siento que eres, como yo, persona,

Nos cubre el cielo con igual corona

Y ambos salimos de la misma entraña”

Miguel de Unamuno (1911).



            Qué decir de estas palabras del filósofo y escritor español, máximo exponente de la Generación del 98. Son las que nos unen, más si cabe, al sentimiento de la montaña, en esa reflexión, a la que acudimos con una cierta asiduidad, de que todos los seres participamos del mismo hálito de vida, con la diferencia, claro está, en la constitución física de cada uno de los reinos que componen la Creación. Eso en el aspecto puramente físico, que no es el único a tener en cuenta, ya que en la escala evolutiva cada uno tenemos nuestro lugar y nuestro acceso más o menos cercano a nuestra conciencia, individual en el caso de los humanos, y grupal para el resto de seres vivos. No debemos olvidar, pues que, como hermanos mayores, debemos ver y tratar al resto de manifestaciones de vida, animales, vegetales, minerales, incluso al propio ser humano, con un enorme respeto y admiración.



LA VÍSPERA

            Y con ese respeto y admiración nos dirigimos, una vez más, y en el marco de las actividades de la Sección de Montaña del CP Mayencos de Jaca, a uno de los lugares más bellos de los Pirineos, allá donde se junta el agua con la luz, el aire con las montañas, en una perfecta armonía si descartamos unos cuantos miles de toneladas de cemento que, seguro hacen falta, pero cabría preguntarse quién las padece y quién las disfruta. Pero volvamos a la armonía. Si la semana pasada estuvimos por estos escenarios acompañando a esa romería de la Virgen de las Nieves, para subir a la Gran Facha, en esta ocasión diríamos que es la antítesis, ya que, en nuestros objetivos, ni en sus accesos, hemos encontrado a nadie, aunque bien es verdad que la víspera también se han realizado actos por el mismo motivo mariano en el refugio de Respomuso, y por facilitar el acceso a personas de edad avanzada o de movilidad reducida han podido realizar el trayecto en helicóptero.


            El principal objetivo de esta nueva salida de club era el Cambales, al que se le añadía la peña Aragón (ambos fronterizos con el país vecino), ya que hay que pasar por ella obligatoriamente por el itinerario elegido. Como opcionales se señalaban la Petite Fache, al comienzo de la ruta, y el pic de la Peyre, al final. A primeras horas de la tarde, cuatro de los seis miembros dispuestos a llevar a buen término la empresa, salíamos del aparcamiento de la Sarra rumbo al refugio de Respomuso. Por el camino, nos iban acompañando de vuelta, cantidad de montañeros, muchos de ellos provenientes de haber pasado una tradicional jornada de celebración mariana promovida por el Ayuntamiento de Sallent de Gállego, como un acto más de sus fiestas patronales, bajo la advocación de la Virgen de las Nieves, entre todas esas personas, nos cruzamos con Marisa que, tras haber mostrado su intención de acompañarnos mañana, finalmente ha tenido que desistir. Por el medio aéreo y auditivo, también nos vemos acompañados por innumerables idas y venidas del helicóptero, que no cesa de bajar gente.


            Bueno, pues este trayecto no hace falta describirlo mucho, es archiconocido. Por el GR 11, y acompañados con el rumor de un río Aguas Limpias que trae como puede lo que dejan escapar del embalse de Respomuso, acrecentado por los barrancos laterales, vamos subiendo, dejando atrás el área recreativa de Tornadizas, y más adelante, a nuestra izquierda, el desvío para los picos de Arriel, y posteriormente otro para sus ibones, entre lo que tenemos el Llano Cheto. Cuando se avista la presa del embalse, sobre ella se alzan esas pirámides de los picos de Campo Plano y Llena Cantal. Dos horas y cuarto hasta la presa, pero aún quedan otros veinte minutos más hasta el refugio. Los últimos pasos, llanos, se viven de otra manera.


            El camino se hace penoso, y su duración se ha dilatado, debido a las horas vespertinas y el calor reinante, pero ya estamos aquí, pudiendo disfrutar del entorno. Hacemos el ingreso, y a esperar la hora de la cena. Han sido 7,5 km, recorridos en un tiempo de 2 horas y 40’, con 780 metros de desnivel D+ y 75 m D-.





EL ASCENSO

            La mañana nace radiante. La luna, que anoche no facilitaba mucho esa manifestación de las Perseidas, nos despedía por el collado de Musales. Alfredo y Paco choven se nos unen a Paco viello, Javier y Ástrid, y los seis partimos al filo de las ocho de la mañana en dirección al collado de la Facha. Primeramente, por un buen tramo del GR 11, pasando sobre el ibón de las Ranas, encantador. Pasamos por dentro de ese muro, que se nos antoja inútil, del embalse de Campo Plano, y cruzamos el exiguo cauce para adentrarnos en el barranco, e ir subiendo poco a poco hacia un falso collado que nos da paso a la cuenca que alberga los ibones de la Facha, para continuar subiendo y llegar, ahora sí, al cuello de la Facha, de donde partíamos hace una semana hacia la hermana mayor, haciéndolo hoy sobre la pequeña tras una breve parada para coger resuello y algo de manduca, contemplando el valle que se nos abre a nuestros pies, el de Marcadau.







LA TRAVESÍA

            A partir de aquí, terreno ignoto para todos nosotros, de modo que, ayudados por un track que parecía fiable y por los hitos del camino, nos vamos encaminando hacia nuestro posible primer objetivo. Se nos abre una tentadora canal, que vamos dejando a la izquierda, para ir tomando altura, teniendo que echar manos en algún paso, pero sin mayores dificultades. De un collado al otro, el de la Pettite Fache, algo más de media hora. Unos metros antes de llegar a él ya teníamos que tomar la decisión de subir o no a esta opcional cota. Los “poyaques” (po… ya qu’estamos aquí…) al final de la ruta se seleccionan con facilidad, porque dependen del tiempo, tanto cronológico como meteorológico y de las fuerzas, pero los que te encuentras al principio pueden ser traicioneros; confiamos en que este no lo sea y aceptamos el reto.



            Los tan solo 100 metros de desnivel permiten dejar las mochilas en el collado, y en menos de un cuarto de hora alcanzamos la cima de la Petite Fache (2949 m), y si lo decimos en la lengua vecina, es porque geográficamente está en el país vecino, aunque las montañas no entienden de eso. Sí, se trata de una montaña escorada al norte de la cordal que veníamos siguiendo, y que tenemos que seguir haciendo al volver al collado. Tomamos las mochilas y de nuevo al turrón. La subida a la peña Aragón se efectúa por grandes bolos de granito, y sin camino muy bien definido, pero no hay pierde alguno. Antes de llegar, se pasa por una cota a 2876 msnm para la que no encontramos nombre. Seguimos subiendo, y a los diez minutos es la peña Aragón la que nos acoge en su cima. Menos de tres horas y media hasta aquí, desde el refugio. 




            Las vistas son espectaculares, como las que nos ofrecía la montaña anterior, y pensamos que la siguiente. A destacar, la Gran Facha y los Infiernos al fondo, el macizo del Vignemale, el del Balaitús, con toda su familia, Frondiellas, Aguja Cadier, Gabizo Cristales, Crestas del Diablo… y por supuesto, toda la enorme cuenca del circo de Piedrafita, de la que hemos partido y a la que hemos de volver. También de los valles que de la divisoria bajan hacia el norte, unos valles inequívocamente glaciares, en los que permanecen las morrenas, y que albergan los lagos que esas cubetas conservan. Por ponerle algún pero al momento, es el tétrico ambiente meteorológico que se está formando por las alturas, y que amenaza con no dejarnos terminar bien la jornada, pero aun así, le da un toque muy especial.



            Desde la Petite Fache, se nos presentaban estas cotas, la peña Aragón y el Cambales, como dos montañas que, aun siendo hermanas, como que no se hablaran demasiado, pero más por parte de la primera que de la segunda, pues si bien la subida a esta última se veía sin dificultades, el descenso de la primera había que creerse que fuera posible. Como nos gusta decir, con cierta frecuencia, las montañas son como las personas, que hasta que no te acercas a ellas no tienes ocasión de conocerlas, y una vez más se nos viene a la cabeza ese pensamiento, porque se dan las condiciones para ello. Tratando de no desviarnos del track, y buscando los pasos, aunque no lo pareciera, se encuentran. Se trata de un descenso de unos 120 metros de desnivel, bastante vertiginoso él, y en el que hay que ayudarse de las manos en algunos tramos.






            Con todo ello, finalmente, alcanzamos el collado Aragón, el nexo entre estas dos montañas. Un breve momento de relajo y al tajo de nuevo, que nos quedan otros casi 160 metros de ascenso hasta el Cambales que, con sus 2966 msnm, es el techo de la ruta de hoy y de este cordal, que va desde el collado de la Facha hasta el de la Piedra de San Martín, y que hoy estamos recorriendo en gran medida. Aunque la panorámica no dista mucho de las anteriores, no podemos por menos de contemplarla como si fuera la primera vez. Tenemos que desmentir el dicho popular, ese que asume que la montaña de agosto está llena de gente, más bien es cuestión de elegir los objetivos. Hasta el collado de la Facha, a alguien nos hemos encontrado, por cierto, algunos con muy, pero que con muy poca mochila y en zapatillas, y luego nos echamos las manos a la cabeza con tanto rescate, pero desde allí, nadie.






EL DESCENSO

            Al pasar en la subida por los ibones de la Facha, ya intuíamos por dónde iba a ser el descenso y el cierre de la circular, pero lo que no nos imaginábamos era lo penoso y largo de ese descenso. Se realizaba por terreno inestable, combinando tramos de bolos grandes, con otros de piedrecilla suelta, mucho más incómodo de transitar. Nos acercamos hasta el port d’Azun para seguir bajando, encontrando también alguna zona herbosa y a tramos muy pendiente. Finalmente, al cabo de más de una hora de descenso, alcanzamos el seno de la cubeta que alberga los ibones de la Facha, llegándonos hasta el último, que es sobre el que se pasa a la subida, cerrando la circular en su desagüe. Nuestra cabeza, nuestra alma, sigue arriba, pero las piernas tienen ganas de seguir y de terminar esta dura ruta.





            Compartimos itinerario con el de subida hasta un poco antes de llegar a la presa del embalse de Campo Plano, que la dejamos para continuar por la margen izquierda de esta enorme cuenca. Otra breve parada en el manantial que hay un poco antes del desvío para el collado de Musales, y continuamos hacia la presa del embalse de Respomuso, que no cruzamos, sino que superamos por debajo de ella, para incorporarnos al GR 11, cerrando así otra circular. El resto del camino, copia y pega al de ayer, pero al revés. Desvío ibones de Arriel, Llano Cheto, desvío a los picos de Arriel, área recreativa de Tornadizas, y medio corriendo los últimos compases, porque parecía que las amenazas de lluvia iban a proceder, llegamos, finalmente al aparcamiento de la Sarra con todos los huesos en su sitio, o eso pensamos.



            Ha sido día y medio de auténtico disfrute, con unos duros ascensos a montañas lejanas en la frontera del olvido, al menos hoy no hemos visto a nadie que se acordara de ella. Hoy han sido 20,2 km, recorridos en 9 horas 35’, con un desnivel acumulado de 1110 m D+ y 1815 m D-, que con lo de ayer hacen 27,7 km, en 12 horas 15, con un desnivel acumulado en torno a los 1890 m D+/-.


Bibliografía:

La montaña y el arte. Eduardo Martínez de Pisón. Fórcola (2017)

Webs:

Senderos FAM

Club Pirineísta Mayencos

Hijo de la Tierra







Las fotos y los track, del viernes y del sábado


2 comentarios:

  1. Qué gran ruta!!!. Gracias por proponer y que hayamos podido disfrutarla juntos.

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    1. Sí, una gran ruta, aderezada por una muy buena compañía.

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