domingo, 13 de marzo de 2022

Villalangua - Murillo de Gállego, por el portillón de la Osqueta y Agüero


 IXOS MONS
Villalangua - Murillo de Gállego
Sábado, 12 de marzo de 2022

            De John Ruskin, escritor inglés del siglo XIX, y no muy fácil de catalogar, traemos hoy una de sus citas: “Las montañas son el principio y el fin de todo el escenario natural”, algo que resume bien los sentimientos de uno, porque… vivimos en las montañas, vivimos de las montañas, vivimos por las montañas, vivimos para las montañas, pertenecemos a las montañas, en definitiva, son nuestro principio y fin.



            En diciembre de 2016 subíamos al portillón de la Osqueta desde Villalangua para volver al punto de partida, y le pedíamos unas palabras a Ricardo, un ser querido con el que convivimos mucho tiempo, pero más intensamente a lo largo de 4 veranos (1976 al 79) en los campamentos juveniles de la fuente os Xuans. Un ser querido, decimos, y que destacaba entre sus iguales en el colectivo de acampados mayores. En aquella ocasión las recogíamos con gran emoción, hasta el punto de hacerse acreedoras de encabezar el relato de aquella ruta. Hoy, al cabo de algo más de cinco años, recobran especial protagonismo, dado que nos dejó inesperadamente al comienzo de este año, resonando aquella reflexión como un fuerte aldabonazo en nuestra memoria. Nadie muere si pervive en el recuerdo. Vaya nuestro profundo homenaje a un luchador nato, persona íntegra donde las haya: 


"Es sendero viejo de pastores y ganado,

supervivencia entre piedras con trigo escaso,

abandono de lo cotidiano, causa de la tierra viva,

escultora, y madrastra del aliento en las rocas.

Camino con sombras cálidas,

y fuentes por agotar,

en la interminable merienda del consumo,

que en silencio cansa a los montes.

Fui feliz allí, en adolescencia inconsciente,

tímida pero severa.

En esta noche os envidio caminantes,

por no olvidar el camino, sonreírle y hacerlo feliz,

casi tanto como cuando fue”.



            Con esta amalgama de recuerdos revoloteando en nuestra mente y en nuestro corazón, comenzamos la ruta de hoy desde nuestra queridísima y recordada Villalangua. Una ruta que nos va a llevar hasta Murillo de Gállego, donde hemos dispuesto un vehículo, iniciándola por el PR-HU 97 (hasta los corrales de la Rabosera), y a donde llegaremos pasando por lugares de gran interés geológico, como la Foz de Salinas o el portillón de la Osqueta, y otros que padecen la asfixia de las barzas y el abandono, como Salinas Viejo o los corrales al amor del barranco de la Rabosera, aproximándonos ya a Agüero, localidad en la que nos incorporaremos al Camino Natural de la Hoya de Huesca, coincidente con el GR 1 o Sendero Histórico. Todo ello en una jornada que promete una frágil estabilidad que se ha hecho hueco entre una cadena de borrascas que han venido como agua de mayo en marzo, tras semanas de pertinaz sequía. 


            Villalangua. Nueve de la mañana. Temperatura baja, y más que baja en el lecho del río Asabón, que tenemos que cruzar para iniciar nuestras andanzas por una pista, que abandonamos al cuarto de hora para tomar un sendero a mano izquierda, y que nos va a ir acercando a la Foz de Salinas. Formada por unas imponentes ralleras que se nos vienen encima conforme vamos llegando, dejamos atrás el desvío para Salinas de Jaca, el nuevo, construido a pie de carretera en la década de los 40 del siglo pasado tras unos deslizamientos de tierras que sufrieron las inclinadas laderas de Salinas Viejo, y que obligaba a sus habitantes a su abandono, siendo acogidos en Martes hasta el realojo. Coronando esos grandes tapiales calizos, un gran número de buitres extienden sus alas para que el sol y el aire las seque y poder así echarse más ligeros en brazos de las térmicas.









            Las aguas recién caídas dan brillo y esplendor a la cascada de la fuente de la Rata, haciendo muy agradable el tránsito por el sendero hasta el despoblado, al que llegamos en menos de una hora desde el arranque, encontrando en pie únicamente los restos de la parroquial advocada a Santa María Magdalena, del gótico aragonés del siglo XVI, a pesar de que el asentamiento data del XII. Según nos cuenta Antonio Ubieto en su libro Los Pueblos y los Despoblados III de su serie Historia de Aragón (Anubar 1984), comprendía la “aldea de Villalangua, cuatro caseríos y las pardinas de Ceresto, Ferrera, Montañano, Mullermuerta, Nofuentes y Samper”. Una gran extensión de territorio cuya capital fenece hoy engullida por las barzas, el abandono y el tiempo, y que tuvo una gran importancia debido a la sal que extraían de un pozo milenario que abastecía al monasterio de Ruesta.




            Una vez cruzado el barranco es ya todo subir y subir hasta el portillón, una media hora para subir los 250 metros de desnivel. Las nieblas se muestran algo perezosas, pero al llegar arriba, esta gran rallera hace de barrera climática, ofreciendo una solana despejada y preciosa, debido a las aguas caídas estos días atrás. Hora y media desde Villalangua, y considerando el techo de la jornada, con sus 1167 msnm, el descenso va a ser mucho más largo y tendido. Acompañamos estos paredones unos pasos y continuamos por el sendero, que decididamente baja ya hacia la pista, encontrándonos los corrales de la Rabosera, extremo sur del PR-HU 97. Continuamos por la pista, debiendo estar atentos a un ancho desvío a mano derecha; se trata de una pendiente trocha que burla la pista, para caer de nuevo sobre ella en el collado Picha, desde donde tomamos el sendero de enfrente.







            Un sendero que nos va bajando, y que al cabo de una hora nos lleva al fondo del barranco de la Rabosera para cruzarlo. En ese tránsito vamos dejando atrás varios corrales que languidecen recordando tiempos mejores, como las laderas que los sustentan. Hay que superar una pequeña cuesta para llegar ya al ancho camino que nos lleva a Agüero, pasando por la cueva Al-Foraz, la antigua tejería, y pasando al pie de los impresionantes mallos, que dejamos a la izquierda, para salir al solano, donde está situada esta población, en la que nos incorporamos al Camino Natural de la Hoya de Huesca, que comparte trazado con el GR 1 o Sendero Histórico. En lo que queda de camino hasta Murillo de Gállego, el trazado combina sendero con pista, incluso un breve tramo de la carretera local. La llegada a Murillo se hace por una preciosa calzada, descendiendo para cruzar el barranco Bivera, junto al que encontramos la cuidada área de recreo de la Fuente Vieja.















            Ya solo queda no perderse por las calles de Murillo y salir a la carretera, hasta llegar al vehículo, completando así los 17,2 km de esta extraordinaria travesía por la media montaña del Reino de los Mallos, habiendo invertido 5 horas y 20 minutos, con un desnivel acumulado total de 710 m D+ / 830 m D-, en una mañana de 10, con una compañía de 10.


Web:

Hijo de la Tierra





Las fotos y el track

2 comentarios:

  1. Hola Chema.

    No hay nada mejor, que disfrutar de la montaña con los amigos. Como rara vez vamos en dos vehículos, este recorrido lo tengo pendiente de hacer en circular pero con la BTT, que hay un circuito marcado.

    Salud y montaña.

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