sábado, 17 de mayo de 2025

Mesola, Petrito, Punta de Napazal y Punta del Cuello Bozo, por la sierra de la Estiba

 Año XIV. Entrega nº 942


AQUERAS MONTAÑAS
Mesola (2168 m), Petrito (2118 m)
Punta de Napazal (2117 m) y Punta del Cuello Bozo (2088 m)
Viernes, 16 de mayo de 2025


          “Nunca conquistas una montaña. Se te permite estar de pie en ella”. Es una frase de John Muir (1838-1914), ese naturalista escocés al que solemos acudir en busca de la inspiración para comenzar el relato de una nueva incursión a las montañas.


Pico Lecherín, Mallos de Lecherines y pico Rigüelo

            Y nos gusta, especialmente, no sólo por el trasfondo de humildad que destila, sino también por las formas, por el valor de las palabras, por alejarse del lenguaje belicista tan envolvente en estos tiempos. Sí. Definitivamente, no consideramos que conquistemos montañas, como mucho a nuestras montañas interiores, o si hablamos de ellas, son las que conquistan al ser humano, por su porte, por su belleza, por su desorbitada grandeza en todos los sentidos, por mostrarse absolutamente indispensable para la vida en el planeta.


Fondo de valle del circo de Aísa

            Hoy acudimos con esa instancia de solicitud de permiso para auparnos a una sierra altiva y modesta a la vez, que no forma parte de esas Sierras Interiores de los Pirineos, pero que, de forma perpendicular, se acerca a ella con la humildad de postrarse a sus pies, como pidiéndoles permiso, también, para existir. Una sierra, ésta de la Estiba, que los movimientos orogénicos la han hecho alzarse sobre los valles de Aragüés del Puerto y Aísa, a los que vierte sus aguas.


Llanos de Lizara

            Con el necesario apoyo logístico, nos proponemos alzarnos a la sierra de la Estiba, directamente a su techo, el Mesola, para ir bajando en altitud, pero subiendo en latitud, recorriendo su ancho lomo y visitando otras tres cotas, el Petrito, la Puntal de Napazal y la Punta del Cuello Bozo. Para ello comenzaremos la ruta en la confluencia del barranco de Bozarruego con la carretera que sube de Aísa a la Cleta, para terminar en el refugio de Lizara. Vamos.



            En la carretera que recorre el valle de Aísa, encontramos el mural que anuncia la entrada al Parque Natural de los Valles Occidentales, justo al lado de la preciosa cascada de Sibiscal, con su singular puente, y a poco más de 6 km desde la población dejamos el vehículo en un apartadero, frente a la entrada por pista, que recorremos como media hora por suave pendiente, circunstancia que se trunca al llegar al barranco de Sibiscal, donde hace un brusco giro a la derecha, tomando ya más pendiente. 





            Al final de la cuesta, se tranquiliza unas decenas de metros, que nos sirven de preparación para entrar en el sendero e ir formando ya parte de la magia del pinar. Un breve tránsito en la intimidad del bosque, y salimos a un gran prado con un considerable desnivel, que tenemos que ir superando con paciencia, hasta un refugio forestal situado en la parte alta, desde donde continuamos, de nuevo por pinar, pero siguiendo con la fuerte pendiente, hasta que nos ve superada la prueba y nos regala un sendero más calmado.







            Se atraviesan, aunque cabría mejor decir, hoy atravesamos, porque en el estío no abundará tanta agua, tres barrancos; el tercero, vuelve a ser el de Sibiscal, desde el que salimos ya a los pastos del Cubilar Ato de Petrito, con su refugio, donde aprovechamos para echar un breve bocado y asomarnos a la cabecera del valle de Aísa, que nos muestra una de sus dos cabezas, la de Rigüelo. Los vertiginosos trescientos metros en vertical que nos separan, aunque en realidad nos unen, al menos visualmente, son un aperitivo de lo que nos espera.




Cubilar Alto de Petrito

            Lo que no nos va a sorprender es el viento, que ya nos viene anunciando su presencia desde que hemos comenzado la ruta. Hay un frente agarrado en la divisoria que lanza… y lo que nos espera, unas fortísimas rachas como pocas veces hemos soportado en las montañas. Durante los siguientes cincuenta minutos vamos subiendo por la ladera en busca de la mejor traza, porque sendero no encontramos, hasta llegar a un punto muy próximo ya al primer objetivo de la jornada, a ese Somola que, con sus 2168 msnm, se alza altivo como el techo de la sierra y de la ruta.




                                                                    Puntal de Valencia, Agüerris y Bisaurín


Bisaurín, Bernera y Liena del Bozo

            Por el lado que subimos muestra su mejor cara, porque la más fiera es la que ofrece al valle de Aragüés del Puerto, como queriendo emular los impresionantes paredones de los macizos que tenemos enfrente. El fortísimo viento, como se preveía, no permite un pleno disfrute, pero no impide el que lo hagamos con el asombro, por más veces que hayamos estado aquí, de todo el panorama que tenemos enfrente, con ese gran frente que asoma su flequillo por entre las cabezas de los macizos que lo retienen, y que da el contrapunto al precioso contraste de la nieve con el azul del cielo, que luce una luminosidad que trasciende.


Lienas del Bozo y Garganta y Aspe, Pico de la Garganta de Aísa, Sombrero, Pico Lecherín y Mallos de Lecherines

            Entre lo que se ve y lo que se adivina, tenemos a golpe de vista, desde la Peña Forca, con su Lenito, pasando por el Puntal de Valencia, los Agüerris, Bisaurín con su Fetás, Bernera, Liena del Bozo, de la Garganta, Aspe, Pico de la Garganta, Sombrero, Lecherín, Mallos de Lecherines, Rigüelo… hasta los que forman la cuenca de Ip, Moleta, Tronqueras, Pala de Ip, Punta Escarra, Pala de Alcañiz, Cuchillares… y la mismísima Collarada. Todo un mundo de montañas, que nos han permitido “poner el pie” en la inmensa mayoría de ellas, en algún momento de nuestra vida reciente, y que nos han proporcionado grandes satisfacciones, como la que nos ofrecen hoy.


Loma del cordal de la sierra de la Estiba

            Continuamos, pues, con nuestro tránsito por el cordal, bajando a la siguiente cota, el Petrito. Luego, mediante un collado, subimos a la Punta de Napazal, y mediante otro, a la siguiente, la Punta del Cuello Bozo, donde termina nuestra venteada cabalgada por esta loma, un extraordinario balcón sobre estos imponentes macizos calizos, que se yerguen para nuestra admiración y veneración.


En el Petrito

Echando la vista atrás, el Petrito y el Mesola

Temperatura, presión y tiempo, resultado espectacular



En la Punta Napazal

Impresionante, el Mesola

Punta del Cuello Bozo

            Al contrario del cómodo caminar por la loma, llegamos a la punta norte de la misma, y ya ofrece alguna dificultad para descabalgar, debido a la descomposición de la roca. Buscamos varias viras por la vertiente oriental que nos haga llegar al Cuello del Bozo, que lo conseguimos, pero sin demasiado convencimiento, de modo que al bajar ya dirección Lizara, tratamos de buscar un paso más cómodo por la vertiente occidental, que encontramos, saliendo al paso ya del GR 11 y GR 11.1 que unidos nos acompañan hasta el refugio, no sin antes hacerle una visita al dolmen, que ahí anda sumido en sus sueños en los llanos de Lizara.




Barranco del Articuso. Encima la Chimenea del Estrato




            Finalmente llegamos al refugio, con la mirada clavada en ese Mesola, que hoy nos ha permitido "poner nuestros pies" en él, habiendo realizado esta extraordinaria ruta de 11,1 km, en un tiempo de 5 horas y 35 minutos, salvando un desnivel acumulado de 965 m D+ y 800 D- (Wikiloc: 885 m D+ / 720 m D-), alcanzando la mayor altitud en los 2168 m del techo de la sierra.



RECURSOS DIGITALES

Refugio de Lizara 

Albergues y refugios  

Aragón  

Senderos FAM 

Senderos Turísticos de Aragón 

Wikipedia 

Wikiloc  

Facebook

RAE  

Fundeu 

Aragonario 

IGN 

Geamap

Hijo de la Tierra  





Las fotos, con sus comentarios, y el track

 

Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.




















jueves, 15 de mayo de 2025

Ruta de la Solana de Montanuy, por Casa Quintana

 Año XIV. Entrega nº 941


IXOS MONS

Ruta de la Solana de Montanuy

Miércoles, 7 de mayo de 2025


            John Muir (1838-1914) fue un naturalista escocés que, desde su más tierna edad, y ya en la tierra de emigración a la que fue su familia, el estado norteamericano de Wisconsin, se vería atraído por el mundo natural. De ahí que no sea la primera vez que nos haya inspirado para dar comienzo a uno de los relatos sobre nuestras andanzas por las montañas. En esta ocasión traemos una cita que habla de agua, que habla de río: “Los ríos no fluyen más allá, sino a través de nosotros; hormigueando, vibrando, excitando cada célula y fibra en nuestros cuerpos, haciéndolos cantar y deslizarse.“



            Y es que el agua es uno de los cuatro elementos de la naturaleza y, por lo que se dice, del que procede la vida. Es interesante detenernos sobre ello, porque la mayor parte del planeta está compuesto de agua, así como la mayor parte del cuerpo humano. No hay casualidad en ello. Y, para añadir más mística al asunto, no olvidemos que el agua nace en las montañas. Como veis, siempre encontramos fácilmente el camino que nos lleva a donde queremos ir, a donde queremos estar.



            Hoy le damos trascendencia al agua porque es la que nos va a guiar en buena parte de nuestra ruta. Y la vamos a acompañar en el sentido que marca, de arriba abajo, trayendo las mejores esencias de su lugar de nacimiento, los lagos de Mulleres, al este de este macizo, y que tranquiliza sus aguas en el embalse de la Baserca, donde dan comienzo varias rutas por el valle de Barrabés.



            Pero empecemos por el principio. Partimos de Montanuy, capital de un municipio que acoge también a 16 pedanías repartidas por un extenso territorio de montaña. En la parte alta del pueblo convergen el PR-HU 101 (Ruta de los Pueblos), el PR-HU 102 (Ruta de la Serra) y el GR 17 (Camino de Santiago Vía Arán-Pirineos). El primero lo hemos recorrido íntegramente esta mañana, y por parte de los otros dos nos vamos a deslizar hoy.



            Tomamos pues, el GR 17 para recorrer el pueblo, dejando a la derecha la parroquial de San Marcos. Las señales rojiblancas nos bajan hasta las cercanías de Vilaller, donde las dejamos para tomar el camino de Riberaigua, en dirección a las piscinas, por un bonito sendero que se interrumpe por una carretera poco antes de llegar a ellas. Casi una hora hasta aquí.









            Continuamos plácidamente, junto al río, por senderos abrigados por vegetación de ribera. En media hora más, el sendero se va combinando con pista, en un itinerario que nos ofrece el asome al prodigioso caudal de agua que trae las esencias pirenaicas y que se apresura por llevarlas hasta rendirse al Segre, tras 130 km desde su nacimiento, de los que 100 km forma muga entre Aragón y Cataluña.





            Se deja una central eléctrica al otro lado del río, y en poco ya se llega a Casa Quintana, a unos 500 metros de la carretera, donde se encuentra el edificio del ayuntamiento. Sin pasar de esta gran finca, junto a ella encontramos el PR-HU 102, o Ruta de la Serra, porque es la que recorre en su tránsito desde Castanesa. A la hora y media del arranque, es el punto de inflexión de la ruta, de modo que seguimos por la pista en decidida dirección ya hacia el punto de partida. Pero aún queda para eso.






            Vuelve a combinarse el tránsito por pista con el de senderos, que nos envuelven con su magia, hasta dar con el tubo de la central, donde se corta el rollo, ya que lo tenemos que ir acompañando hacia arriba hasta encontrar un puente que lo salve. Es donde el sendero se difumina por rojas tierras entre matorrales. En lo alto se yerguen las ruinas de una antigua ermita que callan más de lo que dicen.









            A partir de ahí, un plácido tránsito nuevamente por bosque, hasta salir a la carretera, que la corta en dos ocasiones, hasta que en una tercera ya no la podemos obviar hasta llegar a la entrada del pueblo, que lo recorremos hasta donde hemos salido.






            Una bonita circular, con esencias fluviales, que nos recuerdan de donde salió la vida, y que nos la continúa dando. Se han recorrido 8,2 km, en 2 horas y media, salvando un desnivel acumulado de en torno a los 390 m D+/- (Wikiloc: 295 m D+/-), lo que hace una pendiente media del 4,76%, con la altitud máxima de los 1214 m de Montanuy, principio y fin de la ruta.



RECURSOS DIGITALES

Ayuntamiento de Montanuy 

Senderos FAM 

SIPCA 

Casa Quintana  

Wikipedia  

Wikiloc   

Facebook 

RAE

Fundeu  

Aragonario  

IGN 

Geamap  

Hijo de la Tierra 




Las fotos, con sus comentarios, y el track

 

Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.