Año XIV. Entrega nº 954
VÍAS FERRATA
La Zapatilla
Jueves, 26 de julio de 2025
"La escalada es uno de los pocos deportes que proporcionan una sensación de paz. Un solo error puede tener graves consecuencias, como en muy pocos deportes. Para escalar hay que estar preparado no sólo físicamente, sino también con un estado psíquico apropiado”. Walter Kellermann.
Esta frase extraída de una publicación de hace más de cuarenta años sigue siendo actual hoy en día. Únicamente, a lo de la preparación física y psíquica, añadiríamos la técnica, porque es básico tenerla para una correcta progresión. Aunque hoy traemos otro concepto.
Una vía ferrata es un itinerario vertical, aunque puede ir intercalado con alguno horizontal, equipado con material para facilitar su progresión. Una forma de acceder a paredes que de otro modo no se podría, y que acerca a más gentes a esta actividad, podríamos decir, de pseudo escalada. Sin embargo, también tiene sus detractores, incluso el colectivo de escaladores lo ven más peligroso que la propia escalada.
En esta sociedad actual en la que priman las nuevas sensaciones, los nuevos estímulos, es un buen caldo de cultivo para este tipo de instalaciones y de actividades. Si hay en Candanchú una montaña emblemática es la de la Zapatilla, visible desde todo el valle. Hay en ella una vía de escalada que fue abierta por Ursi Abajo y Jesús Ibarzo en 1965, y equipada a modo de vía ferrata por el Regimiento Galicia 64 del Ejército de Tierra, en 2015, con el apoyo de la comarca de La Jacetania y los ayuntamientos de Ansó, Aísa y Jaca.
Actualmente, estamos pues, ante un híbrido entre una vía de escalada y una vía ferrata, de la que sólo se asemeja por la instalación de la sirga como línea de vida, de modo que, salvo en casos muy excepcionales, no es necesario asirse a ella, ya que la roca ofrece suficientes recursos como para progresar trepando por ella. No hay más elementos que la línea de vida y únicamente dos grapas al final de la chimenea, para facilitar su salida.
En realidad, se trata de eso, de una vía de escalada con la instalación de sirga como sistema de seguridad, por la que hay que progresar con el mismo material que se emplea en una vía ferrata, y que recordamos al final.
La ruta se inicia en el aparcamiento de Pista Grande, para dirigirnos a la Rinconada, al final del circuito de esquí de fondo, donde encontramos un abrevadero y el memorial a los 7 fallecidos en un alud, en enero de 1985. Es la base para el ascenso por el Tubo de la Zapatilla, hasta media altura, más o menos, donde da comienzo la vía.
El primer tramo es una pequeña canal, seguida de una travesía horizontal y otra canal, que nos lleva a una gran explanada, que se presta para hacer un receso y contemplar las excelentes vistas, que hoy nos ha negado la niebla, pero que recordamos de otras ocasiones. Otro tramo de senderismo nos sitúa en la entrada de la chimenea, con la debida línea de vida de nuevo, con algún paso más físico al terminar.
La salida se efectúa ya en la misma suela de la Zapatilla, con el asombroso panorama que ofrece, aunque todavía no en esta ocasión. El siguiente tramo se realiza ya por una ancha fisura por la mismísima suela, hasta terminar la vía, a pocos metros del punto de descenso. A estas alturas ya hemos sobrepasado la línea de las nieblas, emergiendo por encima de ellas las montañas, que se aúpan para respirar y tomar el sol.
Se puede optar por subir, recordando que no existe seguro alguno, por lo que hay que extremar la precaución, hasta la cima Norte que, con sus 2229 msnm es el techo de la ruta. Volvemos con cuidado a ese punto de descenso, equipado desde el primer paso, y dar comienzo a la bajada, que culmina en la parte superior del Tubo de la Zapatilla, cuya parte baja hemos recorrido para entrar en la vía ferrata.
Nos desprendemos de los pertrechos, y ponemos en acción los bastones para seguir bajando por el sendero hasta el Paso de Tortiellas, inicio de la pista roja homónima en tiempos de nieve. Bajamos por ella, hasta tomar un desvío a la derecha que, ya por sendero, nos va a ir bajando hasta la base de Candanchú, llegando al aparcamiento de Pista Grande, donde iniciábamos la ruta. Una “ruta” que terminamos más relajadamente, en torno a una mesa ofrecida por David, el nuevo guarda del refugio Pepe Garcés que Montañeros de Aragón tiene en Candanchú.
Una ruta, sin duda, muy variada, que hemos completado en 5 horas y 10 minutos, para recorrer, horizontal y verticalmente, 5,9 km, salvando un desnivel acumulado total en torno a los 660 m D+/- (Wikiloc: 638 m D+/-), lo que representa una pendiente media del 11,19 %, habiendo alcanzado la máxima altitud en los 2229 m de la cima norte de la Zapatilla.
ATENCIÓN!!!
Material técnico imprescindible:
- Casco, arnés, disipador, cabo de anclaje y un par de mosquetones de seguridad.
Resto de equipación:
- Guantes (opcional), calzado y vestimenta adecuadas.
Si la ferrata fuera larga o con mucho tiempo de aproximación o retorno, proveerse de una pequeña mochila con comida, bebida, ropa de abrigo…
BIBLIOGRAFÍA
Seguridad en montaña. Walter Kellermann. Planeta (1984)
RECURSOS DIGITALES
Las fotos, con sus comentarios, y el track
Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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