Año XIV. Entrega nº 947
IXOS MONS
Circular Castanesa - Fonchanina
Viernes, 13 de junio de 2025
"Aun el hombre más razonable tiene necesidad de volver a la Naturaleza, es decir, a su relación fundamental y lógica con todas las cosas”. Friedrich Nietzsche (1844-1900).
Frase del poeta y filósofo alemán de la segunda mitad del siglo XIX, que nos invita a reflexionar sobre que volver la mirada a la naturaleza ya era un concepto que se manejaba hace más de un siglo, pero, además, leemos entre líneas que va dirigida al ser humano “razonable”, es decir el que es guiado por la razón, como invitando a que no sólo con la pasión se dirige uno a la naturaleza, a las montañas, sino que interpretamos que hace un llamamiento a ese equilibrio necesario entre esos dos mundos.
La razón es del ámbito del intelecto, dominado por el elemento aire, y como tal, masculino; se diría que es el padre de la ecuación. Sin embargo, la pasión, es del ámbito del corazón, dominado por el elemento agua, femenino, por lo que se considera la madre. Ya tenemos los dos elementos universalmente reconocidos como masculino y femenino, y como de toda unión, nace un fruto, el vástago, cuya naturaleza será un reflejo de la relación entre sus progenitores.
Llevado esto al plano que nos ocupa, es necesaria una buena relación, un buen equilibrio entre nuestra mente y nuestro corazón para que su descendencia, que no es otra cosa que la voluntad, la acción, sea la adecuada. Eso en todos los órdenes de la vida, claro, pero en nuestro acercamiento a la montaña con más razón, ya que esa acción no está exenta de riesgos.
Es como si, en el acercamiento de los pioneros para conquistar las montañas, Nietzsche hubiera observado un predominio de la pasión sobre la razón, algo que con el tiempo se ha ido teniendo que equilibrar, habida cuenta de los potenciales peligros de un medio hostil para el ser humano, como son las montañas, y más, mucho más, hoy en día, con la “alegría” con la que se aborda, con escasa, por no decir, nula, preparación, formación, información, actitud… por parte de esta nueva ola que asola las montañas.
Reflexiones con las que nos hemos encontrado para comenzar esta nueva historia, y que quizá le vengan algo grandes cuando se trata del ámbito del senderismo, más que del alpinismo, porque montañismo es un término tan amplio que lo contiene todo. Y es eso lo que seguimos haciendo por este gran valle de Castanesa. En esta ocasión con una circular cuyo punto de inflexión es Fonchanina, pasando entre ambas por Ribera, Denuy (municipio de Laspaúles), y Siscarri una gran borda situada en las faldas de la montaña, con más pasado que presente y futuro.
Salimos, pues, de la confluencia del PR-HU 102, Ruta de la Serra, con el GR 18 Sendero de Ribagorza, en la Vila de Baix, de Castanesa, para tomar el GR, que nos va bajando por caminos de viejo, hasta que lo dejamos para seguir por su variante GR 18.1, que nos va meciendo, entre el intenso aroma que destilan las jaras, hasta el seno del río Baliera, que vertebra el valle, y que aquí da vida a Ribera, un caserío a su vera, como su nombre indica. Pasamos por casa Carrera y casa Ballarín, y luego por su coqueta parroquial, que reza a San Miguel.
Salimos de este solitario, pero cuidado lugar, para continuar por el GR 18.1 entrando en uno de los extremos más orientales del municipio de Laspaúles, en dirección a Denuy, para lo que pisamos la carretera local dos veces, burlándola entre ambos cruces por el bosque de cajicos*. Llegamos a este pueblo, cuya actividad descansa de épocas pasadas. Dejamos a su aire el GR, para tomar el PR-HU 100, o Camino de la Montaña. Mientras, la parroquial de San Caprasio la vemos descansar ya desde el sendero de salida.
De esta localidad, con ayuntamiento propio en 1834, dice Madoz que “tiene clima frío, siendo las enfermedades más comunes las sorderas y paperas”. Ubieto, que recoge Corral, en el Cartulario de Alaón, pág. 87, nº 81, la primera mención, que es la de que “en 903 el presbítero Agapio cambió una tierra en Dunui”. También, que en el Cartulario de Roda, págs. 24 y 25, recogido por Yela, figura que “en 1093 el rey Sancho Ramírez de Aragón dio a la catedral de Roda el castillo “Vivo” y el valle Arravense (Barravés) y Donvi (Denuy, posiblemente).
Mucha y convulsa historia de poderes y contrapoderes en estas montañas. Pero nosotros a lo nuestro. Seguimos por el PR, que ya nos va dirigiendo, sin separarse mucho de las curvas de nivel, faldeando por la montaña, hasta Siscarri, cruzando el barranco de Terrés por su singular puente, que espera a gritos una puesta en valor. Llegados al viejo caserío, abandonamos el PR-HU 100 para continuar por la variante que nos lleva hasta Fonchanina, al otro lado del río, lo que nos obliga a bajar hasta él, cruzarlo por la palanca de Siscarri, y subir, sin dejar de hacerlo por bosque, hasta este pequeño enclave, que nos recibe con las cruces de los que fueron, que hoy por hoy, son más de los que son.
Aprovechamos las buenas aguas de su fuente y el paso por el pequeño templo advocado a San Antonio, para salir y abrazarnos al GR 18* para subir, parece mentira estando valle abajo, hasta Castanesa, por la carretera local que está siendo objeto de mejora, al menos, y de momento, esos dos kilómetros hasta Fonchanina.
Una solitaria ruta por ambos márgenes del río, a la que le hemos dedicado algo más de cuatro horas, para recorrer 9,9 km, salvando un desnivel acumulado de en torno a los 540 m D+/- (Wikiloc: 472 m D+/-), lo que supone una pendiente media del 5,45 %, con la altitud máxima situada en los 1472 m de Castanesa, punto de salida y de llegada.
GLOSARIO
*Cajico: quejigo
BIBLIOGRAFÍA
Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados, I. Antonio Ubieto. Anubar (1984)
RECURSOS DIGITALES
Las fotos, con sus comentarios, y el track
Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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