viernes, 28 de junio de 2024

Cruz de Bonansa, extremo norte de la sierra de Sis

 Año XIII. Entrega nº 879


IXOS MONS
Cruz de Bonansa (1765 m)
Viernes, 21 de junio de 2024

            “Creo que es importante que los hombres conozcan el mundo donde viven: lo tienen que descubrir, porque para amar, antes hay que conocer”. Maurice Herzog (1919-2012).


Maurice Herzog, presentando su libro en la librería Desnivel (2010)

Imagen de Desnivel.com

          El autor que protagoniza la entradilla de hoy es uno de los merecidísimos integrantes del olimpo de los dioses del alpinismo mundial. De los precursores de los primeros éxitos del himalayismo, ascendió por primera vez, junto con Louis Lachenal, la cumbre principal del macizo de los Annapurnas en 1950, alzando la bandera francesa, tras más de veinte expediciones sin éxito. Se puede decir, también, que fue el primero de los 14 ocho miles conquistados, a lo que le seguiría, en los tres lustros siguientes, la del resto, terminando en 1964, la del Shisha Pangma, curiosamente el menor de todos ellos, a cargo de una expedición china.


Annapurnas (foto del autor, oct'2010)

            Nos podemos quitar la careta de oxígeno, si es que la hemos empleado, porque nuestra cota de hoy es mucho, pero mucho más humilde, tan sólo los 1765 msnm de la Cruz de Bonansa. ¿Y por qué hacemos referencia a la primera conquista ochomilista de la historia? Pues porque la cita de marras no entiende de alturas, y porque es algo que venimos pregonando desde siempre, que para amar hay que respetar, y para respetar hay que conocer. Y eso nos vale para los lugares, para las montañas… para cualquier ser… incluso para nuestros congéneres los humanos.



            Y con ese objetivo, seguimos por tierras ribagorzanas, para conocer otro de los grandes hitos del municipio de Bonansa, que güega con el de Beranuy, y que mira por encima del hombro a los 37 km2 del término del primero, que comprende además las pedanías de Bibiles, Buira, Cirés, Espollá, Gabarret y la Torre de Buira. Se puede decir que es el extremo norte de la larga sierra de Sis, siendo una de las cotas más altas de la misma. De Bonansa, leemos en las publicaciones del historiador Antonio Ubieto que encontró en la Colección Diplomática de Obarra, nº 104, de Martín Duque, la primera mención en junio de 1025, cuando se citaba a “Gimarane de Bunansa”.



            Aunque nos cueste terminar la ruta en ascenso, partimos del alto de Bonansa, para introducirnos por el “Sendero Accesible del Mirador del Isábena” que, traspasando al TM de Laspaúles, y con su casi medio kilómetro, no sólo facilita el tránsito a personas con movilidad reducida, incluyendo los elementos al paso, sino que está dotado de un sistema de interpretación para invidentes. Corto desvío para asomarnos al mirador del Isábena...





            … y vuelta a la plazoleta para continuar por la pista, que recorre un profundo bosque de pinos, hayas y algún abeto. Dejamos a la izquierda la font de Comas y el refugio de Pegá a la derecha. Continuamos por la pista y tomamos el desvío a la derecha para llegarnos al dominio Ansuilo, con su borda en estado de semi ruina y el mirador, con unas amplias vistas sobre el entorno. Algo más de una hora hasta aquí.









            Retrocedemos hasta la pista principal, continuamos por ella, y al cabo de unos cuarenta minutos más, y recién pasados al TM de Beranuy, se llega al clot de Pegá, una reducida campa donde parece terminar la pista, pero continúa a la derecha perdiendo anchura y, al poco, ganando desnivel. Nos incorporamos a una pista que nos sale por la izquierda, y en un cuarto de hora más, tenemos que dejarla para desviarnos a la izquierda con el fin de alzarnos a la Cruz de Bonansa, que parte aguas a ambos términos, alto dotado del vértice geodésico 21354, que el IGN posiciona en el del que le toma el nombre.





            De vuelta a la pista, y con el collado de las Tosas a la vista, toca descender hasta él coqueteando con la güega, para llegarnos hasta su magnífico mirador. De vuelta al collado, y dejando atrás la vertiente de Beranuy, nos dirigimos decididamente a Bonansa por la recientemente señalizada Ruta de las Tosas que, en un punto de su recorrido abraza el GR 18 para llegar, combinando pista con senderos, a Bonansa en una hora, acompañando gratamente, en los últimos compases a un rebaño de especie lanuda en riesgo de extinción. 








            Tan sólo queda ya acompañar al GR 15 hasta el alto de Bonansa, término del PR-HU 214 o Ruta de las Ermitas Románicas, para terminar esta circular, que nos ha llevado casi cinco horas, para cubrir los 15,7 km, salvando un desnivel acumulado de 685 m (635 según wikiloc), alcanzando la mayor altura en los 1765 msnm de la Cruz de Bonansa.



Bibliografía: 

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984) 

Web:

Bonansa  

Beranuy 

Laspaúles 

Desnivel  

Mendikat 

Aragón documenta  

Senderos FAM 

Senderos Turísticos de Aragón  

Wikipedia  

Wikiloc   

RAE  

Fundeu 

IGN  

Geamap 

Hijo de la Tierra 



Las fotos, con sus comentarios y el track


* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.




martes, 25 de junio de 2024

Ruta de las Tosas, por el paso histórico ribagorzano

 Año XIII. Entrega nº 878


IXOS MONS
Ruta de las Tosas
Miércoles, 19 de junio de 2024

          "Inspirar pasión entre la familia y los amigos tiene más valor que estar vivo por ellos." Alex Lowe.


Shisha Pangma (imagen de https://www.desnivel.com/)

            Buscando de qué modo empezar hoy esta historia, hemos encontrado una de las frases de este alpinista estadounidense, a la que podríamos añadir la otra suya de “el mejor escalador del mundo es el que más se divierte”. Y su diversión debió de ser muy intensa a juzgar por el poco tiempo que le duró, ya que contaba con tan sólo 41 años cuando murió arrastrado por una avalancha en la ascensión al Shisha Pangma, de 8013 msnm, el menor de los 14 ocho miles, quedando sepultado su cuerpo hasta que fue localizado al cabo de 27 años.



            Y bien está recordar a las gentes que tan apasionadamente, no sólo han vivido la montaña, sino que lo han transmitido a sus congéneres. Salvando las infinitas distancias y los varios miles de metros de diferencia de cota, no deja de ser un espejo en el que nos miramos, porque creemos que no hay mejor legado que el de dejar a los que nos suceden esa pasión por las cosas auténticas, genuinas, desnudas de artificios, con las que te puedes medir con humildad, intentando transmitir esos valores inmutables que te dan una conciencia de estar siempre en el verdadero templo, llevando a cabo el verdadero culto… el culto a la vida.



            En esta ocasión, se han prestado las circunstancias de la frase de cabecera, porque con familiares y amigos hemos compartido esta ruta recién señalizada, sin olvidar que es milenaria, porque antes de inventarse el asfalto, mucho antes, ya se utilizaba como paso natural entre las cuencas del Noguera Ribagorzana, que vierte al Segre, y la del Isábena, que lo hace al Ésera, ambos tributarios del Ebro.



            La ruta de las Tosas, que une las poblaciones de Bonansa y Calvera, perteneciente al municipio de Beranuy, está señalizada como tal en 9,4 km, pero por seguir esa pasión de buscar siempre un puntito más allá, alargamos hasta el entorno privilegiado del monasterio de Obarra.



            En Bonansa encontramos un vestigio romano, la Font Vella, enfrente de la que se hallan las piscinas municipales, de donde salimos. A través del GR 18, acompañamos unos metros la carretera en dirección este y tomamos un camino de bajada, pedregoso por la acción del ganado. Por pista, que vamos burlando en sus amplias lazadas, vamos ganando terreno. Al cabo de tres cuartos de hora, dejamos las marcas rojiblancas del GR, que se dirigen hacia El Cajigar, por lo alto de la sierra de Sis, y continuamos nuestro ascenso por la derecha.





            Por pista, en poco más de media hora, alcanzamos el collado de las Tosas, punto álgido de la ruta de hoy, aunque, en realidad, si nos acercamos al panel de interpretación del mirador, aún nos quedan unos metros, hasta los 1595 msnm totales. Y como va a ser que sí, que nos acercamos, pues eso, que nos da la oportunidad de tomar un respiro contemplando la amplia panorámica del entorno.






            Hacia el norte, el eje pirenaico; al este, la sierra de Sis; al oeste, la Peña Roia y la Cruz de Bonansa; y al sur, el valle del Isábena; y más virado hacia el SW, nuestro descenso, marcado inicialmente por una pista que, ya en descenso hemos de tomar para seguir nuestra ruta. Casi media hora hasta aquí, a lo que le añadimos otra media de parada y contemplación.



            Emprendemos el descenso y, al poco, la pista nos deja en otra, que tomamos a la derecha, hasta que en otra tranquila media hora llegamos al Chuest donde, al borde de un depósito de aguas, la dejamos, tomando ya un definitivo sendero que nos bajará hasta Calvera. Un sendero con preciosos tramos jalonados por cajicos, la variedad marcescente del roble, entre campos que se gestionan solos por debajo, y las rocas de las paredes que, desde arriba, llegan hasta el camino.







            A casi tres horas y media desde el arranque, llegamos a Calvera, con más casas arregladas que personas censadas, lo que nos da una idea de la vida que tiene, aunque no sea permanente. Un pausado paseo por sus calles nos permite retrotraernos a su milenaria actividad cuando el historiador Antonio Ubieto encontró la primera mención en el año 916, en "una venta de tierras", extraída a su vez de Catalunya carolingia, III, nº 127, de Abadal. 






            Además de la limpieza de sus calles y sus ya mencionadas casas arregladas, caben mencionar dos hitos arquitectónicos. Por un lado, la Casa Castell, que es lo que queda en lo alto de la población, del antiguo castillo que custodiaba estos pasos fronterizos en algún momento; y por otro, la parroquial de San Andrés, románica de finales del siglo XI, dando aquí por finalizada la señalización de esta ruta de las Tosas.





            Pero, como anunciado, proseguimos camino hacia Obarra. Y lo hacemos por la pista que nos conduce al cementerio, justo donde arranca el sendero que, a través del PR-HU 213 nos llevaría al mirador de Obarra, y que hemos contemplado la opción de hacer, pero el aspecto del cielo lo desaconseja. De modo que, ya en franco descenso, tomamos el camino, que pronto se convierte en sendero y que, por entre bancales, jalonado por cajicos, nos deposita ya, definitivamente en el sacralizado lugar de Obarra, con el templo dedicado a Santa María, junto a las ruinas del monasterio, y la ermita de San Pablo en medio del prado. 








            Muy cerca ya del aparcamiento concluye esta bonita ruta por caminos milenarios y en la que también podemos dar rienda suelta a nuestra pasión por las montañas, nuestra pasión por el territorio, nuestra pasión por transmitirlo. Han sido en total 12,9 km, recorridos en poco más de cuatro horas y media, con un desnivel acumulado de 485 m D+ / 695 m D- (430 m D+ / 650 m D- según Wikiloc).



Bibliografía: 

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto Arteta. Anubar (1984) 

Web:

Desnivel  

Románico aragonés  

Senderos FAM  

Senderos Turísticos de Aragón  

Wikipedia  

Wikiloc   

RAE  

Fundeu 

IGN 

Geamap  

Hijo de la Tierra 





Las fotos, con sus comentarios y el track 


* La publicación de la ruta, así como del track, constituyen únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.