jueves, 29 de enero de 2015

Acuario evolutivo

ACUARIO evolutivo
20.ene.15 09:43
18.feb.15 23:50
(hora solar)


            Con Acuario sigue nuestra singladura invernal. Como venimos haciendo, tras definir con sendas frases sus arquetipos involutivo y evolutivo, pasamos a dar unas pinceladas de lo más destacado atendiendo al nivel de evolución del individuo.


            El Arquetipo Involutivo es: “que rija el deseo en la forma”, con el que el individuo nacerá con la necesidad de vivir intensamente saboreando las diversas experiencias que la vida pueda ofrecer, que con el tiempo se convierten en adquisición de conocimiento.  El Arquetipo Evolutivo es: “yo, el agua de la vida vertida para los hombres sedientos”, por el que el conocimiento y la sabiduría adquiridos durante todo el proceso evolutivo le hacen consciente del interés grupal y su responsabilidad individual hacia el grupo, empezando a trabajar para la humanidad.

          El Tipo Inferior de Acuario,  como alma joven posee una gran falta de maduración personal y una superficial autopercepción, por lo que busca casi desesperadamente la seguridad en las multitudes. De carácter retraído y reservado le cuesta mucho manifestar su afecto. Egoísta obstinado, no quiere verse como los demás ni adaptarse a las reglas sociales, lo que le hace ser rebelde e inadaptado. Con afán de aventuras desmedidas, le gusta vivir en ambientes de tensión, necesitando explorar sus propios límites, especialmente en los ámbitos mental y astral inferiores, lo que le hace caótico, difuso, desorientado. Infiel en el amor, debido a la rutina, gusta de aventuras afectivas y sexuales. Utópico, desea crear una sociedad justa, al menos para él mismo, tendiendo para lograrlo al extremismo violento, incluso terrorista, ya que posee unos esquemas mentales muy rígidos, lo que le impide revisar las situaciones y serle fácil los cambios de opinión.

            El Tipo Medio de Acuario es un individuo cordial, humano, amable y amistoso, aunque mantiene gran parte de su temperamento reservado e introvertido, no facilitando información sobre lo que se propone. Trata a las personas un tanto impersonalmente, lo que hace a los demás sentirse distante de él. Necesita sentirse libre, y tener espacio para desarrollar su creatividad, estando dispuesto a pagar con un alto precio esa independencia. De gran intuición, tiene mentalidad científica, afrontando los problemas de forma analítica. De gran inventiva, con capacidad de dar enfoques nuevos a cualquier tarea que emprenda. Impulsado a nuevas experiencias. Su forma de amar es fraternal, buscando para la convivencia a un amigo/a antes que a un cónyuge. Gran interés por la naturaleza humana, tanto física, como psicológica o espiritual, y todo lo que represente saber, conocer las leyes de la vida y del universo. Para él cuenta más el camino que la meta, interesándole el hombre y su desarrollo, de ahí su inclinación hacia la solidaridad con los que le rodean, respetando su libertad y sin imponerse a nadie. “Vive y deja vivir”, es su lema.

            El Tipo Superior de Acuario, tiende a liberarse espontáneamente del peso de los elementos materiales y a alejarse de los instintos, por lo que ha conseguido barrer el odio de su corazón, tomándose con perspectiva los asuntos materiales y las miserias de la vida, viviendo con facilidad una cierta aspiración idealista y espiritual, que emplea en ayudar a los demás en su búsqueda de liberación. Lo individual se convierte en colectivo, reconociendo el vínculo que une a todos los seres del universo. El antiguo ser separatista y aislado, se identifica con el género humano, sin perder su individualidad. Va llenando su cántaro de agua poco a poco, para cuando lo demande el servicio a los demás. Es consciente de la belleza de la vida y de su responsabilidad individual hacia el grupo, dedicándose a prestar servicios para la humanidad.
  
            Bien amig@s. Así son ell@s y así hay que quererl@s. Muchas felicidades a l@s Acuario y que este tránsito os sea propicio a tod@s vosotr@s.


                 
                El orto del sol al comienzo y final de Acuario, es (hora solar):
20 de enero       amanece 07:34
18 de febrero     anochece 17:53

                Las lunas de este mes de Acuario, son (hora solar):
·         Nueva, en Acuario                        Martes, 20 de enero, a las 13:15
·         Creciente, en Tauro                      Martes, 27 de enero, a las 04:50
·         Llena, en Leo                                Martes, 3 de febrero, a las 23:50
·         Menguante, en Escorpio               Jueves, 12 de febrero, a las 03:51
·         Nueva, en Piscis                           Miércoles, 18 de febrero, a las 23:48

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Fuente del texto: Apuntes extractados de Antroponomía y Vitacultura
Imágenes: Extraídas de diversas web


miércoles, 14 de enero de 2015

Albarún, entre dos aguas

IXOS MONS
Albarún (1.551 m)
Domingo, 11 de enero de 2015


            No nos vamos a dejar amedrentar por un amago. ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! Tantas veces ha venido ya, y era un cordero disfrazado. Pues hoy no vamos a hacer caso, vamos a guardar la atención para otra ocasión que pinte peor, porque claro, en un potaje de buenos garbanzos, por uno malo que salga no se va a estropear el cocido, o por lo menos, no se lo vamos a permitir. O al menos, lo que sí vamos a hacer es no ponérselo fácil, de modo que en lugar de ir por donde parece que va a llegar el flequillo de este despeinao, vamos a tomar un poco de perspectiva, para verlo de lejos. En definitiva, que no nos quedamos en casa, pero un poco sí que nos guardamos.

            Nuestro objetivo de hoy, la sierra de Baraguás, y más concretamente su máxima cota, el Albarún, visitado recientemente en una mañana de locuras trotonas. Este cordal, paralelo al eje pirenaico, orienta su paco a La Garcipollera y sus valles interiores, y su solana a la divisoria de cuencas de la Balancha, a todo ese espacio que rinde bien al Gállego, bien al Aragón, y que alberga varios núcleos rurales repartidos también entre  Sabiñánigo y Jaca.

Rincones de Villanovilla
            Elegimos subir por el paco, por la cara norte, y lo hacemos desde Villanovilla, único pueblo vivo de este valle de La Garcipollera, que ve pasar las aguas del río Ijuez sin verlas, con ojos que miran sin mirar, hundidos en su agonía; con resecas lágrimas sin llorar, lágrimas de dolor, de rabia; con la palabra en la boca, con la despedida en los brazos; con un corazón ajado, con un coraje vestido de pino repoblado, uniformado, que retiene unas tierras sin pastar, unos pastos sin rumiar; en una memoria que sí que recuerda. Aún recuerda. Había que hacer un pantano… y se hizo. Había que abandonar unos pueblos… y se abandonaron. Había que echar a unas gentes… y se echaron. Y había que sacrificar a todo un valle para que sus aguas no arrastraran sedimentos y colapsaran al coloso… y lo hicieron. Pues todo eso, aun siendo mucho, aún es poco. A vueltas andan queriendo subir más y más ese criminal muro de cemento que se está comiendo tres veces ya su presupuesto, dividiendo territorios, dividiendo gentes, dividiendo sensibilidades. Pero claro, cuando no se tienen…

Albergue
            Por dónde íbamos. Ah, sí, por Villanovilla. Aunque no se consiga tras generación y media ya, para muchas gentes de la montaña, la década de los sesenta del siglo pasado fue para olvidar. Bergosa, Bescós, Yosa, Villanovilla, Acín, Larrosa, Cenarbe, y no sé si nos dejamos alguno de este valle y contiguos, fueron desalojados. Sus gentes marcharon, sus chamineras apagaron, y sus muros cayeron. Todos vendieron. Todos, excepto Villanovilla, que a pesar de quedar despoblado, los dueños mantuvieron sus propiedades, lo que les ha permitido desde hace ya unos años el eludir los tediosos y eternos trámites de reversión y volver. Volver a sus tierras, volver a sus casas, o a lo que eran, y rehacerlas, siendo un vivo ejemplo de tenacidad y de supervivencia. A la nada lo condenaron, y de la nada ha surgido. Ya lo siento, me he vuelto a perder.

Alfombra acristalada
            De Villanovilla pues, salimos en una mañana algo despistada porque se siente maltratada por ese cambio de tiempo anunciado. Con lo a gustito que estaban estas mañanas con nosotros, cómo viene ésta de alborotada. Pasamos de puntillas el pueblo, y seguimos por la pista, que recorre el barranco de Fenils, que aún conserva algún tramo helado… y bien helado. Tras unas cuantas vueltas y revueltas, llegamos al collado de Las Candeleras, donde seguimos por la pista que va coronando la sierra. Hasta aquí poco más de una hora. Justo enfrente, sale la que baja hacia Baraguás.

Camino a la cumbre
            Aunque sigue el fuerte viento, al salir al sol el ambiente se caldea. Vamos pellizcando esta loma, con vista a dos aguas, y por duras rampas vamos en dirección poniente decididamente hacia nuestro objetivo de hoy. Pasamos por La Contienda, una amplia explanada con restos de un antiguo yacimiento de gas, y seguimos hasta alcanzar el Albarún, que con sus 1.551 metros de altitud, es la cima de esta sierra. Cuarenta minutos más desde el collado. Una cima ésta que se ha vuelto más amable, porque hasta hace un tiempo era muy celosa, no permitía que tuvieras ojos para otras, sólo para sí, ahí estaba, siempre metida en sus asuntos, sin comunicación con ninguna otra. Unas limpias forestales la han sacado de su pertinaz autismo, y ahora sí, ahora se sube con mejor gana, porque aunque sea a ella a quien visitas, aunque sea ella la protagonista, ya admite actores secundarios.

Aire, agua, tierra, sol. Turbulencias
            Un cuarto de hora es lo que estamos, lo que nos cuesta echar un bocao al cuerpo. No da para más el mal tiempo que vemos encerrado en los puertos del norte, unos lobos que vemos acechando ahí y que alargan hasta nosotros sus zarpas. Marrón lo tenemos, pero parece que para pocas horas. Con las mismas, pues, emprendemos el regreso exactamente por el mismo sitio, y en lo que se refiere hasta la llegada al collado, con más motivo. Y no es uno, sino varios. Varios son los valientes hombres con escopetas, apostados, esperando a que otros, o los perros, no sé cómo va esto, les echen sus esperados trofeos de caza. –“No os salgáis del camino”, dicen. No, desde luego. Al llegar al collado vemos un engañoso cartel de aviso de las batidas, que comienzan a las 8 de la mañana. Y decimos engañoso, porque a las 9:35 que hemos pasado de subida, no estaba. Sí, habéis entendido bien. Yo, cazador, vengo a la hora que se me canta, pongo el cartel indicando que desde las 8, y si hay alguien ya dentro del campo de tiro, con decirle que no se salga del camino… Ellos estaban a la espera desde el solano, y nosotros bajábamos hacia el paco… y si hubiésemos coincidido?… O es que igualseguimos en los tiempos de aquél que decía aquello de que “… la calle es mía…”, pero también el monte, y con escopetas. Una pena.


            En fin, que después de calentarnos con los pueblos por un lado, y con esta gente por el otro, llegamos a dar con los huesos de nuevo en Villanovilla, que bien vale una visita por sus calles para contemplar sus arregladas casas, porque sí, nos hemos calentado, pero no nos hemos cansado. Han sido 15,5 km en 3h 45’ de actividad, de los que 3h10’ han sido en movimiento, para salvar 750 metros de desnivel, con más de 900 acumulados, en una mañana de transición, en una mañana de sentimientos encontrados.



  

domingo, 11 de enero de 2015

Punta Espata

IXOS MONS
Punta Espata (2.202 m)
Sábado, 10 de enero de 2015



            De nuevo en el monte, para saborear este nuevo año que comienza, y hacerlo en un pico menor, pero no por eso menos importante, que todos lo son. Muy próximo al macizo de la Collarada, tiene unas vistas privilegiadas sobre esta sierra que languidece en su intimidad, sobre esta sierra que no sabe si va hacia el invierno o retrocede hacia el otoño, sobre esta sierra que ve, que siente, el desacuerdo entre su reloj biológico y los blancos jirones que pretendidamente la adornan, pero que apenas lo consiguen.

Fuente del Paco
            El anticiclón está a gusto entre nosotros, y el agradable buen tiempo que nos proporciona va en contra de lo que la tierra demanda, que es frío y nieve. Por nuestra parte, y ya que no lo podemos evitar, nos aprovechamos de él para auparnos a la Punta Espata o Pico a Ralla, que altiva se yergue para ser vista desde Villanúa. Es en esta localidad de donde salimos, dejando el vehículo junto al puente del barranco de Bozuelo, justo en el arranque del sendero que nos sube a la fuente del Paco por un bosque que no disimula su despiste por este tiempo fuera de tiempo.

Refugio del cubilar
            Tras unas duras rampas, el camino se suaviza y en silencio nos permite el paso por esa fuente a los pies de un refugio forestal. Frías aguas, como de su nombre se desprende, que dejamos correr mientras continuamos nuestra marcha hasta el puente, que permite a la pista volver hacia Villanúa. En este punto, nosotros seguimos abrazados a la margen izquierda del barranco para cruzarlo en poco y continuar por un bien definido sendero que va ganando altura por el seno del bosque. Un bosque salpicado por algún claro que almacena todavía esa nieve que de forma testimonial se mantiene todavía.

La cima al alcance de la mano
            En hora y media larga llegamos a dar con la pista en una amplia curva cuyo exterior alberga el refugio del cubilar, que nos marca la continuidad de nuestro camino, ya que seguimos junto al barranco. Y lo hacemos con el collado de Marañán o Espata enfrente, hasta que los árboles que tenemos a nuestra derecha nos dejan paso por una ladera herbosa de indefinido camino, alcanzando una plataforma desde la que vamos obteniendo la recompensa del esfuerzo. Las vistas sobre Villanúa al fondo del valle del Aragón. Sobre este punto, y siguiendo con las amplias zetas que nos permiten mantener el resuello, giramos bruscamente hacia el este, encaminándonos ya con decisión hacia el collado de Bacún, que a la derecha (S) nos daría paso hacia ese pico, y que a la izquierda (N) nos lo da a nuestro objetivo.


Últimas rampas
            La empinada pero amable tasca da paso a la más incómoda piedra, inevitable para alcanzar la cima de Punta Espata, también llamada Pico a Ralla, porque aunque su apariencia desde el valle principal sea la de una cima piramidal, hace ya tiempo que nos ha mostrado su realidad, que no es un punto cimero, sino una ralla, una pequeña sierra, naturalmente  con su punto más elevado a 2.202 metros, que alberga una curiosa imagen de hierro silueteado que representa la calidez de hogar y la ternura de una madre alargando la mano a su hijo. Hay que llegar hasta aquí para verlo, y es lo que hemos hecho al cabo de tres horas de ascensión, que desde luego han merecido la pena. Auparse hasta aquí para contemplar lo que su vista nos ofrece no tiene precio. El extraordinario macizo calcáreo de Collarada, con esta cima principal, Collaradeta, Somolas… con unas entrañas labradas por el agua y el tiempo, que albergan un sistema kárstico en el que la tradición oral sitúa el hogar de las güixas y sus aquelarres.

La madre encumbrada a lo más alto
            El arco norte, algo más alejado, está ocupado por los desafiantes Estiviellas, Lecherines, Aspe y sus Llenas, Berneras… y hasta Bisaurín y Agüerri quieren salir en la foto. Por el sur, nuestra vista se recrea contemplando las suaves lomas de Bacún y Letas, el Oturia, la Oroel, San Juan de la Peña… y los menos próximos Moncayo y Urbión. En el este próximo, el tajo para que el Aurín lleve apresuradamente sus aguas hacia el siempre humeante Sabiñánigo. Al otro lado de ese tajo da comienzo otra extraordinaria sierra, la Partacua, con sus innumerables cimas a cual más bella.

         Una vez despedidos de todos y cada uno de ellos, iniciamos el descenso, que hacemos por el mismo itinerario de subida hasta el cubilar, desde donde continuamos por la pista hasta tomar el camino Viejo de Collarada, que burlándola nos deja ya próximos a ese puente que cruza el barranco debajo de ese otro que lo salva para permitir que el canfranero llegue a destino.

            Seis horas de actividad, de las que más de cuatro y media han sido en movimiento, para cubrir unos 17 km, salvando 1.200 metros de desnivel, que se han convertido en más de 1.300 acumulados, en una mañana extraordinaria en lo meteorológico, pero fuera de calendario.




Las fotos, en: https://picasaweb.google.com/chematapia/PuntaEspata2202M


miércoles, 7 de enero de 2015

Puerto Viejo y Besata en Blanco y Negro

RAQUETAS
Puerto Viejo y Besata
en Blanco y Negro
Jueves, 1 y Sábado, 3
de enero de 2015



            Sí, de blanco y negro nos hemos vestido hoy para visitar este magnífico lugar. Montes bilingües, montes con unas vistas privilegiadas sobre Candanchú, sobre Astún, montes con paco y solana, aunque por la noche no hay pacos ni solanas, por la noche todos los gatos son pardos. La noche. La noche sobrecoge, y nos hemos colado en ella de puntillas, con raquetas, pero de puntillas, un nutrido grupo de amigos mayencos para disfrutar de sus luces y sombras. Nos hemos paseado de su mano por estos puertos fronterizos saboreando sus pliegues, saboreando su negra figura, cual negativo de las antiguas películas, porque hemos querido ver lo que ella ve, sentir lo que ella siente… y lo hemos conseguido. Selene nunca defrauda.

Vista desde la estación
            Un par de días antes, a pleno sol, nos damos una vuelta por este circuito que la estación de Somport marca por estos montes. Y lo delimita muy bien para dejar reservada una zona de Refugio Invernal de Fauna Salvaje, que trata de proteger al urogallo en esta zona del Parque Nacional de los Pirineos de Francia. No olvidemos que esta ruta de estos dos días va dando la vuelta a unos montes cuyas laderas se asoman a ambas vertientes. Y hemos querido venir previamente para ver de alargar algún bucle para hacerla más atractiva.


            Es el sol, es la luz, la que pone en contacto nuestras miradas con el paisaje, un paisaje sensible, mutante, que cambia a lo largo del día, y no digamos nada de la noche. Pasear por la noche, vestido de nácar, por los montes, es algo difícil de describir. Hay que vivirlo, hay que experimentarlo, y desde aquí animamos a hacerlo… en verano, en invierno, en cualquier época. Por montañas, por valles, junto a lagos… es extraordinario.

Progresando en la oscuridad
            En esta nocturna, nos hemos juntado 17 personas dispuestas a disfrutar de esta primera salida del año, que tradicionalmente hacemos con raquetas vestidos de noche, vestidos de luna. Nueve de la noche. Ella la encontramos ya un tanto subidita, pero vamos a su encuentro, o al menos eso nos parece en esa primera rampa, en la que casi la alcanzamos. Cuando ya parece que se tranquiliza, la cuesta, decimos, llegamos a una zona de iglús, muy próxima al punto donde se abre y cierra esta circular. Seguimos hacia el SE para remontar otro pequeño collado. Estamos en Puerto Viejo, y damos vista ya a Astún y sus montes, que ya están pisteados por esos profesionales de la retrac que disponen la nieve para que el relente de la noche haga su trabajo.

Descorchando el nuevo año
            Ya en tierra hispana, y cuando una reata de pinos nos lo permite, se nos abre la vista hacia Candanchú, donde vemos la misma estampa, pero más cercana. Luces que suben y bajan por las laderas, que anticipan un ruidoso trabajar que altera la paz de la noche. Nos acercamos al campo militar de tiro, que rodeamos para sacar algunos cientos de metros más, incorporándonos de nuevo al camino, hasta posicionarnos debajo del monte cuya vertiente francesa alberga el circuito de esquí nórdico de Somport, concretamente el azul. Lo acometemos a cuchillo, llegando hasta las mesas de madera, donde hacemos un alto para contemplar lo que la noche muestra, que es poco y mucho a la vez.

            Diagonal hasta el collado de Besata para volver ya hacia la estación, concluyendo estas dos horas y media de auténtico disfrute entre amigos, en un espacio tan distinto al diurno que parece otro. Y ya, al filo de la media noche, los turrones, polvorones, riojanitos, cavas y moscateles ponen el broche final a esta, no sé si decir, jornada, o noche entre jornadas, en esta muy buena forma de comenzar otro montañero año, que a todos recomendamos.